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Writter por ParadiseNowhere

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Notas del capitulo:

He aquí lo que tanto ansiabais y a la vez temíais: el final.

Siento haber tardado taaaaaaaaaaantísimo tiempo en subirlo, pero de verdad que no he podido hacerlo antes ^^u. Al final he aprobado todo (un aplauso), pero la cosa no acabó ahí, porque al aprobarlo todo viene la prueba de selectividad, y también tuve el expotaku, y el concierto Rock in Rio… vamos, que me lié.

Pero aquí está. Al fin, por fin, el fin. Qué bien sienta darle por fin a la casillita de “terminado” a un fic, no es algo que haya hecho muy a menudo.

La verdad, esta es una historia que nunca tuve la esperanza de que saliera adelante. Pero luego, empezasteis a leerla, y con cada nueva lectura y cada nuevo review me daban más ganas de continuarla, y al final prácticamente se escribió sola. Y todo es gracias a vosotros.

 

Antes de que leáis este último capítulo de Writter, deciros que estoy muy agradecida a todos vosotros por haber seguido leyendo hasta aquí y por haber aguantado mis tonterías. Y especiales gracias a los que habéis dejado reviews, y también a los que me dejasteis propuestas para canciones, me han gustado mucho. Al finan ni siquiera yo quería que terminase.

Y, sobre todo, gracias a los que me comentabais con regularidad, (hay por ahí una personita que me comentó en TODOS los capítulos, gracias muy especiales para ti). No quiero decir nombres porque no quiero que nadie se sienta ofendido, pero muchísimas gracias.

Y ahora, sin más preámbulos, el final.

Espero que os guste.

Capítulo 20_Epílogo.

 

 

 

-Siento que tengas que hacer esto…- se disculpó por enésima vez Denzel mientras conducía.

-No seas bobo. Te he dicho mil veces que voy porque quiero, así que deja de disculparte- lo reprendió Charlie, que iba sentado a su lado, mirando pasar el paisaje nevado a través de la ventanilla.

-¿Estás seguro? Aún estamos a tiempo de dar la vuelta. Podré inventarme una excusa, siempre podemos decir que te llamaron de urgencia para cubrir un turno, o algo así… es más, no deberíamos marcharnos, pos si en verdad te necesitan.

-Por dios Denzel, trabajo de dependiente en una librería, no para seguridad nacional, sabrán sobrevivir sin mí. Además, las navidades acaban de pasar, el flujo de gente vuelve a ser el normal. Créeme, no me van a necesitar.

-Pero…

-¿No será que el que no quiere ir eres tú?

-…

-¿Es que te avergüenza que tu madre me conozca?

-¡No! No, eso jamás. Me preocupa más bien que tú conozcas a mi madre.

-Ah, creo que ya lo pillo. Te da miedo que tu madre te deje en evidencia ¿A que sí?

-… Es que es muy efusiva. Y muy bocazas además. Y sé que cuando te vea se va a volver loca, la conozco demasiado bien. Se pondrá a parlotear, a elogiarte (que eso no me disgusta) y a contar cosas vergonzosas sobre mí.

-Vamos, Denzel. No será para tanto, seguro. Además, ¿Y qué si me dice cosas vergonzosas sobre tu pasado? ¡Todos tenemos cosas de esas!

-Ya, bueno… ya sé que todo el mundo ha hecho cosas vergonzosas. Pero jode cuando una madre cuenta las tuyas…

-Ya, ya- contestó mirando por la ventana.

En realidad, él no sabía muy bien qué se sentía al ser puesto en ridículo por una madre, ya que su progenitora nunca había demostrado verdadero interés en él. Charlie sabía que Denzel no hablaba de aquello con intención de hacerlo recordar a su madre y la situación que vivía con su familia. De hecho, si él no se lo decía, tal vez ni se diese cuenta. Prefería dejarlo así, ya que, en realidad, no le molestaba.

En realidad, llevaba sin hablar con nadie de su familia desde que se había marchado de su casa, hacía medio año. Medio año que había pasado viviendo con Denzel. El medio año más feliz de su vida.

No sentía la necesidad de hablar con su padre. Para él, había quedado todo dicho. Si su padre entraba en razón y buscaba arreglar las cosas, aunque fuese mínimamente, él aceptaría, pero tendría que salir de él. Se sentía feliz con su vida tal y como estaba ahora. Pero, aun así, en el fondo le gustaría que las cosas mejoraran. Al fin y al cabo, era su familia.

Los días pasaban blanda y tranquilamente. Había conseguido un trabajo como dependiente en una librería, ya que no pudo recuperar el trabajo en el Café Factory. Sólo tenía que trabajar desde las nueve hasta las cuatro y media, lo que le dejaba el resto del día libre. Aunque, lo que le molestaba de su horario era que le resultaba imposible levantarse todas las mañanas sin que Denzel se despertara. Tenía un sueño tan ligero que podría despertarlo incluso el vuelo de una mosca.

No es que le molestase, todo lo contrario. Adoraba ese beso de buenos días que no faltaba nunca, los arrumacos, los abrazos, ese ratito de charla intrascendente mientras desayunaban…

Sinceramente, le hacía empezar bien el día. Pero no le gustaba que se levantase sólo para estar con él, ya que Denzel no tenía la necesidad de madrugar. El ritmo de vida de Denzel se había vuelto algo más regular por el simple hecho de que quería acompasarse al de Charlie. Pero bueno, Denzel era escritor, le era difícil llevar una rutina de sueño regular.

No era la primera vez que se le ocurría algo en plena noche y se levantaba a escribirlo antes de que se le olvidase, o que se quedaba hasta las tantas porque le había venido la inspiración de repente. Le parecía tonto que, se acostase a la hora que se acostase, aquel tarado se levantara todos los días como un reloj cuando él lo hacía. Muchas veces, para volver a la cama en cuanto Charlie salía por la puerta…

Pensar en esas pequeñas cosas del día a día lo hizo sonreír, y sentirse aún más satisfecho con su existencia. Tenía un trabajo, un lugar donde vivir, y compartía sus días con la persona a la que amaba. No podía pedir más. No quería pedir más, tan solo que las cosas continuasen tal como estaban.

Por otra banda, había hecho muy buenas migas con Carol, la amiga de la infancia de Denzel. En un principio esta la miraba con algo de desconfianza, pero acabó aceptándolo y dejando lo pasado atrás, para convertirse en una valiosísima amiga y aliada en la lucha contra los continuos desvaríos de su novio. Otras dos que se habían añadido a la tropa eran Marie y Meryl. Al principio también estaban algo enfadadas con él por no haberles dicho ni una palabra durante tanto tiempo, pero el enfado duró muy poco.

Distraído, se ajustó la coletita que recogía su pelo, que aún no estaba tan largo como antes. Denzel le había pedido que se dejase crecer de nuevo el pelo, y él no había encontrado inconveniente.

Cuando volvió la vista hacia Denzel, lo sorprendió mirándolo de forma fija, con una sonrisa algo bobalicona en los labios.

-¿Qué ocurre?

-Nada. Solo me estaba fijando en lo guapo que es mi novio.

-Mira hacia la carretera, pirado- dijo algo sonrojado.

Una hora después, pararon en una gasolinera para estirar un poco las piernas. Estacionaron en el aparcamiento que daba a la pequeña área de descanso al lado de la gasolinera, donde había unos cuantos arbolitos y unas mesas de piedra, todo cubierto de nieve. No había absolutamente nadie allí.

-Dios, qué lejos queda tu pueblo.

-Yo te lo advertí. Y aún queda otra horita en coche.

Charlie suspiró y miró el panorama nevado. Denzel se había apoyado contra el coche luego de haberse desperezado.

-Qué frio…

-Ya. ¿No deberíamos meternos en la cafetería al menos? Acabaremos por pescar un resfriado aquí fuera.

-La cafetería no es divertida. Allí no hay nieve- dijo separándose del coche. Se agachó, cogió un puñado de nieve y empezó a darle forma de bola.

-Denzel, espero que ni se te haya pasado por la cabeza tirarme eso… No podemos ponernos a jugar, acabaremos empapados y….

Plaf.

La bola de nieve impactó contra su hombro. Denzel lo miraba con una sonrisa de diablillo encantadora. Charlie respiró hondo, entrecerró los ojos, se agachó, cogió un puñado de nieve y dijo:

-Te vas a enterar.

La batalla de bolas de nieve que sobrevino los dejó a ambos agotados, algo mojados y sonrientes. Acabaron los dos tirados por el suelo, haciendo ángeles de nieve, uno al lado del otro.

-Eres imposible. Al final, siempre acabas enredándome. De tanto estar contigo empiezas a pegarme tu locura…- dijo levantándose y sacudiéndose la nieve del abrigo.

-Pero te encanta, ¿Verdad?

-Bueno, a veces es divertido.

Denzel lo besó.

-Estás helado- le dijo.

-¿Y de quién es la culpa, eh?

-Mea culpa, lo sé, lo sé.

-¿Por qué te pones tan contento?

-Me recuerda a cuando nos conocimos, hace un año. Hay que ver cómo pasa el tiempo y, desde luego, hay que ver las vueltas que da la vida. Quién me iba a decir en aquel entonces que me iba a enamorar de aquel torpe camarero que me rompió la nariz…

-Joder, no me puedo creer que sigas hablando de eso…- dijo sonrojándose.

-Y yo no me puedo creer que a ti aún te dé vergüenza.

-Es que es algo muy patético…

-Que me hicieses sangrar por la nariz aquella noche fue lo mejor que me ha pasado en la vida. Gracias a eso pude conocerte, y gracias a ese incidente hoy estamos juntos. ¿Aún no entiendes por qué sigo hablando de ello?

-… Eres un idiota…- refunfuñó aún más sonrojado.

-Oye, ¿Qué clase de respuesta es esa?- suspiró, hundiendo la cara en su cabello algo mojado, en el que aún quedaban algunos copos de nieve sin derretir.

-… Tengo ganas de llegar a tu pueblo, Denzel- dijo de pronto.

-¿Y eso? ¿Estás muy cansado?

-Bueno, eso también. Pero quiero llegar porque me muero de ganas de ver el lugar donde naciste. Quiero conocer a tu familia, a tus viejos amigos… quiero que tu madre me cuente cosas sobre ti que te hagan sonrojar, y quiero ver fotos tuyas de cuando eras pequeño.

-Charlie, ¿Qué…?

-Te quiero. Te quiero tanto que a veces me parece irreal. Y no te puedes ni imaginar la ilusión que me hace tener la oportunidad de saber más cosas de ti y de conocer a tu familia… de formar cada vez más parte de tu vida, así como tú lo haces de la mía.

>>Pero a la vez… me siento mal porque no puedo ofrecerte lo mismo. No puedo llevarte a conocer a mis padres, ni el lugar donde crecí, ni nada por el estilo. Y no sé qué es lo que opinas sobre eso… y me preocupa lo que sientas al respecto.

-¿En serio te preocupa eso?

Charlie asintió.

-Qué tonto eres- dijo abrazándolo.

-Oye, no te pases.

-Eres tan adorable… eres la única persona de este mundo al que le preocuparía una cosa así. Te voy a ser sincero, la verdad es que me gustaría saber todas esas cosas de ti... pero no es algo que me quite el sueño. Claro que me gustaría ver fotos tuyas de pequeño, seguro que eras la cosa más linda del mundo…

-…bobo…

-… pero hablas de la situación que vives con tus padres como si fuesen culpa tuya, y no lo es. No sé cómo te sentará esto, pero si tus padres no son capaces de ver la maravillosa persona que es su hijo y de aceptarte tal y cómo eres… no te merecen. No merecen que pienses en ellos ni por un instante. ¿Queda claro?

Asintió de nuevo.

-Y ahora, vámonos, ya que tienes tantas ganas de que mi madre eche mi reputación por tierra.

 

*****

 

El día había sido una locura. Tal y como Denzel había pensado que sería.

Sus tíos y primos habían sido igual de guasones y dicharacheros que siempre, no le  habían dado un segundo de respiro ni a él ni a su novio. Y su madre se había vuelto loca de remate con Charlie, tal como había predicho.

Denzel había sido avergonzado de todas las formas posibles. Y aún por encima con soporte gráfico, ya que la madre de Denzel parecía tener un número infinito de álbumes de fotos.

Al menos, Charlie se lo había pasado pipa. Al principio estaba un poco cortado, pero a medida que el tiempo fue pasando, la timidez se había ido esfumando hasta no dejar rastro. Estaba en su salsa, caía bien a todo el mundo y todo el mundo le caía bien.

Fue una de las pocas veces que Denzel cayó dormido antes que Charlie, pero el pobre estaba agotado. Había conducido todo el trayecto hasta allí, además de haber tenido que lidiar con su familia. Porque Denzel era inquieto, hiperactivo y parlanchín, pero sus familiares lo eran aún más. Ahora tenía claro de dónde venía la personalidad alegre de su Denzel, venía de serie con sus apellidos.

Ambos compartían la cama de la antigua habitación de Denzel, que era bastante grande. Su novio dormía a su lado plácidamente, pero él no podía conciliar el sueño. Con una lamparita encendida a su lado, elegía de un álbum las fotos que quería que Rose, la madre de Denzel, le hiciera una copia. Aunque, si por el fuese, las escogería todas.

Le encantaba ver a su Denzel cuando era pequeño. Tenía una cara que era una extraña mezcla entre diablillo y angelito, siempre lleno de heridas y tiritas ya que nunca paraba quieto y siempre acababa cayéndose o descalabrándose por ahí.

Pero no sólo se dedicaba a escoger fotos. No paraba de darle vueltas una y otra vez a algo que le había dicho Rose. La madre de Denzel era muy parecida a él, sobre todo en los ojos, que tenían exactamente el mismo color. Era una mujer bajita y ya algo mayor, rechoncha y afable. El tipo de mujer amable y bonachona a la que se le coge afecto enseguida. En un despiste, mientras el resto de su familia se encargaba de entretener a su hijo, se lo había llevado aparte.

-Hacía muchísimo tiempo que no veía a mi hijo tan feliz. Te quiere, se puede ver a simple vista. Y también puedo ver que tú lo quieres. No quiero extenderme mucho además, las palabras no se me dan muy bien. El genio para eso es Den, y él lo sacó de su padre, así que… Oh, deberías haber conocido a Richard, tenía la misma labia que Den y era igual de alto. Era un hombre tan guapo… Oh, perdona querido, no quiero darte la vara. Lo que quiero decir, es que a partir de ahora, esta es tu casa. Bienvenido a la familia- dijo dándole un abrazo. Le llegaba a la altura de la nariz.

Charlie sintió ganas de echarse a llorar, pero se contuvo. Se sentía muy contento en aquel instante.

-Gra… gracias… por todo…

-Ei, ¿De qué estáis hablando?- preguntó Denzel, que los había visto hablando solos.

-Oh, nada- dijo separándose de Charlie-. Solo le estaba preguntando a mi yerno que, ya que él estuvo estudiando derecho, cómo va el asunto de los matrimonios gay en el país…

La cara de póquer que pusieron ambos es difícil de describir.

Aún pensaba en estas cosas cuando dejó el álbum sobre la mesilla y se volvió hacia Denzel. Le apartó un par de mechones de la cara con mucho cuidado, pero eso fue suficiente para despertarlo.

-Lo siento, no quería que te despertases.

-¿Qué haces aún despierto?- preguntó a punto de volver a dormirse.

-Ya estaba a punto de ir a dormir.

-Pues ven aquí- dijo abriendo los brazos.

Charlie sonrió y apagó la lámpara. Se acomodó entre los brazos de su novio, dándole un suave beso en la mejilla.

-Buenas noches, amor- dijo.

Pero Denzel no contestó, había vuelto a quedarse dormido. Miró embelesado su rostro dormido durante un rato y luego se acurrucó más estrechamente contra él. Para él, aquel era el mejor lugar sobre la faz de la tierra. No cambiaría aquello por nada del mundo.

Se sentía a gusto, a salvo y feliz. Se sentía completo. Se sentía en casa.

Notas finales:

¿Sorprendidos? Espero que el final os haya gustado.

¡ANTES DE QUE OS VAYAIS, AVISO IMPORTANTE!

Pasaros por WRITTER, LO QUE NO SE DICE.

Los lemmonadictos tal vez hayan echado de menos una buena escena de lemmo, ¿o me equivoco? Si es así, que nadie se preocupe. He escrito un oneshot de este fic: WRITTER, LO QUE NO SE DICE. En ese oneshot se cuenta… bueno, no quiero descifrarlo, pero es la escena de lemmon que todos esperabais (yo sé que es así, no lo neguéis).

No quise meterla en medio de la historia, porque había pensado que el final fuese así, y meter una escena de lemmon quedaba puesto con calzador, así que decidí ponerlo en un lugar aparte. Además, no tengo mucha maña para escribir lemmon ^^u.

Disculpen las molestias.

Sólo me resta decir que en este enlace   http://aquisiguelloviendo.blogspot.com.es/  voy a subir algunos bocetos que hice sobre la historia, así como la lista de canciones propuestas por vosotros. Si tenéis tiempo y os apetece, echadle un vistazo.

 

Hay tantas cosas que quisiese decir, que no me llegarían ni el tiempo ni el espacio para ponerlas todas, así que abrevio. Muchas, muchísimas gracias de nuevo. Gracias a vosotros esta historia se ha convertido en una muy especial para mí.

Gracias.

Y, quien sabe… el final ha quedado lo suficientemente abierto como para que pueda existir Writter 2. Ya veremos, a ver qué opina la audiencia y a ver qué se me ocurre. Yo lo dejo en el aire.

Para quejas, reclamaciones y todo lo que queráis decirme en general, ya sabéis.

Hasta la próxima.


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