Capítulo 2
Deja todo por mí...
Habían pasado casi seis meses desde el accidente de Jack y aunque Kimiko estaba en contacto con los padres del pelirrojo aún no habían podido verlo porque lo habían trasladado a otro hospital, uno que no permitía la entrada más que a familiares directos o a amigos acompañados por familiares y para su suerte en las habitaciones no había señal de teléfono por lo que no podían comunicarse con los señores Spicer mientras estuvieran dentro de la habitación.
Cuatro semanas atrás la señora Spicer, Bella, les dijo que Jack se estaba recuperando rápidamente para sorpresa de los médicos y que suponían que lo daría de alta muy pronto, luego de que saliera del hospital el señor Spicer, Jonathan, se llevaría a toda su familia a Nueva York donde no había monjes guerreros que permitieran que entrenamientos de artes marciales casi asesinaran a chicos de 14 años. Habían tenido que decir eso para evitar preguntas incomodas, no sabían si los padres de Jack estaban al tanto de su cacería de Shen Gong Wus y no iban a meterlo en problemas.
-Chicos, mi alarma wu se acaba de activar...
-Ohhh ¿Qué nuevo y poderoso Shen Gong Wu se rebeló esta vez? –Omi estaba recuperándose del trauma, ver a alguien desangrándose es muy impactante y más para alguien tan inocente como el pequeño monje del agua-
-Ahh, bueno... –Dojo se ruborizo- Es, la botella Xian Poo...
-¿Xian Poo? ¿En serio? ¿Y qué hace? ¿Te da un cabello limpio y con olor a hierbas? –Clay y Rai se rieron con la broma del líder de los dragones-
-En realidad sí, eso hace.
-Pues bien, vamos por él –Ray no veía la utilidad pero un Wu era un Wu y tenían que recuperarlo.
-Aunque los Sheng Gong Wus no deben caer en caer en manos equivocadas debo decir que no es lo mismo sin Jack Spicer presente.
-Descuida Omi, estoy segura que Jack se pondrá bien muy pronto.
-Pero Kimiko –el pequeño monje era una ternura y la chica casi se derritió al ver sus enormes ojos con lagrimitas- Jack Spicer se irá y ya no lo veremos.
-Seguiremos en contacto ya lo verás –lo tranquilizo, aunque tenía sus dudas-
Cuando llegaron al lugar donde debía estar el Sheng Gong Wu se llevaron una gran sorpresa. Chase Young estaba ahí, como lo hacía regularmente, y ahora también estaba Jack Spicer; Llevaba un suéter rojo con rayas negras horizontales que no se pegaba al cuerpo, pantalón negro y botas del mismo color. Sin sus anteojos naranjas ni el maquillaje parecía una persona diferente, sobre todo porque su cabello estaba un poco más largo y el viento jugueteaba con él, moviéndolo caprichosamente sobre su rostro. Young y Spicer se miraban fijamente, el mayor miraba al pelirrojo con una pequeña sonrisa de satisfacción mientras que el menor lo miraba con el ceño fruncido.
-Parece que te recuperaste Spicer, ya era hora. Si fueras un guerrero de verdad habrías salido del hospital mucho antes. Bien, no se puede remediar, ahora tengo que decirte...
-No quiero oírte... –susurro Jack, con un tono bajo y peligroso- Debí haberlo sabido, desde el momento en que caí lo supe pero me negué a aceptarlo ¿Cómo pude ser tan estúpido? ¿Cómo pude cegarme a mí mismo tanto tiempo? No lo sé. Tanto tiempo humillándome a mí mismo, rogándote y suplicándote una oportunidad que jamás llego... Nunca te parecí útil, claro que no, pero jamás se te ocurrió que tal vez, solo tal vez necesitaba entrenamiento. Tú querías que llegara a ti siendo un guerrero preparado y listo para el combate. No tienes idea de cuánto deseaba ser como la bola de queso para obtener al menos un poco de tu atención pero ahora ya no me importa, ya no más...
-¡Jack Spicer! –Omi salto hasta donde estaba el pelirrojo y se abrazo a sus piernas, ignorando el monologo que había empezado y estaba dirigido a un muy sorprendido señor dragón- Me alegra ver que te recuperaste ¿Te duele mucho? Tienes que acompañarlos al templo, puedes ir en tu jet si aún te mareas con Dojo y...
-No puedo bola de boliche –le respondió Jack y recogió una gran bolsa de regalo que estaba a su lado, el resto de los monjes se acercaron al ver que Chase no iba a atacarlos por no permitirle responderle a Spicer- Tenía pensado quedarme en China e iba a hacerlo con la condición de alejarme de templos y peleas pero ahora tengo una mejor idea. Toma –le entrego una caja de regalo que saco de la bolsa y le entrego otras parecidas al resto de los dragones- mi madre insistió en que les trajera unos regalos como muestra de agradecimiento, no tengo idea de lo que sean así que no me culpen, si no les gustan pueden llamar a mamá y decírselo, le encanta ir de compras y seguramente les agradecerá que le den otro motivo para saquear las tiendas.
-¿Entonces, te irás? –Ray se acercó al gótico al verlo asentir y le tendió la mano- Supongo que, seguiremos en contacto ¿Verdad?
-Eso creo –Jack se la estrecho con reticencia pero lo hizo- No olvide lo que dijiste sobre compensarme así que más te vale estar preparado, un día te llamaré para cobrártelo. Tengo que irme –les dijo luego de que su celular comenzara a sonar- Mis padres están a punto de salir y debo ir con ellos o se enfadaran si llego a Estados Unidos por mi cuenta y recién dado de alta. -Jack subió a su jet con lentitud y se preparo para despegar. Parecía que las heridas aún le dolían pero no hizo ninguna mueca o sonido-
-¡Spicer! Aún no he terminado contigo gusano –Chase parecía muy enfadado y los dragones se alejaron por instinto- Estuve a punto de...
-Buena suerte con la conquista del mundo con el Heilyn Chase Young, Jack Spicer fuera, paz. –le dijo antes de despegar y alejarse a toda velocidad, un movimiento inteligente puesto que Chase se enfureció tanto que su forma de dragón salió de inmediato y rugió con ira, haciendo que los monjes se empequeñecieran de miedo.
-Ohh... ¡Es muy bonito! ¡Miren lo que me regalo la mamá de Jack Spicer! Es muy bonito... –Omi, ignorando por completo la rabieta del señor dragón abrió su regalo y les mostraba a todos un collar con un dije en forma de dragón rodeado por olas de agua- Este es un collar perfecto para un Gran Maestro Dragón del Agua como lo soy yo
El pequeño monje parecía convencido de que Bella Spicer lo reconocía como Gran Maestro Dragón y no pudieran quitarle eso de la cabeza, aunque el resto de los monjes dudaban que la señora Spicer supiera que eran monjes xiaolin.
-Chase Young –Omi se volvió de pronto a donde estaba el mayor, ahora con su forma humana- ¿Por qué fuiste tan cruel con Jack Spicer? Él casi murió por ti, fue un acto muy valiente
-Yo jamás dije que no lo fuera, y si el pequeño gusano no me hubiera interrumpido...
-Mmm... –Omi miro su dije un momento antes de que sus ojos se agrandaran aún más- Tal vez ha decidido dejar el camino del mal y unirse al camino del bien –luego de eso se encerró en su mundo y no escucho razones, ni siquiera cuando Dojo comenzó con el vuelo de regreso a casa.
Jack estaba recostado en el sofá del avión privado de su familia, su padre había insistido en que durmiera en el camino y su madre estaba encantada de que hubiera decidido acompañarlos al final. Abue-nana Spicer iba a quedarse un poco sola en China pero estaba seguro de que sus robots le harían compañía, además iba a comunicarse con ella regularmente para que siguiera alentándolo en sus planes malignos.
-Mi niño ¿Ya has tomado una decisión? –la voz cálida había regresado, Jack se removió en sueños- Viste ya lo que significo tu sacrificio para Chase Young...
-Dime la verdad –se dirigió a la nada que estaba en su cabeza- ¿Qué obtendrás tú con esto? Ya me he relacionado con brujas y demonios y hasta ahora no me ha pasado nada bueno.
-Yo necesito un caballero que luche por mí, un heraldo que me represente y lleve mis mensajes y tú necesitas quien te entrene para ser un guerrero y que te reconozcan como parte de la maldad ¿Ves ahora como nos complementamos? Ahora, me mostrare ante ti y como prueba de mi buena voluntad te entregare el Brazalete de Sombra, te dará la capacidad de moverte y transportarte a diferentes lugares siempre y cuando haya un poco de oscuridad en el lugar que escojas como destino. Es un regalo, si no aceptas puedes quedártelo. –Jack vio como el brazalete aparecía en su brazo, era más como una pulsera gruesa, color negro y con símbolos extraños en ella.
-Me gusta –una sensación de poder lo invadió de pronto-
-¿Sientes como eres capaz de desvanecerte con apenas una orden? ¿Estás listo para servirme, mi niño?
-Tomare mis precauciones, pero sí... –una hermosa mujer apareció frente a él. Tenía el cabello largo y negro, sus ojos eran de un verde profundo y sus labios rosas. Su cara era afilada y hermosa, muy diferente a Wuya- ¿Eres una bruja?
-Sí... Luego de que llegues a Nueva York deberás ir a buscarme, confió en que podrás encontrarme sin problemas –le dijo mientas acariciaba su cabello como su madre solía hacer-
-Por supuesto... Mi señora.