Todo comenzó a la perfección, estaba enamorado de ti a morir, era capaz de cualquier cosa si se trataba de sacarte de aprietos. Pero las cosas han cambiado ¿Por qué? ¿Por qué ya no siento atracción hacia ti? ¿Por qué al tener sexo no siento placer? ¿Qué hace que mi actitud de disgusto sea obvia cuando estamos juntos? No lo sé… Mi amor por ti se ha ido acabando, creí que el destino demandaba que tú y yo viviríamos para el otro, pero creo que un impulso más fuerte desafió al destino, venciendo, obteniendo como recompensa el poder manejar el fuego de nuestro amor.
-Kai ¿Seguirás ocupado?- Llamaste a mi teléfono móvil por quinta vez la cual decidí contestar
-Sí, ya sabes que este oficio es agotador- Escuché un suspiro de tu parte, supuse que te habías cansado de la misma excusa- lo siento
-Pero al menos déjame ir, quiero estar contigo amor- No me llames amor, cada que lo haces siento la presión en el pecho denominada culpa
-No Reita, pienso que no es lo adecuado- Contesté cortante puesto que yo quería ser lo más breve posible
-Por favor…-Dijiste en un tono tan lúgubre que sentí como rogabas verme
-Está bien pero tendrás que ser rápido o no terminaré mi trabajo para mañana- Mentí, simplemente no quería verte pero tampoco quería lastimarte
-Vale- Cortamos la llamada, coloqué mi teléfono en la mesa comedor en la cual me encontraba sentado, me levanté con lentitud y caminé hasta el estudio, tomé algunos papeles al azar de la pequeña bodega que ahí se encontraba, caminé nuevamente hacia el comedor para esparcir las hojas de papel sobre aquél mueble
Me senté en la silla en la que estaba acomodado antes, subí mis pies sobre la mesa jugando un poco, tocando ritmos de cualquier canción que cruzara por mi cabeza empezando con Wakaremichi, Zetsu, Akai one piece y finalizando con Cassis. Sentí el timbre sonar con insistencia, me levanté de mi comodidad para abrir la puerta encontrándome con tu sonrisa, con la emoción plasmada en tus ojos al verme.
-Adelante, pasa- Fingí una sonrisa permitiéndote entrar, cerré la puerta atrás de nosotros
-Kai…- Al instante te aferraste a mí como imán, tomaste mi rostro entre tus manos y acercaste tus labios a los míos sin vacilar, moviéndolos con deseo y desesperación
Tus besos no significaban nada para mí, se habían convertido en una sensación completamente desagradable
-Has llegado- Me separé rápidamente sonriendo con hipocresía, debo admitir. Noté tu nostalgia al tenerme cerca después de tanto tiempo
-Hace mucho no te veo… ¿Cuánto tiempo ha sido ya?- Me preguntaste con amabilidad
-No tiene importancia, ¿O sí?- Negaste con la cabeza sonriendo levemente
Antes sentía la frustración de no verte durante días, pero ahora creo que es lo más conveniente, el estar días, semanas incluso meses sin ti. Sufría cada noche deseando tus besos, tus caricias pero ahora ya no es importante
-¿Qué hacías? –Preguntaste con un tono suave mientras de acercabas a la mesa tomando una de las hojas
-Nada importante- Quité el papel de tus manos con temor de que descubrieras que no trabajaba en nada
-¿No puedo ver?- Dijiste refiriéndote a los papeles en la mesa
-No tonto, son cosas de líder- Reí alivianando el ambiente, agarraste mi mano acariciándola yo la aparté simulando rasquiña en mi mejilla
-¿Cuánto tiempo estarás aquí?- Pregunté evitando ser mal educado
-¿Ya quieres que me vaya?- Vi tu expresión, te mostrabas neutro con una mirada seria y perspicaz
-No, no, nada como eso…Sólo que tengo trabajo que hacer- Sonreí con nervios, te acercaste a mí, tu rostro estaba muy cercano al mío, nuestros labios rozaban con sutileza, me besaste fogosamente explorando mi boca con tu lengua, lamías mis labios con dedicación. Me esforzaba pero odiaba tus besos, suspiré, ya sabía lo que estaba a punto de suceder
Decidí dejarme llevar por ti, acariciabas mi cuerpo con descaro, realmente detestaba cuando la lástima me vencía… Me obligaba a hacer cosas que no quería.
Cargaste mi cuerpo, mientras besabas mi cuello con lujuria y deseo llevándome hasta la habitación. Me recostaste en la cama con brusquedad; Suspiré pesadamente, sentía como me despojabas de mi vestimenta, la lanzabas lejos de nosotros, lamías y mordías mis pezones con fuerza produciéndome quejidos de dolor, bajaste mi ropa interior con habilidad, el placer se hacía necesario. Me posicionaste de espalda frente a ti, quedando a tu merced, cerré los ojos con fuerza mientras tú te quitabas la ropa con rapidez.
Entraste en mí de una sola estocada, fue muy doloroso necesitaba preparación puesto que había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hicimos, sentí ese ardor en mi entrada mientras arremetías para penetrarme por completo, era como si me fueses a romper, las lágrimas salieron por si solas, sollozaba con dificultad, el dolor era intenso, apreté las sábanas con fuerza no dejabas de salir y entrar con apresuramiento, quería gritar del dolor pero quise que creyeras que lo estaba disfrutando, cada vez aumentabas el ritmo mientras yo mantenía mi rostro gacho.
-Reita, oye, me e-está doliendo- Dije con apuro esperando que me escucharás pero tú estabas cegado por el placer que sentías
-Ah…- Suspiraste apretando mis caderas, tu respiración estaba agitada como si estuvieras a punto de llegar a tu límite
-¡Akira, me lastimas! –Te grité siendo ignorado una vez más, intentaba alejarme pero me sostenías fuertemente, comencé a llorar en silencio, aquél dolor era intolerable para las condiciones físicas de un hombre
-Ah… ahh ¡Kai!- Gemías sin importar mi dolor, sin importar que me estuvieses matando del sufrimiento
-Akira…- Solté en un sollozo, te detuviste en seco al momento en el que llegaste al climax, te corriste dentro de mí, sentí tu esencia recorrer mis entrañas, saliste y yo recosté mi cuerpo por completo, te acomodaste junto a mí rodeándome con tus brazos
-Te amo- Escuché que dijiste, opté por no responder a eso, te daba la espalda en ese momento porque sé que no podía verte a los ojos- Tú… ¿Te quedarás conmigo por siempre?- Preguntaste mientras acariciabas mi oreja
-Sí…-Te respondí en un susurro y besaste mi mejilla
¿Qué más podía hacer? No quiero herirte, sé que nadie podría amarme como tú lo has hecho es por eso que deseo corresponderte aunque sea de esta manera, estando a tu lado para servirte cuanto me necesites pero… ¿Esto ocasionará daños en mi corazón? El mentir de esta forma, ¿A caso está mal? No lo sé y tampoco tengo algún desasosiego ante eso
Fin