Sé que nunca podre tenerte y es por eso que hoy estoy aquí, desvelado, llorando, odiándome y pensando en ti nuevamente.
Porque apresar de que por no tenerte lo único que quisiera es morir tu me das la fuerza para seguir. Que irónico y que patética situación.
Quisiera poder capturarte para que estés con migo por siempre, y demostrarte lo mucho que te amo, lo mucho que te deseo, pero sé perfectamente que no lo haré. Y no por qué no quiera, si no porque sé muy bien que de hacerlo te lastimaría. Porque me estoy lastimando a mi mismo por pensar y sentir lo que siento, y no quiero que tu sientas este mismo dolor.
Como quisiera poder besarte, tocarte y condenarte junto con migo en este infierno, pero te amo demasiado, y si tan solo tú me amaras de la misma forma, esto valdría la pena, pero no es así, tu no me amas. Y si te condeno por mis deseos, tú sufrirías el doble por qué no me amas, y yo no soportaría que terminaras odiándome y sintiendo asco por mí.
Como poder hacerte comprender lo que siento por ti. Eres tan pequeño, tan inocente, y yo, yo soy un enfermo enamorado de ti, mi pequeño hermano.
Pero es que cada vez que veo tus pequeños y hermosos ojos, me seduces, me ínsitas, me provocas, y es muy grande el esfuerzo que tengo que hacer para no tocarte, para no besarte y hacerte el amor en ese instante.
Eres tan puro y frágil y yo no quiero lastimarte, eres lo más sagrado para mí y lo que yo mas amo. Pero cada vez es más difícil contenerme. Sobre todo ahora que empiezas a crecer, que tu cuerpo comienza a tomar nuevas formas, y si antes te veía hermoso ahora te veo irresistible.
Quisiera poder contenerme, conformarme con tu amor fraternal, por que se que es lo único que me puedes dar. Pero ya no me es posible. Amo tus sonrisas, amo tu manera de hablar, tu tierna voz aun de niño y la cual tú te empeñas en hacer parecer más fuerte, amo tus berrinches, la forma en cómo caminas. Juro que si no fueras un niño de tan solo 12 años, pensaría que me quieres seducir, y es que si lo haces.
Además de amarte, me excitas, te deseo y tengo miedo de hacerte daño.
Y de repente te veo, estas aquí mirándome desde el sofá. Con esos ojos tan dulces, con tu pequeña carita de ángel.
Eres un hombre, eres un niño, eres mi hermano y sin embargo te amo.
Sé que es enfermo, pero ya no lo puedo negar.
Te sienta a un lado de mi, buscas mi compañía. Si supieras que lo que más quiero es tenerte debajo de mí, para besarte, recorrerte con mis manos, con mis carisias.
Es demasiado tarde, quise contenerme pero no pude. Justamente ahora mis labios sienten algo realmente suave, dulce, cálido. Estoy besándote, de la misma forma en que te bese noche tras noche en mis sueños, pero ahora, es real, y es mucho mejor.
Para mi sorpresa no me detienes, no te alejas, al contrario, me respondes con completa ternura, aunque también con cierto toque de torpeza, y lo sé muy bien, lo nervioso que te encuentras, es tu primer beso, y justamente yo fui quien te lo robo.
Sigues sin detenerme y yo cada vez avanzo mas, te llevo hasta mi habitación, te recuesto sobre mi cama, subo sobre ti y mientras te quito la ropa y te lleno de besos y caricias, tu ases lo mismo.
Estas muy cálido, te siento bajo mi piel, comienzo a entrar lentamente en ti, y te siento estremecer en cada embestida que doy. Veo caer pequeñas lágrimas por tus sonrojadas mejillas.
Tus labios hinchados por mis besos, y tus constantes gemidos me asen enloquecer. Pronuncio tu nombre como un completo loco mientras siento como clavas tus pequeñas uñas en mi espalda y dejas corre tu primera eyaculación en medio de ambos. Termino corriéndome dentro de ti y me permito abrazarte un poco más. Tu respiración comienza a tranquilizarse, pero tu sonrojo solo aumenta de color.
Te digo que te amo aunque sé que estas confundido y que probablemente no lo entenderás y para mi sorpresa me respondes igual.
Te Amo. Dos palabras que he escuchado muchas veces, pero que ahora viniendo de tu dulce voz suena perfecta, y me da una felicidad y plenitud que nunca imagine.
Salgo con mucho cuidado de tu pequeño y frágil cuerpo. Listo para cualquier cosa que venga. Porque no necesito nada más. Ahora lo tengo todo, ahora te tengo a ti.