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Fracaso por Aless_chan

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Notas del fanfic:

Un poco menos suave a lo que he escrito enteriormente... Pero sin advertencias ^^

Notas del capitulo:

Matt / Mello / Near / Elle / Light

Tanto fingir que se odiaban… Había sido la mentira más terrible que Mello le había dicho, porque allí los veía palmariamente enredados en el ambiente del amor, ambos en el sofá. Near, casi encima de Mello, le tomaba el rostro a éste con fuerza para besarlo con una pasión que jamás Matt viera en alguien. ¡Maldito mocoso! Pensó. Ni que fueras el rey de los besadores. Mello parecía sentir placer con aquellos besos. Cerraba los ojos como si estuviera deleitándose con el chocolate más sabroso que jamás probara en su vida.

Matt se suspendió en sus pensamientos un momento para recordar las veces que había vuelto de la calle con un chocolate guardado en el bolsillo, pura y exclusivamente para sorprender a Mello. ¡Cómo había adorado ver los ojos claros del rubio brillar al sentir el paquete de chocolate dentro del bolsillo, cuando lo recibía con un beso y un abrazo al volver. Pero en ese momento Matt deseó que el próximo chocolate que probara Mello le destrozara el hígado y lo dejara sin comer sus dulces favoritos durante semanas enteras. ¡Maldito Mello! Dijo enfurecido, en su fuero interno.

Jeevas tomó un cigarrillo, lo llevó a su boca aún mirando la escena que le provocaba tantos celos, y lo encendió para después darle una bocanada profunda. Retuvo el aire unos segundos y luego lo soltó despacio, mientras pensaba en salir urgentemente de allí. Aquella imagen melosa le daba náuseas.

Subió a su coche y condujo en silencio, con el rostro serio y la mirada perdida en la distancia. Mello… ¿Cómo podía haber sido tan traicionero? ¿Y Near? ¡Tan buen amigo que había aparentado ser, le había quitado su amor! Maldito mocoso… ¡Malditos los dos!

Al pasar por una plaza, Matt vio a alguien conocido sentado en un banco. Elle Lawliet reposaba tranquilo, gozando del día templado en la ciudad.

Jeevas aparcó el coche y antes de bajar quedó pensativo un instante. Miró a Elle con escrúpulo y se decidió. Se sentaría a hablarle. Necesitaba olvidarse por un momento del asunto de Mello. Bajó del coche y se acercó a Elle. Este levantó su vista y sonrió saludando:

—¡Matt! Tanto tiempo sin vernos.

El otro joven sonrió apenas y se sentó a su lado.

—¿Cómo estás, Elle?

—Estoy bien. ¿Tú que tal estás?

Matt sacó otro cigarrillo y mientras lo encendía se tomó su tiempo para responder después:

—Yo… No tanto.

Elle lo miró sin comprender. Se percató de que los ojos de Matt estaban algo lacrimosos.

—¿Qué es lo que te pasa? Cuéntame.

—Mello… —Dijo simplemente Matt y se limitó sólo a fumar su cigarrillo.

Elle se acomodó en el asiento, de modo que pudo contemplarlo más de frente. Al darse cuenta de esto, Matt volteó hacia él y lo miró a los ojos.

—¿Qué te ha hecho? —Siguió Lawliet con interés.

Matt corrió la mirada y dijo en voz baja:

—Near y él… estaban besándose.

Elle abrió los ojos, sorprendido.

—¡Near y Mello! —Exclamó casi mudamente.

Matt asintió con la cabeza y Lawliet dijo:

—No pensé que esos dos podrían llegar a tener algo. Siempre fueron tan…

—No es cierto —interrumpió Matt—. Esa enemistad fue pura utopía. Quizás nunca pude darme cuenta de ello. Todo este tiempo fui un idiota —la voz se le quebró y Elle vio cómo comenzaba a caer una lágrima que Matt secó con prisa.

—Oh, vamos, Matt, no llores. ¿Quieres que demos un paseo mientras seguimos conversando?

Matt no dijo nada y se levantó del asiento esperando a que Elle hiciera lo mismo. Lawliet se incorporó también y apenas dándole un empujón en el dorso, lo invitó a caminar.

Marchaban lentamente y en silencio. Matt se mantenía reservado y Elle sólo le echaba vistazos de tanto en tanto,  pensando qué decir, hasta que por fin Matt soltó con voz seria y decidida:

—Necesito sentir que me he vengado de alguna forma. No importa si Mello nunca se entera, pero quiero satisfacerme por lo que me ha hecho —lo observó con solicitud y preguntó—. Me ayudarás, ¿cierto?

Elle quedó quieto en el lugar, mirándolo con pasmo sin saber qué responder. Era bastante comprometedor el pedido de Matt, pero los claros y brillantes del joven Jeevas lo incitaban a darle una mano.

Elle se le acercó un poco más y casi en secreto le dijo:

—Crucemos a aquella estación de servicio —señaló con disimulo—. No debería hacerlo, pero ayudaré a que Mello obtenga su merecido. Pero sólo lo hago porque te he visto llorar y comprendí que en verdad estás desilusionado. Levantaré tu ánimo, pero no se lo digas jamás a nadie.

Matt tragó saliva, casi con nerviosismo, sin haberse esperado que Elle accediera tan rápidamente. Entonces aceptó enseguida. Después de todo Lawliet, a pesar de su aspecto descuidado y simple, le parecía bastante apuesto.

Cruzaron a la estación de servicio y se introdujeron allí. Mientras Elle compraba un par de dulces, pidió a Matt que ingresara a uno de los cubículos del cuarto baño y lo esperara adentro.

Y cuando Lawliet caminaba hacia el cuarto también, entraba a la estación de servicios Light Yagami, quien, habiendo quedado con Elle minutos atrás para encontrarse en la plaza, se había escapado unos segundos a comprar unos dulces para su amor. Adquirió un paquete de dulces de frutilla y se dirigió al baño para sorprenderlo. Allí permaneció en silencio casi al lado de la puerta, esperándolo.

Matt estaba contra la pared del cubículo, mirando a Elle a los ojos con tremendas ansias. Lawliet no lo hizo esperar, con una mano lo tomó por la nuca y lo acercó a su boca para comenzar a besarlo, mientras introducía su otra mano por dentro de la camiseta de Matt para darle caricias.

Ambos creyeron que estaban sólo ellos en el lugar, por lo que no dieron importancia a que los besos y los suspiros se oyeran. Pero el jadeo de Matt se convirtió en gemido. Estaba deseoso de vengarse de Mello y no le importaba a qué punto debía llegar.

Light, extrañado por los suspiros, se acercó con lentitud a la puerta del único cubículo ocupado. Se agachó un momento para observar y descubrió que allí dentro habían cuatro pies. Su rostro se transformó. ¡De modo que Elle me está engañando!, pensó y dio un golpe tan fuerte con su puño contra la puerta que ésta se destrabó sola.

Matt y Elle dieron un respingo y se separaron, observando a la puerta con temor.

Finalmente, Lawliet se animó abrir y al encontrarse con el rostro indignado de Light, no supo cómo reaccionar.

Yagami empujó la puerta con su pie para abrirla del todo y sacó de allí adentro a Elle, tomándolo de la camiseta y empujándolo para después poder sacar, con la misma furia, a Matt. Light, aferró al otro joven igualmente de la ropa y luego de darle un empujón, se dio el lujo de golpearlo con un puño en el rostro. Matt quedó en el piso, cubriéndose con las manos un labio partido y mirando a Light, silencioso, huir del baño con prisa, después de lanzar con cólera los caramelos que había comprado para Elle, contra el pecho de éste mismo.

Lawliet, después de unos segundos paralizado, recogió el paquete de dulces del suelo, miró a Matt con apocamiento y se alejó del lugar para alcanzar a Light para tratar de darle una explicación.

Matt se incorporó con lentitud. Se miró al espejo, abrió un grifo y se enjuagó la sangre del labio lastimado. Con los ojos a punto de lagrimear, se miró nuevamente en el reflejo y con la voz afectada murmuró:

—Maldito Mello…

 

Notas finales:

¡Ojalá lo hayan disfrutado! ^^


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