Decisiones.
Tercera decisión hacia el amor.
Kaname apoyó el codo en la almohada y su mejilla en la palma, observó con atención al joven que dormía a su lado. Pensándolo bien, Kiryuu era atractivo, si, tenía lo suyo.
Zero se movió, se talló los ojos y bostezó, al girar el rostro frunció el ceño.
-¿Por qué sonríes así?-preguntó.
-¿así cómo?-dijo el castaño descomponiendo su rostro.
-cómo estúpido.
-bonita forma de darme los buenos días, idiota. Estaba de buen humor ¿sabes?
Zero sonrió de medio lado y se incorporó, la sabana cayó por su torso lleno de pequeños moretones. Se estiró y comenzó a bajar de la cama.
-¿vas a salir?-dijo Kaname
-tengo que ver al director…
-buuu
-buuu ¿qué?
-yo quería algo de acción matutina.
-¿no me digas?-dijo el peliplateado alcanzando una caja de pañuelos de la mesa de noche- si quieres acción-le aventó la caja- proporciónatela tu mismo.
-que aburrido-murmuró Kaname dejándose caer de nuevo en la cama.
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-Un nivel E-dijo el director- por favor, Zero, Yuuki, tengan cuidado. Principalmente durante las rondas nocturnas.
-No sé preocupe-dijo Zero.
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-¡Zero!-Yuuki lo alcanzó en los jardines de la academia
-Dime.
-oye siento lo de la cita.
-¿Por qué lo invitaste a él? O más bien ¿Por qué nos citaste al mismo tiempo?
-perdón, pero, quiero que se lleven bien…
-olvídalo-dijo él y revolvió su cabello con una mano-no estuvo del todo mal.
-jeje Zero te veo esta noche ¿cierto? Para las rondas.
-sí.
-quería…
-¡Hey Kiryuu!- Kaname se acercó levantando la mano a modo de saludo, su cabello escurría de agua y aun llevaba la camisa arrugada de la noche anterior.
-¿qué quieres?
-¿Qué haces?
-¿qué no ves?- dijo frunciendo el ceño.
-¿no que tenias que ver al director? ¿Qué haces tonteando con Yuuki?
-ya terminé…es más ¿por qué demonios tengo que darte explicaciones?- dijo echando a caminar dándole la espalda.
-¡Kiryuu, no me ignores! ¡Oye!
-Onii sama- lo llamo Yuuki, Kaname volteó.
-Ah Yuuki, hola.
-Onii sama, tengo que hablar contigo.
-eee sí pero, luego, ¿sí? Tengo que hablar con ese tipo…
-Kaname nii sama- Yuuki lo vio partir-¿Qué demo…?
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-Kiryuu- Kaname lo tomó del brazo deteniendo su marcha-¡maldita sea! No me dejes con la palabra en la boca.
-bueno, ¿tú que…?
-Kiryuu sempai- dos Chicos llegaron corriendo, Kaname rodo los ojos, que tan irritantemente solicitado estaba Zero esa mañana-Kiryuu sempai, pasa algo raro en su habitación.
-¿De qué hablan?-dijo Zero.
-es que anoche, escuchamos ruidos.
-¿ruidos?- Kaname también comenzó a prestar atención.
- si como lamentos…
-si-dijo el otro- como gemidos y suspiros.
-y…y hoy en la mañana, Kiryuu sempai- dijo el primero bajando la voz- cuando usted se había ido escuchamos la regadera, como si alguien se bañara.
Zero volteo a ver disimulada pero amenazantemente al castaño que pretendió ignorarlo.
-yo digo- señalo el otro chico- que hay fantasmas en su habitación, Kiryuu sempai.
-¿no me digas que crees en esas cosas?- dijo Zero.
-yo sí- dijo Kaname- creo en los fantasmas plateados- entonces dejó caer su mano en el cabello de Zero revolviéndolo-que gimen dulcemente durante la noche.
-¡Tú!- Zero se quitó la mano de Kaname- ¡¿qué diablos estás…?!
-muchachos váyanse- dijo Kaname cuando Zero lo tomó de su, ya de por sí, arrugada camisa- cuando Kiryuu se enoja, agarra parejo.
Los muchachos se miraron uno al otro confundidos y echaron a correr, lejos de aquellos dos locos.
-¡Parejo te voy a poner yo a ti, idiota!- le gritó Zero- ¿Qué andas insinuando?
-nada, no entendieron nada, cálmate- Zero bufó y lo soltó- pobres niños de primero, los has traumado.
-¿yo?
-es tu culpa por no ser silencioso durante el sexo.
-¡ah cállate!
-bueno ahora, será en mi habitación.
-¿qué?
-quiero decir, tú habitación ahora ya está vetada ¿no?
-supongo.
-ahora lo haremos en mi cuarto ¿te parece?
Zero no contestó, se limitó a continuar su camino.
-¿de qué hablabas con Yuuki?
-solo me pidió disculpas por haberme condenado a una cita contigo.
-mmm ya. ¿Sólo eso?
-si quieres saber si me dijo a quien ha elegido, no, no me dijo nada.
Kaname asintió y suspiró.
-¿vas a seguirme?-le espetó Zero mirándolo receloso.
-Discúlpame- dijo Kaname sarcásticamente- como si quisiera hacer eso ¿seguirte a ti? En tus sueños.
-en mis sueños me dejas en paz…
-pues al demonio.
Refunfuñando los dos se miraron molestos y se fueron en direcciones contrarias.
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Zero suspiró, sentado en una banca de los jardines de la academia se dedico a mirar la Luna veraniega, hacia tanto calor incluso durante las noches que había decidido desabrocharse unos cuantos botones de su camisa, ajustó la cadena de Bloody rose y volvió a suspirar.
Que susceptible era Kuran, mira que enojarse tan fácilmente, y ahora quien sabe hasta cuándo lo iba a volver a ver. Seguro, seguro, en el cambio de clase el día siguiente, que molesto…
-Zero- Yuuki apareció y se inclinó mirándolo curiosamente-¿todo bien?
-sí, nada extraño hasta ahora. ¿Me pregunto si de verdad un nivel E podría entrar a la academia?
-bueno siempre es una posibilidad.
Zero asintió y se levantó, se estiró y se giró hacia la chica.
-¿en la tarde querías decirme algo más antes de que llegara tu molesto hermano?
-jiji no pueden llevarse bien ¿verdad?- el peliplateado afirmó-yo quería proponerte algo.
Yuuki se colocó frente a él, y levantó su brazo para alcanzar casi con la punta de sus dedos el cabello plateado que horas antes Kaname revolviera.
-hace tiempo-dijo Yuuki- que no estamos juntos. Esta noche se parece a aquella ¿te acuerdas? Nuestra primera vez.
Zero suspiró, si lo recordaba.
-¿qué te parece- dijo parándose de puntitas, aferrándose al cuello del muchacho- si hoy, terminado las rondas, dormimos juntos?
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Kaname suspiró también, pero relativamente lejos de donde estaba Zero.
Estúpido Kiryuu, pensó, correrlo de esa forma tan grosera. Aunque pensándolo bien, ¿por qué lo siguió? ¿Por qué ignoró a Yuuki así?
-¿en qué piensas?- dijo Takuma
-en nada.
-¿Dónde dormiste?
-por ahí.
Takuma entrecerró los ojos, y se encogió de hombros.
-te informó, hay un nivel E prófugo, y no hemos podido localizarlo.
-eso es un gran problema, alguna aproximación de su ubicación.
- la última víctima fue muy cerca de la Academia, tememos que intente algo aquí.
-pon vigilancia.
Takuma asintió.
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-Yuuki- Zero tomó la muñeca de Yuuki y la retiró lentamente de su cuello- no creo que sea el momento para esto.
-¿por qué no?
-se supone que estas tomando una decisión, ¿o no? creí que ibas a esperar para saber con quién deseabas acostarte, no solo por una noche.
-es por eso, estoy tomando una decisión…
-¿vas a decidir, cómo?- dijo Zero frunciendo el ceño- ¿viendo quien es mejor en la cama?
-¡No!... mejor dime que no tienes ganas…
-pues no teng…-Zero se cayó, justo detrás de Yuuki una sombra extraña se movió, y se movió otra vez, para luego saltar hábilmente sobre ella.
Rápidamente el peliplateado empujó a la chica, colocando entre él y aquel que era obviamente el Nivel E fugitivo, su brazo, una fuerte mordida penetro su piel, zafó su brazo e hizo a un lado al nivel E que cayó como una lagartija.
Zero no espero más, empuño a Bloody Rose y disparó.
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-huele a sangre- dijo Kaname
-sí, pero de quie…
-Zero.
Kaname salió corriendo, seguido de Takuma.
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Zero exhaló, su brazo goteaba de sangre, pero estaba bien.
Algo lo jaló, volteándolo violentamente.
-Kiryuu ¿estás bien?- Kaname lo tomaba fuertemente de los hombros y lo miraba de forma extraña, como si estuviera preocupado.
-si- murmuró él- ¿y Yuuki?
-vamos a la enfermería- dijo Kaname ignorando su pregunta y levantando el brazo herido- hay que curar esto.
-estoy bien ¡ay! ¡Suelta, duele!
-Nii san- Yuuki lo llamó y Kaname volteó- yo también estoy bien.
-que bueno Yuuki- dijo el castaño dándose cuenta de pronto de que ella estaba ahí- ¿no estás herida?
-no.
Zero lo miró, desvió la vista y suspirando echo a caminar solo a la enfermería, tal vez Kaname, si se acostaría con ella esta noche.
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-Gracias por acompañarme Nii sama- dijo Yuuki- pase un gran susto.
-sí, espero que Kiryuu esté bien, Takuma fue tras él para ver como esta.
-Zero es fuerte, estará bien… ¿porqué, estás tan preocupado?
-¿Ah?- se dio cuenta de que era así, estaba preocupado- no lo sé.
Yuuki torció la boca.
-Kaname nii sama, esta noche pase un susto muy grande, no quiero quedarme sola.
-No te preocupes, ya no va a pasar nada.
-acompáñame, Nii sama. Vamos a dormir juntos- Yuuki dio un paso hacia enfrente, estirando los brazos hacia él.
Kaname atrapo sus muñecas y la detuvo.
-Yuuki-dijo- no creo que sea el momento para esto.
La chica frunció el ceño, eran las mismas palabras de Zero.
-¿qué?
-deberías estar preocupada por Kiryuu, se arriesgo por ti. En este momento deberías estar con él.
-¿acaso quieres que me quede con él?
-yo no dije eso, simplemente…
-Kaname, perdón que te interrumpa- Takuma se asomó por el umbral de la puerta.
-no importa, ¿cómo está Kiryuu?
-bien lo deje limpiando su herida, había mucha sangre…
-voy a verlo- Kaname soltó a Yuuki y salió del cuarto. La chica frunció el ceño, cruzo los brazos y bufó fuertemente.
-¿qué les pasa a los hombres hoy?
-¿eh?-dijo Takuma confundido.
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Zero secó su brazo y observó su herida, los colmillos habían resbalado y rasgaron su piel, necesitaba un antiséptico o algo así, la sangre aun no se detenía del todo. Cuando se disponía a buscar algo en las gavetas de la enfermería, cuando Kaname entró.
El castaño lo jalo de la camisa.
-eres un idiota- le dijo- ¿te das cuenta de lo que hiciste?
Kaname miró su brazo la herida removió algo en su propio estomago.
-déjame ayudarte- dijo tomando su brazo y buscando con que curarlo.
-Está bien puedo solo.
-dije que me dejes ayudarte.
Minutos después la herida estaba correctamente vendada, Zero se alejó de Kaname y se acostó en una de las camas de la enfermería.
-ahhh que cansado.
-eso fue arriesgado ¿sabes?
-fue lo que tenía que ser.
Kaname se sentó en la orilla de la cama- Yuuki me dijo que la empujaste, podías esquivar a ese hombre, ¿por qué te interpusiste? Tú brazo pudo ser herido más gravemente.
-vamos, Kuran, no es para tanto, además ahora que soy un vampiro todo sana más rápido.
-aun así.
-¿qué? ¿te hubiera gustado que atacara a Yuuki?
-no pero…
- ¿entonces, de que te quejas? Ella es la que importa ¿no?
Kaname frunció el ceño molesto, jaló del cuello de la camisa de Zero atrayéndolo a él y lo abrazó espontáneamente.
-también importas tú- dijo mientras Zero perplejo recibía aquel abrazo inesperado- lo que hiciste pudo ser más grave, ¿lo entiendes, cierto? Una herida grave no importa cual, puede hacer daño aun si eres un vampiro.
-Lo-lo siento- dijo Zero sintiendo que la sangre coloreaba sus mejillas.
El castaño relajo el abrazo, y su compañero regreso al colchón. Pero algo había cambiado, sus miradas se encontraron.
-No te arriesgues de nuevo- dijo Kaname- y menos por ella.
Y lentamente lo besó.
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Sus labios se movieron al compás acordado sin anticipación, una caricia exploratoria que poco a poco llenó la habitación de cálidos suspiros, el vapor elevándose, perdiéndose en el aire del verano.
Trepando silenciosamente, Kaname subió a la cama, sus brazos a los lados del rostro de Zero reteniéndolo ahí debajo de él, cariñosamente. Sus labios abandonaron lentamente la boca del peliblanco, deslizándose por la barbilla y cuello, mientras incorporándose un poco, sus manos desabrochaban la camisa, dándole paso a sus besos y lengua caliente.
La piel, bajos sus dedos, se estremeció suavemente, su lengua jugó con las tetillas rosadas, mordiéndolas un poco y obteniendo un gemido ahogado. Sonriendo recorrió su abdomen, mordiendo de vez en vez, deteniéndose en su ombligo, introduciendo su lengua, dándose el tiempo para desabrochar el pantalón.
Su boca mordió suavemente por encima de la ropa el miembro de su compañero.
-ah…Ku…Kuran… espera.
-No- dijo el vampiro, abriendo el pantalón y liberando del pantalón el miembro de Zero. Sus dedos lo acariciaron lentamente, mientras dejaba que su cálido aliento chocara contra él. Su lengua toco la punta, y el peliplateado se removió en el colchón.
Animado por ello Kaname recorrió con su lengua el largo del miembro ya erecto, introduciéndolo en su boca, succionando de él, explotando la garganta de su amante que incapaz ya de retenerlos los dejaba salir, cerrándolo los ojos.
Kaname se detuvo, tomo el margen del pantalón entre sus dedos y lo jalo liberando a Zero de este. Sus inquietas manos recorrieron sus piernas acariciando sus muslos y abriéndolos gentilmente. Zero se sentó en la cama y jalándolo del cuello de la camisa lo atrajo hacia él en un beso asfixiante.
Las manos del cazador, se deshicieron de la camisa del castaño, después se internaron en el pantalón acariciando el miembro de Kaname, mientras se besaban.
Kaname tomó su rostro y detuvo el beso. Mirándolo a los ojos, le quitó la última prenda. Quiso decir “te quiero” pero las palabras tropezaron en su boca, recordando que aquello no era otra cosa que deseo, placer y nada más. Dejándolas de lado, prefirió besarlo.
Zero se aferró a su cuello y se dejo llevar de nuevo al colchón. Sus miembros calientes y húmedos se rosaron con frenesí, mientras su lenguas se enredaban y sus manos se tocaban.
Kaname levantó las piernas de Zero y las puso alrededor de su cadera y la movió simulando suaves estocadas. Un gemido se perdió en la garganta del peliplateado, Kaname abandono sus labios y beso todo su rostro. Perdiéndose después en su cuello y mordiéndolo suavemente, dejando que sus colmillos atravesaron la piel como un cuchillo a la mantequilla, el delicioso sabor de la sangre se deshizo en su lengua. Era tan perfecto, ese néctar, casi podía decir que estaba hecho para él. Podía alimentarse de esa sangre, y solo de esa sangre, por toda la eternidad.
-espera- dijo relamiéndose los labios, alejándose momentáneamente de su amante y rebuscando en los cajones de la enfermería.
-¿qué buscas?-dijo Zero.
-esto-dijo el vampiro enseñándole una pomada- no voy a entrar sin prepararte.
Zero se sonrojo de nuevo, era extraño, él no solía sonrojarse, y menos por culpa del grandísimo idiota que ahora regresaba a su lado y presionaba con la yema del dedo su entrada, abriéndolo poco a poco, con paciencia, con cariño, como si de verdad lo quisiera.
Una vez dilatado Kaname volvió a levantar sus piernas, se posicionó y lentamente lo penetro, con la misma dulzura y paciencia. Y una vez adentro se estiró para besarlo, tomándose igual tiempo.
La primera estocada fue lenta y desesperante, como si no tuviera fin, Zero refunfuño y movió su propia cadera buscando el miembro de Kaname, quien sonriendo, metió de una sola estocada su miembro de nuevo. la segunda estocada fue corta y violenta, Zero se aferró a las sabanas debajo de él, la tercera y la cuarta agarraron un ritmo cadencioso, de la quinta en adelante tomaron ritmos diferentes, que los aventaban al orgasmo pero antes de llegar los empujaba de regreso, velocidades en las que a veces creían romperse, otras deshacerse, y otras tantas derretirse, besos desesperados, abrazos y caricias tormentosas, que caían sobre sus pieles dejando huella, sus voces elevándose al absurdo, cada vez más.
El calor fundiendo sus cuerpo que se retorcían en olas y olas de placer que no los arrastraban totalmente pero tampoco dejaban de golpearlos, Zero atrajó la cadera de Kaname con sus piernas, la ultima fuerte estocada antes de que, al mismo tiempo, como sincronizados se vinieran con un grito delirante.
Resoplando y sudorosos, humedecieron sus bocas sedientas con un profundo y magnificado beso.
Se miraron, se sonrieron, se besaron de nuevo. Y luego Kaname se abrazo a la espalda de Zero, disfrutando del aroma de este, y Zero sintiendo sus parpados pesados, sonrió, como nunca en mucho tiempo, antes de dormirse.
Enredados en las sabanas de la enfermería, pasaron otra noche juntos. En ese momento ninguno sabía que minutos antes, habían decidido rechazar a la misma mujer y habían preferido estar juntos. Así con esa simple acción el tercer paso hacia el amor estaba consolidado.