CAPITULO 2: COMIENZA UN NUEVO DÍA
Eran las 9:00 am, la ciudad comenzaba su diario trajinar, gente caminando de un lado a otro y el centro de Tokio era el eje central en aquella gran urbe moviéndose a un ritmo acelerado, sistemáticamente controlado y en orden, los grandes anuncios fosforescentes y luminosos adornaban los edificios y algunos hologramas anunciaban la última tendencia en moda o el más novedoso móvil; solo que, como siempre, era lo normal.
Pero no para cierto joven de cabellos castaño y lacio, de ojos almendrados que observaban la despampanante ciudad con asombro; para luego el mismo sacarse de sus pensamientos y comenzar a correr entre el mar de gente por las calles.
¡Llegaré tarde!- exclamó observando el enorme reloj en medio de un edificio gris, dicho lugar era la máxima prisión de Tokio, lugar donde encerraban a los más cruentos y terribles criminales, solo que; para nuestro muchacho esto aún era desconocido.
Kamijou Hiroki, 23 años; recién egresado de Lic. En Ciencias Comunicativas; en la universidad de Osaka, se recibió con honores y apenas pisó un pie fuera de la universidad ya consiguiendo bolsa de trabajo; en la Editorial Izayoi en el centro de Tokio, donde había conseguido un puesto aceptable, lo mejor para empezar su profesión con el pie derecho, era periodista.
Un periodista que llegaría tarde a su primer día de trabajo.
¡B-buenos días!- saludó agitado entrando en la oficina que compartiría con su compañero de trabajo y su superior; el Periodista Miyagi Yoh.
Ah… tu debes ser Kamijou, ¿verdad?... Joo yo pensé que me enviarían a alguien con mayor experiencia- soltó el hombre dando una calada a su cigarrillo mirando a Hiroki de arriba abajo, parado en el marco de la puerta sin saber que hacer o decir; pues se encontraba desconcertado ante tal recibimiento.
Kamijou Hiroki, un placer Miyagi-san- Saludó inclinándose respetuosamente, el hombre soltó un bufido.
Sera mejor comenzar, y por favor quítate esa corbata, no combina con tu camisa- señaló despectivamente dicha prenda, era de un suave color azul mientras su camisa era de un azul más fuerte; Hiroki se sonrojó al instante, pues había pasado cerca de una hora tratando de elegir bien su atuendo como para que la primera persona le dijera en su cara como se veía.
Haciendo caso a la crítica de moda; Hiroki se aflojó la prenda y la retiró, Miyagi soltó un suspiro:
“En verdad me enviaron un completo niño”- A sus treinta y cinco años; Miyagi era una leyenda en todo Izayoi, pues había desenmascarado a los más grandes de la mafia y grupos en los principales encabezados; además de una gran capacidad de liderazgo e investigación que sin duda, lo hacia el perfecto candidato a postularse para presidente de la compañía, pues en unos años, dicho jefe se retiraría definitivamente.
El único defecto de Miyagi, era no poder trabajar en conjunto, pues todos sus compañeros renunciaban al cabo de un mes, además de su odio al sistema de gobierno que regia el mundo que habitaba, eso claro era un defecto para sus críticos, pero para sus simpatizantes era una gran fortaleza pues Miyagi era un gran activista social y siempre era buscado para defender causas justas que generalmente lo llevaban a alzar su voz en contra de los gobernantes.
¿A dónde iremos Miyagi-san?- pregunto Hiroki mientras tomaba lo necesario para cubrir la nota del día de hoy, una libreta, una pluma y su tablet.
¿Qué llevas ahí?- indicó señalando despectivo la tablet, Hiroki le contestó de lo más normal.
Una tablet… ¿tiene algo de malo?-
¿Qué te enseñaron en la universidad Kamijou?- Hiroki frunció un poco el seño ante tan despectivo comentario y le contestó:
A prepararme para enfrentar mi profesión, ¿Qué tiene de malo mi herramienta de trabajo?-
Kamijou, por si no lo sabes, la editorial Izayoi se caracteriza por conservar intactos sus métodos de investigación de hace más de doscientos años; es algo que nos caracteriza y de lo que estamos muy orgullosos…- Hiroki se quedó de piedra, pues aquello no era de su conocimiento; Miyagi lo notó y soltó un suspiro.
De acuerdo… es normal que no lo sepas, pues esto no se ha comunicado fuera de la empresa, pero deberías saber que la tendencia de nuestros queridos gobernantes es mantener las costumbres intactas desde hace dos siglos, tecnología, arquitectura, educación, arte, etc., un periodista graduado con honores como tu debería saber eso… de todos modos… ¿sabes usar una de estas?- le mostró una cámara digital de gran lente, usada comúnmente por fotógrafos profesionales.
He visto el manual…- indicó el castaño mientras la analizaba; y casi podía respirar aliviado al comprobar donde se prendía.
Supongo que es suficiente… de acuerdo vámonos ya- indicó tomando su maletín luego de guardar todo lo necesario; Hiroki colgó la cámara a su cuello y tomaba sus cosas.
Si- ambos hombres salieron de la oficina; para Miyagi solo era una nota más, pero para Hiroki sería su primer trabajo, a pesar del frio recibimiento y las aparentes ofensas; concluyó que podría aprender mucho del gran Miyagi Yoh.
¿Exactamente… a donde vamos?- preguntó Hiroki sin verlo directamente, mientras intentaba volver a prender la dichosa cámara, iban en una Van de la editorial, Miyagi conducía con calma mientras le respondía:
A investigar cierto hombre que tiene cierto contacto con cierta empresa de cierto magnate… se cree que tiene lazos con cierto grupo de ciertas “personas”- a Hiroki no le cayó en gracia tanta redundancia y suspiró frustrado; pero que podía esperar, después de todo era un novato y Miyagi el experto, lo normal era que bajara la cabeza ante sus superiores.
Si, era lo normal, pero no para el mordaz Kamijou, por algo había obtenido su maestría en tan corto tiempo y a tan joven edad.
Miyagi-san, sea más explicito, y evite las redundancias en las palabras, por favor- Miyagi abrió la boca sorprendido, pues era la primera vez que alguien le respondía de tal manera, y riendo le indicó a la parte trasera por el retrovisor:
En el maletín esta la información- Hiroki hizo lo propio y una vez con los folders en sus manos sacó sus anteojos para leerlos, más fue interrumpido por Miyagi que lo miraba divertido.
¿Ahora de que se ríe?- empezaba a molestarse.
Nada… solo te ves… adorable…- Hiroki por un momento pesó que su superior tenía cierto fetiche por los anteojos, pero lo dejó pasar ignorándolo.
Veamos…
-.-.-.-
-Señor hay unos periodistas esperándole afuera-
Usami Akihiko bufo con molestia, odiaba dar entrevistas, pero ya había arreglado esa cita y no podía negarse, y menos si se lo pedía un viejo conocido y competente aliado, se acomodó en su sillón y ordeno a su asistente hacerlos pasar, Miyagi entro con su pose arrogante de siempre, detrás de él un curioso Hiroki miraba todo con fascinación.
- Usami, gracias por recibirnos…-
- Lo dices como si tuviera opciones Yoh… ¿quién es tu amigo?...
Miyagi le respondió con una cínica sonrisa:
- Mi nuevo compañero Kamijou Hiroki…-
Akihiko dio un respingo al escuchar el nombre del joven, “Hiroki… ese nombre, y si lo miro bien también su rostro…” Miyagi interrumpió los pensamientos del empresario:
- Vine porque sé que manejas información acerca de los ataques que han ocurrido recientemente, y quisiera saber cuál es la posición de la comunidad de la cual eres uno de los líderes con respecto a la nueva vacuna…-
Akihiko observaba a Hiroki con atención, el joven no paraba de mirar la imponente habitación donde se encontraba, con imágenes holográficas circundándola por completo y simulando un perfecto día de verano, con malicia le preguntó:
- ¿Te dijo Miyagi lo que soy?… mejor dicho, ¿lo que somos en esta corporación?...-
Hiroki no era de los que se dejaban intimidar, con firmeza respondió:
- Vampiros, Usami-sama, disculpe si lo incomodé, solo estaba observando lo maravilloso que es este lugar…-
Akihiko sonrió serenamente, miro a Miyagi para responder sus preguntas:
- Los ataques fueron perpetrados por organizaciones del gobierno, antes de que preguntes, no, aun no tenemos pruebas, pero mis hombres reconocieron a varios de los atacantes y son del grupo VK, con respecto a la posición de la sociedad de la noche, hemos vivido por casi doscientos años siendo lo que somos, muchos, miles murieron en las masacres orquestadas por los gobiernos, los que quedamos nos defendimos, luchamos y logramos establecernos como una sociedad, ahora pertenecemos a este mundo tanto como los seres humanos, somos miembros activos, poseemos empresas, trabajamos, colaboramos, no hay nada que curar con ninguna estúpida vacuna, pues somos lo que somos y seguiremos siéndolo, aunque existan radicales que deseen exterminarnos…-
Hiroki había tomado nota de toda la increíble respuesta, tenía frente a él a un mítico hombre, alguien que había hecho sonar mucho su nombre en el mundo entero luchando por los derechos de los que alguna vez fueron infectados por un virus y ahora eran una raza completa, antes de que Miyagi pudiera decir algo, Hiroki expreso su más profundo sentir:
- Las personas temen a lo que no conocen, pero los vampiros han vivido en este mundo por más de dos siglos ya, yo no creo que este asunto sea por lo que ustedes son en sí, sino por lo que representan, por el poder que ostentan, esto es algo más político…-
Akihiko rio sonoramente dando un golpe en la mesa y parándose de su silla se acercó a Miyagi diciéndole:
- Vaya Yoh tu compañero es muy agudo en sus observaciones, seguro se graduó con honores, consérvalo, este si vale la pena…-
Extendió su mano a Hiroki para expresarle con picardía:
- Me hace falta gente progresista e inteligente en esta empresa, ven a verme si te cansas de trabajar con este tipo…-
-.-.-.-
- Tienes futuro en esto Kamijou, cuando aprendas a combinar tu ropa serás perfecto, mira que meterte en un bolsillo a Usami Akihiko…-
Miyagi elogiaba a Hiroki mientras bajaban en el ascensor, Hiroki hizo un gesto de fastidio y le recalco:
- Solo hago mi trabajo, puede ahorrarse sus comentarios…-
Nowaki caminaba por el pasillo del piso superior pensando en lo que antes Akihiko le había dicho, sobre “dejarlo ir”, pero ¿cómo podía hacerlo? Ellos se juraron amarse para siempre, incluso después de la muerte Hiroki había hecho aquella promesa, como la caracterización de un amor egoísta y sin límite, pues el atarlo a su lado para siempre era la clara muestra de aquella promesa.
Intentó seguirlo; de la misma manera tal cual obra Shakesperiana, pero no podía, no era posible, al menos para alguien como él.
Tratando de alejar aquellos dolorosos pensamientos decidió concentrarse en el próximo trabajo: el cual era reclutar nuevos guerreros como solían llamarse, aunque para la sociedad no eran más que rebeldes; en esos pensamientos trataba de aislarse cuando su corazón se aceleró sin motivo, algo en su interior se removió, cuando miro al lobby de la empresa lo vio, el motivo de su sobresalto, de pronto su vida retrocedió dos siglos, como si apenas minutos hubiesen transcurrido, era su brillante cabello, su hermosa piel, su rostro joven y dulce, como la última vez que lo vio, y caminaba lleno de vida, pareciera como si el tiempo se hubiese detenido, las lágrimas colmaron sus ojos y grito su nombre contra el vidrio, pero él nunca lo miro, Nowaki emprendido una desesperada carrera hacia las escaleras, eran solo dos pisos lo que lo separaban, pero su velocidad sobrehumana no pudo con las puertas blindadas del lobby.
Con un estruendoso empujón derribo la pesada puerta y corrió, pero ya no estaba, corrió desesperado a la salida activando su traje especial que repelía la luz del sol, la gente en la calle se alboroto, era poco común ver a un vampiro bajo la luz del día aunque estuviera con su armadura, la sociedad vampírica se movía comúnmente en las noches o en instalaciones blindadas como las de la corporación Usami, regreso derrotado, de pronto sintió que lo había imaginado, como tantas miles de veces lo había hecho, quería correr, quería morir, el dolor lo estaba consumiendo, cuando de nuevo dentro de la empresa, Akihiko estaba en el lobby viendo él porque del escándalo.
- Tendrás que pagar por la puerta…-
Lo reprendió su jefe, Nowaki lo miro con una total mezcla de desasosiego y dolor, asintió para retirarse pero las palabras de su jefe lo paralizaron.
- No lo soñaste…-
- ¿Qué?...-
Nowaki lo miraba impactado, Akihiko puso entonces una pequeña hoja donde estaba la historia del joven que acababa de estar en su oficina, sonriendo le respondió:
- Que no lo soñaste, no sé como pero él volvió…-
Nowaki sostenía entre sus manos temblorosas un papel, la foto de su dulce rostro y el nombre que hace años repetía hasta el cansancio, finalmente lo había encontrado.
En el próximo capitulo: la duda crece alrededor de Hiroki, Nowaki no puede creer que sea real que su amor haya regresado, nuevos personajes hacen su aparición y la historia de nuestros protagonistas comienza…