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¿Que debo hacer? por Hanabi Angel

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Notas del fanfic:

he vuelto con el 8059, mi debilidad y pasion =w=

espero esta historia sea de su agrado ^w^

Notas del capitulo:

espero les guste, es cortito, pero era eso o nolo subia en unos mil años mas...

gracias por querer leerlo ;)

Gokudera Hayato esperaba en el aeropuerto a que su asistente y amigo regresaran de su viaje a Italia, por culpa de unos clientes él no había logrado acompañarlo y eso lo enfurecía, pero lo que lo ponía de peor humor era que el vuelo se había retrasado, maldijo para sus adentros, mal día para decidir llegar una hora antes de lo planeado. Enciende un cigarrillo aprovechando que no hay nadie a su alrededor para reclamarle, ya esta bastante cansado de que le reprochen lo mismo, después de todo es su cuerpo. Se queda quieto observando al hombre que pareciera caminar con paso firme hacia a su persona. Le hubiera gustado decirle de manera “educada” que no le molestara y siguiera con sus asuntos lejos de el una vez lo tuvo frente suyo, pero  lo único que pudo hacer fue quedarse paralizado, habría salido huyendo si no fuera porque aquello era ridículo, aun así…Tantos  años y el destino escogía ese momento para rencontrarlos.

-¿Cómo te ha ido, Hayato?- Pregunta y se siente como si realmente  hubiera sido ayer la ultima ves que lo vio y no los cinco años en los cuales el moreno no se había tomado la molestia de contactarlo.

-Perfectamente, Yamamoto…- Dice aun cuando cree que todo su ser  se romperá en mil pedazos “¿Qué diablos haces aquí?  ¡Han pasado cinco años, maldición!”, todo lo que quisiera gritarle, pero lo mantiene guardado, se queda en silencio apreciando aquella sonrisa que no ha cambiado en nada durante tanto tiempo.

-Me alegro que estés  bien y que…me  recuerdes…- Desvía la mirada con las últimas palabras, suspira y se queda en silencio durante unos segundos- Que sorpresa encontrarnos en este lugar, ¿No? Dudaba  si eras tú cuando te vi, es que te has puesto mucho más hermoso…

Un incomodo silencio los envuelve cuando Gokudera  gira la cabeza avergonzado por  lo ultimo dicho.

-¿No deberíamos…?

-¿Hablar?- Le interrumpe el de ojos verdes-¿No es muy tarde ya para eso? Siempre supe que eras un idiota, pero esto es demasiado…-Dice cogiéndolo de la chaqueta bruscamente. Lo suelta de inmediato al ver acercarse a la persona que esperaba a su lado. Su corazón dio un vuelco al recordarlo, aquel encuentro seria demasiado para el…pero sus dudas se disiparon al darse cuenta de quien acompañaba a su asistente.

-¡Llegas tarde!- Le reprendió mas por quitarse aquel peso que tenia en su interior que por estar enfadado.

-Gokudera Hayato…No es mi culpa que el vuelo se retrasara, así que no desquites tu ira conmigo…y por cierto, Hidekuni esta conmigo así que  apaga eso…- El albino chisto y obedeció, al final no pudo disfrutar del momento por culpa del individuo que observaba atentamente al recién llegado y al bebe que cargaba, un pequeño muy parecido a Gokudera. Un escalofrió le recorrió todo el cuerpo  a Yamamoto, debía salir de aquella duda que se estaba formando en su cabeza o moriría…

-Lamento mis modales- Se apresuró a decir  – Me presentare…mi nombre es…

-Yamamoto Takeshi- Le quito las palabras de la boca- ¿Cómo no saber quien es usted? Es usted muy famoso por llevar su compañía  a tan alto grado a pesar de su edad, espero que le siga yendo bien en sus negocios…- El de ojos miel sonrió, por un momento creyó que el hombre lo conocía por otra razón.

-¿Y usted es….?

-Hibari Kyoya, el…- Gokudera se interpuso entre ambos quitándole él bebe al ojiazul.

-Debemos irnos…- Ordeno con la vista fija en el pelinegro quien luego de unos segundos asintió. Se despidió del acompañante y se alejó con el medio italiano siguiéndole los pasos.

-Hayato…-Le detuvo. Verlo cargando a esa criatura le provocaba un vacío y miedo gigante. Desde el momento en que lo conoció que su sueño había sido el darle una familia, un hogar al chico de diecisiete años, receloso y que parecía odiarlo desde el primer momento. Sentía que su corazón se rompía por la imagen que veía, pero el mismo era el culpable de que todo terminara así- ¿Él es…?- Pregunto refiriéndose al pelinegro que había tomado un poco de distancia para contestar una llamada.

-Lo que sea el en mi vida ya no es asunto tuyo…- Yamamoto se mordió el labio, cuanta razón tenia el peliplateado, ya no era de su incumbencia aquello.

-¿Y el…?- Gokudera se dio cuenta que preguntaba respecto a Hidekuni que descansaba entre sus brazos- ¿Es…tuyo?

-Es mio…- Respondio dándose la vuelta de inmediato empezando a caminar nuevamente, por un instante había visto la reacción del moreno y no tuvo coraje para seguir mirándolo a la cara.

-¿Él es el padre?- Gokudera le observa y abre la boca para responderle, pero  su corazón le prohíbe decir lo que su mente quiere, se maldice por no haberlo podido olvidar en esos cinco años, aunque eso era realmente difícil teniendo en consideración que tenia un recordatorio a su lado las veinticuatros horas al día.

-Adios, Yamamoto…- Al final no logro responderle la pregunta y el moreno no insistió, pero odia sentir su mirada fija en su persona mientras se alejaba.

 

Hibari le abrió la puerta del auto que les aguardaba y subió.

-¡Mamá!- Le abrazo una pequeña de unos cinco años, de cabello oscuro y ojos color miel- ¡El abuelo me dio muchos regalos, debiste haber viajado con nosotros!

-Lo siento, realmente no pude…cuando lleguemos a casa los veré, ¿si?- La niña hizo un puchero, pero luego sonrió- ¿y porque tu estabas en el auto y no con Hibari, Yui?

-Me dijo que no interrumpiera la conversación entre dos adultos, que mejor esperara en el auto ¿Verdad?- El pelinegro sonrió como respuesta- ¿Quién era ese hombre con quien hablabas?- El albino quedo en silencio, Hibari le había salvado al evitar que Yui se encontrara con Yamamoto, aquel idiota habría comprendido de inmediato que ella era sangre de su sangre.

-Gokudera…- Lo devolvió a la realidad su acompañante.

-Solo era un alumno del instituto al que asistía hace cinco años. Nadie importante…

-Por la manera en que se hablaban, no parecía alguien sin importancia, mami…Tal vez era tu novio y estas muy avergonzado para decírmelo…- Hibari reprimió la risa  mientras Gokudera levantaba las cejas sorprendido de que su hija fuera tan lista, bueno, después de todo era su hija.

-No se de donde sacas esas ideas, Yui. ¿Mi novio? En sus sueños yo iba a ser novio de ese idiota amante del beisbol…

-Pero tu cara esta toda roja, mami…

-Ya no hablemos de eso y muéstrame de inmediato lo que te regalo tu abuelo- La niña sonrió ampliamente buscando dentro de su mochila y mostrándole los juguetes nuevos que había conseguido mientras Gokudera le fruncía el ceño al pelinegro que se moría de la risa por el aprieto en el que se encontraba el albino. Su pequeña ya había olvidado el asunto al pensar en sus juguetes, pero Gokudera solo había intensificado su recuerdo ¿Qué debía hacer a partir de ahora? El destino le jugaba sucio al reencontrarlos…

Notas finales:

comenten para ver si perdi el toque...T^T tanto tiempo sin escribir de ellos me siento oxidada...

si quieren me mandan tomatazos... 


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