Como había empezado todo, ah ya sabia, era por culpa de su mamá que esto había pasado, de no ser porque ella quería que se hiciera amigo del vecino no estaría ahora enamorado de su mejor amigo.
La cosa había sido más o menos así:
[*Flash back*]
11 años tenía cuando su madre le presento a su nuevo vecino con la escusa de que quería que hiciera más amigos.
- Mamá tengo que ir?
- Si, seria bueno que te llevaras bien con el vecino.
- Pero si no quiero… prefiero quedarme y ver la tele
- Ya, no discutas y ven conmigo
Se dirigieron a la casa de enfrente y la mamá toco el timbre. La señora que salió fue una de edad media con el pelo castaño y un poco baja y con una sonrisa los saludo.
- Oh que desean?
- Soy tu vecina de enfrente Paola un gusto y el es mi hijo Ryan.
- Un placer soy Lenna. Vengan pasen!
- Gracias… queríamos darte la bienvenida al vecindario
Justo en ese momento un niño de su misma edad pasaba corriendo por el comedor.
- Mamá!! Donde están mis patines no los encuentro
- Hijo quiero que conozcas a nuestros vecinos ella es Paola y el su hijo Ryan
- Hola soy tomi
El chico les saludo y extendió su mano a Ryan. Tomi era un chico de pelo castaño con ojos color miel y piel un poco tostada. Cuando lo vio Ryan podía asegurar que algo en el salto de la impresión aunque no sabia porque.
- Umm… -respondió dejando al pequeño con la mano extendida.
- No te preocupes el es un poco tímido… de seguro estarían mejor si fueran un rato a jugar. –hablo la madre de Ryan excusando el mal comportamiento de su hijo.
- Si, vayan a tu cuarto a jugar mientras nosotras hablamos un rato - dijo sentándose junto con Paola en el cómodo sofá.
- Cl-claro -respondió el pequeño un poco avergonzado caminando junto al rubio.
Subieron las escaleras de la casa y cruzaron a la derecha por un pasillo para entrar por la segunda puerta del lado izquierdo. Al entrar en la habitación Tomi seguía cabizbajo avergonzado por el desorden, mientras Ryan solo miraba todo a su alrededor como si le molestara pero a la vez le divertía la actitud del pequeño.
- Bien… es-este es mi cuarto
- Umm -le volvió a responder sin mirarlo.
- Y que quieres hacer? –pregunto acercándosele con una sonrisa que se borro cuando el otro se paro frente a el.
- Hagamos esto, tu has lo que quieras yo solo esperare a que mi madre deje de hablar con la tuya para irme de aquí, ni siquiera quería venir mi madre me obligo –dijo para luego darse la vuelta y tomar la perilla para salir de allí cuando escucho unos sollozos a su espalda.
- Yo… yo hice algo mal? –pregunto con gotas cristalinas empezando a caer por sus redondos ojos –dime que hice y lo arreglare, solo quería jugar contigo.
Algo se oprimió en el pecho de Ryan cuando lo vio llorar y trato de arreglar un poco lo que dijo.
- Nada, solo no quiero jugar contigo, estoy cansado y tengo sueño.
- B-bien disculpa por molestarte –dijo entre las lagrimas que no paraban de caer
- Ya deja de llorar. ¿Que edad tienes?
- 10. Y lo siento me es difícil dejar de llorar una vez comienzo
- Ya esta bien tranquilo, deja de llorar
En un momento no supo porque pero tuvo la necesidad de abrazarlo mientras lloraba, así que se acerco a el y lo jalo de la muñeca pegándolo a el enredando sus brazos alrededor del pequeño mientras este trataba de calmarse con la cara pegada al pecho de este.
- Deja de comportarte como un niño –le dijo separándose para verlo ya cuando este se había calmado.
- Tú también eres un niño, tonto… y disculpa por… por eso, odio que me vean llorar.
- Umm… entonces no lo vuelvas a hacer… que quieres hacer?
Con una sonrisa Tomi corrió a su mesita junto a la cama sacando un nintendo y mostrándoselo al rubio, unos minutos después los dos estaban jugando, empujándose entre ellos para evitar que el otro ganara la carrera. Había pasado mas de una hora cuando la mamá de Ryan entro seguida de su nueva amiga al cuarto encontrando a los dos chicos jugando.
- Bueno ya es hora de irnos se hace tarde –dijo la madre del rubio, al ver que ninguno hacia caso de su presencia hablo mas fuerte –Ryan ya nos vamos es tarde.
- Un momento estoy a punto de ganarle a este llorón
- No soy un llorón y ya veras como te gano.
- Chicos jugaran mañana, ya se tienen que ir –hablo la mamá del pequeño castaño.
- Esta bien –se despidió triste Tomi abrazando a su nuevo amigo incomodándolo y haciendo que lo aparte un poco para no ser grosero -¡hasta mañana!
- Umm… -dijo y salió de la casa.
Llego a su casa subiendo de inmediato a su cuarto tirándose a su cama un poco extrañado por lo que había pasado, nunca, nunca en su corta edad se había comportado así con otra persona.
Miro por su ventana hacia la otra casa encontrando al castaño asomado por esta saludándole, no se había dado cuenta de que su ventana estaba justo enfrente de la de el.
El castaño tenia un cuaderno en sus manos escribiendo, cuando termino lo asomo por su ventana
“te habría ganado si no te hubieras ido”
Un poco divertido tomo también un cuaderno para responderle
“no es cierto, hubiera hecho que lloraras por segunda vez”
Y antes de que Tomi le pudiera responder enojado, le volvió a mostrar otra hoja.
“ y déjame dormir, estoy cansado nos vemos… llorón!!”
Antes de que el castaño le pudiera decir algo cerró la ventana yendo de nuevo a su cama con una sonrisa, esperaría la mañana siguiente con ganas.