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Él es mío, SeKyung (JongKey) por mitsui-chan

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Notas del capitulo:

Dedicado en su totalidad a DINOHYUN oppa!

-¿Han visto a KiBum?- preguntó un chico bajito a una pareja acaramelada que estaba medio recostada en un árbol del parque del lado de su instituto.

-Umma está en casa.- dijo el menor, girándose un momento para contestarle antes de voltearse otra vez hacia su novio.

-¿Y eso?- preguntó.

-No sé.- respondió otra vez.

-TaeMin, no me estás ayudando demasiado, que digamos.- se quejó.

TaeMin, Onew y Jonghyun vivían juntos con otro chico, KiBum. Los dos primeros eran pareja mientras que Jonghyun y KiBum eran mejores amigos. En aquella casa siempre había risas, los problemas venían cuando o bien la pareja peleaba o cuando los otros dos lo hacían. Solo se oían gritos cada dos por tres.

Pero esta vez algo había cambiado: Key no le hablaba a Jonghyun, lo que le tenía preocupado en profundidad, pues nunca había sido ignorado por el chico de ojos felinos  de un modo tan descarado y sin razón aparente.

Jonghyun iba a preguntar otra vez, pero al ver que aquel par volvían a sus entretenidos quehaceres y volvió a su piso.

-¡Holaaa!- dijo al cerrar la puerta y, tal y como esperaba, nadie le contestó.

Suspirando, subió al piso de arriba y abrió la puerta del cuarto del Kim más joven sin siquiera llamar, lo que causó que el chico tumbado en la cama se sentara.

-¿Qué haces aquí?- dijo con la voz rota.

-¿Por qué me ignoras?- le devolvió la pelota, sentándose en la cama.

-¿Por qué no me lo dijiste?- volvió a preguntar el menor.

-¿Decirte qué?- dijo ya cansado de lo que parecía ser una ronda interminable de preguntas.

-¿Por qué no me dijiste que tenías novia?- susurró, dolido.

Entre él y Jonghyun nunca había habido secretos, ¿por qué no se lo había contado antes de que se tuviese que enterar de un modo tan doloroso?

-¿Novia?- dijo extrañado.- Bummie, yo no tengo, ni he tenido ni tendré novia.- le dijo aun pensando en que se refería el chico con aquello. Es decir, de tener novia, él lo sabría, ¿no?

-¡Al menos no tengas el descaro de mentirme así!- explotó.- ¡Suficiente tuve al encontrarme la maldita notita en mi taquilla! ¡Suficiente he tenido con el que no me lo contaras como para que ahora me lo niegues!

Key seguía hablando, más bien gritando, pero Jonghyun se había perdido en aquellas hermosas facciones, en las mejillas rojas por el coraje que sentía el chico haciéndole ver adorable, en los felinos ojos ahora entrecerrados, en los labios rojos y deliciosos, en la piel suave y de color cremoso, el lacio y negro cabello.

-KiBummie.- le cogió de las manos y le hizo sentarse en la cama, pues se había levantado para gritarle.- ¿Pero de que carajos hablas? ¿Qué nota? ¿Qué novia?- le preguntó pues realmente no entendía nada de nada.

-Shin SeKyung me dejó una nota en mi taquilla diciéndome que te dejara en paz, que quería que su novio le hiciese caso en lugar de estar todo el tiempo a mi lado dejándola de lado a ella.- parpadeó rápidamente para contener las lagrimas que se iban formando en sus ojitos.

-A ver yeobo...- lo cogió por las caderas y lo sentó en su regazo, jugando con su cabello.- Shin es solo una de las demás chicas que me van detrás pero que voy ignorar. ¿Total, porque necesito novia si te tengo a ti?- le dijo sonriéndole.

Key le devolvió la sonrisa y lentamente se fue acercando a él, hasta que sus respiraciones, cerró los ojos muy suavemente, como si de un aleteo de mariposas se tratara, como las mariposas que parecían volar en su estomago, un suave pero aun así visible sonrojo se instaló en sus pálidas mejillas.

Por su lado, Jonghyun se estaba maravillando de la belleza que tenía encima, aquella belleza que le había hechizado desde que le vio, cuando recién tenía cinco años y sus padres fueron a ver a unos amigos suyos, quienes tenían un niño de cuatro años. Sus manos se deslizaron hasta las estrechas caderas y le acercaron a su cuerpo, haciendo que Key rodeara con sus delgados brazos el fuerte cuello del mayor.

-¡Umma!- Y TaeMin, como buen hijo que era, llegó gritando e interrumpiendo la dulce escena y entrando de golpe en la habitación.- ¡Oh!- dijo al ver en la posición en la que estaban.- ¡Lo siento! Como sea, nos vamos a dar una vuelta por el centro. Por cierto, ya han llamado de la pista de patinaje de hielo, Jonghyun hyung.- lo dijo todo de carrerilla y se fue tan rápido como había llegado.- ¡Ya está Onew hyung! ¡Umma dijo que sí!- se oyó y luego el sonido de la puerta abrirse y cerrarse.

-¿Qué?- exclamó levemente molesto la Diva pues él no había dado permiso al OnTae para salir por ahí.- Malito niño…- murmuró.

-Bum.- le llamó Jonghyun, a lo que Key le miró para que supiera que tenía su atención totalmente. Como siempre.- ¿Vamos a la pista de patinaje?- propuso.

-¿Eh? ¿A…A la pista de patinaje?- dijo algo atemorizado, pues no tenía ni idea de patinar sobre hielo. Ni sobre tierra, de hecho. Solo sabia sobre agua.

-Sí.- dijo mientras se levantaba para ir, pero entonces vio la mirada apenada y el sonrojo casi imperceptible del menor, lo cual le dio una idea de lo que le pasaba al chico bonito.- No sabes patinar, ¿cierto?- el aumento del sonrojo en las mejillas de KiBum le dio la respuesta.

-¿Acaso tú sí sabes?- dijo achicando los ojos, sin creérselo.

Es decir, Kim Jonghyun, el chico masculino de la escuela, el chico con la mejor voz y miembro del equipo de básquet, ¿patinar sobre hielo? ¿Con mallot? ¿Haciendo piruetas? Era algo imposible de concever.

-¿Dudas de mí?- dijo altanero.

-Compartes genes con Jinki. Es extraño que no seas tan patoso como él.- se encogió de hombros.

-Aish… Ven.- le cogió de la muñeca y lo arrastró hasta su cuarto. Una vez entraron sacó una caja de dentro del armario.- Tú sabes que cada dos tardes tengo entrenamiento, ¿cierto?

-Claro. Lo que me recuerda que nunca hemos ido a ninguno de tus partidos, Jonghyun-ah.- le dijo, frunciendo el ceño y poniendo su manos en sus estrechas caderas.

-Eso es porque nunca he formado parte del equipo de básquet.- le contestó.- Soy patinador, Bummie. Todos mis entrenamientos y demás días que no estoy en casa, es porque tengo alguna competición.

-¿Por qué nunca me dijiste? Dijimos que no tendríamos secretos entre nosotros, Jonggie.- hizo un adorable puchero, causando que el mayor quisiera agarrarlo por las tiernas mejillas y plantarle un beso en aquel tentador puchero.

-No quería que te rieras de mí.- confesó.- Acércate.- le cogió de la mano y lo acercó a la cama, donde estaba la caja.

Y los ojos de Key se abrieron al máximo al ver todas las medallas y trofeos que había dentro. E incluso había un premio…

-¿¡Ganaste el concurso de patinaje nacional!?- chilló sorprendido.

-Ahh… Sí. Fue hace un par de años.- dijo.- Y antes de que te pongas a preguntas como loco, te diré que sí, que fue en aquella vez que me fui toda una semana entera de casa, que muchos de mis esguinces han sido por intentar hacer piruetas. Y ahora mismo nos vamos a la pista de patinaje, para que aprendas.- concluyó. Y sin darle tiempo a reaccionar al menor, que aun estaba shokeado, le puso la chaqueta y salieron de casa.

No hablaron en todo el camino, pues KiBum ya repuesto del shock inicial había decidido no reprenderle, total, ¿para qué? ¿Para pelear otra vez?

Cuando llegaron, Jonghyun rodeó el coche y le tendió la mano para entrar juntos.

-Bien KiBummie, ¿preparado para tu primera lección de patinaje?- le dijo risueño, mientras se sentaba y se ponía los patines.

-No quiero.- dijo haciendo un puchero.- No quiero, Jonghyun. No quiero caerme y desfigurar mi bonito cuerpo.- su lado Diva salió a la luz otra vez.

-No te caerás, yo te voy a sujetar.- le dijo mientras le forzaba a sentarse para sacarle los zapatos y cambiarlos por los patines.

-¿Cómo sabías de ese lugar?- dijo cambiando de tema.- Yo ni sabía que había una pista de patinaje en Seúl.

-Es donde vengo a entrenar.- al decir eso, KiBum recordó algo.

-Un momento… TaeMin dijo que habían llamado de la pista de patinaje… ¿Cómo es que él lo sabe?

La fuerte carcajada que soltó hizo que el más alto enarcara una ceja sin saber como tomarse aquello.

-Humm…Tae es mi pareja de patinaje.- dijo, consiguiendo que el chico abriera aun más sus gatunos ojos.

-¿TaeMinnie tu pareja de baile?- dijo aun intentando procesar toda la información que había recibido aquel día.- ¿Lo sabe Onew?- todos sabían que el mayor era mas bien posesivo con su chico, aun si en realidad era todo un amor, nunca le había gritado dicho nada hiriente en los tres años de relación que llevaban.

-Onew es el representante de Tae. Él nos puso en contacto.- se levantó y le cogió de la mano para levantarse e ir a la pista.

Temiendo caer a pesar de las palabras que le había dicho, Key decidió zafarse de la situación de una forma, a su parecer, ingeniosa.

-Puppy, si me haces una demostración con TaeMinnie, yo entraré a la pista.- dijo con tono altanero.

-¿Eh?- dijo sin entender.- ¿Por qué?

-Me lo debes por haberme escondido por tantos años el hecho de que eras patinador y que seguramente tienes una bonita fortuna.- dijo en un tono encantadoramente infantil.

Sabía que Onew no dejaría a su novio aplazar su cita  para ir a satisfacer uno de sus caprichos, pero su sangre se heló al oír la voz aguda del maknae entrando al edificio.

-¡Hyungs!- el menor se acercó a ellos trotando y Jinki iba detrás de ellos con paso lento y sonriendo al ver a su chico tan animado.- ¡Hyung, hyung! ¿Practicamos?- la mirada que le echó KiBum bien podría haberle matado un centenar de veces.

-¡Claro baby!- dijo el de menos estatura, esforzándose para no reír a carcajadas ante la expresión de su KiBummie. Porque sí, Kim Kibum era de Kim Jonghyun y punto.- ¿Lady Marmalade?- le preguntó mientras se encaminaba haciendo un reproductor conectado a un potente equipo de sonido.

-Sure.- con una velocidad record, TaeMin se puso los patines y saltó a la pista, dando un par de vueltas a una velocidad impresionante.- Amor, ¿le das al play?- le dijo a su chico quien asintió no sin antes robarle un apasionado beso y de susurrarle algo al oído  que hizo que TaeMin riera suavemente.

Onew se acomodó al lado de Key y le sonrió.

-Te vas a sorprender de lo buenos que son.- le dijo sonriéndole.- ¡Y vigila que no se te caiga la baba!- le dijo pícaramente.

-Cállate, maniaco del pollo.- le soltó, pues la pareja era plenamente consciente de la atracción que sentían los dos medianos el uno por el otro, pero al parecer no eran capaces de verlo ellos mismos.- ¿Quieres que te recuerde que pasó la vez que fuimos a ver a TaeMinnie bailar?- le dijo con burla, recordando como se había quedado de embobado el mayor al ver al chico moverse al son de la música con tanta sensualidad.

La canción empezó a sonar y TaeMin comenzó a chasquear los dedos, con las caderas ladeadas, una mano en ella y el otro brazo extendido hacia arriba, mientras que JongHyun solo tenía los brazos en paralelo y la cabeza ladeada a un lado, dejando ver solo el perfil de su rostro.

TaeMin empezó a bailar, tal como Christina Aguilera y las otras chicas, moviéndose sensualmente alrededor de JongHyun, quien de golpe se movió y le agarró por las caderas, empezando a patinar de espaldas, llevándose al menor con él. 

Dieron una vuelta entera de espaldas sin fallar ninguna vez. Después, fue Jonghyun el que empezó a hacer un solo, mientras TaeMin se quedaba quieto, en un pose sensual y tentadora a los ojos de cualquiera, incluso de su umma.

Cuando Jonghyun terminó de hacer su solo, se giró hacia TaeMin y le tendió una mano, a lo que el menor la cogió y le enroscó alrededor de su brazo, soltándole con fuerza, haciendo que TaeMin girara sobre si mismo, de repente, levantó su pierna derecha y cogió el patín con una mano mientras giraba con la punta delantera.

Jonghyun se acercó a él y con un movimiento seco cogió al menor por la rodilla y situó el pie encima de su hombro y la otra pierna en su cadera, dejando a TaeMin cabeza-abajo y empezó a moverse para adelante, y en un momento dado, TaeMin se impulsó y saltó por encima del mayor, quien dando un perfecto giro, lo cogió por las caderas y lo levantó por encima de su cabeza, dejándolo en el suelo para que empezar a girar los dos, agachados y dibujando círculos en el hielo con la punta trasera de un patín. 

Lentamente TaeMin se levantó y retrocedió unos metros para coger carrerilla, pero algo falló ya que justo antes de saltar sobre Jonghyun para que lo cogiera de las palmas y lo levantara verticalmente, se dobló el tobillo.

-¡TaeMin!- chilló Key al ver la caída.

Y, sin saber como, Jinki, llegó más rápido al lado de TaeMin, y se agachó a su lado, retirando las pequeñas lagrimas que se deslizaban por su rostro.

-¿Estás bien, bebé?- le preguntó mientras Jonghyun lo cargaba y cruzaba la pista rápidamente para dejarlo al lado de Key.

-Estoy bien, hyung.- dijo una vez llegó a su lado.- Pero creo que tendremos que ir al medico.- bajó los ojos, arrepentido.- Lo siento Jonghyun hyung, yo no quería lastimarme.- dijo totalmente afligido.

-Tae, baby, no ha sido tu culpa, pero la próxima vez asegúrate de atarte bien los cordones de los patines, ¿ok?- le dijo Onew mientras, le quitaba los patines y con cuidado le ponía las tennis, para luego cogerlo en brazos.

-Voy con vosotros.- dijo KiBum, rápidamente, parándose de su lado.

-No hace falta Key, quédate con Jonghyun y aprende a patinar.- dijo el mayor de todos.- Nos vemos, chicos.

Salieron y Key se quedó al lado de Jonghyun, quien le tomó de la mano y lo guió hasta el hielo.

-Te prometo que no te pasara nada de nada. Tampoco nos vamos a poner a bailar como si fueras TaeMinnie.- le dijo.

-Pero si me hago un solo rasguño, cuidaras de mi.- le dijo Key, mientras se aferraba fuerte a Jonghyun antes de poner un pie sobre el hielo sin soltar a Jonghyun en ningún momento.

-Yo siempre cuido de ti, Diva.- le dijo antes de tomarle por ambas manos y empezar a tirar de él.- Mantén los pies rectos sin torcerlos y no te caerás.- “O no mucho, al menos” pensó interiormente.

-¡Pero no me sueltes animal!- chilló cuando Jonghyun le soltó las dos manos, a lo que él se alargó y le cogió otra ves, pegándose a él, rodeando su espalda con sus brazos.

-Vamos KiBum…- le cogió de las manos y empezó a tirar otra vez de él.

Al cabo de unos minutos consiguió que el menor diera una vuelta entera sin sujetarse a nada, pero él no se separaba de su lado.

Veinte minutos después, Key podía ir perfectamente solo por la pista, si bien no podía hacer las magnificas piruetas de los otros dos era capaz de dar vueltas por la pista sin caerse ni nada.

-¡Jong!- dijo llegando a su lado, a la barra que daba a un pequeño bar y pegándose a él, sonriendo como niño chiquito.

-¿Sí yeobo?- le preguntó mientras se extasiaba con las mejillas sonrojadas del chico.- ¿Qué pasa?- le acarició el pelo con cariño.

-¿Por qué Onew no patina? Parece que lo hace bien.- dijo mientras se abrazaba a él y le sonreía desde arriba.

-Onew se rompió el tobillo hace tres años y le quedó muy mal como para volver a patinar en concursos, por lo que se las apañó para estar siempre cerca de Tae y del patinaje a la vez siendo su manager. Además, cobra lo suyo.- dijo burlón.- Y aparte es nuestro doctor personal. 

Después de aquello no volvieron a hablar, porque KiBum se quedó absorto en las facciones de su compañero, tan varoniles pero a la vez dulce, con aquellos ojos de cachorro tan hermosos y cálidos.

Por su parte, Jonghyun se había perdido en el tierno rostro que tenia el chico en aquel momento, con la mejillas y la nariz de color rojo, el pelo desordenado, y los ojos brillando como un niño que había conseguido algo por primera vez.

La mano de Jonghyun viajó hasta su nuca y la acarició mientras presionaba hacia abajo hasta que sus labios se encontraron en un tierno, suave y esperado beso.

Movió sus labios tiernamente contra los de KiBum, quien una vez pasado el shock inicial, abrazó al de menor estatura por el cuello y le devolvió el beso, haciendo que subiera un par de niveles más la intensidad.

La manos del patinador no podían estarse quitas, necesitaba tocar, por lo que antes de que se diese cuenta, sus manos ya estaban masajeando las perfectas nalgas.

-Ahh… ¿Jonghyun?- le llamó, mientras que con sus manos cogía las del otro y me miraba a los ojos, completamente sonrojado.- Te amo.- dijo de sopetón. La sonrisa que formaron los labios del mayor era tan grande que apenas si le cabía en el rostro.- ¿Puppy?- dijo al ver como lo levantaba por las caderas y empezaba a dar vueltas sobre si mismo por toda la pista. Al cabo de unos minutos lo dejó en el suelo otra vez, pero sin soltarlo y volvió a besarle.- ¿Eso es un “Yo también” o qué se supone que debo interpretar?- dijo haciendo un pequeño puchero.

-Obviamente, yeobo, es un “Yo también”.- le dijo mientras que acariciaba su nariz con la contraria.- Te amo mucho, Key, mucho.

Esta vez fue Key quien descendió hasta los rellenos labios del morocho para besarlos apasionadamente, acariciando el pelo sedoso del mayor, revolviéndolo con desesperación  y gimiendo quedito cuando la sinhueso de su compañero se introdujo en su boca, revolucionándole las hormonas de un modo implacable.

-Dime Diva…- lo sentó en un bordillo que daba a al pared, dejándole con la espalda recostada en esa, sin separarse mucho de sus labios.- ¿Quieres ser mi amante, bonito?

-¿Acaso sales con alguien, Jong?- dijo frunciendo el ceño levemente.

-¿Uh? De tener pareja no te lo pediría, baby.- le dijo desabrochando su camisa y besando su cuello suavemente

-Creí que había quedado clara la respuesta cuando te besé.- le dijo mientras se quitaba los dichosos patines, los tiraba al suelo y lo acercaba a él aun más con las piernas.

-¡Hey! ¡Ten cuidado con los patines!- protestó, frunciendo el ceño.

-Deja de preocuparte por las patines.- le dijo antes de pasear las manos por los fuertes hombros, aun cubiertos.- Honey…- le susurró, meloso.

-¿Hm?- respondió para hacerle saber que un mínimo de su atención estaba puesta en él, pues la gran mayoría de esa estaba en besar el pálido cuello y desabrochar la camisa.

-Ohh…- gimió al sentir como los fríos dedos acariciaban de forma suave uno de sus pezones.- ¡Jong…!- se arqueó suavemente contra la pared.- Ti-tienes las ma-manos heladas.- le dijo.

-Y más lo va a estar tu pecho, amor.- le dijo juguetón y antes de que Key pudiera preguntar algo, le besó con hambre, acariciando las pequeñas y redondas nalgas, masajeándolas suavemente otra vez, ahogando con sus labios los gemidos que KiBum soltaba.

Mientras tanto, lo que hizo fue coger algo del hielo que estaba pegado a las cuchillas de los patines y ponerlo sobre una de las tetillas del menor.

-¡Joooong!- se arqueó de una forma tan brusca que temió que se hubiese roto la espinada, pero eso no le impidió empezar a lamer el mismo pezón con rapidez, pasando la punta de su húmeda lengua, dedicándose a hundirlos, deleitándose con los gimoteos que escapan de la boca de su novio.- Más…- le pidió.

-Lo que mi gatito quiera.- sus besos descendieron hasta el estómago, donde deposito un par de mordidas que seguramente después dejarían marca. Empezó a meter y sacar su lengua en su ombligo, besando los bordes y depositando suaves besitos.

-Humm… Hyung…- gimió mientras acariciaba y desordenaba el pelo del mayor, que rió internamente.

Lentamente, desabrochó el pantalón y con los dientes bajó el cierre, sin despegar en ningún momento los ojos de los de su chico, quien lo tenía cubiertos por un velo de lujuria y deseo.

Una vez el cierre estuvo abajo del todo, se los bajo hasta las rodillas, dejando tiernos besos por ambos muslos, acariciándolos con las manos completamente abiertas, masajeando suave mente la blanca piel.

-Eres tan hermoso mi KiBummie.- le dijo antes de depositar un beso en el bulto de la diva, aun encerrado en sus boxers de color rosa. 

-¡AHH!- no había color entre los gemidos anteriores y aquel. Los otros eran de placer si, pero ese ultimo… Parecía que lo hubiese llevado al cielo solo con aquel besito tan intimo. 

No dijo palabra alguna, y tampoco dejó que el otro dijera algo, ya que rápidamente empezó a lamer su miembro por encima de la tela de los boxers. 

-Ahh… Ahh, ahh, Pu-puppy…- los gemidos inundaban todo el recinto de una forma maravillosamente sensual.- Qui- quítalos. 

Sin mediar palabra bajó el elástico con los dientes, mordiendo suavemente la piel que iba dejando al descubierto. Una vez los sacó se quedó asombrando viendo el cuerpo del menor.

La piel blanca y cubierta por una fina capa sudor, el pelo pegado a la frente, las mejillas rojas como dos fresas maduras, los labios rojos por la presión de los besos.

Se deslizó lentamente hasta llegar al glande del menor, y sorber suevamente.

-Ahh… Jonghyun…Trágalo…- le pidió mientras como podía, entre gemidos.

-Como mi príncipe desee.- dicho esto se deslizó hasta alojar todo el pene de su gatito adentro de su calda y húmeda boca.

Llevó una de sus manos a la base y apretó suavemente antes de morder suavemente el tronco.

-¡Hyung!- sino hubiese sido por los dedos que presionaban en su base, ya se hubiese venido en la boca de su novio.-  Humm… Amor… Te amo…

Sonrió por dentro al oír aquello, la Diva siempre había dicho que nunca nadie oiría esas palabras salir de su boca. 

Empezó a mover más rápido su cabeza, lamiendo todo el pene, llevándole a la locura, hasta que finalmente, le dejó liberarse dentro de su boca.

-¡JONG!- se arqueó y sus músculos se relajaron.- Eso estuvo muy bien…- le dijo mientras se acercaba a su rostro para besarle con suavidad.

-Gracias.- lo cogió por las caderas y lo levantó con un brazo y le acomodó la ropa mientras le daba leves besitos en todo el rostro, consiguiendo que el menor soltara leves risitas.- ¿Vamos a casa?- le dijo al ver como los ojos del menos se cerraban. 

-Pero…tú no te has corrido.- observó, mientras se abrazaba a él por el cuello.

-Una, no te haré el amor aquí en medio. Dos, quiero hacértelo en cierta parte de la casa.- le dijo mientras cruzaba la pista con el chico en brazos y los patines que había tirado Key con anterioridad.

-¿Ah si?- dijo con una mezcla de curiosidad y sensualidad.- ¿Dónde?

-Secreto.- le dijo. 

Subieron al coche y Jonghyun empezó a conducir hacia el apartamento, desando llegar cuanto antes a casa.

Mientras tanto, KiBum estaba bastante aburrido así que… ¿Qué mejor que distraerse con su novio y jugando con su auto-control?

Se quitó el cinturón y empezó a jugar con el cuello del mayor, masajeándolo con la lengua y chupando suavemente, dejando varias marcas en el cuello del mayor.

-Key…Estoy conduciendo.- le dijo, pues sentía que su atención se iba desviando  cada vez un poco más. 

-Ya lo sé. Así que dedícate a conducir mientras yo juego un poquito, que yo antes te dejé hacer lo querías con mi cuerpo sin replicar.- le dijo mientras sus manos desabrochaban el pantalón.- Humm… Parece que alguien aun está despierto.- le susurró al oído. 

-Key…- suspiró al sentir como los traviesos dedos acariciaban su tronco, presionando suavemente.- ¡Agh!- sus manos apretaron más fuerte el volante, haciendo que sus nudillos se pusieran completamente blancos.- Mierda KiBum… Si vas a hacer algo, hazlo bien.- le dijo. 

-Tienes razón yeobo.- se deslizó hasta que su rostro quedó a la altura de la erección de su hyung.

Con su traviesa lengua trazó el glande, lamiéndolo una par de veces, hundiendo su lengua en el orificio de ese, consiguiendo que el de más edad tuviese que hacer verdaderos esfuerzos para mantener un mínimo de atención en la carretera, lo cual cada vez era más difícil, pues si ya le costaba poco distraerse de normal, con alguien que te hace un perfecto blowjob mucho más difícil concentrarse para conducir.

Por su parte, KiBum se la estaba pasando en grande jugando con lo que a partir de ahora sería su juguete favorito; su lengua se deslizaba de arriba abajo, haciendo formas amorfas y presionando en algunos puntos, sus manos tampoco se estaban quitas, una masajeaba al base suavemente y la otra acariciaba los testículos, acariciándolos suavemente con sus uñas.

-Ahh… KiBum.- pararon en un semáforo en el que el de menos estatura aprovechó para agarrar la cabeza de su novio para que acelerara el ritmo de una vez y así poder terminar con aquella dulce y placentera tortura a al que estaba siendo sometido.- Key… o te lo metes todo en la boca o no te vuelvo a tocar en todo lo que queda antes de año nuevo.

A pesar de que sabía que Jonghyun sería incapaz de estar más de una semana sin tocarle, accedió a los deseos de su hombre: abrió su boca y engulló todo el miembro, gimiendo de placer al sentir como la carne caliente y duro palpitaba en su boca. Succionó un poco, estrechando y apretando su boca con fuerza. De forma lenta empezó a mover la cabeza, arriba y abajo, jugando son su lengua, ateniendo especialmente el glande rojo.

-Ahh… Ah, ah… Dios… tienes una lengua fantástica KiBum.- le dijo jadeando, respirando hondo antes de darse cuenta de que solo faltaba una sola calle antes de llegar a su apartamento.

Y en cuanto llegaron, Jonghyun apartó al chico de su entrepierna, se acomodó la ropa y salió rápido del coche para agarrar al menor de la mano y llevarlo a su piso, que gracias a Dios estaba en la primera planta, así que en el ascensor tuvieron que esperar. Justo después de entrar, el estudiante de música empotró a su novio contra la pared y le besó apasionadamente mientras que sus manos acariciaban los muslo para luego ir hasta las redondas nalgas. 

-Salta.- le dijo antes de volver a devorar su labios, mordiéndolos con suavidad, sin llegar a hacerle daño.

Ni corto ni perezosa, el estudiante de diseño hizo lo mandado y saltó, aun con la espalda apoyada en la pared y enrolló sus perfectas piernas en la cintura del mayor, que lo sujeto por las nalgas y empezó a besar su cuello.

Con cuidado de no tropezarse con nada consiguió llegar al cuarto donde él, Onew y TaeMin ensayaban pues el pequeño de los cinco estudiaba baile y el mayor estudiaba composición como él además música china.

-¿Aquí?- dijo al ver al cuarto en donde estaban.- Sabes que Onew se va a enfadar…

-Me da igual.- le dijo mientras lo sentaba en la mesa.- Onew y Tae lo han hecho más de una vez aquí. Yo también uso la sala y nunca me he quejado, así que también tengo derecho.- con cuidado le tumbó en la larga mesa, apartando después el Guzheng, pues sabía que como algo le pasara, Onew lo mataría de seguro.

Se volvió a acercar al chico de mirada felina, pero antes de que tuviese tiempo, se encontró tumbado en el suelo y con Key sentado sobre su estomago.

-Lo siento baby… Aquí mando yo.- le dijo socarronamente mientras se dedicaba a desabrochar la camisa que llevaba, repasando el trabajado pecho con sus manos, acariciando cada relieve y cada músculo que hubiese.

-Yeobo… Estás buenísimo…- le susurró en el oído, para después empezar a morder el lóbulo de la oreja, consiguiendo que un fuerte gemido escapara de los labios del patinador. 

-¡Key!- llevó sus manos a aquel trasero al que se había hecho adicto y 

 

 

 

Notas finales:

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