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Amor Yaoi
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Give por SundayGirl

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Notas del fanfic:

Bueno, éste es mi primer fic publicado en amor yaoi.

¿Qué puedo decir

Espero que no sea un fracaso horripilante, aunque tampoco espero que sea un éxito.

Con que le guste a la gente me conformo 

Justamente el primer fic es de mi pareja favorita (juasjuasjuas) es una especie de homenaje.

ATCHUNG:

El estilo en que está escrito es en primera persona, es decir, Hidan se lo relata a Kakuzu. Raro... pero no ha quedado TAN mal.

DISCLAIMER:

Masashi Kishimoto es el bla bla bla de bli bli bli y la historia es mía, mía y solamente mía.

Pues sin más preámbulos, el fic:

Dijiste que era la última noche que dormiría solo. Pero al contrario, ésta es la primera de muchas otras más.

Te odio.

A quién quiero engañar... Te amo. Y eso es lo que me hace creerme tus mentiras. Y lo peor es que te miro a los ojos y hago como si todo fuera bien.

Perfecto mentiroso.

Éso es lo que eres. Me dices que vas a llegar tarde, que tienes mucho papeleo o incluso que estás en casa de un amigo. Y yo sé perfectamente que es mentira. Que lo que estás haciendo en ese mismo momento es lo que me hacías antes a mí. Cuándo aún me querías.

Pero no soy nadie para juzgarte. Al fin y al cabo necesito a alguien a mi lado para no sentirme solo. Aunque me sienta como un desgraciado, almenos te tengo a ti que finges que me escuchas.

No, no debo ser tan conformista.

Me estoy volviendo bipolar por tu culpa, Kakuzu. Ahora mismo estoy preparando lo que viene a ser el teatro de cada noche ; preparo la cena - que son unos fideos instantáneos - y te llamo para confirmar mis "sospechas" :

-¿Hidan? ¿Qué quieres? - tu voz suena ronca. No sabes como me pone eso. - Te dije que llegaría tarde.

- Lo sé... sólo te llamaba para oír tu voz. - miento. Estoy cogiendo malas costumbres por tu culpa, eh. - Y esta noche, cuando llegues , tengo una sorpresita.

- ¿ Que tipo de sorpresa? - preguntas malicioso, seguramente pensando en sexo.

- Ya lo verás cuando llegues. - y cuelgo.

Ahora mismo estarás deseando llegar y ver que es lo que tengo preparado.

Pobre iluso.

 

Pasa un cuarto de hora, y sentado en la silla del comedor, jugueteo con una de las velas que adornan la mesa perfecta que he puesto hoy. Todo bien decorado, romántico, elegante. Como antes.

La cera se desliza suavemente hasta rozar mis dedos. Noto la oleada de calor, tan reconfortante. Y el dolor de la quemadura.

Sí, soy masoquista. Y eso fue lo que te gustó de mí, ¿recuerdas?

Cojo tu servilleta y me limpio el dedo. Al fin y al cabo, no la necesitarás. Oh, pero no quiero estropearte el maravilloso final de esta noche.
El timbre suena.

-¡Aleluya! - grito eufórico. Ni siquiera me importa tener que levantarme e ir a abrir. Pero aún así, debo seguir interpretando mi papel. -¿Dónde coño están tus llaves?

- Las he perdido. - contestas desde el otro lado.

Abro la puerta, esperando que me digas alguna cosa bonita, como "Que bien huele la cena" o " Hoy estás impresionante". Pero en vez de eso, te limitas a decir un seco y aburrido "Hola".

-¿Ah... ésta es la sorpresa? - pareces decepcionado. Nunca sabes apreciar mis esfuerzos. Y me saca de quicio que hagas eso.

- Sí. - respondo lo más borde posible.

- Me esperaba otra cosa, pero ésta también me vale. - sonríes.
Dios, hacía días que no te veía sonreírme de esa manera tan dulce. Pero eso no hará que reescriba el final de la obra.

El espectáculo debe continuar.

Nos sentamos uno en frente del otro. Como en un restaurante de lujo, a la luz de las velas.
- Me he pasado toda la tarde cocinando, así que más vale que te guste.

- No mientas, sé que es ramen precocinado. - dices en tono burlón. Por primera vez en lo que va de día me río. Es increíble que momentos así ya no los pudamos disfrutar más.

 


Después de cenar, vas a darte una ducha rápida. ¿No te han dicho nunca que esperases dos horas antes de bañarte si acababas de comer? Siempre tan despistado....

Yo, en cambio, estoy recogiendo lo que tu has ensuciado. Parezco una mujer atrapada en un matrimonio tormentoso. Pero esto es imposible, ni siquiera estamos casados.

Lo pensamos, pero - obviamente - tú decidiste que todavía no estábamos preparados para dar ese paso.

Tú eras el que no quería comprometerse, pero aunque tuviese muchas ganas, nunca te lo he echado en cara. Hasta ahora.

Sales de la ducha, completamente desnudo. En parte, si sigo contigo, es por lo que tienes entre las piernas. Puedes llamarme vicioso, que lo soy. Pero no me culpes por ello. Sabes que el sexo siempre ha sido el pilar fundamental de nuestra relación.

- ¡Exhibicionista, tápate! Te recuerdo que no tenemos cortinas... - te recrimino medio en broma. Digo medio porque esta noche no va a ser muy graciosa. Almenos para ti.

- Oh, que los vecinos miren lo que les dé la gana. - dices juguetón, mientras te acercas por detrás, dispuesto a hacer lo que mejor se nos da. - Mmmm... quítate esto.

- Eh, eh... espera.

- ¿Qué pasa? - preguntas algo molesto por mi interrupción. - No me digas que tienes la regla y no puedes follar. - Obviamente me río para hacer la situación menos violenta.

- No digas gilipolleces. Verás... hace tiempo que quiero hacer algo. - digo con mi voz melosa que tanto te excita. - Cierra los ojos, porfa.

- Como quieras. - te sientas - todavía desnudo - en el sofá, y cierras los ojos. - Espero que sea una experiencia inolvidable.

- Claro que lo será, cariño. - que conste que ese comentario que has hecho ha sido mítico, y sobretodo la mejor parte de la noche. - Claro que lo será.

Voy hacia la habitación que tu y yo "compartimos" , aunque es más mía que tuya, y revuelvo mi cajón de la mesilla. Entre pañuelos, pastillas analgésicas, tabaco y un sinfín de cosas inútiles encuentro lo que estaba buscando. Tu perdición.

- ¡No hagas trampas! ¡Ojos cerrados! - te advierto, porque , como siempre, intentarás engañarme abriendo los ojos antes de la sorpresa.

- ¡Vale!

Y aunque cueste creerlo, soy yo el que está más nervioso. Yo soy el que tiene todo planeado desde hace meses, pero si tú intentas hacer un solo movimiento que se salga de mis planes... todo se habrá ido a la mierda. Por eso, esta noche no me puedes fallar.

Cargo el arma con unas balas tan perfectamente seleccionadas por mi mismo, y quito el seguro. No quiero que se me amartille la pistola y hacer el ridículo delante de tí.

Todo está listo.

Me dirijo hacia a la sala de estar, a punto de darte tu premio por ser tan buen novio. Sigues con los ojos cerrados, aunque un poco nervioso, porque estás tamborileando los dedos sobre tu rodilla. Estás tan mojado y desnudo... y sexy.

Carraspeo para sonar más convincente:
- Cuando te diga puedes abrir los ojos. - empuño la pistola firmemente hacia tu cabeza, justamente entre las cejas.

Uno...

Lo único que me va a dar lástima van a ser las manchas de tus sesos en mi sofá.

Dos...

Mis dedo se coloca en la posición correcta, en el gatillo. No puedo contener una sonrisa al imaginarme cuál será tu última cara.

Y...

Es lo que te mereces, cabrón.

¡Tres!

Notas finales:

Vale...

¿Ha sido intenso, verdad?

A medida que escribía me recordaba cada vez más a un capítulo de Mujeres Desesperadas.

 

Bueno~

Espero que alguien deje un review para ayudar con una crítica constructiva o halago ;)

 

¡Chao!


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