El solo era el hermano mayor.
El que cuidaba que la familia se mantuviera unida, el que evitaba que su padre y su hermano se mataran, el que cuidaba a su hermano menor, el que se preocupaba por su padre y el que, antes, apoyaba y acompañaba a su madre en sus momentos de angustia.
Y después, en su momento, era el que se encargaría de evitar el apocalipsis.
El nunca quiso eso, nunca quiso ser el salvador de todos, nunca quiso cuidar a Sammy, el nunca quiso ser un cazador.
Claro que, gracias a un ángel, se dio cuenta que eso era inevitable.
No podía echarle la culpa a su madre, por ser cazadora en primer lugar, ni a su padre por criarlos así.
Él tenía toda la culpa.
Pudo renunciar, como lo hizo Sammy, pudo estudiar, como lo hizo Sammy y ahora que lo pensaba, como envidiaba a Sammy.
Aun así, nunca se veía con una vida normal, nunca se veía con una esposa e hijos en una casa en los suburbios.
Decía que lo deseaba, decía que estaba cansado de su trabajo.
Pero que gran mentira era esa.
Lo había tenido, cuando ese genio se lo dio, era una ilusion claro esta, pero era lo mas cercano a la tranquilidad que tuvo.
Debía aceptar que ver a su madre viva fue agradable, pero que Sammy y el no congeniaran… Lo asustaba, lo molestaba. Porque, después de todo, el amaba a su hermano.
Le gusto su vida ahí, pero esa no era su vida. No era comer en restaurantes caros celebrando algo. No era tener una esposa que lo mimara. Esa no era su vida y punto.
Aparte de que el sentimiento de culpa y decepción al saber que las vidas que salvaron, se habían perdido no lo hubiera dejado “vivir” en paz ahí.
Es por eso que volvió, por todas esas personas, por su hermano. Si, tal vez fue egoísta con Jessica, con su madre…pero ellas lo hubieran entendido.
Lamentaba el maldecir a su hermano también, yéndolo a buscar, sacándolo de su vida de glamur en la universidad. Pero ya no había vuelta atrás.
Eran cazadores.
Nadie puede salirse del negocio, claro si no es por una bala en el cráneo o algo peor.
Era un cazador en la sangre.
No importando si hubiera nacido en una hermosa casa con sus padres y su hermano, sabria que tarde o temprano esas cosas ocultas en la oscuridad aparecerían para arrastrarlo.
Era su destino ser cazador??
Tal vez, pero estaba seguro que el destino de “ser el recipiente de Michael” no era el suyo, ni ese de evitar el apocalipsis, ni de los que vendrían después.
Muchos le dijeron que era muy especial.
Especial en que?
Por ser el envase…o eso…
Estaba seguro que no, solo era otro cazador más.
-“un cazador a quien un ángel saco del infierno”-
Escucho su subconsciente en ese momento de reflexión.
Una imagen de sí mismo apareció, recordándole esa vez en la que se mato a sí mismo, esa vez, antes de irse al infierno.
Su copia abrió los ojos mostrando la oscuridad que los cubría.
Era el, de nuevo.
-“un cazado a quien un ángel saco del infierno…”-volvió a repetir mostrando una sonrisa.
Y eso que!?, no significaba que en verdad era importante.
-“eres el soldado perfecto. Manejar armas, conducir, pelear cuerpo a cuerpo…en todo eres bueno…porque los ángeles no nos querían??”-
Soldado…perfecto?
-“Como Michael…”-
Apareció la imagen de su mejor amigo, o ex-mejor amigo…bueno se trataba de Castiel.
Ese ángel al que no supo cuidar.
Se culpaba por lo que había sucedido.
Era su responsabilidad, pero claro está, que el muy idiota también tuvo la culpa.
-lo siento Dean…-
Aunque, al final, solo le importaba hacer las paces con él.
Eso lo entristecía, tal vez no fue su culpa, tal vez no solo fue la culpa del ángel, tal vez también fue la de él. Por mostrarse tan incompetente haciendo cosas desesperadas en momentos desesperados…como vender su alma.
Esa fue la más grande estupidez, y lo hizo para que su “pequeño hermanito” se volviera un adicto a la sangre de demonio. Queriendo devolverle la vida, trajo algo más de la muerte.
Cas hizo igual, solo quería paz en el cielo, solo quería protegerlos, solo quería protegerlo, a él.
Se lo había dicho muchas veces, y aun así, siguiendo a Bobby y a Sam, culpo a Castiel de traicionarlos, cuando ellos fueron los que lo habían traicionado.
Eran amigos… familia…debieron estar para él. Pero, claro, tuvo que estar de parte de los “buenos”.
Buenos mis patrañas. Sam ya no era el inocente Sammy y Bobby…era Bobby ¬¬.
Debió apoyarlo, debió guiarlo al buen camino, debió decirle que estaba mal lo que estaba haciendo, debió hacerlo, como todo un buen hermano mayor que era, pero como otras veces, había arruinado eso, importándole solo el, Lisa, Ben, Sammy, Bobby y el mundo…pero…y Cas?
En donde quedaba él en todo esto??
Si le pidió consejos a un demonio, era porque el no se encontraba para el ángel.
Era su culpa.
-“no deberías culparte…los soldados no hacen eso…”-dijo de nuevo su “yo interno”
Soldado??
El no era un soldado.
-“siguiendo órdenes, como todo un soldado de Dios…como Michael, el hijo ejemplar”-hablo el ángel.
El no era Michael. El no sacrifico vidas inocentes en nombre de dios.
Ni si quiera podía creer en Dios.
Les había fallado a ellos, al mundo…a Cas.
Dios no estuvo para detenerlo, para decirle que estaba mal.
Y ahí era en donde se daba cuenta que él había hecho lo mismo.
No estuvo para Cas y por eso el ángel termino cayendo en la oscuridad, literalmente.
No tenía ni idea de lo que había detrás del purgatorio, su poder lo cegó, al igual que la venganza.
Igual que a él, igual que a Sam
Que todos los jodidos wínchester terminaban así??
Castiel no lo era, pero era un hermano para el.
Ahora el ángel estaba muerto, Sam a punto de estarlo, Bobby ya no estaba y él...Desde cuando estaba vivo???
Al volver del infierno solo era un cascaron vacio, un robot con sus objetivos ya programados.
Cazar, maldecir, comer y mantener a salvo a Sam.
No hacía nada fuera del programa.
Y al hacerlo, quería volver a esa vida de peligro y emoción.
Debía aceptar que amaba esa vida, muy pero muy en el fondo. Aunque, a simple vista la odiara, pero era lo único que lo mantenía en pie, lo único que lo mantenía cuerdo en esa vida llena de locura.
Había hecho muchas locuras y estupideces, pero si dejaba eso…moriría.
El nunca sirvió de nada.
Siempre se lo repetían.
Aunque le dijeran que “era el mejor soldado” otros le decían que para que existía.
Si no hubiera existido…
Su padre hubiera muerto eh ido al cielo como cualquier otro.
Su hermano nunca hubiera salido de la universidad, se hubiera casado y hubiera tenido hijos.
Cas nunca hubiera tenido motivos de bajar del cielo y el apocalipsis nunca hubiera ocurrido.
El ocasiono toda esa mierda.
-“nadie te necesito…John te hubiera abandonado tarde o temprano al igual que Sam…todos te dejarían a la deriva y tus esfuerzos de mantener esa familia junta se irían por el caño… eres solo un soldado, que al morir, nadie recordaría…”-
Tenía razón, todos los demonios se lo decían.
Que era una carga, que por él, su padre se encontraba en el infierno, que su intento de mantener a su familia unida era inútil, que su hermano no lo quería cerca, que lo terminaría abandonado.
El hacia miles de cosas por su familia y ellos que hacían por el???
John, su padre, se sacrifico…pero al final le dejo un sentimiento de culpa.
Sam. Sam…lo traiciono de mil maneras, rompió por completo el alma de Dean al preferir a esa demonio que a su propio hermano.
Y el único que pudo reconfortarlo…murió, por sus propias decisiones. Por un sacrificio, por lo que fuera…
Todos lo abandonaban, todos los traicionaban de cierta forma y el que hacia???
Se tomaba unas cuantas cervezas para olvidar…y volvía a sus andadas, volviendo a proteger a ese traidor, a sentirse culpable por su padre y a sentir lástima por ese ángel.
Sufriendo más él, que los otros que le hicieron daño.
No tenía sentido.
Si el desaparecía, la vida sería mejor para todos.
-“mentira”-dijo el ángel mientras era rodeado por una brillante luz.
Su “otro yo” se cubría los ojos al ser segado hasta que desapareció entre un humo negro.
-“tú no tienes la culpa de nada…tú hiciste cosas buenas no esperando ser recompensado…las personas a tu alrededor no te valoran como deberían, incluyéndome. Siempre me dijiste que estaba mal lo que hacía, pero fui cegado por el deseo de poder…un poder que sabia no controlaría... un poder que opaco mis deseos de paz en el cielo. Debí hacerte caso…después de haber matado a Rafael, debí retroceder, no seguir…lo siento Dean…pero entiende que tu eres muy especial…tanto que Dios aun no te quiere en su paraíso…aun no quiere verte perecer…ni yo tampoco…gracias por todo…”-la luz desapareció, al mismo tiempo que el angel.
Abrió los ojos precipitadamente, se sentó en la cama, recargándose en el respaldo, con su frente sudando, su corazón palpitando con rapidez, su respiración entrecortada y su cuerpo temblando.
Eso no fue un sueño.
-No, no lo fue…-
Volteo encontrándose con Castiel, sentado a la orilla de la cama, como lo había hecho hace tiempo.
-esto sí lo es…-dijo Cas viéndolo a los ojos.
-un sueño??-
-si…-
-que haces aquí??-dijo algo rencoroso.
-no lo sé. Es tu sueño…tu dime??-
Dean lo miro confundido.
-por que te querría aquí??-pregunta tonta. Lo necesitaba, necesitaba su apoyo, su compañía.
-no lo sé…-
El ángel ladeo la cabeza confundido.
Por alguna razón, Dean soltó una risita. Debía aceptar que se veía tierno al hacer eso.
Suavizo su mirada, mostrando nostalgia en sus ojos.
-lo siento cas...-
El ángel nuevamente ladeo la cabeza.
-por?-
-por no estar ahí para ti…-escucho su voz más aguda, casi como la de un niño.
Cas mostro algo parecido a una sonrisa para acercarse al rubio, el ahora pequeño niño de 12 años.
Dean pudo sentir sus ojos arder, las lagrimas se acumulaban en sus ojos, y al ver al ángel acercarse y acariciar su cabello con dulzura, lo hizo derramar esas cristalinas lagrimas.
Cas se acerco a un mas para abrazarlo, colocando la cabeza del rubio en su pecho, dándole a entender que, el estaba para él.
-te toca tener un hermano mayor…-
Cas cambio a ser un chico de 18 años, con su mismo cabello negro y ojos azules, solo que más delgado.
Dean seguía llorando, mojando el pecho del ángel.
-tú siempre cuidas a los demás…cuando dejaras que los demás te cuiden a ti???- -no debes olvidar que sigues siendo un simple humano, frágil…capaz de resultar herido…no eres un simple soldado, eres una persona…la cual…no debe pensar que es una carga para los demás…-
Dean abrazo con fuerza al ángel.
Se sentía tan bien desahogarse, se sentía tan bien tener ese calor cubriéndole, se sentía tan bien percibir ese olor que lo tranquilizaba.
No podía negar que el ser un hermano mayor era exhaustivo, era difícil y era muy problemático…pero otra cosa que también tenía que aceptar era que…tener un hermano mayor era reconfortante y Cas, en ese momento, hacia un buen trabajo.
-A veces necesitas un hermano mayor Dean…-dijo de nuevo el ángel abriendo sus blancas alas para cubrirlo.
Dean, entre lagrimas sonrió. El necesitaba a un hermano mayor, y al aparecer solo en sus sueños aparecía.
Su ángel guardián, su compañero, su mejor amigo…Su Hermano Mayor.
-Siempre te protegeré Dean…después de todo eres mi responsabilidad…-
Esas mismas palabras se las decía a Sam. Pero nunca se las dijeron a él.
-te quiero Cas…-
Sammy le decía algo parecido, bueno le decía cuando eran pequeños, cuando el pequeño Sammy lloraba y el estaba ahí para cuidarlo.
En ese caso, el tan solo sonreía y le respondía…
-yo también…-dijo el Castiel. Sonriendo con dulzura y lágrimas en sus ojos.
Fin