Una carta dirigida al cielo.
<<” Pero no hablemos de cosas tristes, mejor recordemos nuestros días de alegría. Como nuestra primera vez, eso fue sensacional…”>>
Flash Back.
Íbamos en mi carro, te vendé los ojos antes de salir, quería que este día fuera especial. Bueno, es nuestro aniversario, celebrábamos seis meses de relación, tiene que ser especial. A cada minuto intentabas quitarte la venda de los ojos y te daba una palmadita en las manos para que no lo hicieras, odio golpearte, así sea de broma, no me gusta. Pero tenía que hacerlo, no quería que vieras el lugar hasta que llegáramos. Afortunadamente ese día no había tráfico, y llegamos rápido. Bajé del auto y abrí la puerta del copiloto. Te cargué de forma nupcial, recuerdo que sonreíste, supongo que fue porque notaste el sonido de las olas. Se que te encanta el mar, por eso te traje aquí. Te bajé sobre la cama, te quitaste la venda y me miraste sonriendo.
- ¿Por qué me trajiste aquí? – Me preguntaste mientras mirabas el horizonte, no había nadie más en la playa, se veía muy hermosa con el reflejo de las estrellas sobre el mar.
- Para que celebráramos ¿No es obvio? – Te dije dándote un pequeño beso.
- Si, pero ¿para qué la cama? – Me encanta lo inocente que eres, me reí y me miraste confundido.
- Pues, llega un momento en toda relación en que las personas desean estar más íntimamente… - Por tu expresión pude entender que no me entendiste. Suspiré. – Shima, quiero que te entregues a mi, y que seas solo mío. ¿Entiendes? – Sonreíste y me diste un beso.
- Claro que entiendo, no soy bruto… Más bien tú eres el bruto. – Te miré entrecerrando los ojos.
- ¿Yo? ¿Y eso por qué?
- Porque me traes aquí, y pretendes que hagamos el amor de buenas a primeras… Deberías aprender a ser romántico Yuu. – Te levantaste de la cama y saliste corriendo. Te quitaste los zapatos y empezaste a correr por la orilla del mar mojando tus pies. Me pareció tan adorable el verte correr como un niño pequeño.
- ¡Shima! – Corrí hacia donde estabas y me quité los zapatos por igual. Te cargué de nuevo y te di vueltas y vueltas mientras te reías. Al final terminamos cayéndonos en el agua y empapándonos por completo. Me besaste bajo el agua y te abrasé aun más fuerte. Salimos y nos abrazamos por el frío que hacia.
- Te amo Yuu – Me dijiste abrazándote más fuerte a mi pecho. Caminamos hacia la cama.
- Yo igual mi patito bello – Besé tus labios una vez más mientras con una chaqueta que traía te cubrí los hombros.
- Estoy… nervioso… - Me dijiste cuando llegamos a la cama y comencé a secar tus cabellos castaños con una toalla que estaba a un lado de ella.
- ¿Por que mi amor?
- Porque, será mi primera vez… - Te sonreí y me alegre por dentro, es increíble que yo vaya a ser tu primero.
- ¿Eres virgen cariño?
- Bueno, he estado con mujeres, pero no con hombres… - Terminé de secarte y me miraste. Me senté a tu lado pasando un brazo por tus hombros.
- No te preocupes – Besé tus cabellos. – Sabes que te amo y no te lastimaría.
- Ya lo se mi cielo. – Me abrazaste por un buen rato. – Ya vengo – Me dijiste y fuiste a donde estaba el carro. Te vi buscar algo en la maleta. Mientras regresabas me quedé mirándote como idiota, de verdad me traes loquito Shima. – Ten. – Me diste una cajita roja, la abrí y era una cadena con la mitad de un corazón que tenia escrito “Shima”. Me quedé viendo el objeto.
- Está hermoso Uru. – Lo saqué y me lo puse. Luego vi tu cuello y tenías uno igual, pero el tuyo decía “Aoi-shii”, el sobrenombre que tu mismo me pusiste. Sonreí.
- Significa que en tu corazón esta mi nombre y en el mío esta tu nombre. – Besaste mi frente – Acércate.
Me acerqué como me lo pediste, y los collares comenzaron a atraerse, tenían un imán y se unieron formando “Shima y Aoi-shii”, no me había dado cuenta que por detrás decía “Juntos para siempre”. Te besé con mucha pasión y me correspondiste de inmediato, te subiste a mi regazo, los collares seguían unidos igual que nuestros corazones en ese momento. Te abracé por la cintura y tú por el cuello, me acosté en la cama contigo encima de mí. Te volteé y ahora estabas abajo, besé tu cuello lamiendo y mordiendo suave en cada centímetro de tu piel, quería grabarte en mi mente, saborear cada pedacito de ti, probarte, poseerte, tenerte… Te oí jadear y mi parte baja reaccionó, estabas todo sonrojado, tan adorable, tan inocente Shima. Entrelacé mi mano con la tuya, cerraste los ojos fuertemente mientras lamía el lóbulo de tu oreja.
- Ah…. Mnn Yuu… - Era lo que podías decir, y esos simples gemiditos me ponían caliente.
Subí tu camisa lamiendo tu pecho, por el movimiento los collares se separaron, pero nuestras manos seguían unidas y apretabas con fuerza las sabanas con la otra mano, te saqué la camisa como pude, pues no quería soltarte. Hice un camino húmedo con la lengua desde tu cuello, pasando por la mitad de tu pecho dibujando un círculo imaginario y llegando a tu ombligo, donde me detuve un rato escuchándote gemir despacio. Hice círculos de nuevo n esa zona, besando la piel mojada y rojiza por tantas lamidas y chupetones. Bajé un poco más, desabrochando tu pantalón notando la gran erección que ya tenías. Te solté, no porque quisiera, si no porque así sería más rápido. Bajé tus pantalones y te observé por un momento. Parecías un ángel totalmente desnudo y sonrojado. Tu piel se veía suave y deliciosa. Perfecto, simplemente perfecto.
Tomé un de tus piernas y la levanté. Lamí desde el muslo hasta la punta del pie, sonreí cuando vi como te retorcías de placer, y te daban pequeños espasmos. Volví a lamer tus dedos y la planta de tu pie, sabía que ese era tu punto erógeno igual que tus manos. Sé que te encantan este tipo de atenciones. Te vi una vez más, y comencé a besar y lamer tus irresistibles piernas, esas que todos deseaban, que todos veían con lujuria, hasta llegué a pelearme con Reita cuando lo descubrí espiándote mientras te cambiabas en el camerino, solo para verte estas piernotas. Fui subiendo lentamente y besé tu miembro. ¡Oh Dios mío!, que sabor tan delicioso fue ese, lo lamí una y otra vez, me lo metí por completo a la boca chupando todo.
- Ahh Mnn Yuu, Jahhhm Aoi… - Noté que tenías los ojos cerrados, pero yo quería que me vieras. Así que me detuve y te besé.
- Shima, mírame – Obedeciste y me perdí en tu mirada castaña. – No cierres los ojos, quiero que me mires y sepas que soy yo quien te está haciendo el amor. – Asentiste. Noté que aún tenía la ropa puesta y me quité de rapidez.
Volví a mi labor lamiéndote de arriba abajo, pero yo también necesitaba un poco de atención. Así que mientras seguía masturbándote llevé tres de mis dedos a tus labios, y los lamiste encantado. Fue increíble sentir como mordiste mis dedos al tiempo en que gemías fuertemente corriéndote en mi boca. Me Tragué todo el líquido, no quería que se me escapara ni una gota. Saqué mis dedos y los fui bajando acariciando tus muslos, metí el primero y gemiste de dolor.
- Yu-u Me due-le – Te besé en la mejilla.
- Ya mi amor, relájate.
Metí el segundo y el tercero, los moví haciendo círculos, entrando y saliendo, ya estabas listo. Tomé mi miembro y lo llevé a tu entrada, me miraste a los ojos y sonreíste. Entré en tu cuerpo de una sola vez. Vi como te retorcías, y me quedé quieto, no quería lastimarte. No me gustaba ver esa expresión de dolor en tu rostro, así que comencé a besarte para que te calmaras.
- Ya, ya te puedes… moer… - Me dijiste abrazándome por el cuello.
Te embestí, suavemente y al ver que no te dolía comencé a hacerlo más rápido. Ya la cama comenzaba a rechinar y a moverse al compás de nuestros movimientos, pero las ganas que nos teníamos desde hace rato eran incontenibles, incluso desde antes de comenzar nuestra relación yo te deseaba.
- ¡¡AAHH YUU AAHH!! – Gritaste manchando nuestros vientres con tu esencia, te corriste de nuevo, lo que me hizo ir más rápido y profundo. Hasta que me corrí en tu interior.
- Ahh, Shima… Te amo… - Besé tus cabellos mientras calmábamos nuestras respiraciones.
<<”Fue tan increíble Kou, lo recuerdo perfectamente, como tus cabellos estaban pegados a tu frente por el sudor. Como me sonreías luego. Como me decías una y otra vez “Te amo”. Y luego vinieron esos malos momentos, después de nuestro aniversario de un año juntos, vino ese puto día, ese maldito día en que…. Te fuiste”>>