Mi nombre es Naruto y tengo 17 años. Provengo de una familia un tanto extraña, todos mis hermanos y yo somos adoptados, pero lo curioso es que algunos desaparecen y otros hermanos nuevos aparecen, es tan rápido el cambio que ni siquiera alcanzamos a encariñarnos. En este momento somos 12 hermanos, incluyéndome. Los que quedamos ahora, somos los que llevamos más tiempo juntos, así que ya los considero mis amigos y algunos hasta como mis hermanos.
Mis hermanos son:
Sasuke… Un verdadero idiota sexy, cabello negro con reflejos azulados, ojos negros y piel blanca. Arrogante, frío y orgulloso.
Gaara…Da miedo, Su cabello es rojo y sus ojos verde agua acompañados de unas ojeras. Es muy callado pero en el fondo, muy en el fondo, una buena persona.
Kiba…El amante de los perros, de cabellos cafés y ojos de igual color, en sus mejillas tiene tatuados unos triángulos rojos. Es inquieto, risueño y mi compañero de travesuras.
Shikamaru…Para el todo es problemático. Cabellos negro amarrado en una coleta y ojos de igual color. Es un genio.
Hinata…De cabello negro con reflejos lilas, sus ojos de un extraño color perla. Es tímida y una gran amiga.
Neji… se parece mucho a Hinata, pero su cabello es café, y su personalidad es fría y callada.
Sai… Se asemeja mucho a Sasuke pero es más blanco. Siempre con su sonrisa falsa.
Ino… Rubia de ojos azules. Simpática y espontánea.
Sakura…Rosados cabellos y ojos color jade. Simpática cuando quiere.
Itachi… Es uno de los mayores. Es muy parecido a Sasuke pero sus ojos tienen ojeras y su piel es más oscura. Es el hermano mayor de todos, nos cuida a todos por igual y con mucho cariño.
Deidara…Cabello rubio y largo, ojos azules. Gritón y mandón, cuando anda de buenas es un amigo genial.
Y yo… Son el escandaloso. Rubio de ojos azules con curiosas marcas en las mejillas que parecen bigotes de zorrito.
Ese día era un tanto especial, nos mudábamos a una casa en medio de un bosque al lado del mar. La casa era muy grande y hermosa, y lucía aun mejor en medio de gigantes árboles. Al entrar, era de un estilo moderno. Lo curioso de esta casa es que daba la sensación de que aún vivía alguien ahí, a esto hay que agregarle que el ambiente no era nada acogedor.
Entre todos desempacamos y ayudamos a ordenar, al terminar ya era muy tarde. Cada uno se fue a su cama, esperando el día siguiente para explorar esa enorme casa.
Estaba plácidamente dormido, cuando escuche un ruido, miré alrededor y todos los que compartían habitación conmigo dormían. Entonces me atreví a ir a ver de qué se trataba.
Al bajar las escaleras, me di cuenta que el ruido provenía del salón principal. Al entrar divisé a una pequeña niña de cabellos negros y ojos de igual color, que llevaba un oso de peluche entre sus manitos.
-¿Quién eres?- pregunté un tanto asustado.
-¿Quién eres tú?- Me respondió acercándose a mí-Deberías irte de aquí con tu familia, aquí es muy peligroso ¡vendrán por ti!- me gritó a punto del llanto.
Al escucharla el miedo me invadió y corrí a la habitación. Me auto-convencí de que había sido mi imaginación y con eso me dormí.
Al día siguiente, bajé al salón principal y ya no había rastros de la niña de la noche anterior, así que no le di importancia.
Luego del desayuno con mis hermanos exploramos la casa. Encontramos una entrada secreta a un cobertizo donde había 2 autos, un Cadillac coupé de ville y un Audi A5.
-Oye, Gaa-chan, ¿cómo me veo?- preguntó Sai, que estaba en el asiento del piloto del Audi.
-Como un idiota-
-Yo me vería mucho mejor en él- comentó Kiba
-¡Salgan de ahí!-Gritó Itachi- vengan vamos a ver qué más encontramos-Finalizó con una sonrisa.
-Que flojera-Acortó Shikamaru, a lo que todos reímos.
Íbamos acercándonos a la puerta, cuando escuchamos un grito desgarrador.
-¿Qué…qué fue eso?- pregunté asustado recordando la advertencia de la niña de la noche anterior.
Corrimos por los pasillos y llegamos al frente de la habitación de nuestros padres, vimos algo que nos dejo helados. Mi madre Kushina estaba en el suelo llorando y gritando, mientras mi padre Minato era atacado por un tipo extraño, vestía de negro completamente, era alto y fornido, su cara tenía una complexión extraña y aterradora.
-AaaaaaH!!!!!!- volvió a gritar mi madre mirando a un punto atrás nuestro.
Dirigí mi mirada a donde adónde ella miraba. A nuestras espaldas había muchos más de ellos, no sabía qué hacer, además qué podía hacer yo. Eso me carcomía por dentro.
-¡Chicos! Uds. son fuertes, pueden contra ellos, está en su sangre. Todos Uds. son especiales….-dijo mi padre, pero en ese momento uno de los tipos le hizo una llave en el brazo y papá se hizo polvo y se desvaneció en el viento. Mis ojos no se podían abrir más de la impresión, de ellos comenzaron a caer lágrimas.
Los tipos desaparecieron en una pantalla de humo, dejándonos en estado de shock.
-¿Qué pasó?- preguntó Neji
-¿Mamá? ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué está pasando?- pregunté
-¡¡No seas desconsiderado!! -me dijo con enojo Sakura. Miré a mi madre y comprendí a lo que se refería. Ella estaba con la mirada perdida en donde había desaparecido mi padre.
-Hinata ayuda a levantarla y llévala a su habitación, Shikamaru, Neji e Ino, quédense con ella por si vuelven a aparecer- Ordenó Itachi- los demás acompáñenme a ver si siguen en la casa y encontrar algo relacionado con lo que acaba de pasar.
Todos acatamos la orden, pero yo tenía que decir lo ocurrido la noche anterior-Itachi, tengo algo que decir- dije algo temeroso.
-Ahora no es el momento Dobe, ¿no ves que hay cosas más importantes que tus tonterías?- dijo Sasuke molesto y con su típica sonrisa de superioridad.
-Esto es importante y no es una tontería, Teme-dije molesto.
-Ya basta los 2, Naruto, qué es lo que tienes que decir-nos regañó Deidara
-Anoche sentí un ruido en el salón principal y bajé a ver, encontré a una niña pequeña que me advirtió de estos tipos- dije con la mirada baja apunto de derramar lagrimas y con los puños apretados, ni siquiera sabía por qué lloraba.
-¿Por qué no dijiste antes, pedazo de inútil?- me recriminó Sasuke- Hubiésemos evitado la muerte de Minato.
-Yo no entendí a lo que se refería, pensé que había sido mi imaginación- me defendí
-Sasuke y Kiba acompañen a Naruto, para ver si encuentran a la niña- ordenó Itachi- nos juntamos aquí un 2 horas, si les llega a pasar algo o se encuentran a uno de esos tipos, griten.
Con los chicos buscamos en toda la casa, en todos los rincones, en todas las habitaciones, e incluso buscamos en el bosque, pero ni rastros de la niña, era como si se la hubiese tragado la tierra.
-Volvamos al punto de reunión, han pasado las de 2 horas, pueden preocuparse- dijo Kiba algo asustado.
Emprendimos el camino de regreso con rapidez y llegamos al punto de reunión.
-¿En dónde estaban? Ya nos estábamos preocupando- dijo Deidara-¿encontraron a la niña?
-No, es como si nunca hubiese estado aquí- respondí
-¿Uds. encontraron algo?- preguntó Sasuke
-Sí, unos papeles que quizás son de dueño anterior- dijo Sai- y tienen relación con demonios y no sé qué más.
-¡¡¡Chicos!!!- nos llamó Ino- Mamá reaccionó, quiere hablar con todos nosotros.
Todos nos reunimos alrededor del lecho de mamá, se veía muy frágil, ni un rastro de esa mujer enérgica que era hasta antes de lo ocurrido con papá.
-¿Qué sucede? ¿Qué nos tienes que decir?- se adelantó Kiba curioso.
-Quiero que me escuchen con mucha atención, esto se lo íbamos a contar más a delante cuando todos estuviesen preparados, pero debido a las circunstancias, tendré que hacerlo ahora- dijo mamá con determinación, pero con tristeza en sus ojos- Uds. son especiales, todos y cada uno de Uds. proviene de un clan poderoso de demonios, su padre y yo éramos los encargados de criarlos para que luego vuelvan a sus hogares para ser entrenados.
-¿Por esa razón algunos de nosotros vienen y se van?- interrumpí.
-Sí, pero Uds. son lo que queda de sus clanes, por eso han estado desde pequeños con nosotros y nunca se han tenido que ir- Explicó- Esos “hombres” son parte de sus clanes, pero de ramas inferiores, no son puros como Uds. por eso vienen para matarlos-se le llenaron los ojos de lágrimas, pero continuó con el relato- al matar a Minato, ya no tienen su protección, por esa razón deben cuidarse entre Uds. y descubrir su legado sanguíneo. Itachi, Sasuke y Sai, provienen del clan Uchiha, Ud. son hermanos sanguíneos. Gaara es del clan Sabaku no. Kiba del Inuzula. Shikamaru del Nara. Hinata y Neji son primos, vienen del clan Hyuga. Ino del Yamanaka. Y por último, Deidara y Naruto, que son hijos de Minato y míos, el clan Namikaze- Me sorprendí muchísimo y abracé a Deidara.
-¿Por qué vinimos a esta casa?- cuestionó Gaara
-Creímos que traerlos acá les serviría como un espacio para poder entrenar, ya que están listos para iniciar su entrenamiento-explicó- Nunca pensamos que los expondríamos tanto-Dijo bajando la mirada.
-¿Q… qué ha… haremos a…ahora?- Preguntó preocupada Hinata.
-¿No es obvio? Entrenar y prepararnos para recibirlos y hacerlos pagar por la que hicieron, y por lo que intentan hacer-Sasuke, dijo con determinación.
Así fue, pasábamos la mayor parte del día entrenando, era agotador, pero tenía que soportarlo, no permitiría que Sasuke me superara y me viera con esa cara arrogante que tanto me disgusta.
-¿Ya te cansaste, Dobe?- dijo Sasuke, después de casi 4 horas seguidas de entrenamiento- ¿Qué tanto piensas?- Me miró algo preocupado, pero él ni yo jamás lo admitiríamos.
-¿No te causa tristeza la muerte de papá?- cuestioné
-No era mi padre, aunque lo quise como uno, la vida continúa, tienes que superarlo-
-hm- me entristeció su respuesta, pero tenía razón, la vida continúa, pero antes haría que esos idiotas se arrepientan de lo sucedido, era una promesa.
-Hay que continuar- Sasuke me mostró una de esas sonrisas que solo me dedica a mí.
Así pasaron algunos meses, no había rastros de los demonios ni de la pequeña niña, pero en el fondo sabíamos que nos observaban muy de cerca.
Era un día nublado, cuando de entre el bosque vimos a muchos demonios acercándose a nuestro sitio de entrenamiento. Uno de ellos se aproximó más a nosotros, era pálido y en su mirada se podía ver odio, parecía una serpiente.
-Buenos días, soy Orochimaru, los humanos me conocen por el nombre de Apophis- Nos saludó con una sonrisa sínica
-¿A qué viene Ud. Aquí? No es bienvenido- habló mi madre, mirándolo con desconfianza.
-Tranquila…. Es solo una invitación, después de todo somos de la misma especie y creo que sus protegidos deberían conocer lo que es una fiesta de demonios, ¿no cree Ud.?
-¿Qué celebraríamos?-
-Que nuestra gloriosa raza cuenta con integrantes muy poderosos- Dibujó una sonrisa tétrica en su rostro.
-Entonces… insisto que sea acá en mi casa, nosotros nos ocuparemos de todos los preparativos, solo necesitaríamos de su presencia y la de su grupo- Invitó mi madre con una sonrisa forzada.
-Si es así, estaremos el sábado a las ocho de la noche aquí. Bueno, nos retiramos. Hasta entonces-se despidió mientras se alejaba con su grupo.
Esperamos pacientemente sin bajar la guardia que los recientes visitantes se fueran del alcance de nuestra vista.
-¿Qué es eso de la fiesta, mamá?- Me atreví a preguntar, al parecer todos teníamos la misma duda.
-Cuando un grupo de demonios pide una fiesta a otro grupo, es como declararles la guerra cortésmente y a la vez es una forma de burlarse del grupo oponente- Nos trató de explicar, pero ninguno de nosotros logró entender bien- Lo que significa es que ellos durante la fiesta intentarán asesinarnos uno por uno sin que nos demos cuenta.
-Entonces nosotros tendremos que hacer lo mismo- puntualizó Kiba
-Hay que entrenar más duro, el sábado es en 3 días-Señalizó Neji.
Asentimos y nos pusimos a trabajar. Sería un entrenamiento muy arduo, pero teníamos que estar preparados para lo que se venía. Debíamos llegar a ser ágiles, silenciosos y muy astutos para lograr mantenernos con vida.