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Dorada Maldición por Novahikaru

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Notas del capitulo:

Cumpliendo con la agenda de este día XD me dispongo a actualizar este fic

Capítulo 2

-           Aahh... aahh... Majestad – fue el excitante gemido que escapó de sus labios al sentir como un dedo lo envestía tratando de dilatarlo.

-           Cuantas veces debo decirte que no me digas así – se acercó hasta su cuello y besó la base con demasiada fuerza tratando de dejar una marca que fuera fácil de ocultar pero difícil de borrar, haciéndolo gemir más al tiempo que un segundo dedo entraba en su interior.

-           Aaahhh... Itachi – Sai apretó los puños arañando finamente la espalda de su pareja.

-           Así me gusta Sai – lo besó en los labios callando un poco sus gemidos, adentrando un tercer dedo – estás muy ansioso esta noche – continuó moviendo lentamente los dedos pero el chico bajo él trataba de aumentar un poco el movimiento. – temo decirte que tendrás que dormir todo el viaje mañana, esta noche no te dejaré hacerlo.

-           Itachi – gimió en su oído, arqueando el cuerpo buscando el mayor contacto posible con su pareja. – no quiero ir ahhh – Itachi sonrió y lo hizo callar con un beso, aunque sentía sus gemidos contra sus labios no lo dejó continuar, tenía un mal presentimiento y prefería que Sai estuviera lo más lejos posible al igual que su hermano. 

-           Te amo – le susurró al momento de penetrarlo.

-           Itaaaa – Sai se aferró a su espalda dejando que el tiempo corriera mientras su cuerpo se acostumbraba a su pareja, respiraba agitado mientras sentía su cuerpo y el de su pareja palpitar, así como el cálido aliento de Itachi contra su cuello, lo cual le mandaba constantes escalofríos a lo largo de la espalda, una primera embestida le arrancó un gemido de los labios, no podía esperar más y rápidamente acompañó a su pareja en aquel vaivén enloquecedor gimiendo como desesperado enroscó sus piernas alrededor de la cadera de Itachi y este le pasó las manos por su espalda y en un solo movimiento lo levantó dejándolo sentado sobre su miembro haciendo que la penetración fuera aún más profunda lo cual hizo delirar a Sai por unos segundos mientras Itachi continuaba besándole el cuello, para tomar su oído con los dientes suavemente.

-           Te amo – volvió a decir el mayor penetrando violentamente al menor, quien prácticamente gritó casi hasta desgarrarse la garganta.

-           Itachi te amo – dijo el pequeño que brincaba como demente sobre el miembro de su pareja al tiempo que le besaba los labios con pasión, pasando sus dedos por aquellos largos y sedosos cabellos, mientras que el Uchiha lo tomaba por la cadera para ayudarlo a subir y bajar con mayor fuerza, dejando escapar un coro de gemidos de ambas bocas, pasados unos minutos más volvió a recostarlo dejando que una cortina de cabellos negros les cubriera el rostro mientras se besaban, comenzó a masturbar el miembro de Sai al tiempo que levantaba lo más que podía su cadera para no perder la profundidad en sus embestidas.

-           Te amo – volvió a gemir al sentir que se derramaba dentro del pequeño pelinegro que sólo pudo gritar al derramarse entre ambos pechos.

La corriente eléctrica que les recorría el cuerpo era maravillosa, Itachi no había salido de su cuerpo todavía y no lo haría en toda la noche, pero fue eso precisamente junto con ese coro de Te amos que le gemía con la respiración entrecortada lo que le daba pánico, algo muy grave sucedía y toda esa noche de amor le sonó a despedida, una muy dolorosa despedida, le sabía a la más dulce miel como preámbulo de la más desagradable de las hieles, por eso cuando el sol comenzó a rayar el alba y sintiendo aún a Itachi embistiendo en su interior supo que pronto sería momento de partir y que tanto Itachi como él, no querían que ese momento llegara, su cuerpo se había impregnado de su esencia hasta la última fibra de su ser, su cuerpo llevaba las marcas de sus labios, algunas tardarían semanas en desaparecer y su semilla aún se sentía espesa y caliente en su interior, por un momento maldijo el no poder darle un hijo a la corona, él no tenía esa capacidad y lloró en su interior, porque sentía que ese podría ser el último regalo que Itachi podría dejarle.

-           Te amo – gimió Itachi casi al borde de la inconsciencia derramándose por última vez en el interior de Sai, quien cansado y tembloroso comenzó a llorar.

-           No quiero ir – dijo ya derramando lágrimas que le estrujaron el corazón al rey al sentir que le quemaban la piel de su pecho.

-           Necesito que cuides a Sasuke – le susurró abrazándolo más contra su cuerpo – Necesito que se cuiden mutuamente Sai, dejo a tu cuidado a mi otra persona más importante de este mundo.

-           Qué sucede majestad? – preguntó sonándole esas palabras a algo mucho más serio.

-           No lo sé – respondió Itachi – sólo te confiaré a ti, este sentimiento, te juro que no sé qué es lo que sucede, pero presiento que algo muy grave ocurrirá en este reino en muy poco tiempo, quiero que mi hermano no lo sepa por ahora, pero si algo llega a pasarme… - Sai lo cayó con un beso.

-           No puede pasarte nada.

-           Escúchame Sai – dijo haciendo acopio de todas sus fuerzas – si algo llega a pasarme, dile a Sasuke que cuide de este reino, siempre hemos sido buenos gobernantes, pero no lo dejes olvidar que antes que Rey es un ser humano, que tiene defectos pero que no puede dejarse vencer por estos, que nunca olvide que antes que súbditos, tiene personas que lo quieren y apoyan porque confían que los mantendrá a salvo, mi hermanito es muy arrogante, pero tiene un gran corazón, no dejes que lo olvide.

-           No majestad – le susurró Sai entre lágrimas, Itachi tomó su rostro con ambas manos y lo besó.

-           Me hubiera gustado que Orochimaru hubiera encontrado algo para hacerte concebir – sonrió – moriría porque tuvieras un hijo mío. – Sai miró a Itachi sorprendido, así que por eso había permitido el ingreso de la serpiente al reino y sonrió con tristeza, de haber sido posible a él también le hubiera encantado.

-           No hables como si fueras a morir – lo abrazó y volvió a besarlo – te prohíbo que mueras hasta que regrese.

-           No podría morir en paz si no te viera una última vez – sonrió volviendo a besarlo – creo que debes arreglarte ahora – volvió a besarle el más que marcado cuello pareciera que le hizo un collar de cardenales a lo largo de la noche – vaya que bonito collar -  se burló.- te sugiero que uses cuello alto todo el tiempo si no quieres tener que dar explicaciones.

El rubor que cubrió aquellas blancas mejillas le hizo sonreír, si definitivamente amaba a ese niño que ahora abrazaba y al que había marcado con su nombre durante toda la noche.

***

-           Vaya Itachi las ojeras de Sai hacen juego con las tuyas – se burló Sasuke viendo a su amigo acercarse junto a su hermano, se mantenía en el primer escalón del carruaje sosteniendo su cuerpo con la puerta.

-           Cierra la boca Sasuke. – dijo Itachi ayudando a Sai a entrar al carruaje. – Es propiedad Uchiha así que te lo encargo.

-           No pienso hacer favores en tu nombre, porque serán muchas largas noches las que estemos en el reino de Sakura.

-           Descuida no creo que tenga fuerzas para extrañarme en un buen tiempo, al contrario – se burló Itachi – yo recomendaría que lo dejaras dormir hasta que lleguen con tu amiga.

-           Pervertido.

-           Lo llevamos en la sangre, aunque admiro tu voto de castidad.

-           Cállate – se sonrojó el menor.

-           Es cierto, es tu decisión no querer tener pareja, no te hubiera negado a un chico o una chica, es más hubiera mandado buscar uno a tu gusto.

-           No es por eso. – dijo y mejor abrazó a su hermano – mejor me despido antes de que se te ocurra hacer más preguntas.

-           Cuídate mucho Sasuke y cuida mucho a Sai, no está muy contento de salir del reino así sea para acompañarte.

-           Dímelo a mí, yo tampoco quiero salir del reino. – dijo asomándose por la ventana de la ahora cerrada puerta del carruaje, en ese momento Itachi le golpeó la frente con los dos dedos.

-           Sé un gran Rey Sasuke. – fueron sus últimas palabras antes de sonreírle a su hermano y dar la media vuelta, dejándolo con la sorpresa pintada en el rostro.

-           Itachi!! – Le gritó al sentir que la carroza se ponía en movimiento, su hermano volteó a verlo y sólo pudo gritarle – Cuídate mucho. – no supo ni por que gritó eso, ni por qué un escalofrío le recorrió la columna vertebral al ver sonreír a su hermano tan sinceramente. Sai también había permanecido observando la escena en silencio, no quería irse, quería estar junto al Rey pasara lo que pasara, pero este le negó ese derecho, por cuidar a su hermano. 

En efecto después de unos pocos minutos de silencio Sai había caído completamente dormido, Sasuke observó que usaba un atuendo con cuello alto y sacudió el rostro despejando su mente era preferible no imaginar en qué forma se habían despedido esos dos, así que sin nada mejor que hacer, se puso a observar el camino, cuando pasaban por el bosque, observó entre la maleza unas puntiagudas orejas, así como una graciosa y afilada carita, había zorros en esa zona, si los animales ya comenzaban a salir de sus madrigueras y de sus hibernaciones, era señal que faltaban días para que los campos se llenaran de flores por la primavera, si, quizás para cuando llegaran los cerezos ya estarían floreciendo, por eso le habían puesto ese nombre a su amiga después de todo, tras un par de minutos de seguir contemplando el escenario, el sueño comenzó a invadirlo, así que acomodándose un poco mejor decidió que no valía la pena permanecer despierto, de cualquier forma tardarían por lo menos tres días en llegar.

***

-           Sasuke-kun que bueno que hayas podido asistir a mi cumpleaños – sonrió la Princesa Sakura acercándose al chico ignorando a más de algún otro rey con el que platicaban ella y su padre – y también trajiste el regalo que te pedí – dijo observando la jaula donde un pequeño y blanco conejo se movía inquieto.

-           Fue una tarea muy fácil, Feliz Cumpleaños Sakura – dijo dándole un afectuoso abrazo.

-           Gracias, porque no veo al Rey Itachi por ningún lado.

-           Yo vengo en representación del reino, hemos tenido un par de problemas y alguien debía quedarse a resolverlos – “Me hubiera encantado ser yo” pensó mientras le daba su “mejor” sonrisa a su amiga.

-           Oh vaya es una lástima, esperaba que me ayudara a convencer a mi padre de no comprometerme todavía.

-           Comprometerte con quién? – preguntó más tratando de que la presencia de Itachi no lo señalara a él como candidato.

-           Con el príncipe Kankuro del reino Sabaku – Sasuke suspiró internamente. – ni siquiera lo conozco pero dicen que es muy serio y que está más interesado en la elaboración de marionetas que en su reino.

-           Según tengo entendido él está tratando de encontrar una forma segura de tener un ejército precisamente con marionetas para evitar bajas humanas, es una actitud bastante arriesgada pero si logra tener suerte su ejército será temible.

-           Ya hablas como mi padre Sasuke-kun.

-           Mi hermano también quiere que hagamos una alianza con el reino de la arena, por eso estamos en pláticas de alianza con la Reina Temari, no me extraña que tu padre quiera emparentarte con ese reino, es de mediana importancia pero tienen muy buenas ideas que podrían ser el tormento de los reinos que no sean sus aliados.

-           Por favor no empieces a hablar de guerras y alianzas, ya estoy cansada de que mi padre siempre hable de ellas y siento que para los hombres es como estar jugando.

-           Al contrario, es un asunto muy importante, tal vez no te vendría mal inmiscuirte más en tu reino de cualquier forma eres la heredera, no te vendría mal madurar un poco en cuanto a los temas políticos – dijo Sasuke y en ese momento un par de personas se acercaron a la festejada y afortunadamente el Uchiha pudo despedirse diplomáticamente, en la terraza, Sai observaba el cielo en dirección hacia el reino.

-           Itachi – suspiró.

-           Estaremos de regreso más pronto de lo que esperas, mañana mismo a primera hora partiremos.

-           Gracias su majestad.

-           No me agradezcas, yo también estoy preocupado por mi hermano – dijo recargándose en el barandal del balcón. – Tú sabes algo de su extraña actitud.

-           Nada majestad – justo en ese momento un mensajero llegaba con una carta para Sasuke, al parecer Itachi también tenía sus planes y aprovechando que estaría fuera le encomendaba la misión de realizar un par de acuerdos diplomáticos en las tierras donde se encontraba.

-           Maldito, nos quiere tener fuera un par de semanas más – dijo Sasuke – pero aunque no quiera regresaremos lo antes posible, Sai, llevarás mi agenda en estos días, quiero que me conciertes todas estas citas para esta semana – dijo extendiéndole el pergamino que le acababan de entregar – quiero que estemos libres para regresar el fin de semana.

-           Cómo ordene majestad – Sai se retiró y Sasuke supo que esa fiesta le serviría para él mismo poder llenar su día siguiente de proyectos teniendo a muchos de los reyes, ministros y embajadores en la fiesta y dado que no pensaba prestarle atención a las féminas regresó al salón dispuesto a ponerse a trabajar.

***

Itachi caminaba por uno de los pasillos cuando de pronto comenzó a sentirse realmente mal, tanto que tuvo que llevarse una de las manos al pecho, no había tenido síntomas con anterioridad, pero algo le hacía sospechar que quizás su cena no hubiera sido tan segura, lo presentía, pero el catador real también había probado la cena, por eso le extrañaba, sin embargo levantó la vista y se dirigió hacia sus aposentos, lo que no sabía es que nunca más podría levantarse de esa cama.

Una extraña fiebre le había invadido y le había impedido levantarse al día siguiente, los médicos no encontraron ninguna causa aparente, pero lo que extrañó a todo el mundo fue que el estado del Rey con el paso de los días, agravó en lugar de mejorar y fue esa noticia lo que le hizo a Sasuke apresurar a su cochero para su viaje de regreso, ya había terminado con todos los pendientes asignados pero no encontraba otra forma de acortar la distancia de ese viaje más que contratar a un segundo cochero para que no tuvieran que descansar.

-           Mi hermano está enfermo y quiero llegar lo antes posible a su lado – les explicó a los cocheros – no quiero detenerme de ser posible, por lo que necesito que se turnen para este viaje, tengo un mal presentimiento y quiero estar en palacio de ser posible mañana por la noche.

-           Cómo ordene, Majestad – dijeron ambos cocheros, Sai en ese momento terminaba de subir completo el equipaje al carruaje.

-           Ya podemos partir – dijo en el tono más tranquilo que encontró pero Sasuke sabía que moría de nervios al igual que él.

-           Te prometo que llegaremos lo antes posible – le susurró al oído tan pronto como hubieron subido al carruaje tras las respectivas despedidas de la princesa Sakura quien le externó sus mejores deseos de recuperación para el Rey Itachi, aunque lo que más le preocupaba a Sasuke era poder encontrar a su hermano con vida.

Notas finales:

He de decir que me encanta la pareja Itasai pero no tanto para escribir una historia completa de ellos, pero si alguien sabe de algún buen fic de este género no dude en avisarme.

Nos vemos en dos semanas

Novahikaru


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