Capítulo intermedio 1
Había pasado una semana desde lo acontecido con Yesung y el líder. Ahora estaban cenando todos juntos en el piso once, tenían un par de días libres y habían decidido salir a divertirse un poco.
Una vez estuvieron todos sentados a la mesa —o fuera de ella, pues no entraban todos— empezó la conversación. Hacía tanto que no podían hablar sin la prensa cerca que empezaron con los temas candentes.
—Bueno, chicos, ¿alguien tiene algún cotilleo interesante? —preguntó Heechul, sirviéndose un poco de arroz. —Pero que sea divertido, no esas chorradas que soléis decir…
—Pues ahora que lo dices…—empezó Sungmin pensativo, miró a Yesung, que estaba comiendo como si nada y siguió—hace una semana que creemos que Yesung hyung… —le susurró por encima de la mesa, de forma que sólo lo pudiera oír él.
— ¡Eh! —Le llamó Shindong— todos tenemos derecho a saber ese cotilleo… cuéntalo en voz alta, anda. —Sungmin miró a Yesung de reojo, no muy seguro de contar aquello, pero el mayor parecía absorto en su mundo. Los del piso once le miraron con un asentimiento, hacía días que sospechaban algo, y, tal vez, alguno de ellos supiera qué ocurría.
—Bueno, hace una semana…—volvió a empezar, ante la atenta mirada de catorce personas, incluyendo al líder, claro está.
—Antes de nada —interrumpió Kangin — ¿sobre quién es el cotilleo? —añadió con una sonrisa traviesa y prestando la máxima atención. Sungmin le miró, se preguntó internamente si era buena idea contarlo y suspiró, ya no había marcha atrás.
—Es sobre Yesung hyung —dijo, y trece cabezas se giraron a mirar al nombrado. Una de ellas imaginando ya lo que se iba a decir, otra, rogando internamente que no fuera lo que estaba pensando.
— ¿Qué puede haber de interesante con él? —cuestionó Kangin, no salía de su asombro, mientras todos miraban a Yesung, este simplemente seguía comiendo, como si nada, y pasó su mirada por todos ellos, encogiendo los hombros a modo de respuesta.
—Pues…—Sungmin volvió a titubear.
— ¡Yah! ¡Qué lento eres para contar las cosas! —se quejó Kyuhyun—date prisa, ¡no tenemos todo el día! —recibió una mirada molesta de Sungmin, pero le ignoró.
—Ah, de acuerdo— habló dando un suspiro. — El sábado pasado, todos los del piso once salimos por ahí menos él, que se quedó por quién sabe qué motivo. Os acordáis, ¿no? —todos asintieron y él continuó. —Pues cuando llegamos a casa, olía bastante a… —se sonrojó, no era algo adecuado de contar mientras se cenaba.
— ¿A qué? —preguntaron la mitad, casi apoyados encima de la mesa, olvidando comer, el sonrojo de Sungmin les decía que era algo fuerte.
—Pues…—no sabía si seguir o no, y pidió ayuda a sus compañeros de piso.
—Olía a sexo—dijo Eunhyuk, poniéndose rojo también, no pensaba que reaccionaría así cuando todos le miraron sorprendidos, bueno, todos menos tres personas, dos porque ya sabían lo que iba a decir y una—el líder— por que escupió el agua que estaba bebiendo directamente a la cara de Heechul, que le miró furioso.
— ¡Yay! ¿Se puede saber qué narices te pasa? —exclamó enfadado poniéndose de pie, a la vez que el líder se ponía rojo y le pedía perdón mil veces. —Ahora tendré que cambiarme… ¡mi camisa nueva! Toda llena de tus babas… ¡qué desperdicio! Si es que… no entiendo cómo… —y siguió despotricando contra él, mientras iba a cambiarse y Leeteuk le seguía disculpándose, ambos desaparecieron de la cocina ante la atenta mirada de todos los demás. — ¡Ni se os ocurra seguir esta conversación hasta que vuelva!—gritó Heechul.
Todos se quedaron callados, mirando a Yesung de reojo, o descaradamente, como Kangin y Kyuhyun, que no disimulaban lo más mínimo. Mientras esperaban a que los dos mayores volvieran no dijeron nada, siguieron comiendo en silencio todos metidos en sus pensamientos.
Cuando oyeron la puerta abrirse y a los dos mayores entrar, ya habían acabado de comer y estaban en la sala esperando y quejándose de lo lentos que eran los mayores, Heechul entró riéndose y el líder totalmente rojo y nervioso.
—Ya veo cómo nos esperáis para acabar de cenar…—Heechul les miró mal, fue a la cocina, cogió su plato y se dirigió a la sala, sentándose en un sofá. Leeteuk le imitó, sentándose en el suelo, el único sitio libre.
— ¿A qué esperáis? ¡Seguid contando! —habló Heechul y todos asintieron efusivamente, excepto dos personas.
—Bueno, no hay mucho más que contar…—habló Ryeowook—sólo que…—Miró a los que estaban sentados en el sofá de enfrente, los del piso doce. No pudo ocultar una risa. —Creemos que hyung estuvo con alguien…
—Sí, eso ya lo sabemos—habló Hangeng, impaciente. —dinos algo que no sepamos, anda.
—Sí, —Los del piso once se miraron y rieron, excepto Yesung. —cuando llegamos, hyung estaba limpiando. —Todos se sorprendieron, ¿Yesung limpiando? Sí, claro, y un rinoceronte volando.
—Ya, sabemos lo que pensáis—dijo Hyukjae—por eso creemos que lo hicieron en ese sofá, por que…
— ¿¿¿Qué???—exclamaron todos, levantándose inmediatamente del sofá. — ¡No me lo puedo creer! ¿¿En el sofá?? ¡Pero qué guarro! ¿¡Es que no tienes un poco de decencia!? ¡Eres un cerdo! ¡¡Serás degenerado!! ¡Pervertido! —Esos y otros tantos insultos salieron de las bocas de los que habían estado, hasta hacía unos segundo, sentados en “ese” sofá, especialmente Heechul, Kangin y Kyuhyun, que fueron difíciles de hacer callar. Mientras todos se sentaban en el suelo, Heechul se dirigió a Yesung, que estaba cómodamente sentado en un sillón.
— ¡Hey, tortuga! —le dijo, y el otro le miró, sabiendo lo que iba a pasar. —levanta y déjame ese sitio, que por tu culpa ya no podré sentarme en ese sofá… —Yesung le miró y se puso de pie, quedando frente a él y susurrándole algo que sólo él fue capaz de oír, por mucho que los demás lo intentaron escuchar.
—Claro, hyung, siéntate—añadió en voz alta, sonriendo. Y fue a sentarse junto al líder, pero antes de llegar resbaló con los restos de la comida de Heechul, que habían caído al suelo cuando este se levantó de golpe del sofá y los dejó olvidados ahí, llevándose por delante al líder, que se había levantado para ir a dejar el plato a la cocina, plato que acabó estrellándose contra el suelo y rompiéndose, mientras él acababa tumbado en “El sofá” con Yesung completamente encima suyo. Esto pasó en apenas unos segundos, pero para ellos dos pareció ocurrir a cámara extra-lenta.
Mientras esto ocurría y el resto de miembros se partían de la risa a su costa, Leeteuk recordó lo ocurrido hacía una semana y se puso aún más rojo, mientras Yesung susurraba algo que no lograba entender. Cuando Yesung se incorporó un poco, vio una de las marcas que le había hecho al líder, tapada con maquillaje y el cuello alto que el mayor llevaba desde hacía una semana y que ahora tenía apretujado en su mano.
Lo soltó y se levantó poco a poco, dejando espacio al líder para que se arreglara la ropa, este en seguida se colocó bien el cuello alto, dando gracias de que fuera principios de marzo e hiciera frío para poder llevarlo sin que nadie sospechara.
— Bueno, bueno—dijo Shindong—dejemos eso y pongámonos serios. —cambió su expresión a una de completa seriedad, mientras el resto le miraba, sin entender muy bien a qué venía ese cambio de actitud. — ¿Quién es?
— ¿Quién es quién? —preguntó Donghae, que se había perdido. No entendía que podía tener eso de serio.
— ¿Quién va a ser? —Habló Kyuhyun, con su habitual tono sarcástico y mordaz. — ¡La persona con la que hyung se acostó! —Le aclaró medio gritando viendo que seguía sin entender nada, en serio que ese hyung podía ser agotador.
— ¡Pues haber empezado por ahí! —exclamó medio indignado, cruzando los brazos. —Nos lo vas a contar, ¿verdad hyung? —una sonrisa esperanzada se asomó a su cara pero se vio borrada ante la expresión del mayor.
—No veo por qué tendría que hacerlo —habló, relajada y lentamente.
— ¿Eh? —algunos mostraron sus caras de indignación ante aquello. ¡Tenían derecho a saberlo!
— ¡Espera un momento!— exclamó Kyuhyun molesto. — ¡Tenemos derecho a saberlo! —reclamó y todos hablaron apoyando las palabras de Gamekyu. Yesung le miró.
— ¿Por qué? —cuestionó, sin apartar la mirada de Kyuhyun. Este dudó unos segundos antes de responder.
—Pues porque…—pero se vio interrumpido por Heechul, que respondió por todos.
—Por que es algo jugoso y nunca hemos sabido de tus aventuras amorosas—explicó mientras los demás asentían efusivamente y Leeteuk le miraba mal, muy mal, como si quisiera matarle ahí mismo, de hecho quería matarle ahí mismo.
—Si nunca os cuento nada, es por motivos de peso—aclaró Yesung y, ante las miradas interrogativas de sus compañeros añadió— Sois unos completos cotillas, no os calláis ni debajo del agua.
La indignación recorrió la sala. Todos se exaltaron y empezaron a reclamar a la vez, volviéndose aquello una guerra sin cuartel, todos contra Yesung y Yesung contra todos.
Comentarios como “¡¿tú qué sabrás?!” “¡No tienes derecho a decir eso de mi grandísima persona!” o “No todos somos como Kangin” —este último acompañado por una colleja del mencionado a Kyu, responsable del comentario— se escucharon por toda la sala, con sus respectivas respuestas del atacado que decía cosas como “¡Siempre me entero de todo! Aunque no os deis cuenta” “Heechul-hyung, pareces una mujer de tanto marujear” o “¡ya sé que nadie se iguala a Kangin, pero igual sois todos unos plastas!” Y demás. Realmente no le faltaba contestación para cada uno.
Y entre gritos, insultos e insultos inventados que provocaban risas escandalosas, el Líder explotó.
— ¡Ya basta!—gritó, haciéndose oír por encima del griterío y, al instante, el silencio reinó. Suspiró aliviado. —Bien… a ver, se ha hecho tarde, si queremos llegar a la apertura de la nueva discoteca tenemos que salir ya. —habló, con demasiada tranquilidad, y todos supieron que no era momento para protestas, de hecho, siguieron en silencio a Leeteuk, que se levantó y cogió lo necesario para salir.
El viaje no fue muy largo, aunque tuvieron algunos problemas a la hora de separarse en dos coches. Resultó que nadie quería ir con Yesung, por eso de haberles llamado cotillas y demás. Vamos, tonterías de niños, como les dijo el ángel. Aunque por suerte no pasó a mayores.
Al llegar a la discoteca y estar todos juntos —los quince, contados por Leeteuk con sumo cuidado de no repetir cabezas— enseñaron sus pases VIP y entraron sin hacer ningún tipo de cola.
El local estaba situado en dos plantas, en la de abajo estaban las barras, la pista de baile y los escenarios con barras metálicas para los más atrevidos. En la planta superior, estaba la zona VIP, con una barra especial, sillones muy cómodos y servicio especial.
— ¡Vaya! —Exclamaron— la verdad es que no está nada mal, ¿no?—añadió Zhou Mi.
—Necesito una copa, ya—dijo Yesung y se dirigió a la barra. Algunos le siguieron. De Hecho sólo fueron con él Ryeowook y Kyuhyun.
—No creas que te seguimos, hyung, sólo es que este es el único sitio que hay libre en la barra…—habló Gamekyu, y miró a su hyung, que pasaba de él olímpicamente.
—Lo que tú digas, Kyuhyun—le contestó— ¿qué quieres tomar Wookie? —le preguntó al eternal maknae con una sonrisa. Kyuhyun le miró mal.
—Quiero algo dulce, hyung — Éste le sonrió y se encogió de hombros. Yesung pidió las bebidas y enseguida las tuvieron en las manos. Ventajas de ser famosos. Ryeowook y Kyuhyun miraron sus bebidas no muy convencidos, la de Ryeo era muy oscura, de hecho podría jurar que era de color negro, mientras que la de Kyu tenía un tono rojizo muy raro. — ¿Qué es esto? — cuestionó al mayor.
—Sólo probadlo, no os daría nada malo —habló y miró a Kyuhyun con una sonrisa maliciosa— ni siquiera a ti, Kyu. —Y un escalofrío le recorrió la espalda al menor, que le dio un sorbo a su bebida, para tratar de disimular.
Se dirigieron a la zona VIP, dónde sabían que estarían los demás. En cuanto llegaron pudieron oír la inconfundible risa del líder —señal de que ya no estaba enfadado— que reía por algún chiste malo de Shindong, parecía.
— ¡Por fin! ¿Dónde os habíais metido? —les preguntó Siwon.
—Hemos ido a por unas bebidas, ¿ves? —le señaló Kyuhyun. Y fue a sentarse en uno de los cómodos sillones, al lado de Zhou Mi y Henry, que miraban cómo dos chicas, enganchadas cada una a un brazo de un mozo bien apuesto, gritaban y tiraban del pobre chico, cada una hacia su lado. — ¿Qué os pasa? —preguntó y Henry le señaló la escena ya descrita.
—Creo que la rubia de bote ganará—intervino Zhou Mi. —Parece muy enfada. —Habló sin desviar la mirada de aquél grupo que protagonizaba tal escena.
—Pues yo creo que ganará la bajita —dijo Henry— Uix… Creo que le acaba de clavar las uñas en el brazo…Debe de haberle dolido...—Y era cierto, la chica morena le había clavado las uñas al muchacho que, en ese momento, ponía cara de sufrimiento.
—No me extraña, ¿habéis visto sus uñas? —preguntó Gamekyu. —Parecen más armas de destrucción masiva que uñas…
—Sí, una arma radioactiva —añadió Sungmin, que había oído toda la conversación— ese color no parece muy sano… —en ese momento llegó Heechul, que les miró, preguntó y se unió al debate.
—Ese color de uñas es horrendo y, además, está más pasado de moda que el peinado de la rubia de bote esa…—Y todos afirmaron, era totalmente cierto.
— ¿Qué miráis?— preguntó el líder y siguió la dirección de las miradas de sus dongsaeng. —Urgh… eso parece doloroso… —todos tenían muecas de dolor en sus caras. Sí, y es que la muchacha rubia acaba de lanzar el zapato a la morena bajita.
— ¡Casi le saca un ojo! —exclamó Ryeowook, que acaba de unirse.
—No me extraña, con esos taconazos... ¿cuánto deben medir? —cuestionó Kangin, otro recién llegado.
—Pues ni idea, pero no debería haberlo tirado… ahora está descompensada —comentó Kibum y todos rieron al ver a la chica cojeando e intentando ponerse de puntillas.
— ¡Oh! —Exclamó Kyuhyun —Parece que la morena bajita no es tan bajita…
—Sí, parece que la rubia de bote es aún más bajita que ella, y mira que es chiquitita…
—Pues sí… ¿Quién creéis que ganará? —preguntó Kangin.
—Yo creo que ganará la rubia de bote enana —dijo Zhou Mi —tiene carácter y no le importa tirar un zapato de Jimmy Cho… ¡Hay que tener mucho valor para hacer algo así! —añadió.
—Cierto, cierto ¿cómo puede hacer algo así? debería ser un delito tirar esos zapatos de esa forma…—empezó Heechul— ¡es como asesinarlos!
—Pues sí, la verdad. —habló Ryeowook. — Eso sí, el vestido que lleva es de mercadillo, a mi no me engaña. —señaló.
— ¿Le habéis visto los hilos que le cuelgan? —intervino Sungmin, arrugando la nariz—Son espantosos, horribles, esa chica debería priorizar sus intereses….
—Joder, macho, parecéis unas marujas, tanto meteros con las pobres chicas. Va a resultar que Yesung hyung tiene razón y todo…—Shindong habló sin pelos en la lengua y se ganó la mirada asesina de todos los presentes ahí.
— ¡Ala! ¿Habéis visto eso?—y todos giraron sus cabezas hacia el espectáculo gratuito. — ¡Menudo tirón de pelo…!—comentó Henry, mientras todos observaban esa escena comiendo palomitas — que a saber de dónde las habían sacado— y bebiendo, como si del cine se tratara. La chica morena acababa de acercarse a la otra y le había agarrado el pelo, tirando con fuerza y llevándose un buen mechón de pelo.
—Pues no parece que le haya dolido mucho—comentó Zhou Mi.
— ¡Claro! Como que eso era una extensión—dijo Sungmin. Y, en ese momento, vieron que el chico se soltaba los agarres de las dos locas y les decía algo gritando, aunque no podían oír lo que hablaban. Las dos chicas se quedaron quietas mirando como se iba.
—Por sus caras de estupefacción, yo diría que les ha dicho que es gay —comentó Heechul y, acto seguido rió.
—Venga ya, podría haberles dicho que son muy feas, y razón no le faltaría, la verdad. —añadió Sungmin.
— ¿Qué dices? ¿Feas? ¡Son horrendas! —Habló Kyuhyun, arrugando la nariz—Yo no dejaría que se me acercaran ni borracho. — continuó y se levantó.
— ¿A dónde vas? —preguntó alguien.
—Al baño—fue su respuesta. Caminó hacia los baños de hombres de la zona VIP, pero estaban ocupados y decidió probar suerte en los de abajo. Bajó las escaleras esquivando a la gente que ya estaba borracha y se dirigió hacia el fondo, al pasillo donde estaban los baños. Abrió la puerta y lo que vio le dejó sin habla y con los ojos abiertos de par en par. Ahí estaban Yesung besándose con el chico de la disputa anterior. Bueno, para ser sinceros, decir que se besaban era quedarse corto: se estaban toquiteando como si fuera el fin del mundo. Vio cómo se encerraban en un cubículo y decidió que debía salir de ahí, no, no, tenía que salir de ahí.
Lo intentó, sí, pero sus piernas no se movieron un milímetro hasta que oyó un gemido de su hyung, entonces sí que salió, corriendo, de hecho. Subió las escaleras a la misma velocidad y se sentó de nuevo en el sillón, sin decir nada, mientras los otros dejaban sus conversaciones y le miraban.
— ¿Kyu?—inquirió Sungmin— ¿Estás bien? — Y el maknae negó con la cabeza.
—No sabéis lo que he visto—murmuró y todos los que se encontraban ahí se acercaron a él, pidiéndole que lo contara. — ¿Os acordáis del chico ése, el de la pelea? —al ver el asentimiento general, continuó—Acabo de verlo en el baño…
— ¿Y? —Inquirió Heechul — Es humano, ¿no? También tiene necesidades, digo yo, vamos. —Leeteuk le dirigió otra mirada asesina y, con gestos, le indicó que se callara.
—Continúa anda, Kyu—animó el líder, mirando de reojo a su segundo.
—Él se… se estaban liando, sin miramientos—continuó y levantó la mirada, mirando a cada uno de ellos, que parecían no entender nada.
— ¿De quién hablas?—cuestionó Kangin.
—De Yesung hyung— dijo bajito y todos abrieron los ojos, sorprendidos.
— ¿Qué? —la sorpresa estaba reflejada en cada uno de ellos.
— ¡Pues eso! Que se estaban besando y mordiéndose y toqueteándose y…
— ¡Ya! —Le interrumpió Leeteuk—Te hemos entendido—para ese momento estaba sonrojado, aunque no era el único, pudo ver como Henry estaba completamente rojo, por segunda vez en lo que iba de noche.