El día nublado, no había muchas personas todas vestidas de un mismo color, negro como la noche, presentes estaban las pocas personas cercanas a Akihiko. Comenzaron a caminar lentamente con algunas rosas blancas en sus manos, todos parecían estar tristes, pero se reflejaba mas el dolor, la tristeza en el rostro de un joven de ojos verdes que caminaba detrás de ese ataúd color negro, el padre lo vio pero no dijo nada, Takahiro acompañaba a Misaki, quien no había dicho casi nada desde la muerte de Akihiko.
Al llegar a su destino Misaki vio ese hoyo profundo de tierra, que pronto contendría al amor de su vida, Misaki sintió dolor sabia que había terminado, se sentó en una de las sillas un poco atrás junto con su hermano, su nuera y su sobrino, se dijeron las ultimas palabras el ultimo adiós, cuando Misaki se acercó dejo la rosa blanca encima del ataúd como las demás, sus ojos miraron fijamente el ataúd, vio su rostro, su rostro calmado, Misaki entendió que nunca vería de nuevo, ese seria el ultimo adiós.
Todos vieron bajar el ataúd a ese agujero de tierra, tan frio, tan obscuro, en la lapida decida el nombre Usami Akihiko, la fecha de su muerte, ese día tan obscuro lleno de lagrimas, el día en que dijo adiós.
Misaki volvió con su hermano un tiempo.
-Misaki, ¿no vas a ir ala universidad? – pregunto su hermano.
-Si – fue lo único que digo, Takahiro había evitado hablar acerca del tema en que su hermano y sui mejor amigo eran amante, aun no era el momento.
-Esta bien Misaki, tomate un tiempo, si es lo que necesitas – respondió Manami.
-Estoy, no se como estoy- Misaki tenia la mirada perdida. En eso sonó el timbre de la casa. Takahiro fue a abrir la puerta.
-Buenos Días, se encontrara el joven Takahashi- pregunto amablemente.
-Disculpe pero ¿Quién es usted? – pregunto Takahiro.
-Soy el mayordomo de la familia Usami, Takada – respondió.
-¿Qué pasa Nii-chan? – Misaki llego sin previo aviso.
-Misaki, ¿Tu lo conoces?- Takahiro pregunto a su hermano.
-Takada-san, un gusto en volver a verlo, ¿Qué sucede? – pregunto Misaki con voz relajada.
-Primero, me alegro que este mejor y segundo se dará lectura al testamento de Akihiko-sama, ya que usted es uno de los beneficiaros debe asistir – Takada hablo seriamente.
-¿Por qué no me avisaron antes? – pregunto Misaki.
-Se le mandaron avisos, no le llegaron – pregunto Takada, algo sorprendió.
-¿Nii-chan, tu sabes algo? – dijo viendo a su hermano algo fría su mirada.
-Misaki, simplemente no creí que fuera el momento adecuado- respondió su hermano.
-No importa, iré a cambiarme, Takada-san podría esperarme – dijo Misaki.
-Claro – respondió el mayordomo.
-Enseguida regreso- Misaki comenzó a caminar a su habitación, Takahiro fue detrás de él.
-Misaki, no creo que debas.- no término de hablar.
-No soy un niño Nii-chan, me puedo cuidar yo solo- dijo mientras e ponía el abrigo.
-Misaki – fue lo único que dijo, Misaki salió de la habitación. Fue acompañado por Takada hasta el auto, comenzó a conducir, Misaki miraba por la ventana, la única razón por la que acepto ir fue por que quería salir de la casa de su hermano aunque sea un momento.
Al llegar ala mansión Usami, Misaki bajo del auto tranquilamente, vio a varias personas que conocían pero por alguna razón no dijo nada. Entraron al despacho la familia de Akihiko, solamente su padre y hermano, Misaki no les dijo nada.
-Bien, ya que todos los presentes están aquí, comenzare a darle lectura al testamento y ultima voluntad de Usami Akihiko.- empezó a sacar documentos de un sobre amarillo, No fue sorpresa para nadie el contenido, todo absolutamente todo paso a manos de Takahashi Misaki.- Bien esa es la ultima voluntad del fallecido, todo es para usted Takahashi Misaki.
-Espere y no tiene que firmar algún documento para aceptar la herencia- pregunto el padre de Akihiko.
-No, el joven Takahashi ya firmo hace algún tiempo, el documento esta aquí si quiere verlo- digo el abogado.
-Esta bien- tanto como el padre como el hermano, voltearon a ver a Misaki, pero se sorprendieron al ver que este no se apeno, el los miraba fijamente, se dio la media vuelta y se fue.
-Takahashi-kun, Akihiko era mi hijo y a pesar de todo aunque no lo creas me dolió su muerte- dijo el padre, Misaki se paro.
-Y yo que puedo hacer con eso que me esta diciendo – Misaki volteo a verlo, su mirada fría, realmente ese era Misaki.
Ambos se quedaron en shock viendo la actitud de Misaki.
Paso un rato cuando volvió a casa de su hermano les informo que ya no viviría hay, empezó a empacar sus cosas.
-Misaki, no puedes irte aun no estas totalmente bien – intento persuadirlo.
-Estoy bien Nii-chan, solo tengo la mano fracturada – dijo Misaki mientras empacaba.
-Misaki, entiende estoy preocupado, no quiero que vayas a vivir solo ala casa de ese hombre- Misaki noto algo de rencor en las palabras de sui hermano.
-Esa ahora es mi casa, y por favor llama a ese hombre, por su nombre- dijo Misaki saliendo con su maleta de la habitación.
-He estado evadiendo el tema, pero ya es suficiente, lamento que Akihiko este muerto en verdad, pero aun no puedo entender como fue que ambos tuvieran una relación, Misaki entiende eres mi hermano y quiero protegerte- Takahiro hablo calmadamente.
-Y por que no podíamos ser una pareja, relámete Nii-chan su tu hermano, pero ya no soy un niño deja de tratarme como tal – Misaki esta perdiendo la paciencia.
-Mira Misaki, perdón pero no puedo dejar que vallas a deprimirte ala casa de Akihiko, aquí estarás mejor por que.- Takahiro no termino de hablar.
-Es igual donde sea, de todas formas el ya no esta y prefiero estar allá que aquí – Misaki salió de la cas de su hermano, Tomo un taxi, al bajar noto el aire frio vio ese lugar de nuevo, ese departamento que tantos recuerdos le traían, al entrar vio la obscuridad, avían paso algunos meses desde que no volvía, todo estaba lleno de polvo, cuando encendió la luz, noto que todo estaba como lo habían dejado esa tarde.
-Realmente, las cosas no cambiaron no es así Suzuki-san – dijo levantado al gran oso de felpa.-Hay que limpiar un poco.
Misaki paso toda la tarde limpiando, al terminar se dirigió al baño, lavo su cara con agua se miro al espejo. Su rostro no parecía el mismo, parecía que no tuviera vías, sus ojos ya no brillaban estaban llenos de soledad.
-¿Quién soy ahora?- se pregunto - ¿Quien soy ahora sin ti? – se pregunto mientras se miraba al espejo.