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The Church of Hot Addiction por RaiinBou

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Notas del capitulo:

おはよございます! Es mi primer Fanfic AoixUru. *Mentira, es como el tercero, pero es el primero que subo* Espero les guste n___n!

 

Este Fanfic va dedicado para YumeChan, me lo había pedido desde hace mucho y había olvidado subirlo. Le debo como otros 3 más, pero este es uno de tantos.

El titulo no tiene nada que ver con el FanFic, pero no se me ocurria que titulo ponerle al Fanfic >-<!

No sé por que sale con Series .___. la verdad no es serie de nada, pero puej! AY esta loco por tanto KPOP que hay aquí (? Si alguien sabe como quitarselas, le agradecería mucho que me dijeran n__n


Ahora sí, a leer... :)

Celos. Eso era lo único que sentía y que recorría sus venas, ardientes y dominantes celos. Le era imposible creer que el bastardo castaño que tenía por compañero de banda le tentara de semejante manera como para que después se la pasara de acaramelado con todos los del grupo.

Podía imaginarse viéndose desde tercera persona, sentado en el sillón de la sala de ensayos, fumando de a ganas un cigarrillo, mientras observaba a SU Castaño…no esperen ¿qué? “Su Castaño” no, no era de él pero… Ahhg! Que complicada situación tenía, Bueno, el punto es que le veía sentado melosamente sobre las piernas del bajista, hablándole de idiotez y media de seguro.

¿Es que  acaso el Guitarrista principal se estaba buscando problemas? Sabía perfectamente la relación que tenía el bajista con el vocal de la banda y aun así le trataba de semejante manera, como en algún momento hacía con él. Vale, que Reita y Uruha eran amigos desde hace años, pero ¡no era para que le tratase así! ¿O sí? Y ¿Por qué demonios el chibi no les decía nada? Él era tan posesivo con su iguana que aun no se tragaba eso de que dejara a Uruha ser tan “cariñoso” con él. De igual manera ese era asunto de su incumbencia.

-          Vamos por un café, hace demasiado frio… - la voz del líder y batero de la banda le saco de sus pensamientos, no quería salir de ahí en cierta parte quería esperar a ver qué pasaba con los otros tres.

-          No tengo ganas, Kai. –Contesto el pelinegro sin moverse.

-          No te estoy preguntando, vamos.

Sin más ni menos tuvo que acompañarle. Sabía perfectamente a lo que se enfrentaría de nuevo: un sermón completo de filosofías por parte del batero. Y así fue. Sabía lo que le diría, que el Guitarrista estaba enamorado de él desde hace tiempo y demás, pero entonces, ¿Por qué e comportaba así con los demás? Si, el mismo Aoi sabía que el guitarrista gustaba de él desde hace ya tiempo, pero a él jamás le había llamado la atención el castaño, o eso creía. Hasta que el Batería y el vocal, tiempo atrás, le confirmaron lo que el sospechaba.

No podía negarlo, le encantaba que el Guitarrista le tratara de manera especial, incluso que le acosara e intentase violarlo.

-          Cuando a Uruha le gusta algo no descansa hasta conseguirlo. – le dijo Kai con una sonrisa, dándole un sorbo a su café.

-          Eso lo tengo más que claro. – Contesto Aoi, devolviéndole la sonrisa.

Y es que de eso no cabía duda, pocas veces parecía afectarle al guitarrista las acciones del otro. Podría tratarle mal, tener millones de novias e incluso novios y al guitarrista no le causaba nada, simplemente se dedicaba a seguirle coqueteando, sin importar qué, y eso le prendía, definitivamente le encantaba. Nunca se había hecho la pregunta a sí mismo si le gustaba Uruha, prefería verlo como un deseo del momento, pero de un año hacia acá las cosas habían estado cambiando, le tomaba más importancia de lo que debía al castaño, lo que hacía, lo que decía, lo que le hacía y lo que le decía significaban para él. Tal vez, sentía algo por él, algo que estaba oculto.

Regresaron al estudio, curiosamente el vocal y el bajista estaban melosamente abrazados, mientras que Uruha afinaba su guitarra. Al oír que la puerta se abría dejando ver a sus dos compañeros, Uruha levanto la vista, y le dedico una coqueta y cierta lujuriosa sonrisa a Aoi.

Le encantaba el pelinegro, había sido una especie de amor a primera vista, aunque le había tomado varios años de su vida aceptarlo. Él estaba consciente de que Aoi sabía perfectamente sus sentimientos hacía él, pero aun así, no le importaba, disfrutaba de coquetearle y divertirse con él.

-          Vale chicos, tómense unos minutos, después continuamos el ensayo. – lo único que quería Kai era terminarse su café a gusto.

Reita se sentó en el sillón, junto a Uruha, para que después Ruki se sentará en sus piernas y comenzará a susurrarle quien sabe que tantas cosas al oído. Kai se dedicó a sacar su móvil para hablar con, quien todos sabíamos, el Ex solista de la PSC.

-          Ahora vengo, voy al baño. – Soltó el pelinegro al aire, al parecer ninguno de los 4 le había puesto atención.

Todos notaron a la perfección como el Castaño dejo su guitarra a un lado y salió en la misma dirección que el pelinegro sin que este se diera cuenta, pero ninguno de los 3 se atrevió a decirle algo, ellos también tenían la esperanza de que sus dos guitarristas estuviesen juntos.

El segundo guitarrista se recargo sobre el lavabo, para después mojarse un poco la cara. Quería salir de sus pensamientos, quería sacar a Uruha de ellos, sacarlo a él y a lo que sentía por él. Se miraba el espejo repitiéndose una y otra vez a si mismo sacarse a Uruha de la mente, cuando escucho la puerta del baño abrirse y después cerrarse de golpe.

-          U-Uruha… -susurró sorprendido. - ¿Qué hac…?

No pudo terminar la frase cuando el susodicho ya se había apoderado de sus labios. Estaba más que sorprendido, es decir, de todas las veces que el castaño le coqueteaba o acosaba, jamás le había besado, y mucho menos así como le besaba. No se quejaba, al contrarío, le encantaba ese roce con los labios del menor, desde hace tiempo que se preguntaba a que sabían esos carnosos labios que tanto se le antojaban. Canela, sabían a canela y un toque de Tabaco, junto con zarzamora. Sonaba asqueroso ¿cierto? Pero probarlo no sabía nada mal.

El castaño sonrió de medio lado al sentir la lengua del mayor adentrarse por su boca, hasta chocar con la suya, provocándole un roce exquisito. Cuando notó que Aoi estaba lo bastante absorto en el beso lo acorralo llevándolo hasta uno de los cubículos mientras cerraba la puerta. Aoi no protesto, al contrario, sonrió de la misma forma que Uruha, sin dejar de besarle, mientras le tomaba de las caderas. Uruha rodeo el cuello de Aoi con sus brazos para seguir besándole, mientras que subía su pierna derecha a la altura de las caderas del pelinegro, quien gustoso comenzó a acariciarla, y así comenzó a rozar su erección con la del mayor.

-          Mmmmmh…. Uruha… - Intentó no gemir el mayor.

-          A-o-Shii~ - Susurró en el odio del pelinegro.

De repente, sin aviso alguno, Uruha se quito de encima de Aoi, dirigiéndose a salir del cubículo. Para sorpresa del castaño, Aoi lo acorraló en la puerta, quedando encima de su espalda, impidiéndole salir, mientras deslizaba una de sus manos por debajo de la playera de Uruha. Uruha podía sentir la respiración de Aoi por encima de su hombro, y su erección entre sus piernas.

-          Ahh… -gimió provocándole mayor excitación al pelinegro.- Aoshii… -le hablo melosamente.- Aquí no es lugar para terminar esto. – y dicho esto abrió la puerta saliendo del cubículo.

-          No sé si te siete cuenta, pero el que comenzó todo esto fuiste tú. – le sonrió el pelinegro, saliendo también mientras se recargaba en el filo de la puerta.

-          Anda… - Le sonrió el castaño desde la puerta del baño- Vamos, no querrás llegar tarde a lo que queda del ensayo… ¿O sí?

Terminó dedicándoles una mirada llena de lujuria al pelinegro, para que después ambos salieran del baño para llegar al ensayo.

Lo que resta del ensayo continuo normal, si así se podría decir. Al pelinegro no se le despegaban los ojos del castaño, y este al notarlo simplemente le dedicaba una coqueta sonrisa, también habían momentos en los que el castaño se acercaba demasiado a él y le mandaba un beso en el aire, Reita y Kai solo se dedicaban a reírse de aquello.

Al finalizar el ensayo Reita y Ruki fueron los primeros en irse, excusándose que tenían muchas cosas que hacer.

-          Esos dos, no piensan en otra cosa más que coger. – comento Kai para que después los tres se echasen a reír.

-          Nee, Kaichu~ -le susurró el castaño al oído- ¿Me llevas a casa?

-          No, Uru, tengo que ir a hablar con el Manager y después quede con alguien.

-          coffcoffMiyavicoffcoff – Dijeron los dos guitarristas al mismo tiempo.

-          S… ¡no es de su incumbencia! –dijo apenado Kai.- Que te lleve Yuu. –Uruha le miro extrañado a Kai.

-          Será un placer. –dijo el pelinegro mientras le sonreía al castaño.

Llegando al departamento del castaño, le invito a pasar. Uruha sabía lo que haría, sabía que ahora por fin tenía la oportunidad de estar con él y de cierta forma decirle lo que sentía por él.

Estaban bebiendo en la sala, mientras platicaban de cosas sin sentido y reían de estupideces aun con menos sentido, hasta qué, por alguna razón, ambos se quedaron perdidos en las miradas ajenas, hasta besarse.

El beso comenzó siendo dulce. Aoi guiaba con cuidado a Uruha, y acariciaba sus labios con los suyos delicadamente, incluso cuando adentró su lengua en la  boca del menor, lo hizo con cuidado, al igual que Uruha, quien solo rozaba dulcemente su lengua con la del pelinegro, para grabar en su mente aquel sabor… Menta, con tabaco, demasiado para gusto del castaño, y algo de cerveza, aun así le encantó.

-          Aoi… -Susurró el castaño al romper el beso, mientras terminaba de acariciar la mejilla del mencionado.

-          Uruha, ¿Tú… -suspiro- ¿Tú me quieres? – soltó por fin.

-          Serás idiota… -sonrío y Aoi temió lo peor. Una respuesta negativa sería fatal para su corazón que acababa de descubrir ese sentimiento por el castaño.- Yo no te quiero, Aoi. –Se quedo paralizado mientras Uruha se levantaba hasta quedar en el filo de la puerta de su habitación. Al ver la reacción de su compañero, volteó con cuidado, con una sonrisa en su rostro.- Yo no te quiero porque te amo.

No supo cuando ni como, pero estaba ahí, encima del pelinegro, que estaba recostado en su cama. Por fin lo tenía como siempre lo había soñado. Delineaba su cuerpo con sus manos, mientras sentía como las del pelinegro hacían lo mismo con su cuerpo.

-          Ahh… Aoi… -Comenzó a gemir, mientras intentaba deshacerse de la camisa del pelinegro.

-          Uruha… yo… -intentó hablar.

-          Shh… -Le cayó el castaño, mientras se sentaba con cuidado sobre sus caderas, cabizbajo, deteniendo toda acción que hacían ambos. – Esta bien si no sientes lo mismo que yo, o si quieres odiarme después de eso, pero… - El sonido de su voz, comenzaba a quebrarse.- pero, por favor… déjame tenerte solo para mi esta noche…

-          Mira quién es el idiota… -levantándose de a poco para quedar sentado, aun con Uruha en sus caderas.- Si yo no sintiera algo por ti no hubiese llegado tan lejos. –tomo el mentón del castaño con cuidado para obligarle a mirarlo.- No sé que tienes Shima, pero me has enamorado tan rápido…

No necesito más para lanzarse hacia el pelinegro y besarle como si no lo hubiera hecho minutos antes. Sintió como el Castaño sonreía durante el beso, provocándole lo mismo, después sintió los brazos de Uruha en su cuello, para que después el abrazase por la cintura.

Se dejo recostar por el menor, poco le importaba ya. Estarían juntos, ¿no es así?. Ambos se dejaron llevar, absortos por el sentimiento que acababan de descubrir.

Por fin el castaño se deshizo de la playera del pelinegro, mientras este hacia lo mismo, con algo de dificultad debido a que tenía al castaño apoderado de su pecho y su cuello, besándolo, mordiéndolo y lamiéndolo por todos lados, mientras se divertía paseando sus manos al filo de su pantalón, hasta desabrochárselo y quitárselo de golpe.

Bajo hasta sus bóxers para besar, la ya notable, erección de Aoi, sacándole un notable suspiro. Bajo los bóxers, lenta  torturosamente, mientras se relamía los labios, sin quitarle la vista al moreno. Una vez que tuvo frente a él la erección del mayor no dudo ni un segundo para comenzar a repartirle pequeños besos por toda su extensión, Besos que segundos después se convirtieron en lamidas, hasta que el castaño se devoro por completo la hombría del pelinegro.

-          Ahh… Shima… - logró arrancarle un ronco gemido.

El castaño comenzó a subir y bajar sus labios por toda la erección, mientras acariciaba con su lengua esta misma, como si se tratará de un dulce. Sintió las manos del pelinegro enredarse en sus cabellos, para comenzar a marcar el ritmo. Oh! Vaya que estaba desesperado.

-          Mm… Que boca tan más deliciosa, Shimita… - Soltó él mayor envuelto en placer.

El castaño después de un rato se detuvo.

-          Uruha… -Soltó en un suspiro mientras jugaba con los cabellos castaños del menor.

El aludido dejo todo lo que estaba haciendo al sentir la mano del pelinegro tomarle de la barbilla, para ponerlo a su altura y besarle. Le beso con pasión, y a la vez tan dulcemente, que Uruha se sintió a morir con el sabor de su boca. Durante el beso, Aoi cambio de posiciones con Uruha, para tener ahora él control sobre el castaño.

Mientras seguía besándole, comenzó a desabrochar y bajar los pequeños y ajustados shorts, junto con los ligueros que llevaba puestos el castaño, dejando al aire sus largas y bien formadas piernas. Aoi no tardó mucho en bajar sus besos, para apoderarse del cuello de Uruha, mordiéndolo un poco, dejándole marcas que de seguro le tardarían semanas en quitarse. Bajo más un los besos, hasta pasearlos por su pecho, apoderándose de los dos pequeños botones rosas que tenía el castaño, succionándolos, lamiéndolos y jugando con ellos, escuchando los pequeños y delicados suspiros del Castaño.

Llego a su ombligo, paseando su lengua por todo él, sonriendo de medio lado, sintiendo las manos del menor jugar con sus cabellos, hasta enredar sus dedos en ellos. Lentamente bajo hasta sus piernas, mientras las levantaba con cuidado, iba depositando besos y lengüetadas en estas.

Miro a Uruha, quien seguía recostado sobre la cama, sonriéndole con placer. Esté al percatarse de la mirada del pelinegro, se perdió en los ojos del otro mientras que con delicadeza y un toque de seducción, comenzó a jugar con sus cabellos, para después pronunciar su nombre lenta y lujuriosamente.

Aoi dejo las piernas del castaño y justo cuando estaba por quitarle los bóxers este se arrodillo sobre la cama, para besarle. Durante el beso, Uruha hizo que Aoi retrocediera encaminándolo hacia la pared, mientras este le quitaba lentamente los bóxers, dejándolos perdidos en algún lado del suelo.

Al chocar contra la pared Aoi cambió de posiciones con Uruha, haciéndolo quedar a él acorralado en esta. Terminaron el beso y Aoi no pudo evitar mirarle con lujuria al castaño dándole 3 de sus dedos para que los lubricase. Uruha sabía perfectamente lo que tenía que hacer con esos tres dedos sin embargo, le ignoró por completo sonriéndole de medio lado y dándole la espalda.

-          No soy un novato, no necesito que me prepares… - Dijo mientras sonreía de lado y pegaba su pecho a la pared.

-          Después no te quejes… - le susurro el moreno al oído, mientras se colocaba sobre el cuerpo del castaño.

Uruha abrió un poco más las piernas, mientras se inclinaba un poco hacia el frente, frotando sus glúteos contra la erección de Aoi, gimiendo un poco ante el contacto. Aoi colocó una sus manos sobre una de las de Uruha , que estaban sobre la pared, para entrelazar sus dedos, mientras se acercaba a su cuello para comenzar a besarlo.

Con la otra mano, tomo la cintura de Uruha, Para pegarlo más contra su cuerpo y así comenzar a introducir su erección en la entrada del castaño.

-          Ahhhmmn…. A-Aoshii…~ - Esa manera tan endemoniada de Uruha de gemir su nombre comenzaba a apoderarse del moreno, quien no quería que las cosas terminaran tan rápido.

-          Eres tan delicioso, Shima… -le susurró al oído.

El castaño no aguantó mucho, así que el mismo, aunque le costase demasiado, se auto penetro moviendo sus caderas en contra del pelinegro.

-          Ahhh… - comenzó a gemir más y más fuerte.- Aoshii… Dame duro… -Ok, ahora sí había perdido el control de todo.

Esa manera de pronunciar su nombre, de gemir, de decirle eso, todo. Todo había hecho que perdiera el control de sí mismo y comenzase a embestirlo, mientras seguía besándole el cuello.

El castaño sentía todo ese placer entrar y salir de su cuerpo, sin poder hacer nada, más que gemir y gemir sin parar, rogando porque el pelinegro no se detuviera, le encantaba, le encantaba esa forma tan placentera con la que le embestía.

Sintió las manos del moreno recorrerle la espalda, para después delinear su cuerpo, hasta llegar a sus caderas y aferrarse a ellas, enterrando sus uñas un poco.

De repente el castaño sintió todo ese placer salir de su interior, es que ¿A caso el pelinegro pensaba detenerse?, ¿Dejar a ambos con esas ganas de llegar al orgasmo tan deseado? Divagaba en su mente con esas preguntas, cuando sin previo aviso, Aoi le volteo descaradamente, dejando su espalda contra la pared, para colocarse entre sus piernas. Uruha levantó una de sus piernas, justo como lo había hecho en el descanzo del ensayo, entonces, Aoi lo tomó por las piernas hasta cargarle y enredar sus piernas por su cintura, para comenzar las embestidas de nuevo.

-          Creí que te ibas a detener… - le susurró al oído el castaño.

-          ¿Y perderme de este cuerpo tan delicioso que tengo frente a mi? Me pones idiota, pero no tanto.

Uruha rodeo el cuello de Aoi con sus brazos, y lo beso desesperadamente, mientras lamia sus labios, jugaba con su lengua e incluso lo mordía un poco, sintió de nuevo todo ese placer llenarle, con embestidas un poco más leves a las que minutos antes había tenido.

Llegó. Llegó a ese lugar que tanto enloquecía al castaño, provocando la ruptura de aquel beso.

-          Ah…YUU! – gimió de placer al sentir como el pelinegro volvía a llegar a ese punto.- Ahhmm... Más, Aoshii~~más… Ahmmmn … - Volvía de nuevo esa provocativa voz del castaño, prendiendo a un más al pelinegro.

Aoi bajó una de las piernas de Uruha, mientras que recorría la otra con su mano. Besaba desesperado el cuello del castaño, mientras le susurraba osas al oído.

Miró la entrepierna del menor, necesitaba atención y es que, ciertamente no le había brindado nada de atención a esta en toda la noche, así que con su mano comenzó a masturbarle, sin dejar de embestirlo de poco en poco.

-          Ahh… Aoi… Joder… - No podía dejar de gemir. Para calmarse un poco comenzó a enterrar sus uñas en la espalda del mayor.- Ahmmmn…. Que… Ahh… Qué bueno eres Aoshii… -le susurro mientras sonreía.

-          Y tú… ahhh… eres delicioso… Shima…  -tampoco podía evitar gemir.

Sentía la mano del pelinegro, bajar y subir por toda su erección, sabía que no aguantaría mucho así, ya era suficiente placer con tenerlo dentro como para ahora estar siendo masturbado, no aguantaría mucho tiempo así.

-          Ahh… Yuu, me… me vengo…  - intentó decir entre gemidos.

Como lo había dicho, no resistió mucho, así que dejo salir su esencia en la mano del pelinegro, y este al sentir el interior del castaño contraerse no pudo evitar correrse dentro de él.

-          Ahhh… YUU! -Grito el castaño mientras abrazaba aun más fuerte a Aoi.

-          Shima… -le susurro en el oído mientras lo abrazaba de igual manera.

Les tomo unos minutos regular un poco su respiración, pera después besarse. El castaño tomo las mejillas del pelinegro, comenzando a acariciarlas cuidadosamente, mientras sentía las manos del pelinegro descansar  sobre sus caderas, mientras caminaban lentamente hacia la cama.

Se recostaron en la cama, el castaño sobre el pelinegro,  mientras se acomodaba en su pecho, escuchando los latidos de su corazón, sintiendo como el pelinegro le rodeaba con sus brazos en un cálido abrazo. Sintió al pelinegro moverse un poco, intentando salir de él.

-          No lo hagas… -le susurró, recibiendo una mirada extrañada por parte del moreno. – Me gusta sentirte dentro… -Sonrió, mientras cerraba los ojos.

-          Uruha… - le llamó el pelinegro.

-          Aoi…

-          Te amo. – dijeron los dos al mismo tiempo, sin poder evitar sonreír.

No cabía duda, el castaño estaba completamente feliz. Así era, no sabía cómo, pero había conseguido enamorar al pelinegro, a SU pelinegro. Takashima Kyouyou lo había probado de nuevo. El siempre consigue lo que quiere…

Notas finales:

Bueno, eso es todo! Espero que haya llenado sus espectativas (? Nos estamos Leyendo!



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-RaiinBou-


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