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True My Heart por crimsonShadow

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Notas del fanfic:

A ver~ Hace un tiempo subí el primer capítulo y lo bajé enseguida, creo que porque no pensaba terminar el fanfic, pero como ya está listo~

No sé qué tanta aceptación va a tener, pero hace mucho que no subo nada y va a seguir así por un tiempo, así que meh, acá estoy.

Lo de Universo Alterno es porque suficiente me cuesta manejarme con los nombres japoneses como para también tratar de ubicarme bien en el mundo Vocaloid, así que básicamente tomé los nombres y los metí en el mundo "real".

Si les interesa, edité un poquito una imagen que encontré por ahí para que haga de portada(?)

http://i128.photobucket.com/albums/p177/crimsonBlair/TrueMyHeart.jpg

 

Ya, no molesto más.

Notas del capitulo:

Dah. Problemas con las sangrías, como siempre D: Sepan disculpar~

Los capítulos son ultra cortitos, raro en mí, así que por eso los subo todos juntos, por si usted, lector, quería saber (?)

Las risitas fueron ganándole espacio a los gemidos y jadeos, igualmente peleándose con las respiraciones entrecortadas para instalarse dentro del espacio cargado de aquella habitación.

Por algunos segundos, las hebras rubias se entremezclaron con las violetas formando un enorme contraste entre ambas, hasta que Len se incorporó ligeramente (o lo suficiente para que su frente abandonara el cómodo espacio entre el cuello y el hombro de Gakupo), para observar con fascinación los ojos del mayor. A continuación le sopló el largo flequillo del rostro y volvió a reírse, acomodándose nuevamente en su pecho.

Gakupo respondió con una sonrisa que Len no pudo ver y, afianzando el agarre en su cintura, giró completamente, quedando ahora arriba del otro cuerpo, cubriéndolo con el propio.

—Mírame —pidió Gakupo, lejos de hacerlo en tono de orden, inclinándose para acariciar suavemente la mejilla del menor con su nariz. A cada momento se volvía más y más dependiente de esos ojos tan claros y sinceros, transparentes en todo sentido.

—Ya te miré suficiente, ¡déjame dormir! —Jugó Len, cerrando con fuerza los ojos y cruzando los brazos tras el cuello del otro para elevarse y volver a ese cómodo rincón, pese a que ahora no contaba con esa cualidad debido a la posición en que estaban.

—¿Sólo una vez? Prometo no hacer nada —insistió, a sabiendas de que Len no le creería y no por ser desconfiado precisamente.

Tsk. Hazte la fama y échate a dormir, dicen —rió, y se dejó caer sobre el colchón nuevamente, permitiéndose otra vez volver la vista a aquellos ojos. La sonrisa producto de la carcajada anterior se suavizó y una de las manos que permanecía en su espalda viajó por su cuello hasta una de las mejillas ajenas, enseguida perdiéndose nuevamente en aquella mata de largo y extremadamente suave cabello que se empeñaba en tapar sus facciones.

—¿Lo ves? Estoy comportándome —contradijo Gakupo, prestando especial atención a aquella sonrisa. Se apoyó sobre sus codos y devolvió la caricia en la mejilla de Len—. ¿Qué quieres cenar hoy?

—No puedo quedarme —murmuró ahora, sintiéndose algo mal.

—¿Por qu—? Oh… Entiendo. —Gakupo le besó una mejilla para que no pensase que estaba muy enfadado y luego se incorporó, caminando desnudo por la habitación hasta que halló su ropa interior, de paso tomando también la de Len y dejándosela sobre la cama tras sonreírle—. Estaré en la cocina —le avisó, y salió.

Aún dentro de la habitación, el menor volteó boca abajo y ahogó un sollozo contra la almohada. No podía más con aquella situación, pero tampoco se veía capaz de hacer otra cosa.

 

Con la confianza necesaria, antes de irse tomó una ducha rápida y salió ya vestido del baño. Caminó descalzo hacia la cocina, encontrándose con la larga cabellera violeta balanceándose, mientras su dueño agitaba una sartén en una mano. Lo observó por cortos segundos más, hasta que la sartén estuvo sobre el fuego nuevamente. Luego caminó hacia él y lo abrazó por la espalda.

Estuvieron así un momento, en medio de un silencio incómodo, hasta que Gakupo puso sus manos sobre las de Len, volteando seguidamente y abrazándolo fuertemente contra su cuerpo.

—Te quiero mucho —murmuró Len, más que nada porque el nudo que aún sentía en su garganta no se lo permitía hacer más alto, no porque dudara de lo que sentía.

—Pero a él lo amas. —En verdad hubiese deseado responderle a eso, pero Len ya lo sabía. Y también sabía que lo que él sentía era más que "querer". Pero no había podido evitar el decir aquello, a riesgo de lastimarlo y de que se enfadase.

—No me hagas esto… —pidió en el mismo tono, abrazándolo un poco más fuerte antes de separarse, aunque no lo miró. Realmente cada vez dolía más.

—Nunca voy a pedirte que elijas entre él o yo, Len. Quiero que sepas eso. —Gakupo llevó sus manos hacia el rostro del más bajo, elevándolo suavemente para que lo mirase—. Si esto se termina algún día, no será porque yo lo quiera. Sabes lo que siento… Pero quiero lo mejor para ti, y últimamente no estás bien. No con esto. —Su voz gruesa flaqueó un momento, con miedo por lo que él mismo estaba por decir. Pero era cierto que para él la felicidad de Len estaba primero—. Si realmente quieres estar con él, te juro que no me opondré ni te causaré problemas. Te prometo que no volverás a saber de mí.

Las lágrimas que había controlado en la ducha volvieron a atacarlo con intensidad. Hizo fuerza con su cabeza para que lo dejara desviar la vista, pero al no conseguirlo, se colgó de su cuello, descargando así ahí toda la angustia que sentía.

Ninguno dijo nada, pero por largo rato permanecieron abrazados, recargados uno en el otro, ahora sentados en el suelo.

Una vez que estuvo más calmado, Len se acomodó, arrodillándose frente a él y ahora fue su turno de tomarlo del rostro, pegando sus frentes.

—No quiero dejar de verte —murmuró—. Me harías muchísima falta si ya no te tuviera…

—También tú.

—Hablaré hoy con él. Me duele mentirle… pero no hay ninguno al que quiera más, necesito que sepas eso. Porque si estoy contigo no es porque no lo ame. Y tampoco haría esto con cualquiera.

Con un último y superficial beso de despedida, Len se puso de pie y se dirigió nuevamente al cuarto para calzarse.

Gakupo, aún en el suelo, estiró la mano para apagar la hornalla. Seguro la comida se le había quemado, pero daba igual. Lo último que podría sentir en ese momento, sería hambre.

Notas finales:

Muchas gracias si llegaste hasta acá~ :D

 

 


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