Lo golpeaste de nuevo, ya perdiste la cuenta de las veces que le has hecho daño, siempre lo mismo sales del trabajo y te diriges con tu amante aquella chica de pelo rosa que conociste en el bar que frecuentas, te hipnotizó con sus ojos verdes y la forma en que sonríe.
Claro que no es la primera vez que le eres infiel a tu esposo, lo haces desde hace dos años, todo empezó cuando saliste con tus amigos y estos empezaron a hablar de sus antiguas amantes o los que todavía tenían a pesar de estar casados, y cuando te preguntaron les respondiste que no habías tenido otra más que tu esposo.
Lo conociste desde la infancia se enamoraron y casaron al cumplir la mayoría de edad, todos se burlaron de ti por no conocer el placer de otro cuerpo, te hicieron sentir menos hombre por eso lo hiciste, por eso empezaste a serle infiel, al principio él no se dio cuenta todo iba bien, pero lo descubrió y te pidió explicaciones, tú en respuesta lo golpeaste desde entonces él ya no se acerca todo lo hace desde lejos, no te mira y cuando tú lo haces el rehúye de tu mirada, de tu toque y te molestas porque ya no te espera para comer, no sonríe para darte la bienvenida, no te besa por eso lo golpeas para liberar tu frustración, la rabia que te carcome, sin embargo eso lo empeora, durante la noche cuando llegas ya esta dormido en la habitación que “comparten” pero la verdad es que solo es un engaño cuando finges dormir él se levanta y va a otra habitación para dormir en ella, cuando lo descubriste quisiste una respuesta y lo seguiste para que te la diera pero sorpresa el caminaba dormido y eso te puso alerta, en su inconciencia busca la manera de alejarse de ti.
Te dolió tanto que huyera en sueños que no quisiera estar cercas, pero lo entiendes por eso lo dejas dormir ahí y cuando la mañana llega te levantas temprano para volver a llevarlo a la habitación antes de que despierte, te vas temprano para no tener que pasar por el dolor de que te evite, que no te desee buen día, que no te despida con un beso por eso siempre sales temprano.
Paso el día de trabajo rápido, sales de la oficina para dirigirte al bar para beber unas cuantas copas, lo suficiente para olvidar un momento pero no demasiado como para tener que tomar un taxi, hoy no piensas visitar a tu amante, solo quieres llegar a casa y mirar el rostro de tu esposo dormido, solo en esos momentos eres capaz de míralo sin que este se dé cuenta; llegas a casa y entras sin hacer ruido, subes las escaleras con algo de dificultad pero llegas a la habitación y abres la puerta, lo ves y el a ti por primera vez en esos casi dos años mirar sus ojos azules, los ojos de los que te enamoraste, esta vestido con su pijama azul se ve tan lindo y no puedes evitar excitarte, te diriges a él mostrando toda la lujuria que te carcome y lo tomas sin saber nada, sin oír nada, solo quieres que este unido a ti y cuando terminas te desplomas sobre su cuerpo recuperando la respiración, te levantas un poco apoyado en tus brazos para mirarlo, esperar que diga te amo como antes pero en vez de eso su rostro rojo por el llanto es el que te mira para luego desviar sus ojos a otro lado y se queda dormido; y tú lo sigues a ese mundo de inconciencia.
A la mañana siguiente despiertas temprano para ir a buscarlo a la otra habitación pero o sorpresa él se encuentra a tu lado, lo miras fijamente y te das cuenta de la sangre seca que hay en la cama, recuerdas todo y te sientes fatal ahora lo haz lastimado de una forma que jamás olvidara.
Rápido sales rápido de la habitación te arreglas y vas al trabajo, terminas con lo pendiente y sales de la oficina para dirigirte a casa de la que era tu amante y piensas “era” porque terminaras con ella, porqué quieres que tu esposo vuelva a ser el de antes que tu matrimonio sea el de antes.
Llegas y entras con tu llave ella se encuentra recostada en el sofá viendo la televisión y cuando sus ojos verdes te miran tu solo le dices frio y sin sentimiento
- Terminamos, Sakura
Para luego salir de ahí sin voltear.
Ha pasado un mes desde que abusaste de tu esposo, pero hoy es diferente quieres estar cercas de él y vas a comer a la casa hace tanto tiempo que no lo haces que no conviven, llegas y entras al comedor él está ahí y en tu lugar reposa el plato de comida, tu favorita te sientes y comienzas a comer, no sabes cómo comportarte hace mucho que no hablan, cuando terminas de comer pides otro plato, él se para a servirte todo sin mira tu rostro, ni por error no lo soportas y lo tomas del brazo y jalas para que quede sentado en tus piernas, y comienzas a acariciar su cuerpo, sus brazos, caderas levantas la playera que usa para tocar sus pezones y lo fundes en un beso demandante para luego susurrar su nombre
- Naruto
Lo cargas y llevas a la habitación, lo tomas como antes cuando eran recién casados, cuando no te preocupaba lo que pensaran de ti por casarte con el amor de tu vida y te das cuenta de lo tonto que fuiste al traicionarlo, y solo ruegas para que todo sea como antes que se te de una nueva oportunidad.
Que sean felices para siempre, pero algo dentro de ti sabe que eso no pasara y tienes miedo, miedo de las consecuencias de tus engaños, rezas para que todo salga bien pero no será así por que a cada acción corresponde una reacción.