Capítulo 9
Encrucijada
Jack escucho la voz de Dojo entre sueños y fue precisamente él lo primero que después de dos días de inconsciencia, según el pequeño dragón. El maestro Fung apareció un poco después y le tendió un vaso de leche; su estómago había pasado un tiempo vació por lo que no iba a soportar una comida de verdad. Fung le dijo que era un protegido del templo ahora y que era bienvenido a quedarse el tiempo que quisiera. Jack busco la mentira en su rostro pero no la encontró. Además, no podía verlo a la cara luego de recordar –por su parte buena- lo que le había hecho al maestro. Precisamente por cosas como esas odiaba la bondad.
Fung también le dijo que Chase Young estaba afuera, preguntando por él y sin poder acercarse.
-Dígale la verdad, que estoy despierto y que por el momento no quiero verlo.
Necesitaba un poco más de tiempo, ver a Chase de nuevo luego de lo que había pasado iba a ser muy difícil para él y no podía ocuparse de eso ahora. Por el momento tenía que concentrarse en averiguar que iba a pasar con el embrión que crecía en su cuerpo.
-Te traje un poco de fruta, escogida por el mismo Chase Young –Dojo le acerco el plato y lo animo a comer. No tenía hambre pero aún así tomo un plátano, se rio internamente por haber elegido una fruta con una figura tan sugerente pero la verdad era que no se sentía con fuerzas ni para masticar-
-Nunca fui bienvenido en el templo –le dijo al dragoncillo, Dojo lo miro incomodo, seguramente recordando sus días en el templo y como lo había molestado. En cuanto se recuperara patearía a la lagartija por ensuciar su piso justo cuando acababa de limpiarlo-
-Si lo fuiste, pero ahora es obvio que necesitas nuestra protección –le respondió, ambos sabían que no hablaban sólo de Chase- Tal vez quieras descansar un poco más. Le diré a Clay que le diga a Omi que le diga a Chase que estás dormido para que regrese a su ciudadela de una vez
-Buena idea, sácalo de aquí –se alegro al ver que Dojo aún le temía a Chase ¡Y quien no lo haría! Seguramente él también estaría aterrado si un tipo hubiera tratado de hacerlo sopa. Pero el miedo de Dojo le dio una idea que necesitaba trabajar-
Consiguió que lo dejaran solo alegando que seguiría durmiendo; la protección de la oración duraría lo que el deseara y mantendría alejado a Chase el tiempo que necesitaba para ordenar su cabeza. Paso la mano por su estómago aún plano y recordó las palabras de Medea "No le harías daño a tu heredero no nato ¿O sí...?" Ahora podía entender porque la bruja lo había obligado a mantener su trasero virgen.
Según recitaba la historia del hechizo Soplo de vida para que un hombre concibiera era necesario que fuera casto; que su pareja tuviera cualidades mágicas o portara un objeto mágico y que lo llenara con su semen dos veces consecutivas para asegurar que hubiera suficiente semilla para la concepción. Y mientras tanto la bruja o el mago debían recitar el hechizo sin interrupciones y en total concentración.
Medea había tenido todo a su favor: Un siervo deseoso de venganza y reconocimiento, su mayor enemigo fácil de atraer por el siervo y un dragón sumamente posesivo...
¡Ahora lo entendía!
Si Chase, luego de enterarse de lo de su hijo, lo negaba o lo rechazaba Medea había dejado que Jack estuviera con otro hombre que dejara su olor en él –justo como él lo había planeado-. El dragón, celoso de su territorio, los mataría y al niño con él. Y luego del arrebato de furia ni el reptil ni el hombre podrían recuperarse con la rapidez necesaria de la muerte de su amante y su cachorro. Los reptiles eran seres maternales y Chase como hombre seguía teniendo el espíritu de un monje guerrero Xiaolin... Era un peso demasiado cruel para cargar... Y Medea sólo sacrificaba a un siervo para derrotar a un enemigo; el pequeño que ahora crecía en su interior era un daño colateral que la había tenido sin cuidado. Pero no a Jack.
No quería tener a ese bebe, representaba la traición de Medea y el engaño que les había tendido a él y Chase. Y cada vez que pensaba eso sentía asco de sí mismo. No odiaba al pequeño pero solo pensarlo lo hacía sentir miserable y lo angustiaba todo el tiempo... Tenía que deshacerse del bebe... Eran casi tres semanas de gestación, no podía ser tan difícil sacarlo todavía.
Salió del templo a hurtadillas y salto la pared de piedra que protegía el territorio de los monjes guerreros. RJ lo esperaba afuera con su jet, listo para tomar su lugar y fingir que dormía hasta que él regresara, justo como lo había planeado. No podía esperar más, iba a acabar con ese error que Medea le había entregado.
-¿Amo? ¿Estás seguro de que no quieres decírselo a la abuela primero? –RJ se había convertido en el hermano que le había hecho falta y durante los años que estuvo fuera de China fue el único consuelo maligno de abue-nana. El robot le había tomado cariño a la anciana y la vieja lo veía también como a una especie de nieto; uno de metal y tuercas idéntico a su nieto favorito. Eran como tener gemelos por nietos.
-No –RJ se lo había dicho, desde su regreso se había vuelto más callado y no le había hecho caso pero ya no notaba con mayor claridad. No era que lo extrañara, no quería decirle nada a nadie y estaba muy cansado. Hablar solo lo empeoraría.
Chase estaba practicando sus movimientos en el jardín junto con los monjes cuando Hannibal salto a su hombro. Desde que Medea revelara que Jack cargaba a su hijo el frijol se había mostrado muy interesado en su opinión con respecto a eso. Wuya por su parte estaba celosa y enojada, Chase sabía bien que deseaba haber sido ella la que le diera un heredero y así ganar su simpatía por eso era a Wuya a quien menos deseaba cerca de su Jack.
-Entonces ¿El niño sigue sin querer verte? –Y a veces Hannibal lo buscaba para burlarse de él. Chase lo quito de su hombro golpeándolo con un dedo y lo arrojo al edificio principal. Si tenía suerte la protección de Jack lo haría humo en unos segundos. Espero escuchar los alaridos de dolor de la alubia al derretirse pero nada paso; Hannibal reboto contra la pared y también espero sentir el dolor lacerante que las protecciones de dioses divinos ocasionaban en seres malignos y demonios como ellos-
-¿Dónde está? –Jack no estaba ahí, de lo contrario ya tendría a la habichuela suplicando una muerte piadosa. Se acercó al edificio y no hubo ni rastro de su migraña... Entró. Dojo estaba en el templo y por poco se rompe en pedazos temblorosos cuando lo vio- ¿Dónde está Spicer?
-Esta descansado, acabo de verlo –Chase lo hizo a un lado y corrió la puerta de papel. Dentro de la habitación Jack Spicer estaba sentado en el suelo con las piernas en posición de loto. Con un olfateo basto para saber que ese Jack era RJ.
-Le dije que se darían cuenta pronto pero me ignoro. Últimamente lo hace mucho –el robot lo miro reprochándole el cambio repentino de su creador-
-¿A dónde fue? –con una mirada del robot lo supo y la sombra de su alma se estremeció: Jack no quería a su hijo y le negaría la oportunidad de conocerlo, de tenerlo en sus brazos...
-No creí que fuera en serio –le dijo el robot con tristeza- Si ni siquiera usaba la orden de barrido de fuerza letal con sus enemigos peligrosos –RJ lo miro fijamente, él lo consideraba todavía un enemigo altamente peligroso para su amo, podía leerlo en la mirada metálica del robot-
-¿Dónde está ese lugar?
-No tiene caso. Se fue hacer más de cuatro horas, tiempo suficiente como para que ya venga de regreso, sin el embrión- no sabía si RJ sentía miedo pero luego de mirarlo con furia RJ se encogió de hombros- Es en dirección suroeste; una clínica especializada en abortos no debería estar tan cerca de personas desesperadas. –Chase salió del templo listo para volar en esa dirección cuando vio el jet de Jack acercarse y disminuir la velocidad para aterrizar-
Jack había tardado más de lo que había previsto, sobre todo teniendo en cuenta lo que había hecho. El jet volaba con piloto automático y el pelirrojo se cubría el estomago con ambas manos y usaba una de vez en cuando para quitarse las lagrimas de la cara que le provocaba el terrible dolor que sentía.
-Perdóname, perdóname por favor bebe... –repetía una y otra vez como un mantra, deseando ver el templo Xiaolin finalmente- Se que me odias porque no te quería pero por favor perdóname... –apretó su estomago con más fuerza cuando vio el templo en el horizonte y la esperanza ardió en su pecho, ya estaba cerca... –No sabía qué hacer pero no quiero perderte ahora, eres mi bebe, tienes que perdonarme...
Estaba a punto de aterrizar cuando Chase dragón le salto encima al jet. Grito por el susto y tomo el volante inconscientemente, por fortuna este se inmovilizaba con el piloto automático o de lo contrario habría terminado hecho pedazos junto con la maquina... Ya no gritaba como niña, aunque tampoco era un grito muy masculino que digamos. Algunas cosas simplemente jamás cambiaban.
Veía a Chase acercarse furioso a la nave, sujetarse la cabeza por la migraña y luego retrocedía para calmar el dolor pero sin dejar de parecer un psicópata. Seguramente RJ había hablado; ya le desinstalaría el chip del habla y la lengua al pequeño hablador... Bien, iba a necesitar ayuda para bajar, el dolor había aumentado.
Aún con reticencia disolvió la oración y vio la sorpresa de Chase cuando su cabeza dejo de torturarlo. Bajo del jet con mucho esfuerzo y RJ apareció de la nada para ayudarlo. No lo había visto acercarse. Los tontos Xiaolin también estaban ahí, y el maestro Fung, al que Jack necesitaba en ese momento.
-Me duele demasiado, necesito algo o lo perderé... –el viejo Fung entro en el templo de inmediato y se llevo a Dojo con él-
-No lo hiciste –Chase se acercó y Jack se alejo con temor por instinto. No por nada había sobrevivido trabajar con seres malignos volubles. El mayor alejo las manos como si aún tuviera la oración cuidándolo.
-No aún, ahora no... –le pidió sin verlo y se dejo conducir por RJ adentro, donde el maestro tenía varias infusiones de té listas. Lo obligo a tomar varias y luego lo envió a dormir. Fung y Dojo se quedarían a velar su sueño.
Lo último que vio antes de caer dormido fue la silueta de Chase tras la puerta de papel; debatiendo contra sí mismo si debía entrar o no. Una parte le temía aún pero otra, la que contaba con la ayuda de su bebe le gritaba que querían al príncipe Heylin cerca. Necesitaba sentirse seguro y desde que lo conoció supo que la fuerza de Chase Young lo mantendría a salvo si ganaba su simpatía. Y un hijo en común debía ser suficiente para conseguirla, al menos por el momento.
Si Chase se enteraba de lo que pasaría si Medea moría y desaparecía su magia seguramente lo dejaría de lado... Pero ahora solo quería que su hijo o hija estuviera a salvo.