Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Yo? ¿Celoso? por Bonnie D

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Konnichiwa! Soy Bonnie! Verán soy nueva en esto...y...

NekoNyan: Y yo soy Neko! Nyaa~

B: Ah, sí y ella es Neko...

NekoNyan: Hola a todos! Verán, somos nuevas en esto como ya lo mencionó antes y queremos que disfruten de estos fics! Prometemos siempre actualizarlos nyaa~

B: Sí, sí! Y...y...¡empezaremos con un Yullen! 

NekoNyan: Es sólo un corto capítulo para iniciar nuestra vida de escritoras yaoístas, segímos tu ejemplo Usagi-sama!Nyaa~

B: Ciero, cierto! Próximamente escribiremos una historia original, pero de mientras esperamos que les gusten nuestras pequeñas historias! Domo Arigato Gozaimasu por leer!

NekoNyan: No olviden que si les agradan las historias , mandar un review para alentarnos nyaa~ Byenyaaa~ *salir las dos saltando con sus paraguas*

P.D Poco OCC 

Notas del capitulo:

D.Gray-Man no me pertenece a mi si no a la gran maestra de Katsura Hoshino que nos atrapa cada vez más con su excelente obra!

1.- Me das igual

“Celos”

¿Si quiera esa era un palabra posible para Kanda Yu? ¡Por favor! El estúpido moyashi podía estar con quien se le diera la puta gana. Sea mujer o sea hombre. Sea un odioso conejo tuerto que no sabía hacer otra cosa más que joder o una mujer de cabello verde que suele molestar en sus entrenamientos o recordándole que no es bueno guardarse sus sentimientos. Pero aún así, no podía evitar apretar los puños y sentir rabia cada vez que ese conejo se acercaba peligrosamente al enano canoso. No le dejaban disfrutar su soba con tranquilidad

-Se llaman celos, Kanda- Lenalee se había sentado con su bandeja de comida enfrente de él sacándolo completamente de sus pensamientos contradictorios para él.

-¿Qué quieres?- trató de recuperar su compostura con su típico tono seco

-Posiblemente los únicos que nos demos cuenta de que no estás normal somos Allen, Lavi y yo- sonrío- Pero debes saber que tienes un aura asesina mayor que en otras ocasiones; y creo saber la razón

-Tsk-chasqueo la lengua -¿Ah, sí?

-Ya te dije que se llaman “celos”, estás celoso de que Lavi pase tanto tiempo con Allen-kun.

-¿Estás loca?- la miró con fingida incredulidad, esa mujer tenía un don especial para adivinar sus pensamientos, aunque fueran pocos.

-Di lo que quieras- sorbió de su té- Pero sabes que te sientes así, deberías decirle cómo te sientes. Si no quieres que otra persona se te adelante- advirtió observando la mesa de Lavi y Allen

-Yo no siento nada por ese idiota más que desprecio, cualquier persona es libre de decirle una sarta de estupideces al moyashi si se le pega su hinchada gana

-¡Te ves tan gracioso Allen-kun!- la carcajada de Lavi resonó por todo el comedor atrayendo la atención de la china y el japonés. El chico estaba jalando las adoloridas mejillas del pobre menor.

-¡Eso duele Lavi!- gritó fastidiado

-Pero ¡mira! ¡Tus mejillas se tornan de un lindo color rojo!

-¡L-Lavi! ¡Te he dicho que eso duele!

-¡Eres tan lindo!

-¡No digas cosas así!

Kanda no soportó más la escenita y se levantó de mal humor sin siquiera terminar su plato de soba.

-¿Kanda?-llamó Lenalee preocupada por el repentino gesto

Sin mencionar palabra alguna, el japonés salió del comedor con un aura asesina aún mayor. Como jodían esos cabrones. ¿Qué se creía el conejo? ¿Acaso trataba de llamar su atención? Agitó con fuerza su cabeza, tratando de eliminar tontos pensamientos e ideas. Necesitaba entrenar. Si, entrenar lo dejaría abatido y no tendría en que pensar más que en darse un buen baño y dormir.

Por suerte estaba vacío. A la hora de la comida a nadie le apetecía ejercitar.

Cogió una espada de madera para entrenar y se dirigió al saco de golpes. Necesitaba descargar esa ira que sentía sin razón aparente contra algo. La fuerza que utilizó bastaba con tirar al saco en dos o tres golpes más; pero no tenía gana alguna de contenerse. Y después de repetidos y potentes golpes el saco cayó. Pero eso no lo detuvo, es mas, siguió golpeándolo. Cuando se cansó de utilizar la espada, ubicó otro saco y esta vez utilizó sus manos y pies. Cualquiera huiría de ahí si veía el ambiente que Kanda provocaba. Menos cierto chico maldito.

Allen entró con rapidez a la sala de entrenamiento. Era lo único que podía poner de peor humor al oriental.

-Lárgate- le dijo fríamente sin deja de intentar matar al inanimado saco

-No, Lavi no se atrevería a entrar en este lugar sintiendo esta aura asesina que provocas- replicó sentándose en una esquina procurando que el travieso conejo no lo viera

-Ese tuerto es un suicida experto, entrará de todas formas

-A ese paso, terminarás por destruir todos los sacos- observó Allen, pues era el tercer saco que Kanda rompía

-Me da igual si quedan o no sacos. No pienso decirte dos veces que te largues moyashi

-Hoy estás extraño, tienes un carácter peor que otros días ¿te hace falta misiones?

-¿A ti que jodidos te importa mi humor?- se volteó a mirarlo con furia

-No tienes porqué ser grosero BaKanda, sólo me interesaba por ti

-Pues ahórrate tus preocupaciones

-ALLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN-el escandaloso llamado de Lavi resonó por toda la sala

-Demonios, me está buscando- maldijo en voz baja

-¿Por qué huyes? Siempre están pegados

-Últimamente siempre me está tocando y apretujándome mucho. No me disgusta, es sólo que quiero estar solo un rato

Una vena saltó en la sien de Kanda ¿tocándolo? ¿Ese maldito había estado… tocándolo?

-Ah, ya te enco….-un saco azotó junto al lado de la puerta donde el pelirrojo estaba- Y-Yu, eso ha sido peligroso…-habló con voz temblorosa

-¡Joder que no me llames así! ¡Si no se piensan largar de aquí par de cabrones lo haré yo!- gritó con una rabia nunca vista por esos dos para después salir rápidamente

-¿K-Kanda?- llamaron bajamente ambos

Pero Kanda ya se encontraba lo suficientemente lejos como para perderlos de vista. Necesitaba paz. No quería ver al estúpido conejo y al estúpido moyashi. Y menos al último mencionado. ¿Qué le estaba pasando? Recordaba perfectamente como desde el primer día en que lo vio lo odio a más no poder. Era un idiota sin remedio y hablaba cosas como querer proteger y no destruir, además de ser un hipócrita que sonreía falsamente a pesar de que tuviera a mil personas contra él. Siempre defendía a sus “amigos” antes que él. Siempre tenía grandes cargas sobre sus hombros y no pedía ayuda.  Siempre se hacía menos él. Lo último era lo que más le fastidiaba.

Tomó sus cosas y se dispuso a darse una ducha rápida. Se dirigió hasta los baños comunes. Minutos después salió completamente limpio. Dejó su pulcro cabello negro secarse al aire. Cogió sus pantalones del mismo color de su cabello y se los puso con una finísima camisa blanca de manga larga casi transparente.

Mientras caminaba cuestionándose sus pensamientos idiotas, la persona que menos quería ver apareció frente a él.

-¡Ah, Kanda! Te estaba buscando- saludó Allen- Verás, quería saber si estabas bien, no es algo normal de ti gritarles a todos

Otra vez preocupándose por él. Lo ignoró pasando de largo.

-¡No me ignores BaKanda! ¡Todavía que me preocupo por ti!- corrió tras el japonés

Kanda se paró en seco y se volteó justo cuando Allen lo alcanzaba, provocando que chocara contra su pecho y cayera al suelo. Alzó la mirada dispuesto a reclamarle pero el mayor ya había empezado a hablar.

-¡Mierda, nadie te pidió que te preocuparas por mi! ¡Deja de hacerlo, me jode eso! ¡Lárgate con Lavi!- gritó para después caminar rápidamente a su habitación

Allen estaba confundido y aturdido ¿A qué se venía todo eso? ¿Por qué estaba tan enfadado con él? Estaba seguro de no haberle hecho absolutamente nada, por otro lado ¿Qué tenía que ver Lavi en esto? Se levantó suspirando por lo impreciso que podía ser Kanda.

El pelinegro azotó con violencia la puerta de su habitación. Odiaba que el moyashi se preocupara por él. No le gustaba la sensación de victoria cuando Allen se enfocaba sólo en él y no en cualquier otra persona. No quería seguir pensando más en el enano, no deseaba que ese chiquillo siguiera poseyendo cada vez más sus pensamientos. Odiaba ese sentimiento que le provocaba el ver al mocoso tan cerca de alguien más. En especial del tuerto.

Al día siguiente se levantó con un humor ligeramente mejor que el de ayer. Sujetó su cabello en una cola alta como de costumbre y salió a entrenar para después desayunar su preciada soba.

En el salón de la actividad deseada ya había una persona entrenando. Un pelirrojo con ojos verde esmeralda

-¡Yu! ¡Buenos días!- saludó alegremente secándose el sudor con el dorso de su mano

-Che, deja de llamarme así cabrón

-¿Se puede saber que tienes? Estás de un humor insoportable- su semblante se tornó serio

-Eso no es de tu incumbencia idiota

-Es Allen, ¿verdad?

Kanda se sobresaltó al escuchar ese nombre.

-Lo es ¿cierto?

-Claro que no, ¿Qué tendría que ver ese chiquillo molesto hipócrita con mi humor?

-Sólo quería rectificar eso. Por cierto ¿sabes quién podría gustarle al moyashi?

Arqueó una ceja

-¿Cómo cojones quieres que sepa?

-Es sólo una pregunta, podría ser que tú supieras algo al respecto- dijo encogiéndose de hombros y caminando lentamente a la salida

-Tsk, haces preguntas estúpidas

-Me interesa porque pienso declarármele- Kanda abrió lo ojos lo más que pudo y volteó a ver a Lavi, que estaba de espaldas- Tal vez lo haga hoy- salió tranquilamente

 ¿Había escuchado bien? Sí, Lavi definitivamente pensaba declarársele. ¿Qué más daba? Ese imbécil podría salir con cualquiera, no le importaba eso. Pero, no podía deshacerse de esa sensación de preocupación al pensar que el enano saliera con alguien más. El fuerte palpitar de su corazón lo delataba.

 

Notas finales:

NekoNyan: El próximo capítulo saldrá a más tardar el fin de semana nyaa~ Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).