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The bet por Nagato

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Notas del capitulo:

Lo sé, el título del fic es una mierda. Pero el contenido es lo que vale. Espero lo lean. 

Este fic es un AU, NaruSasu.

 

Todos los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto


I

Let’s play


 

—Vamos Sasuke… no puedes seguir así—sacó varios libros y cerró su casillero, dirigiéndole una mirada cansada a su amigo.

— ¿Quieres apostar? — Sasuke le esperaba en el pasillo junto a un pelirrojo y sólo le ignoró, dándose la vuelta para empezar a caminar hacia el salón de clases.

—Kiba tiene razón… al menos esta vez—murmuró el pelirrojo, mirando a su amigo de reojo y girándose para seguirlo. Sasuke era demasiado terco cómo para escucharlo tan siquiera una vez, pero al menos le diría lo que pensaba.

— ¿Tú también? —miró a Gaara desaprobatoriamente—Váyanse a la mierda…

Incluso Gaara, que solía ser quien mejor lo entendía, se había puesto en su contra para fastidiarle el día y hasta la vida misma. Ese maldito pelirrojo era un traidor.

— ¡Pero Sasuke! No te parece que esto es un poco… raro—Kiba se apresuró para alcanzarlos en el pasillo, caminando ahora a un lado de Sasuke.

—Ya va un año desde que les dije que no me gustan las mujeres… en ese entonces no les importó tanto—rodó los ojos y apresuró el paso, no quería hablar de esto. Porque en el fondo sabía que, de cierta forma, sus amigos tenían razón y él nunca lo admitiría.

—Ese nunca ha sido el problema, Sasuke…

—El problema es que al parecer tampoco te gustan los hombres—dijo Gaara tranquilamente, ganándose una mirada de odio por parte del Uchiha.

—Que no me caliente con todo lo que camina no me hace un anormal

— ¿Como Kiba, por ejemplo?

—Sí, no quise decir eso… pero sí

—Buen punto—sonrió de lado el pelirrojo. Sasuke le devolvió la sonrisa, este Gaara si le gustaba, el que se ponía de su lado sin importa qué.

—Cállate Gaara… dijiste que me ayudarías a convencerlo—gruñó Kiba dándole un leve golpe en el hombro.

—Eso dije, pero ya perdí las esperanzas… al parecer los rumores son ciertos…—soltó mientras se sobaba el hombro golpeado.

— ¿Cuáles rumores? —Sasuke se detuvo y se giró para encarar a sus amigos con gesto fastidiado, intercalando su mirada entre ambos—… ¿Y bien?

—Pues esos… los que andan por toda la escuela—Kiba se rascó la mejilla y notó varias miradas puestas en ellos en ese momento.

—No me digas que ahora se creen esas mierdas…—Sasuke fulminó con la mirada a varias chicas que se le habían quedado mirando.

—Entonces sácanos de nuestro error… ¿que dices? —Garra avanzó, tomándolo del brazo y obligándolo a seguir caminando, a ver si con eso alejaba las miradas del resto de los alumnos en el pasillo.

—Suéltenlo de una vez… ¿qué mierda han inventado ahora?

—Pues lo que todo el mundo comenta… el gran Uchiha Sasuke, rompecorazones, dios de la perfección, es… es pésimo en la cama—se burló Kiba con voz más grave de lo normal.

Sasuke pestañeó un par de veces sin saber qué decir. Por lo general los rumores que inventaban sobre él eran de todo menos ofensivos. Dios, al parecer últimamente alguien lo odiaba mucho.

—Ya no saben qué inventar… seguro ha sido alguna de las chicas que rechacé—suspiró mientras se acomodaba un mechón de cabello atrás de la oreja.

—Aun así Sasuke… ya me lo empiezo a creer…—Kiba susurró en su oído y se alejó rápidamente, esquivando un golpe del azabache.

—Vete a la mierda Kiba

—Vamos Sasuke, sabes que nos preocupamos por ti… ¿piensas seguir virgen?

—Ya tienes 16 años—agregó Gaara mientras abría la puerta del salón y entraba en él.

— ¿Van a seguir con eso? Ustedes no se cansan…—Sasuke entro detrás de su amigo, con gesto cansado. Este tema le estaba dando dolor de cabeza, sus amigos no paraban de decirle lo preocupados que estaban por su vida sexual. Eso a Sasuke lo traía sin cuidado, pero odiaba esos malditos rumores sobre sus habilidades en el tema, él era Uchiha Sasuke, él hacía todo bien, él no tenía defectos. Pero cómo probarlo ésta vez… era cierto que era virgen, y esto ya lo empezaba a irritar. Hasta el idiota de su hermano se permitía burlarse de él y realmente no quería que el mejor amigo de Itachi se enterara de esos estúpidos rumores.

El mejor amigo de Itachi, vaya personaje. Suspiró y se adentró en el salón. ¡¿Y a él qué mierda le importaba si se enteraba o no?!

— ¡Pero Sasu! —Kiba se dirigió a los lugares que siempre ocupaban, al fondo del salón.

— ¡No me llames así! —Sasuke tiró su mochila sobre la mesa y luego se sentó. Recargo sus brazos sobre su mochila y escondió su rostro ahí. Dando por terminada la discusión

—Déjalo ya Kiba… supéralo—Gaara ocupó el lugar junto a Sasuke, dando una mirada al salón. Estaban casi todos sus compañeros ahí, sólo faltaba el profesor… lástima que éste en particular llegaba luego de media hora de comenzada la clase.

— ¡Pero Gaara! —insistió Kiba, haciendo pucheros y sin ánimos de sentarse aun. Apoyó sus manos en la mesa del pelirrojo, insistiendo en que debía ayudarlo, seguramente Sasuke escucharía a Gaara, él podía hacerle entrar en razón.

—Ni siquiera Uchiha Sasuke podía ser tan perfecto, ¿no? —ironizó Gaara, girándose para mirar por la ventana, esperando la obvia reacción que ese comentario provocaría en su egocéntrico amigo.

— ¿qué demonios…—pero no pudo terminar, el pelirrojo se le adelantó.

—Pues lo que oyes… tu problema cambia un poco las cosas—se giró nuevamente, mirando a Sasuke de arriba abajo y sonriendo con malicia.

—No me jodas Gaara, hoy no estoy de ánimos—habló volviendo a esconder su rostro entre sus brazos. ¿Por qué tenían que insistir tanto? Él era feliz con su vida y quería dejar las cosas como estaban. Claro, su vida era perfecta hasta que comenzaron esos odiosos rumores. Sus amigos no podían estarse dejando llevar por ellos, quizás debería cambiar amistades.

Sasuke gruñó contra su brazo. ¿Qué tenía de malo ser virgen? No es que se enorgulleciera por ello como una estúpida adolescente, pero no había nada de malo con él, simplemente no le gustaba la gente y no estaba interesado. Siempre había sido así. Es verdad que muchas veces se había sentido algo solo, pero eso no se arreglaba acostándose con el primer ser humano que se le pusiera delante.

—Deberías dejar que te follen más seguido, cambiarías esa cara que traes—se burló Kiba, sentándose justo delante de Sasuke y dejando sus cosas en el suelo.

—Vete a la mierda

Gaara soltó una risita malvada, sabía que Sasuke se cabreaba cuando le recordaban las cosas en las que él no era tan bueno. Y ciertamente el sexo era una de esas, ya sea por su nula experiencia o sus eternos intentos por mantenerse lejos de todo contacto humano. Los rumores no paraban. Estaban volviendo loco a Sasuke.

Gaara tenía la leve sensación de que pronto las cosas se volverían muy divertidas, sólo debía seguir poniendo a prueba la poca paciencia que le quedaba a su mejor amigo.

~

La clase había terminado, el profesor llegó con 45 minutos de retraso, inventándose una excusa poco creíble que les dejaba claro a todos lo poco que le importaba la opinión de sus alumnos o mocosos como él solía llamarlos.

Sasuke aprovechó ese tiempo para dormir, quizás así sus amigos lo dejarían en paz. Durante el resto de la clase fingió tener su atención puesta en el profesor, a pesar de que sus pensamientos estaban muy lejos del salón y de la clase de literatura que impartía Hatake Kakashi. Finalmente, luego de una hora, Kakashi los dejó libres para que fueran a almorzar.

—Dios… me duelen todos los músculos de mi atractivo cuerpo—se quejó Kiba, levantándose de la silla y estirando un poco sus piernas.

—Tu cuello debe estar hecho pedazos… con todo lo que te girabas para espiar a Hyuuga—se burló Sasuke, guardando sus cosas en su mochila y echándosela al hombro.

— ¡Cállate! No me puedes culpar… es tan hermosa—se defendió con aire ensoñador.

—Sasuke es más lindo—agregó el pelirrojo, levantándose también de su lugar y tomando sus cosas.

—Puede que lo sea… pero ese carácter de mierda lo arruina todo—arrugó la nariz y le sacó la lengua.

—Imbécil—Sasuke rodó los ojos y pasó a su lado, siempre era mejor ignorarlo.

Salieron del salón, debían ir a almorzar para luego volver a clases y finalmente ir a las prácticas de sus respectivos clubes. Luego del almuerzo se separaban, no tenían clases juntos y tampoco estaban en el mismo club. Generalmente Sasuke hubiese preferido estar con sus amigos durante todo el día, pero dadas las circunstancias, le haría bien tener un rato a solas para relajarse y alejar los pensamientos que rondaban su mente las últimas semanas. Quería estar solo, en vista de que sus amigos no estaban ayudándolo a olvidar su problema. Al contrario, lo traían una y otra vez a la conversación. Necesitaba descansar de todo eso, pero al parecer este no sería su día.

Bufó por lo bajo cuando vio a su hermano caminando por los pasillos en dirección contraria a la suya. Siempre que Itachi y su mejor amigo se paseaban por la escuela, se armaba una gran conmoción. Y eso a Sasuke lo ponía de mal humor. Por suerte su hermano hacía uso de su mirada asesina y nadie se atrevía a acercarse más.

El problema era ese rubio idiota que amaba ser el centro de atención ahí por donde iba. Saludando a todos y regalando sonrisas.

—Otouto—saludó Itachi con voz suave y calmada, muy propio de él. Todo el mundo admiraba esa aura de misterio y perfección que siempre rodeaba a Uchiha Itachi, era simplemente inalcanzable. Y Sasuke lo sabía, siempre había admirado a su hermano mayor, siempre había querido ser como él. Tan bueno en todo y tan perfecto.

—Hey Sasu—el rubio se acercó, sonriendo zorrunamente y revolviendo los cabellos de Sasuke— ¡Has crecido!

—Déjalo, Naruto—golpeo levemente la mano de Naruto, alejándola de su hermano menor— Vamos

— ¡Itachi! No exageres, no voy a robártelo—miró mal a su amigo para luego devolver su atención al menor—Nos vemos luego, Sasu— le sonrió mientras se acercaba más a él, guiñándole un ojo y pasando a su lado para alcanzar a Itachi.

Le sacó la lengua al Uchiha mayor en un gesto infantil. Itachi a veces era tan insoportable, sobre todo cuando se trataba de su hermanito.

— ¿Es mi idea o estás celoso? —se burló Naruto mientras retomaban su camino.

El hermano pequeño de Itachi siempre le había parecido de lo más tierno, lo conoció cuando éste tenía 10 años y en ese entonces era incluso más tierno. Era como un mini-Itachi, sólo que más expresivo. Al menos cuando lo conoció era dulce, inocente y expresivo, con los años se había vuelto más frío y misterioso. Y muy atractivo. Durante las últimas vacaciones había viajado a ver a su padre. No vio a Itachi durante esos meses y cuando volvió a Konoha, se había sorprendido mucho con el cambio de Sasuke. Apenas en unos meses había crecido bastante. Ya no era el pequeño y dulce Sasu-chan que había conocido hace 6 años. Itachi seguro tenía grandes problemas alejando a las chicas de él.

—Es tu idea, Naruto

— ¡No puede ser! ¡Desconfías de mí! Ya sé lo que piensas, estás pensando que quiero quedarme con Sasu y obligarlo a…

—Cállate Naruto, Sasuke te está escuchando y no creo que quieras que se enoje contigo

—Eres lo peor—Naruto se mordió el labio, Sasuke daba miedo cuando se enojaba. Pero por algún motivo siempre había sido capaz de calmarlo.

—Sí y te encanta

Finalmente Itachi y Naruto desaparecieron entre el resto de los alumnos en los pasillos, Sasuke ya no podía oírlos. Lo último que alcanzó a escuchar fue un grito del rubio reclamándole algo a su hermano mayor.

Sasuke podía sentir el calor en sus mejillas. ¡Naruto idiota!

— ¿Sasuke? —Garra cuestionó al ver que su amigo no decía nada.

—Pensé que no te gustaba que te llamaran Sasu, Sasu—se burló imitando la voz grave de Naruto.

— ¡Que te jodan Kiba! —gruñó Sasuke mientras retomaba su camino, ignorando a sus amigos sin decir nada más. Mostrándose tan impasible como siempre.

—Espera… ¡Sasuke!

Ambos le dieron alcance y se dirigieron a los comedores, cabrear a Sasuke era una de las cosas que realmente disfrutaban pero en vista de los últimos acontecimientos y considerando lo estresado que se veía el azabache, decidieron dejarlo pasar por esta vez y comer en paz.

Eligieron sus alimentos y se sentaron en el lugar que siempre ocupaban, cerca de la mesa en la que solían comer Itachi y sus amigos, si le podías llamar amigos a ese grupo de adolescentes viciosos y anormales. Cada uno con manías enfermizas a más no poder, pero Itachi siempre había asegurado que eran buena gente. Sasuke por supuesto tenía dudas al respecto. Aunque sus propios amigos tampoco eran lo que se consideraba convencional. Itachi insistía en que eran casi tan raros como el mismo Sasuke. El mapache y el chico-perro como solía llamarlos.

— ¿Cómo va el equipo? —preguntó el pelirrojo sin mostrar demasiado interés. Kiba amaba el futbol y pertenecía a ese club. Gaara tenía entendido que pronto comenzaría el campeonato entre escuelas.

— ¡Perfecto! Este año seguro nos quedamos con el primer lugar—Kiba sonrió con seguridad mientras bebía un sorbo de su jugo. El equipo de fútbol de este año era increíblemente fuerte y el entrenador tenía puestas todas sus esperanzas en ellos—Este viernes jugaremos ¡y ustedes dos deben venir! —casi gritó  y señaló a ambos con el dedo.

—Paso… odio el futbol—señaló Gaara con voz indiferente. Nadie lo obligaría a ir a uno de esos monótonos partidos. Ni siquiera sus amigos.

—Pero me amas y vendrás

—De seguro vendrá—Sasuke sonrió con malicia y le dio una mirada cómplice al pelirrojo.

—Cierra la boca, Sasuke—dijo con voz suave e indiferente, sin quitar la mirada de su plato. Pero se movió un poco para darle una patada a azabache por debajo de la mesa.

—Ouch—Sasuke le miró con odio y se llevó una mano hasta la pierna golpeada, pero no cedió en sus intenciones de fastidiar a su amigo—Gaara estará ahí el viernes, no te preocupes Kiba—le dio una mirada tranquilizadora a su amigo y luego volvió a mirar al pelirrojo— ¿vendrás no es así? —estiró una mano y pellizco una de sus mejillas.

—No—alejó la mano de Sasuke de su rostro como si se tratara de un insecto odioso y fingió poner atención a su comida.

—Oh, vamos Gaara… habrán cosas interesantes que ver—recargó su cabeza en su mano, mirando más intensamente a su amigo.

—Espera, espera… ¿hay algo que debería saber y no me han dicho? —Kiba aun no entendía de qué iban sus dos amigos, pero al parecer había algo que el pelirrojo se tenía bien guardado.

—Lo sabrás a su debido tiempo—Sasuke le acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja a Kiba y se rio. Gaara era tan poco tolerante, ahora era turno de Sasuke para jugar con su paciencia.

—Que te jodan Uchiha… no puedes—pero fue interrumpido por la voz cargada de burla de Kiba.

—Miren, Sakura viene hacia acá… ¡escondan a Sasuke-kun!

Gaara sonrió internamente, por primera vez en su vida se alegró de que la niña rosa les hubiera interrumpido. Sasuke sólo rodó los ojos, no le agradaba esa chica de su clase. Se la había pasado los últimos años persiguiéndolo, intentando inútilmente acercarse a él. Compitiendo con su mejor amiga y causándole más de un dolor de cabeza al azabache. ¿Acaso no se daba cuenta de la verdad? Sasuke no veía ningún atractivo en ella, no podía negar que era una chica inteligente, al menos en lo académico. Siempre esforzándose el doble, obsesionada con hacer las cosas bien. Pero para Sasuke, su personalidad era una mierda, tan simple como eso.

—Sasuke-kun—la chica sonrió tiernamente, Sasuke pudo notar el leve sonrojo en sus mejillas y cómo se mordía el labio.

—Haruno—la voz de Sasuke perdió todos los matices que mostraba cuando estaba con sus amigos y volvió a ser grave e indiferente.

El que la llamara de esa forma sólo hizo crecer su nerviosismo, ya empezaba a creer que Sasuke nunca la aceptaría, hiciera lo que hiciera.

—El entrenador quiere verte, las fechas de las competencias se acercan y siendo tú el mejor del equipo necesitas mantenerte en forma y cuidar de tu salud…

—Gracias por avisarme, lo buscaré luego—la cortó de una vez, esa chica ya no sabía que otra cosa inventar para acercársele.

—Pero antes debes alimentarte bien y comer todos tus vegetales, Sasuke-kun… no queremos que nuestro mejor hombre se desmaye en plena competencia—Gaara se acercó mucho a él, llevándole una cucharada de alimento a la boca y sonriendo seductoramente. Esperando que Sasuke la aceptara.

Sasuke sólo rodó los ojos y abrió la boca, aceptando la comida. La chica se sintió algo incómoda con la escena y decidió darse por vencida esta vez, girándose para volver a su mesa donde la esperaba una feliz Ino. Esa cerda de seguro se reiría de ella y de su patético intento por llamar la atención de Sasuke, algo que al parecer nunca daría resultado. Todos sus intentos habían terminado en ella teniendo que presenciar una escena bastante sospechosa entre su amado Sasuke-kun y Sabaku no Gaara. ¡Cómo odiaba a ese mapache! Siempre se reía de ella, echándole en cara lo lejos que estaba de conocer a Sasuke, ya que ella, a diferencia de él, no tenía derecho a acercarse.

Suspiró y se sentó en su lugar, junto a Ino.

— ¡Lo ves Sakura! Sasuke-kun sólo tiene ojos para mí…

— ¡Cierra la boca Ino-cerda!

— ¡Deja en paz a mi Sasuke-kun! —La rubia fingió enojo y luego rio suavemente,  sacando también una sonrisa de su mejor amiga. De pequeñas habían competido por ganar la atención del azabache, en aquel tiempo iban en serio pero con el paso de los años ya lo hacían por mera costumbre y a pesar de todo eran grandes amigas. Aunque cuando se trataba de Uchiha Sasuke, ninguna se dejaría vencer por la otra.

Sus suaves risas terminaron en un sonoro suspiro. Quizás debían buscar nuevos horizontes. Quizás los rumores sobre Uchiha Sasuke eran ciertos. A su Sasuke-kun le gustaban los hombres.

~

— ¡Buen trabajo muchachos! —el entrenador se acercó con una gran sonrisa, el entrenamiento ya daba sus frutos, su equipo estaba a un gran nivel este año— ¡Eso es todo por hoy, pueden retirarse!

Los chicos comenzaron a recoger sus cosas para irse a las duchas. Hoy su capitán había sido más exigente y los había hecho entrenar como nunca. Todo por el bien del equipo, querían mantener su título de campeones este año también.

—Buen trabajo Naruto—felicitó al capitán, poniendo una mano en su hombro y asintiendo satisfecho. Naruto sonrió de vuelta y se despidió del entrenador para dirigirse a las duchas.

El rubio se sentía feliz, realmente amaba el basquetbol y era bueno en ello. Era el mejor y eso ayudaba a crecer un poquito más su, ya de por si, hinchado ego. Pasó a un lado de las graderías, regalando sonrisas a todas las chicas que estaban ahí. Todas habían ido a mirar la práctica de hoy, ninguna le había quitado los ojos de encima. Celebrando y alentándolo cada vez que hacía algo bien. Lanzando gritos agudos y susurrando cosas entre ellas cada vez que Naruto tomaba el balón u ordenaba a sus compañeros que hicieran algún ejercicio.

Amaba ese tipo de atención, amaba que los demás lo necesitaran. Itachi solía decirle que era algo enfermizo, pero a él no le importaba. Realmente le alegraban el día esas chicas que lo seguían por la escuela, carta en mano, esperando el momento perfecto para declararse. Amaba los ojos brillosos, las mejillas sonrosadas y las manos sudorosas por el nerviosismo.

Si, definitivamente amaba ser Uzumaki Naruto.

Se había acostumbrado a tener ese efecto en las personas y no vacilaba ni un poco al momento de sacar provecho de eso y de su apariencia.

Pasó por el lado de una chica que se encontraba algo apartada del resto, las demás ya comenzaban a salir del gimnasio, pero ella seguía ahí. Al reconocerla la saludó con una leve inclinación de cabeza, pero no se detuvo. Realmente estaba necesitando una ducha con urgencia.

— ¡Na-Naruto-kun!

Se giró al escuchar que le llamaba, sonrió y volvió a fijar la mirada en la pequeña figura de la chica, su cabello largo y lindos ojos perla. La prima de Neji.

—Hinata-chan—sonrió mientras se giraba más para quedar frente a ella. Se veía tan frágil, hasta se podía decir que temblaba.

Naruto creyó que estaba a punto de desmayarse. Su sonrisa se desvaneció cuando cayó en la cuenta del estado alterado de la chica, esto no era bueno, Neji no iba a estar muy feliz cuando supiera lo que estaba haciendo su inocente prima ahí, con ese sobre entre sus manos.

Dios, Neji iba a odiarlo.

La chica sólo estiró sus manos, entregándole el pequeño sobre y sonrojándose aun más, Naruto pensó que la pobre iba a tener un ataque nervioso en ese preciso momento.

Le dolía tener que hacer esto, no le gustaba rechazar a la gente. Una parte de él se lamentó por estar saliendo con otra chica justo ahora, Hinata no estaba nada mal y no le hubiese importado mucho aceptar salir con ella. Pero si TenTen se enteraba, era capaz de matarlo. La chica lo acusaría de arruinar su reputación si la engañaba y la venganza sería terrible. No es que se considerara precisamente una pareja fiel, lo que le preocupaba era que Neji iba a castrarlo si se atrevía a jugar con su prima.

—Hinata-chan… lo siento pero no puedo aceptar esto ahora—se acercó un poco, con gesto preocupado, no quería hacerla sentir mal—De verdad lo siento

La chica lo miró decepcionada y abrazó la carta contra su pecho nuevamente, algunas lágrimas cayeron por su delicado rostro. Naruto se odió a si mismo, no le gustaba causar daño a las personas importantes para él y Neji era su amigo.

Hinata era sólo una niña, tenía la edad de Sasu. Y ahora que lo pensaba mejor, no se sentía tan desesperado como para comenzar a salir con niños.

—No… e-está bien… yo…—Hinata clavó su mirada en el suelo sin saber qué hacer o qué decir. Siempre había admirado a Uzumaki Naruto, siempre lo había estado observando. Estaba enamorada de él y aun cuando sabía que ahora salía con otra chica, había guardado la esperanza de que aceptara sus sentimientos.

—Vamos, no llores—la tomó de la barbilla y limpió sus lágrimas con cuidado—quizás la próxima vez, cariño—la soltó, revolvió sus cabellos dulcemente y se giró para salir del lugar. Dejando a la chica al borde del desmayo con ese simple gesto.

Dios, a veces era tan difícil ser Uzumaki Naruto.

~

— ¡Itachi! ¿Has visto a Naru? —se recargó en el casillero junto al de Itachi y le miró con fascinación. Nunca entendería como hacía el azabache para verse tan endemoniadamente atractivo sin hacer el más mínimo esfuerzo.

El mayor de los Uchihas levantó la mirada de la pantalla de su celular al escuchar esa voz grave. Se guardó el aparato en el bolsillo de su pantalón y cerró su casillero. Estaba guardando unas cosas antes de irse a casa.

—No, la práctica terminó hace un rato pero no lo vi con el resto del equipo—pasó a un lado de Deidara sin prestarle más atención. Sabía que su rubio amigo odiaba que no le prestaran atención. No por nada llevaba esa apariencia tan llamativa: cabello rubio largo, recogido en una media cola, mientras que un peculiar mechón le tapaba uno de sus ojos azules. El uniforme ajustado permitía apreciar su estilizada figura.

Por otro lado, la personalidad seductora de Deidara era por todos conocida y el número de personas que se había llevado a la cama era un secreto a voces.

— ¡Itachi, bastardo! No me ignores—se volteó para seguirlo rápidamente, por algún motivo Itachi siempre lograba enfadarlo. Ese estúpido engreído y su complejo de superioridad lo sacaban de quicio. El muy imbécil ni siquiera lo había mirado.

—Ya sabes cómo es Naruto… debe estar con Tenten—sonrió de lado al ver que Deidara le seguía. Siempre lo hacía, no dejaría de seguirlo hasta que le diera la atención que estaba buscando.

—Oh con la bruja—rodó los ojos y se pasó una mano por el cabello—pobre Naru ¿en qué está pensando?

—Despreocúpate… no les doy más de una semana—Itachi salió del edificio con rumbo al estacionamiento. Al parecer Sasuke se tomaría más tiempo del habitual, le tocaría irse a casa solo.

— ¿Ah si? Lo mismo pensé cuando ustedes dos se conocieron y mira como resultaron las cosas—se cruzó de brazos sin dejar de seguirlo, quizás lo podía convencer de llevarlo a casa. No le gustaba irse solo y Naruto no estaba por ninguna parte.

—No sufras por eso Dei, sigues siendo mi favorito—sacó las llaves de su auto y sin que su amigo lo notara, lo miró de reojo. Sonriendo disimuladamente al notar el marcado sonrojo del rubio.

— ¡Vete a la mierda Uchiha! —Deidara se volteó indignado y se alejó en dirección contraria. Mejor buscaba a Naru y dejaba de perder tiempo con el imbécil de Itachi. Y en el peor de los casos prefería caminar hasta su casa antes que subirse a ese auto con ese bastardo.

Sólo escucho una risilla grave que le hizo hervir la sangre. Y luego cómo el Uchiha arrancaba el auto y salía del estacionamiento.

— ¡Imbécil! —se giró para gritarle, asegurándose de que lo escuchara y retomó su camino. Echando maldiciones y apretando los puños.

Levantó a mirada y sonrió ampliamente al ver a su rubio amigo caminando hacia el estacionamiento en busca de su auto— ¡Naru! —se apresuró para darle alcance, olvidando completamente su mal humor. Todo el mundo se burlaba de su personalidad en extremo cambiante, pero así era él y debían amarlo como tal.

—Dei—sonrió de vuelta y pasó un brazo por los hombros de su amigo. Deidara y Naruto eran personas que realmente amaban el contacto físico. Muchas veces se había corrido el rumor sobre una posible relación entre ellos. Nunca lo habían negado, pero tanto ellos como sus amigos cercanos sabían que era algo de lo más estúpido. Ninguno de los dos pondría en peligro la amistad por un simple polvo ocasional.

— ¿Dónde te habías metido? Llevo unos 20 minutos esperándote, ¿pasó algo? —se cruzó de brazos mientras ambos caminaban.

—Nada—Naruto se metió al auto, dejó sus cosas en el asiento de atrás y se abrochó el cinturón.

—No eres bueno mintiendo, Naru—se subió en el lugar del copiloto, dejando sus cosas en el suelo. Se ajustó el cinturón y encendió la radio.

—Ya me conoces, Dei…—encendió el auto y lo puso en marcha—pero no es nada por lo que debas preocuparte—buscó un cigarrillo, lo encendió y pasó una mano por el cabello de su amigo. Acariciando la larga cabellera con sus dedos y relajándose.

—Más te vale

~

—Vamos a casa—llevaba alrededor de 15 minutos esperando a Sasuke fuera de los vestidores y finalmente el azabache hacía su aparición.

— ¿Dónde está Kiba? —preguntó mientras se acomodaba el cabello mojado.

—Ocupado—Gaara se impulsó hacia adelante, despegando su espalda de la pared donde se había recargado y caminó hacia Sasuke.

— ¿Con qué? —alzó una ceja incrédulo y ambos comenzaron a caminar hacia la salida del lugar.

—Tratando de recomponer un corazón roto… o algo así—puso los ojos en blanco y negó con la cabeza. El silencio por parte del azabache le dio a entender que esperaba una respuesta menos confusa y no hablaría más hasta obtenerla—Hyuuga… Uzumaki la rechazó finalmente

No hubo reacción en Sasuke, no dijo nada durante unos minutos. Ninguno dijo nada.

¿Qué debía decir? Sasuke siempre había pensado que Naruto no desaprovecharía la oportunidad de salir con una chica linda y dulce como Hinata. Al menos ella le agradaba más que Sakura o Ino. Pero ¿realmente se sentía mal por Hyuuga?

—No es como si hubiésemos esperado otra cosa—mintió finalmente, sin querer darle más vueltas al asunto. Quizás debía alegrarse por Kiba.

—Y tú estás feliz con eso  ¿no es así? —Gaara lo miró de reojo, esperando una reacción. Si sus sospechas eran ciertas, entonces todo se volvería mucho más fácil a partir de ahora y Sasuke finalmente arreglaría su pequeño problema de virginidad.

— ¿Por Kiba? Supongo que si—se encogió de hombros y no le prestó mas atención.

—Por ti…

Los pasillos de la escuela estaban vacíos ya. La mayoría de los alumnos habían vuelto a sus casas para esas horas.

—No podría importarme menos—metió las manos en los bolsillos de su pantalón y aceleró el paso.

—Ya

—No me crees—se volteó a mirar a su amigo con algo de desconfianza. ¿De qué iba todo esto? ¿Desde cuando a Gaara le importaba la relación que tenía con el mejor amigo de su hermano?

—No ¿debería? —la voz calmada e inexpresiva de Gaara le estaba sacando de quicio.

Un incómodo silencio se apoderó de ellos, se miraron intensamente. Sasuke con el ceño y los labios fruncidos, mientras que Gaara le miraba desafiante. El azabache abrió la boca para decir algo, no iba a permitir que su amigo se siguiera metiendo en sus asuntos. No cuando debería estar preocupado de sus propios problemas, sobre todo de aquellos que tenían relación con uno de los compañeros de equipo de Kiba. Si Gaara quería hacerle las cosas más difíciles, Sasuke no se quedaría atrás.

— ¿Chicos?—ambos dirigieron la mirada al recién llegado. Kiba casi sufre un infarto al sentir ambas miradas cargadas de irritación puestas en él.

—Kiba—Gaara cerró los ojos y suspiró decepcionado, había sido interrumpido.

Kiba intercaló miradas entre sus dos amigos, ¿era su impresión o el ambiente estaba muy tenso entre ellos? ¿Habían estado discutiendo?

— ¿Lo has logrado? Ahora que Naruto la ha rechazado es tu oportunidad—Sasuke se relajó, olvidando por un momento a Gaara.

— ¡Bastardo, ella está sufriendo! —le dio un golpe en la cabeza a Sasuke. Olvidando también el asunto, seguramente sus amigos habían tenido otra de sus infantiles discusiones. Nada de qué preocuparse.

—Kiba, la gente no se enamora a los 16 años—Gaara rodó los ojos comenzando a caminar de nuevo. Sasuke le había ignorado pero no se daría por vencido. Él había ideado el plan perfecto.

—No voy a discutir esto con ninguno de los dos, hasta una roca tiene más sentimientos que ustedes, idiotas—asintió y se cruzó de brazos mientras caminaba a un lado de Sasuke.

—Me ofendes—Sasuke fingió estar herido y se llevó una mano a la frente en un gesto exagerado.

—Y Sasuke, que es un frígido declarado, nunca entenderá lo que siento por Hinata

—Oh aquí vamos de nuevo—dejó caer su mano y volvió a su pose seria.

—No sufras Sasuke, he encontrado la solución perfecta a tu problema—Gaara se cruzó de brazos, mirándolo con una sonrisa de medio lado.

—Ya les dije que no hay ningún problema

—Oh no… por supuesto que no

—Sólo está el hecho de que toda la escuela comenta tu patética vida sexual como tema principal en los pasillos—dijo Kiba despreocupadamente y acomodó sus brazos detrás de su cabeza.

—Pues por mi se pueden ir todos a la mierda—sonrió con autosuficiencia mientras salía del edificio.

—Vamos Sasuke, tengo la solución perfecta—Gaara salió tras él, insistiendo en que le escuchara.

— ¿ah si? Pero me habías dicho que… ¡Ouch! —Kiba no pudo terminar, Gaara le pisó un pie con extrema fuerza para que se callara.

—Habla—Sasuke se giró para encarar al pelirrojo. Cualquier estúpida idea que se le hubiera ocurrido quería saberla ya. Así podría mandarlo a la mierda de una vez.

—Pues es muy simple. Vas a acostarte con el hombre más activo, sexualmente hablando, de toda la escuela.

—Eso es ridículo—Sasuke se giró de nueva cuenta para retomar su camino fuera de la escuela. Seguramente Itachi ya se había ido, tendría que tomar el autobús.

— ¿Tienes miedo? ¿Acaso sabes de quien estoy hablando? —el tono burlesco de Gaara comenzaba a cabrearlo.

— ¿Debería saber? Desde cuando te enteras de todas esas mierdas Gaara. Te estas tomando muy en serio tu papel de chica o ¿es que acaso ya te acostaste con él tú también?

—No, sólo investigué un poco—no se dejó intimidar y le sostuvo la mirada al azabache—Entiendo que no quieras hacerlo, una persona así es completamente distinta a ti. No te miraría ni aunque fueses el último ser humano en el planeta—cerró los ojos y comenzó a caminar, pasando a un lado de Sasuke.

— ¿Quieres apostar? —Sasuke lo tomó fuertemente del brazo antes de que pudiera alejarse más.

—Porque no…—sonrió mientras se giraba un poco para mirar a su amigo.

— ¡Sasuke…!—Kiba trató de intervenir, no le gustaba nada la escena. Sasuke iba a meterse en problemas. Era cierto que le preocupaba la actual situación de su amigo, pero no quería obligarlo a hacer algo estúpido. Y por la mirada que tenía Gaara, esto iba a ser un completo desastre.

—Cállate Kiba—lo cortó Sasuke con voz autoritaria. Ya no había nada que el Inuzuka pudiera hacer. Nadie subestimaba a Uchiha Sasuke. Él podía seducir a quien se le diera la gana, podía manejar a cualquiera a su antojo si se lo proponía.

—Seguro no le mueves ni un pelo aunque te aparezcas desnudo en la puerta de su casa—el pelirrojo se movió, soltándose del agarre de su amigo.

—Cierra la boca y dime lo que tengo que hacer—se acercó peligrosamente al rostro de Gaara.

—Gaara…—Kiba tomó al pelirrojo por el hombro tratando de evitar que la situación se saliera de control. Pero  Gaara no retrocedió ni un solo centímetro, incluso se permitió sonreír con malicia antes de hablar.

—Vas a llevarte a la cama a Uzumaki Naruto

~

— ¿Llegando tarde hermanito? ¿Se extendieron las prácticas? —Itachi despegó la mirada de su libro para saludar a su hermano que acababa de aparecer en la sala. Hoy había llegado algo más tarde. Seguramente el equipo de natación había extendido las prácticas ahora que se acercaban las competencias.

—Hn

— ¿Quieres comer algo? —hizo ademán de levantarse, debía preocuparse de que su hermanito se alimentara bien ahora que sus padres se encontraban en otro de sus viajes de negocios.

—No gracias… estoy cansado, necesito dormir—pasó de largo hasta las escaleras. No quería ver a Itachi, no ahora. No cuando el imbécil de Gaara le había obligado a imaginar mil escenas indecentes con el mejor amigo de su hermano. Mañana hablaría con Gaara, le diría que se arrepentía, que no podía hacer esto. No con Naruto.

—Está bien, dejaré algo para ti de todos modos—siguió con la mirada la figura de Sasuke mientras subía las escaleras y luego volvió su atención al libro entre sus manos—Por cierto, Naruto pasará la noche aquí…

Espero alguna respuesta pero lo único que escucho fue un sonoro portazo en el segundo piso. Sasuke estaba muy raro hoy.

—Estúpido hermano menor—suspiró y se acomodó en el sofá. Hoy le esperaba una larga noche de trabajo. Afortunadamente Naruto pasaría la noche en casa y Sasuke no estaría solo.

Sasuke se encerró en su habitación, tiró sus cosas al suelo y comenzó a quitarse el uniforme. Al desabrochar su camisa notó que sus manos temblaban casi imperceptiblemente, suspiró y se sentó en la cama. Debía calmarse, él era Uchiha Sasuke.

—Mierda…—no pensaba hacerlo, no iba a jugar con Naruto. Estaba seguro que el único afectado sería él y no el rubio.

Se tiró en la cama boca abajo y escondió su rostro en la almohada. Gruñó con frustración, no podía alejar de su mente las imágenes del rubio encima de él, frotándose contra su cuerpo y sonriendo seductoramente.

Definitivamente no iba hacerlo.

~

Se había quedado dormido luego de una media hora de removerse en la cómoda cama del cuarto de invitados. Esa noche no quería estar en su casa, prefería estar ahí incluso si Itachi le abandonaba para ir a trabajar. Al menos tenía a Sasu y podía ir a conversar con él un rato, aunque la verdad era que no lo había visto desde que llegó a casa de los Uchiha. Itachi le dijo que se había quedado dormido apenas llegó de la escuela. Seguramente lo estaban matando en los entrenamientos. Pobre Sasu.

Hoy no quería ver a TenTen, a veces la chica podía ser un completo dolor de cabeza. Pero tampoco quería estar solo en casa e Itachi le había dicho que podía quedarse en la suya. Era la mejor opción, los Uchiha eran como su segunda familia. Desde que se había hecho amigo de Itachi, los dos se habían vuelto inseparables. Algo parecido le había pasado con el pequeño Sasuke, era como el hermanito que nunca había tenido. Los padres de Itachi también eran muy agradables, al menos su madre si lo era. A Uchiha Fugaku lo había visto un par de veces. Siempre inmerso en sus negocios, mientras que su esposa pasaba más tiempo en reuniones de la alta sociedad que con sus propios hijos. Tanto que Itachi había decidido buscarse un trabajo de medio tiempo cuando realmente no necesitaba el dinero. Pero no quería depender en un cien por ciento de padres que nunca habían estado presentes ni para él ni para su hermano.

Naruto lo admiraba por eso.

Su caso era un poco distinto, su padre no vivía con él pero al menos tenían una relación cercana. Naruto entendía los motivos que había tenido Minato para irse del país, incluso él había querido que se fueran juntos pero el menor se había negado, ya tenía su vida hecha en Konoha y no quería perderla. Había sido él quien decidió quedarse, pero eso no lo hacía extrañar menos a Minato o sentirse menos solo.

Es por eso que Itachi significaba mucho para él, eran como hermanos. Gracias a él, nunca había estado solo.

Naruto llevaba ya varias horas de sueño cuando sintió un peso extra sobre su cuerpo, en la parte baja de su abdomen. Lo estaban aplastando, quizás se trataba de una pesadilla muy real. De esas en las que no puedes respirar ni moverte, a pesar de estar semi-consciente. Se removió un poco, tratando de quitarse el peso de encima, pero sin llegar a lograrlo.

Se asustó cuando sintió una respiración muy cerca de su rostro. Un aliento cálido y agradable.

Abrió los ojos lentamente, quizás Itachi le estaba jugando alguna de sus bromas pesadas y quería asustarlo.

—Itachi, quiero dormir… lo estás arruinando—levantó sus manos, poniéndolas en la cintura de Itachi para moverlo de ahí. Pero se detuvo en seco ¿desde cuando su cintura se había vuelto tan estrecha? ¿Y en qué momento había perdido tanto peso?

La sangre se le heló y contuvo la respiración, pensó que seguramente estaba alucinando. La verdad era que solía tener este tipo de fantasías en las que algún chico atractivo se le entregaba de variadas formas, pero jamás había tenido de protagonista al que ahora se encontraba sentado sobre su bajo abdomen, casi rozando su miembro dormido con su trasero.

Algo estaba muy mal, agradecía que Itachi no estuviera ahí para presenciar la escena o ya sería hombre muerto.

— ¿Sasuke?

El azabache se mordió el labio inferior y llevó aire a sus pulmones, nunca en su vida había estado tan nervioso. ¿Por qué mierda había dejado que Gaara lo convenciera de esto?

Itachi iba a matarlo. Pero el mensaje de texto que Gaara le había enviado hace una hora con las palabras “Uchiha cobarde” le había hecho tomar una decisión. Uchiha y cobarde no debían ir en una misma frase, nunca en toda la historia de su afamada familia.

Se inclinó un poco, soltando su aliento caliente en la oreja del rubio. Haciendo un gran esfuerzo porque su voz saliera lo más normal posible.

—Dobe… 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado este primer capítulo y dejen un review para hacerme saber su opinión, lo tendré en cuenta en caso de que vayan a seguir leyendo la continuación.

Nos vemos en el próximo.


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