El que se fué
RITSU,………RITSU!!!!!!!!
Fue ese grito desgarrador, proferido de la garganta de un hombre, lo último que recordé, junto con unas lagrimas que me mojaban, antes de regresar al agujero negro en lugar del blanco, ese que las malas lenguas pintan de trágico y malo, que es donde se supone que uno se encuentra cara a cara con la famosa muerte, el fin de la aventura. No vi los famosos flashback, tampoco vi nada de mi vida pasada y mucho menos en un segundo como lo presumían los libros comercializables de romances o ciencia ficción. Lo que si podía decir con total seguridad era que me dolía la cabeza a horrores y también, que no podía pensar con una claridad decente. Me preguntaba como llegue aquí, de hecho, me costaba recordar lo que era lo que había pasado. Solo sentía un intenso dolor en mi cabeza, solo eso, un dolor que palpitaba cada vez más fuerte, que me hacía sentir como si tuviera un gigantesco reloj al frente de mí, torturándome con su infinito compás, con los que asustaba a los impuntuales.
Quería volver a la tierra, quería escaparme de este dolor físico que me atormentaba, intentaba recordar quién era, trataba de mover mis brazos, quería escapar, parece que la oscuridad, me consume rápidamente, quería hacer un movimiento, quedarme en el juego de la vida, intentaba quedarme despierto, no quiero dormir ni perderme en la muerte.
Al abrir mis pesados párpados vi a dos mujeres, que me miraban con una expresión entre preocupada y aliviada.
Ricchan! Dijo la más joven.
¿Ricchan? ¿A quién le hablaría?
Ritsu! Me tenias muy preocupada Dijo la mayor.
Yo las mire confundido ¿Quiénes eran ellas? ¿Quién era yo? ¿Quién eran Ricchan o Ritsu? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué mi cabeza palpita tan fuertemente? ¿Por qué no puedo recordar mi nombre? Intenté seguir probando, pero….
…
…
…
Después de una larga y para nada gratificante plática hice un recuento de lo ocurrido.
Aquel había sido una semana bastante larga, de hecho tan solo fueron un par de días, los que me parecieron una semana muy pesada, realmente pesada, con muchas sorpresas, que me golpeaban mentalmente y no me dejaban asimilarlas con claridad. Habían varias cosas que se me habían dicho, pero para empezar con las que sí conseguí asimilar y entender bien, yo, Onodera Ritsu:
-Tenía una contusión bastante seria debido a un accidente catastrófico en las escaleras del mi lugar de trabajo, donde yo fui el que salió peor parado de toda la gente, al menos mi sufrimiento permitió que los demás queden intactos.
-Aparentemente, el día de mi accidente hubo un terremoto, un movimiento sísmico, de esos momentos donde los cinco años de la carrera de un ingeniero se ponen a prueba y también cuando los escépticos prueban su verdadera fe, la desesperación de los presentes del edificio de donde me encontraba causa mi caída, me preguntaba si algo malo habría pasado aunque no tengo nada de qué preocuparme, o al menos, algo o alguien, al que pudiese recordar y poderme preocuparme por su estado.
-Trabajaba, o al menos hasta hace unos días, en una editorial llamada Marukawa. Pero debido a la severidad de mi accidente, mi madre (La mujer que me llamo Ritsu) presento mi “carta de renuncia” ante mis superiores.
-Era el heredero una editorial muy poderosa, el hecho de pensar que algún día estaré a cargo de semejante organización me enferma, creo que está en mi personalidad, la falta de control frente a la presión ejercida.
-La chica que me llamo Ricchan, se llamaba An Kohinata, era mi prometida para una boda arreglada, de esas que no existen en una sociedad relativamente actual, me sorprendí bastante con esa noticia, aunque le quite esas ilusiones de su cabeza casi en el momento en el que me la mencionaron (Creo que la ofendí)
-Tengo un severo cuadro de amnesia y no hay garantías que mi memoria regrese, inclusive, puede empeorar.
-Me veo obligado mi día a día en una grabadora para evaluar mis progresos (Un diario sería demasiado femenino, además prefiero leer y hablar a escribir)
Y la más rara, interesante y misteriosa de todas:
Estoy últimos 2 días he estado teniendo un sueño bastante raro.
Veia, lo que al parecer era mi yo de hace varios años creo que cuando era un estudiante de secundaria, en una biblioteca, mientras miraba a un joven de cabellos negros y unos hermosos ojos color avellana. Yo lo miraba con una expresión muy rara, tan rara, que al siguiente día, fracase al intentar reproducirla en el espejo que tenía en casa.
En el primer sueño solo lo veía de lejos con una expresión esperanzada, lo observaba mientras el leía y solo eso, parecía avergonzada, parecía un acosador, ¿Era eso común en mi? Al segundo día lo vi otra vez, volví a tener este mismo sueño, como si se tratara de una novela dividida en capítulos, en las que el talento y el esfuerzo de la gente ordinaria se ponen a prueba, donde cae la gente con delirios de grandeza.
Esta vez, estaba completamente tranquilo, tan solo salí a buscar un libro, un comportamiento normal en un chico aparentemente antisocial, su ubicación en el estante, estaba muy alta, pero al no poder alcanzarlo me pare de puntillas y, sin poder mantener un equilibrio decente para un chico de mi edad, me tambalee torpemente con un severo peligro de quebrarme algún hueso, cuando estaba a punto de caer, el me sostuvo en sus brazos, no tengo idea porque, pero después de sonrojarme como nunca hubiese podido en mi vida, le dije a ese extraño que lo amaba. El respondió a mi confesión acariciándome el cabello y…
… luego me desperté algo alterado, sorprendido y con una extraña sensación en el pecho. Era algo raro, quería volver a intentar dormir, pero por más que intente volver a soñar, no pude. Esos sueños eran diarios, uno por día.
Hoy es el tercer día y necesito saber que paso, ¿Quien seria ese chico? ¿Por qué le dije eso?
Cuando fui a hablar con mama para preguntarle acerca de ese chico, ella no me dejo hablar y dijo que yo me calme y la escuche, creo que hubiera sido más conveniente hablar tranquilo y pausado, e ir directamente al tema, el cual nunca fue tratado.
Mama dijo que no debía alterarme, me dijo que me calmara y descansara ya que se ocuparían de mí por los próximos 10 meses que duraría mi tratamiento.
¡10 meses!
Si que era sobreprotectora, pero, ya no me dolía nada y necesitaba recordar cosas acerca de quién soy, mis gustos, lo que solía hacer antes del accidente, mi familia, la gente que conocí.
Como aquel muchacho de mis sueños.
Pregunte a mis padres, a An-Chan y a cuanta gente amigable se me presentaba. Pero nadie me daba razón o pista de quien era, ¿Podría tomarlo como algo irrelevante?, no, no lo creo, si hubiera sido irrelevante no hubiese sido el primer indicio del regreso de mi pobre memoria. Recordar algo después de perder todas memorias no puede haber sido algo sin importancia en su momento.
Muy aparte de aquel muchacho yo estaría aburrido los próximos 10 meses, estaría encerrado en casa y no es como si supiera a donde ir a divertirme, y tampoco era como si me lo fueran a decir o que algo interesante se me aparezca de la nada. Necesitaba una distracción, algo con que olvidarme de los pocos problemas que tenía, recordar mi pasado, mis amigos y hacer los 10 meses siguientes algo más llevaderos.
Cuando buscaba en las tiendas, me aburrí y me senté en una banca despintada por el uso, que se encontraba casualmente ahí. Pensando. Pensando en toda esa gente que deje atrás, como ocurrió esto para empezar, me han tratado como si no me conocieran, como si hubiese estado bastante reprimido, mis padres, (sobre todo mi padre, el fue el de la idea)trataban de protegerme demasiado, ¿Qué acaso no sabían que eso me molestaba? Tal vez yo podría haber sido más callado y más silencioso, antes, pero, ahora no me siento para nada sumiso…
¿Hay algo que pueda hacer por ti, querido?
La pregunta de una mujer anciana me saco de mis cavilaciones
…
¿Podría llamar a alguien? ¿Puedo hacer algo por ti?
No, no me ocurre nada y, muchas gracias a usted, madame, tengo que comportarme respetuosamente no tengo nada,…. Solo pienso
Ya veo, permiso. Y continuó su camino.
Me gustaba esta ciudad, el aire era liviano y opaco, acariciaba mi rostro con una ferocidad atroz y a la vez muy agradable. Trato de recordar, esforzarme para que se refresquen las memorias. Pero no podía. No importaba, tarde o temprano lo haría. Al menos estaba a salvo, me encontraba a salvo, en las tierras de mi hogar. Este lugar donde trataría de recordar 25 años en el tiempo más corto posible. Me sentía bastante optimista, tenía mucho tiempo y apoyo.
Aunque en el fondo sentía que algo me faltaba, y que tendría problemas si no lo encontraba de inmediato, tenía mucho frío, me faltaba el calor de algo, o, tal vez, de alguien.
Iba caminando por las tiendas donde vi algo que llamo mi atención por completo. Era hermoso en múltiples sentidos, patas pulidas, teclas finas, estilo agraciado. Necesitaba averiguar cómo tenerlo, ya. Pueda que solo sea un capricho y lo deje ahí, botado, y no es como si realmente necesitara un piano, pero había algo ahí que decía: ¡Cómprame!, el piano me pedía a gritos ser su dueño.
Disculpe, ¿Cuándo podría estarme costando este modelo? Pregunte a la señora, encargada de la tienda, que volteo a verme, sorprendida por mi repentino llamado.
Me quede sorprendido, era la misma mujer de hace unos momentos
Es tuyo.
¿Perdón?
Que es tuyo
¿En serio?,…. Gracias,…. ¿Por qué?,….. Es decir si lo quiero solo que ¿porque me lo da? estos pianos son muy costosos
Porque veo mucho futuro en ti
¿¿¿¿????
Es que no te puedo ver por completo, solo veo la mitad de tu corazón, y después otra mitad. Como si alguien te hubiese obsequiado exactamente la mitad del suyo, y pienso que una persona que cargue con solo la mitad de su corazón y que lleve al mitad de otro, tiene la suficiente fuerza como para hacer que darte esto valga la pena.
¿Eh?
Olvídalo. Me gusta examinar a las personas, son cosas de viejos. En fin el modelo es tuyo, pero no pienso ponerte taxi, no le pidas peras al olmo, niño. Ya suficiente con esto que te estoy dando.
Había aprendido de uno de los sermones de papá por mi negación a aceptar la empresa familiar, que al cerrarse un buen trato, la comunicación entre los involucrados debe de cortarse antes de que el lado menos beneficiado se arrepienta.
Así que tome el pesado instrumento y lo arrastre varias calles arriba. No cargaba ni una moneda encima y no pensaba ir ni loco a la casa de mis padres, no hubiese llegado con vida, o con brazos. Hoy me voy directo a mi edificio. El portero del edifico, al verme se espanto con mi presencia y solo me llevo hasta el ascensor, que grosero, ese es su trabajo, el se olvidó de los estudios, porque no quería esforzarse lo suficiente, es por eso que se volvió en un portero, no pensaba darle propina alguna, tampoco cargaba efectivo en estos momentos.
Cuando Salí del ascensor me encontré a un hombre que vivía en el departamento continuo al mío. Su aspecto me recordó al muchacho de mis sueños. ¿Dónde estaría? Mejor debería olvidarlo, cada vez que pensaba en él, no podía evitar sentir una fuerte punzada de nostalgia, que es lo que menos necesito ahora, no puedo dejar que esta nueva persona me vea afligido o inferior a él, no creo que sea bueno dar una impresión de debilidad a nadie, y mucho menos en mi estado.
Buenas tardes, me llamo Onodera Ritsu le salude amablemente, al parecer somos vecinos y no quería que tuviese una mala impresión mía
Mucho gusto, soy Takano Masamune, aparentemente seremos vecinos me sonrió, creo que demasiado para alguien que ha conocido un par de segundos.
Su voz me hico recordar al chico de ese sueño ¿Podría ser? No. No lo creo. Son imaginaciones mías. Insisto, no debo dejar que esta persona me vea afligido, extrañando a ese chico, no podía ver mi cara, pero creo que estoy con la típica expresión esperanzada, la característica típica y común de toda la gente que busca a alguien con desesperación, no. Insisto, no quiero, si me viera triste, seria la culpa del chico del sueño, yo no tengo la culpa, fue él, el que se fue.