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Lágrimas de hielo por Khira

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Lágrimas de hielo

por Khira

II.


Era ya un poco tarde, casi las seis, pero no tenía ninguna prisa por llegar, así que siguió caminando lentamente, tan cerca del agua que de vez en cuando las olas alcanzaban su pies descalzos. Cuando llegó a la altura de las escalinatas de piedra que conducían a la clínica donde le trataban la lesión de la espalda se detuvo y contempló por última vez el mar.

“Si este sitio tiene algo bueno, es esta maravillosa playa”

Al girarse para empezar a subir los peldaños se dio cuenta de una figura que corría haciendo footing en dirección a él. No tardó en reconocerla.

“Otra vez el zorro apestoso?”, pensó molesto.

Podría haberle ignorado y encaminarse a la clínica, pero sin saber porqué esperó inmóvil a que el kitsune llegara hasta él. Cuando lo hizo Rukawa se detuvo y se inclinó un poco hacia delante con las manos apoyadas en las rodillas tratando de recuperar el aliento.

- Se te ve muy cansado, zorro – le dijo en tono burlón – Aunque no me sorprende, ya que sé que no eres capaz de aguantar los 40 minutos que dura un partido.

- Doa’ho… - dijo simplemente Rukawa una vez erguido.

- Teme kitsune! A quién llamas doa’ho?

- Ves algún otro doa’ho por aquí?

En ese momento le habría metido un puñetazo de no ser porque recordó a tiempo que estaba en pleno proceso de recuperación y que con una pelea lo único que conseguiría sería alargar su estancia en la odiosa clínica. Así que se limitó a gruñir y sin decir nada más empezó a subir las escaleras.

- Qué tal la rehabilitación?

La inesperada pregunta le dejó clavado en el sitio. Se giró de nuevo, asombrado, y clavó la mirada en los ojos azules del chico moreno.

- C-cómo dices? – fue lo único que consiguió articular.

- Te he preguntado – Rukawa cogió aire, en verdad la carrera le había dejado agotado – Que qué tal la rehabilitación.

- Y para que lo quieres saber? – preguntó desconfiado.

Pero Rukawa no contestó, sólo se encogió de hombros.

- Bastante bien – murmuró finalmente.

- Me alegro. Espero que te recuperes pronto; el equipo te necesita.

Le observó alejarse corriendo, dejándole completamente estupefacto con sus palabras. Si sus oídos no le habían traicionado, su mayor enemigo acababa de desearle una pronta recuperación. Y además…

“Yo… yo siempre pensé que no me querías en el equipo…”

Y sin embargo no era eso lo que Rukawa le había dejado entrever, ya que su voz había sonado completamente sincera. De pronto se sintió miserable al recordar todas las veces que había deseado que hubiera sido el kitsune quien se hubiera lesionado y estuviera ahora en su lugar.

No le quedó más remedio que reconocer que quizás, a pesar de todo, Rukawa era mejor persona que él.

Plaf!

Un abanicazo interrumpió sus recuerdos.

- Auch! Se puede saber que haces, Ayako? – se quejó Sakuragi.

- Se puede saber que haces tú, Hanamichi Sakuragi? – preguntó la asistente principal del Shohoku - Hace dos minutos que estás botando un balón imaginario!

La cara del pelirrojo se volvió del mismo color de su pelo al darse cuenta de que era verdad. Se levantó y fue a buscar el balón que había ido a parar unos metros de ellos.

- En qué estabas pensando? – le preguntó Ayako muy curiosa cuando volvió a su lado. No era común que el número 10 del equipo se quedara ensimismado.

- En nada.

- Pues entonces concéntrate en los ejercicios básicos!

- Yo ya no necesito más de eso…

- No empieces otra vez con lo mismo.

- Pero es cierto, yo soy un tensai…

Ayako dio por terminada la discusión con un segundo abanicazo. Mientras el pelirrojo botaba de nuevo el balón semiarrodillado en la duela dirigió su vista una vez más a las puertas del gimnasio. Sakuragi miró a la mánager disimuladamente y él sí supo en que estaba pensando. Mejor dicho en quien.

Era la primera vez que Rukawa faltaba a un entrenamiento.

“Qué le habrá pasado?", pensó Ayako.

- Nosotros nos vamos – dijo Mitsui acercándose acompañado de Ryota.

- Os falta mucho? – preguntó el capitán Miyagi.

- No – contestó Ayako mirando su reloj – Cinco minutos más y también nos iremos.

- Ok. Hasta mañana.

- Hasta mañana… - murmuró sorprendida de que Ryota no se hubiera ofrecido a esperarla.

“Hace días que me ignora”, pensó apenada mientras les observaba salir del gimnasio, “Quizás ya se ha cansado de mí…”

Y que esperaba? Ryota se le había declarado ya hacía casi dos años, y ella le rechazó. Aunque no podía evitar sentirse defraudada al pensar que el chico del pendiente ya se había rendido.

“Si supieras la verdad…”

- No es ya la hora? – preguntó el pelirrojo rompiendo el silencio que se había formado desde hacía unos minutos.

- Sí, lo es – respondió la chica mirando de nuevo su reloj.

Sakuragi se levantó y se despidió de Ayako antes de dirigirse a las duchas. La mánager se quedó unos minutos más recogiendo, mientras su preocupación se dividía entre la indiferencia de Ryota y la ausencia de Rukawa.

oooooooo

Sakuragi odiaba irse solo a casa, pero ese día Yohei no se había quedado al entrenamiento porque tenía trabajo que hacer y Ayako vivía en dirección contraria a la suya. Además el día ya se había acortado mucho y la creciente oscuridad hacía aún más triste su solitario camino.

Pensó en Haruko y se sintió peor. La segunda mánager de Shohoku apenas le dirigía la palabra desde que días antes le confesó sus sentimientos y se convirtió en la chica número 51 que lo rechazaba. Pero extrañamente no le había afectado tanto como temía, de hecho lo que más le dolía era que al parecer había perdido su amistad.

Un sonido conocido le llamó la atención. Provenía de la cancha callejera que había al otro lado de la calle.

“Alguien entrena a estas horas?” pensó extrañado, “Pero si ya casi no hay luz”.

Se acercó a la verja que rodeaba el lugar y reconoció al chico que estaba jugando a pesar de que le estaba dando la espalda.

“Rukawa?”

Sin hacer ruido se dirigió a la entrada. No entendía que hacía el kitsune allí. Porqué no había ido al entrenamiento? Todos le habían disculpado porque habían pensado que estaba enfermo, pero el muy baka estaba practicando por su cuenta.

“Quién se ha creído que es? Acaso prefiere entrenar solo que con nosotros?”

- Rukawa! – le llamó acercándose muy enfadado.

Rukawa se giró al escuchar su nombre y Sakuragi se detuvo en seco al verle la cara.

Estaba surcada de lágrimas.

“El kitsune… llorando?”

El chico de ojos azules usó el dorso de la mano para secarse el rostro y fue a recoger el balón que acababa de tirar a canasta mientras el pelirrojo le contemplaba atónito. Después lo metió en la bolsa de deporte que había dejado a un lado de la cancha y con ella en el hombro se dirigió a la salida. Sakuragi se dio cuenta de que Rukawa pensaba irse sin decir nada y le sujetó del brazo cuando pasó por su lado, obligándole a detenerse.

- Ey zorro… que te pasa? – preguntó preocupado.

Rukawa no contestó, sólo giró la cabeza para mirarle. A Sakuragi se le encogió el corazón al contemplar esos ojos habitualmente fríos e inexpresivos ahora tan tristes y enrojecidos por el llanto.

Estuvieron así unos segundos, hasta que Rukawa se soltó y finalmente habló.

- No es nada – murmuró comenzando a caminar de nuevo.

Pero tenía que ser algo grave para hacer llorar al chico con menos emociones de la prefectura, y Sakuragi lo sabía. Sin embargo no podía exigirle que se lo contara, al fin y al cabo ni siquiera eran amigos.

- Vendrás mañana al entrenamiento? – le preguntó sin saber muy bien porqué antes de que se alejara demasiado.

- Sí – contestó Rukawa sin detenerse.

Sakuragi observó caminar al kitsune hasta que desapareció tras una esquina. Se sentía muy confuso después de haberle visto en ese estado. Realmente había llegado a creer que Rukawa era alguien incapaz de mostrar una sola emoción que no fuera esa pasión que se podía leer en sus ojos cuando jugaba un partido o incluso durante los entrenamientos. Pero no era así. Rukawa era un ser humano como todos los demás, y acababa de demostrarlo.

Durante el resto del trayecto hacia su casa, no pudo sacarse de la cabeza los ojos llorosos de su rival.

“Mi rival?.

Que sentido tiene seguir considerándolo mi rival? Haruko ya me ha rechazado, en ese sentido ya me ha ganado. Además desde que me dijo aquello en la playa ya no soy capaz de meterme con él.

Me gustaría tanto saber que le pasa… quizás podría ayudarle.

Pero es imposible, él jamás me lo contará.

No somos amigos.

Nunca lo seremos.”

oooooooo

Llegó a su casa sin ánimos para hacer nada, mucho menos la cena. Además que no tenía nada de hambre. Subió a su habitación, lanzó la bolsa de deporte a un lado de la habitación y se dejó caer en la cama.

“Jii-chan…”

Se había pasado casi todo el día en el hospital. Al volver a su casa vio que era tarde para acudir al entrenamiento, aunque de todos modos no tenía muchas ganas de ir. Tenía miedo de echarse a llorar delante de todos. Decidió ir a practicar por su cuenta para despejarse un rato, pero incluso mientras jugaba no podía dejar de sollozar. Era curioso… seis años sin derramar una sola lágrima y ahora no podía parar…

Y para colmo, Sakuragi le había visto.

Pero como había deseado que en ese momento el pelirrojo le abrazara contra su pecho, que le consolara, que le dijera que todo iba a estar bien, que no le dejaría solo…

“Solo.”

Sonó el teléfono y se levantó de mala gana. Seguramente sería su tío. Ya había hablado con él por la mañana, pero le había dicho que volvería a llamar para hacerle saber cuando podría venir a Kanagawa para ocuparse del funeral.

“Y seguramente después tendré que irme a Osaka con él”, pensó amargado, “Sólo le he visto un par de veces en mi vida, y ahora tendré que vivir con él, con un completo desconocido. Irme de Kanagawa, dejar Shohoku, el equipo… ya no volveré a ver al doa’ho…

No le volveré a ver…

Y a ti tampoco, jii-chan…”

Para cuando llegó al teléfono ya tenía la cara completamente mojada.

oooooooo

N/A: ola! Me he puesto muy contenta al leer tantos reviews! Veo que la historia ha gustado y eso da muchos animos para continuar.

tincgana_: ay no me gusta ponerte triste así que menos mal que aún así te ha gustado el capítulo. Lo que le han hecho a rukawa se explicará en el siguiente. besos!

kaehana9: muchas gracias por el review! ya sabes que yo actualizo pronto: aquí tienes el segundo cap!

Edo: de momento ya me han llamado cruel, sádica y despiadada ^__^. pero se ve que los fics así gustan, eh? XD

Paz: uno de los objetivos al escribir este fic era transmitir el dolor de rukawa de manera que una lo sienta como suyo, en vista de los reviews del primer capítulo parece que lo estoy consiguiendo... espero no pasarme XD

Suu: ola wapa! pos de momento aun no se va con él, y aunque eso significa que se va a kedar más tiempo en Kanagawa... pues estar solo no es lo mejor en estos casos. pero es q su tío casi no le conoce y no se puede imaginar la tontería que va a hacer Ru... uy se me ha escapado GGG

Ran: siii esa soy yo MUAHAHA pues hana de momento no sabe que hacer, pues como bien ha dicho, como consolar al que tú mismo has declarado como tu enemigo?

shira_chan: muchas gracias por el review, espero q tb te guste el segundo capítulo.

Kaede Sakuragi: si eres como yo entonces es que te encanta Joey... o que lo odias XDD

Paty: pues Kae va a sufrir bastante pero aún así creo q te va a gustar. besitos y gracias por el review

Kidcat: como ya he dicho de sufrir un pokito nada, rukawa va a sufrir muuucho, que yo soy aún mas mala y lo voy a demostrar XD

Yuki bishonen: olaa! aki tienes la actualización, espero q sea de tu agrado. ya me diras por msn o por review q te ha parecido

Muchos besos

Khira


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