—Jinyoung… Me da vergüenza, cr-cre-o que deberíamos parar. No me siento cómodo. —Apenas dijo esto yo fui a morderle aún más y más fuerte. Hacía pequeñas succiones por todo su cuerpo dejando pequeñas marcas rosadas. Esto hizo que los lamentos de Gongchan se convirtiesen en gemidos.
Cálidos y reconfortantes gemidos. Estaba empezando a aburrirme, quería profundizar más en el asunto así que me cansé de su torso y fui bajando por él. Mi nariz daba punteadas sobre él, deteniéndome en su obligo, Chanie no pudo evitar los pequeños espasmos que le producían las cosquillas. Gongchan era muy sensible, al menor contacto se estremecía esto provocaba que yo solo quisiera hacer más travesuras. Hundí mi nariz en el pantalón de Chanie y lo desabroché con cuidado para después apartarlo hasta sus rodillas. Volví a la altura de sus ojos no sin quedarme con las ganas de pasar mi mano por la prominente entrepierna del menor soltando este un gemido ahogado.
—¿Estás cosquillas te gustan más no Channie?
—S-si, Jinyoung. —Gongchan se lamía los labios y su espalda se curvaba.
Inconscientemente mis dedos comenzaron a acariciar suavemente su miembro. Lo que volvió a hacer gemir a Gongchan. Mi mano fue desde la parte más baja hasta la más alta, lentamente, apretando despacio los dedos. Otra vez, pero más estrepitoso Channie volvió a gemir. Mi mano se paró en las caderas de Gongchan. Sus huesos se notaban y formaban una perfecta “uve”. Mi mano acarició sus marcados huesos y después bajé mi cabeza y los lamí haciendo enloquecer a Gongchan pues otro estremecimiento surgía de él. Lo tenía bajo mi control y eso me gustaba.
—¿No es hora de que nos dejemos de tonterías Chansik-ah-? —Esta forma de llamar a Channie era especial, le gustaba y a la vez significaba lo importante que era para mí.
—P-pero creo que no estoy preparado hyung… —Le acallé con un beso, no me gustaba esa respuesta y no tardaría en cambiarla.
—No digas tonterías Channie… Sabes que te va a gustar, pero bueno sin presiones, cómo tú quieras. Ahora mismo me voy y como si no pasase nada, ¿vale? —Me disponía a levantarme pero Gongchan me agarró de la chaqueta.
—N-no… Jin, quédate conmigo Pero-pero sin hacer nada, simplemente hoy no. No quiero que hoy sea mi primera vez, no así. Yo quiero algo romántico y bonito contigo Jinyoung-hyung.
—Pero Channie… No se cuanto tiempo más voy a poder resistirme. Eres demasiado atractivo para mí. —Me reí y le hice unas amistosas cosquillas por el costado.
—Para, para, ¡me haces muchas cosquillas Jinyoung! Eres malo con Channie. Solo utilizas mi punto débil para tu beneficio. —Gongchan recogió sus pantalones y los volvió a abrochar, a la vez que me agarro y me tiró hacía él, abrazándome y haciendo que posará mi cabeza sobre su pecho.
—¿Y solo vas a querer esto Gongchan?
—Sí, solo con tenerte a mi lado soy feliz, es suficiente para mí. ¿Acaso para ti no Jinyoung? —Channie fruncía el ceño, parecía divertido así que decidí chincharle una vez más.
—Pues… por supuesto que… ¡NO!
—Jiiiiiiiiiiiiin, ¡mentiroso! Sé que me quieres de verdad, si no ya te habrías ido. ¿Por qué te da vergüenza admitirlo? Jinyoun-hyung está enamorado de Gongchan. Vamos admítelo.
—Si también lo sabes no es necesario que lo diga. En eso consiste nuestra relación Gongchan, por eso sé que esto es real. Porque sabes que te quiero aunque no te lo diga. Eso es lo bonito de esto. Con el tiempo lo entenderas.
—Te has puesto demasiado meloso Jinyoung, esto no es propio de ti. Quizás haya profundizado en tu corazón de hielo hyung.
—Eres un bobo Channie. Pero aun así yo quiero mi ración de ti. Hoy no me la has dado. —Me libré de su apretado abrazo, y volví a ponerme encima de él. Nuestras caderas encajaban perfectamente. A Gongchan aún le duraba su erección y al posarme encima de ella se puso de nuevo colorado.
—No sabes cuando parar Jin, eres un vicioso.
—Pero eso es lo que más te gusta de mí, en el fondo tú eres igual que yo y lo sabes.
—Eso… es mentira hyung… Yo no soy tan lascivo como tú.
—Seguro y por eso gimes nada más que te toque.
—¡Pero eso no tiene nada que ver Jinyoung!
—Ya, pero me gusta fastidiarte.
Baje mi rostro hacia el suyo y le di leves y tiernos besos a modo de disculpa por hacerle tantas rabietas. Justo en ese momento la puerta del camerino se abrió, Gongchan en un reflejó me empujó y me sacó de si haciendo que me golpease contra el suelo. Él se levantó rápidamente pero yo todavía estaba un poco aturdido por el susto y la caída. Entonces se oyó una voz grave y profunda.
—¿Jinyoung? ¿Gongchan? ¿Estáis aquí? Llevamos un montón de tiempo buscándoos.
—¡Baro-hyuuuung! —Gongchan fue corriendo a darle un abrazo, esto aunque me dolía decirlo me ponía celoso.
—Channie nos tenías preocupado. No vuelvas a hacer cosas como esta.
—No te preocupes Baro, Jinyoung estaba conmigo, me ha tranquilizado y ya estoy bien. ¡Estoy listo para dar lo mejor de mí! Y además también estaré a tu lado
—Me alegro entonces Gongchan. Pero ya sabes que tú eres el mejor así que deja de preocuparte tonto. —Baro le acaricio la cabeza y le proporcionó un beso en la frente. Sabía que Gongchan me quería pero aun así siempre que veía este tipo de escenas me quemaba la duda.
—¡Ah pero Jinyoun-hyung! No te había visto. Debemos marchar a prepararnos ya. Solo quedan unos 10 minutos para que empecemos. Y vosotros aquí jugando. Os parecerá bonito.
—Yo… yo solo vine para animar a Channie. Como líder es mi deber, no estaba jugando.
—Lo siento hyung… Solo era una broma, no tienes por qué ponerte así. —Sabía que no tenía que ponerme así pero me que estuviese tan cerca y cariñoso de Gongchan me había cabreado.
—Bueno, vayámonos ya.
—Chansik-ah- ¿estás listo? —Estás palabras hicieron que mi corazón se partiera en dos.
—¡Sí Baro-hyung! ¡Hagámoslo lo mejor que podamos! —Ambos se cogieron de las caderas.
Yo fui detrás de ellos decaído, cabizbajo. Baro había llamado a Gongchan de la manera que yo pensaba que era él único que podía. De verdad dolía, más que cualquier otra cosa. ¿De verdad había descuidado tanto a Channie para qué buscase en otro lo que yo no le daba? Estaba asustado, por primera vez tenía miedo, no quería perder a la única persona que había querido de verdad.