Capitulo 1: Reconociendo Sentimientos
Aburrido se detuvo suspirando, esperó un par de segundo y dirigió su mirada en algún punto de la pared frente suyo, se encontraba más pensativo que nunca y aunque quisiera evitarlo no podía. El motivo… su vida había dado un giro más que inesperado hace poco más de hace un mes. Sin percatarse de nada había aparecido una persona en su vida que no sólo había llamando por completo su atención sino que demás esa persona estaba despertando en él sentimientos que hace mucho no se permitía experimentar, por temor a ser herido, a ilusionarse y que no le correspondiera.
Yanase Yuu, el asistente de varios mangakas, incluyendo algunos suyos y enemigo número 1 de su compañero de trabajo y amigo Hatori Yoshiyuki. La situación no era para nada favorable cuando la veía y analizaba con detenimiento desde ese punto de vista, es más era su gran obstáculo para lograr lo que más quería. En el Departamento Esmeralda por alguna razón se sabían las cosas sin necesidad de preguntar, para nadie era un secreto los amoríos y el estado de la relaciones de los editores, razón por la cual se sabía que cuando Hatori estaba de muy mal humor no era debido a los siempre retrasos en la entrega de los manuscritos de su amante-mangaka sino por cosas de celos o malos entendidos en los que siempre estaba involucrado el personaje por el que sentía más que un simple cariño.
Mino había encontrado una oportunidad evitando claro que se notara el interés que ya sentía por el personaje en cuestión para hablar con Hatori respecto al motivo por el que parecía no soportar a Yuu, es decir, en más de una ocasión se lo había encontrado en algún evento o en la misma editorial hablando o mejor discutiendo por cosas que ambos pensaban que hacían mal para con Yoshikawa-sensei. Hatori no le dio mucha información pero la expresión en su rostro le dijo lo importante, lo que necesitaba y lo que en definitiva lo preocupó.
Lo de que el sub jefe del Departamento Esmeralda sentía no era odio, ni celos comunes y corrientes, eran fundamentados ¿porque…?, he ahí la pregunta más importante y la que definitivamente lo intranquilizaba. Si Yoshikawa-sensei y Hatori eran pareja y se querían, ¿Yuu que vendría siendo ahí?, Mino negó levemente con su cabeza, definitivamente quería dejar de pensar en eso y concentrarse en lo único que debía su trabajo, con desganó se dirigió al ascensor, pero antes de oprimir el numero del piso al que se dirigía las voces de algunas personas llamaron su atención haciendo que se detuviera.
—¡Yanase largó de aquí!
—Pues no me voy, te guste o no me voy a quedar — indicó desafiándolo con la mirada.
—Sabes, a diferencia de ti hay personas que si trabajamos y no disponemos de tanto tiempo libre. Así que vete ahora mismo, no me dañes el día con tu presencia.
—Hatori, no estoy aquí por ti, a demás acabo de terminar un trabajo– sonrió.
—¿Eh?
—Uno de los mangakas con quienes trabajo no pudo traer el manuscrito porque colapsó y su editor… mmmm… bueno no entendí que pasó pero la única persona que podía traerlo era yo, así que por eso estoy aquí.
—¿Que editor? — preguntó extrañado.
—No lo conoces, no es de Esmeralda y no tengo porque darte explicaciones de todo lo que hago o dejo de hacer.
—Aun así deberías irte ya.
—Sí, ya cumplí con lo mío, creo que iré con Chiaki — comentó con toda la intensión de provocarlo.
El gesto del editor se endureció agarrándolo fuertemente del brazo — déjalo en paz.
—¡Suéltame Hatori! — exclamó forcejeando.
—¡Basta! ¡Déjalo ya! Yoshino no quiere nada contigo, ya te lo dijo.
Yuu trató de ignorar tan doloroso comentario, aunque fue inútil.
—Y si no te quedó claro con el golpe que te dio entonces tendré que hacerlo yo hasta que comprendas Yanase — aseguró usando un tono amenazante.
—¡Déjame! Hat…
—Hatori, buenos días — Mino apareció detrás de él con su característica sonrisa.
—Ah…eh buenos días Mino — saludó volteándolo a mirar mientras soltaba a Yuu.
—Yanase-san, buenos días que sorpresa verlo aquí — lo saludó con aparente tranquilidad.
Yuu suspiró tragándose la rabia y el dolor de saber que lo que había dicho su enemigo era su maldita realidad— buenos días Mino-san, yo… yo solo vine a dejarle algo a un editor.
—Con permiso yo me retiro — indicó acomodando su maletín —, por cierto… Yoshino está muy ocupado, preferiría que lo dejaras trabajar en paz — le pidió mientras caminaba hasta el ascensor.
—Jum, de todas formas iré.
El editor se detuvo —Yanase, sabes cómo son las cosas, ¡basta!
—Somos amigos, tengo derecho de verlo, a demás te recuerdo que trabajamos juntos — le indicó subiendo el tono de su voz.
Tori apretó los puños dando la vuelta —¡Yanase! Yoshino no… buenos días Takano-san — saludó de improvisto normalizando el tono de su voz de repente.
—Tori, Mino, Yanase-san buenos días a todos — saludó el editor en jefe entrando justamente en ese momento a la editorial.
—Buenos días — saludaron editor y asistente.
—Disculpen que me entrometa pero, ¿qué está pasando aquí? — cuestionó mirando a los tres.
—Con permiso me retiro — dijo haciendo una reverencia, yéndose tan rápido como pudo mientras Mino lo siguió con la mirada hasta perderlo.
Hatori respiró profundo tratando de calmarse—perdón Takano-san, la culpa es mía — se disculpó — me sacó de quicio y… no era mi intensión gritar, lo siento.
Kanade hizo un gesto de entre extrañeza y molestia al escuchar al editor.
—Entiendo… — dijo sin el mayor interés. Al parecer el día Masamune no era el mejor y la culpa era de Onodera era más que claro—. Será mejor que vayamos a organizar la reunión que tenemos en un par de horas.
—Eh, si vamos — ambos hombre se digieran al ascensor —¡Mino!
Suspiró con resignación hasta llegar al elevador. Por su bien era mejor apartar todo ese asunto lejos de su mente, aunque a decir verdad era algo difícil no solo porque era más que obvio que estaba interesado en Yanase, sino porque a demás cada vez le causaba más curiosidad saber cómo eran las cosas entre Yuu, Chiaki y Yoshiyuki.
—¿Cómo va el manuscrito de Yoshino-san?
—Bien, si sigue así y si no tiene ningún tipo de distracción lo más probable es que lo termine a tiempo.
—Bien eso es bueno. Que hay de ti Mino, ¿cómo van tus mangakas? — lo cuestionó fijando su mirada en él.
—Eh… b-bien, tengo que llamar a una pero en general van bien.
—Eso es estupendo, según me comentó Yokozawa, los mangas de los que estas a cargo han vendido muy bien, inclusive se piensa que debe re imprimirse uno, aunque no me dio los detalles, hoy hablaré con él — aseguró.
El editor sonrió, después de todo era una excelente noticia.
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Bostezó y dejó los papeles sobre la mesa — que cansado y aburrido estoy… — se levantó y se aproximó al sofá tomando el manga de The Kan que estaba ahí, le echó una ojeada y luego lo dejó en el mismo lugar donde lo había encontrado — se que le dije a Tori que terminaría el storyboard el día de hoy pero… — miró el reloj —¿me pregunto si Yuu ya se desocupó?
Habían pasado más de mes y medio desde aquel incidente en el que Yuu le había confesado lo que realmente sentía por él y aunque luego de eso su asistente-amigo estuvo alejado de todo por varios días aparentemente la amistad seguía igual o eso pensaba el inocente y distraído Chiaki, a quien parecía se le había olvidado los detalles más importantes de aquella confesión.
Antes de tomar su celular y decidir llamar a Yanase, el timbre sonó haciéndolo levantarse. Mientras caminaba hasta la puerta se frotó los ojos — ah… Yuu hola, te iba a llamar. Pensé que terminarías tu trabajo más temprano — dijo mientras abría más la puerta para que pudiera entrar.
—Lo siento, es que se me presentó un problema y tuve que ir hasta Marukawa — señaló mientras seguía.
—¿A Marukawa? — preguntó entre extrañado y confundido.
—Así es, tuve que llevar el manuscrito – contestó de mala gana, le molestaba recordar las palabras de Hatori — pero y… ¿para qué me necesitabas Chiaki?
El mangaka corrió hasta la mesa tomando un folleto y entregándoselo — como Hatori no puede ir porque tiene trabajo, pensé en ti, Yuu — dijo sonriendo — ¡vamos! es una convención de anime y se ve que va a estar increíble.
El asistente miró el folleto por un momento y luego levantó la mirada fijándola en su amigo, pensando que decir.
—Parece que allí va a estar firmando autógrafos el mangaka de The Kan, vamos ¿sí? — pidió juntando sus manos en señal de suplica mientras lo miraba con ojos brillantes y suplicantes.
—Está bien, de igual forma para ese día ya habré terminado todo el trabajo que tengo— indicó sonriéndole, aunque en el fondo estaba más que molesto, por el simple hecho de que Chiaki no lo había buscado porque quisiera estar con él sino como segunda alternativa, porque Hatori no podía.
—Gracias, enserio no se qué sería de mi vida si ti — dijo sin pensar mucho lo que decía.
Yuu hizo brevemente un gesto de molestia y luego continuó como si nada, de verdad que era mejor evitar amargarse y molestarse por ese tipo de cosas, sobretodo porque su tenacidad podía más, él estaba completamente seguro que a diferencia de Tori, él si lo merecía y hasta lo quería más.
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Pasaron un par de días, hasta que el día de la convención llegó. Como era de esperarse Yoshino no llegó a la hora acordada.
Aburrido de esperar sacó su celular y marcó el número de su amigo.
—[¿Si? ]
—Chiaki, ¿donde se supone que te metiste?, hace más de una hora que debiste de haber llegado — le indicó mirando su reloj.
—[Lo siento, es que… yo…] — Yoshino se quedó en silencio pensando que decir.
El editor no se movía del lugar, desde hacía más de tres solo lo miraba.
—Si ya todo está listo ¿crees que ya pueda irme? — preguntó con algo de afán.
—Yoshino, ¿tú enserio piensas salir con Yanase? — preguntó con un dejo de fastidio en su voz que cualquiera hubiera notado.
—Claro que si — contestó sin entender el porqué de esa pregunta — sabes que Yuu y yo tenemos muchos gustos en común y él al igual que yo tiene muchos deseos de ir — aseguró con una gran sonrisa.
Tori endureció un poco el gesto y sin más se levantó del sillón, agarró su saco junto con su maletín y se dirigió a la salida.
—¿Eh? ¿Tori? Pero… — no pudo decir nada, porque para ese entonces ya se había ido dado un portazo.
—¿Chiaki? ¿Me escuchas? ¿Alo? ¿Alo?
—[Eh… si, perdón ya estoy llegando espérame… ¡ah! ya te vi] — señaló antes de finalizar la llamada —¡Yuuuuu!
Volteó a mirar a la derecha y le hizo una seña.
—¡Hola! — lo saludó mientras se aproximaba corriendo —. Perdón… perdón por llegar tarde pero es que… tuve que solucionar algo… antes de salir — dijo una vez se detuvo e intentaba regular su respiración.
—No te preocupes, mejor vamos ya, acabó de escuchar que Ijuuin-sensei llegará durante la próxima media hora — indicó emprendiendo camino.
—¿Ijuuin-sensei? — preguntó con confusión —¿ y ese quién es?
El asistente frunció el ceño y se detuvo volteándolo a mirar — ¿es enserio?
Chiaki se encogió de hombros.
Rió un poco — Ijuuin-sensei es el mangaka de The Kan.
—¡Eeeeeehhhhhhhhh! — exclamó con incredulidad.
—No puedo creer que siendo tu manga favorito no sepas eso.
—Lo siento… — bajó la cabeza.
—Vamos ya, Chiaki — Yuu aprovechó la oportunidad para tomarlo de la mano y llevarlo hasta la entrada de la convención. Claro que iba a provechar ese día para disfrutar la compañía de su amigo y de paso para demostrarle que con él la pasaba mejor que con el amargado de su editor- amante.
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Hatori miró el edificio enfrente suyo por un momento y luego continuó su camino hasta la entrada donde se encontró con Kisa, Onodera y Mino, quienes iban saliendo.
—Buenas tardes Hatori-san — saludó el editor novato.
—Hatori hola — saludó Kanade.
—Buenas tardes — devolvió el saludo mirándolos a todos —, disculpen pero, ¿para donde van?
—¡Ah! Hola Hatori, Takano-san nos comunicó hace un momento que debemos ir a una convención de anime que se realiza el día de hoy, vamos en representación de la editorial — informó Kisa.
—¿A si?
Los 2 editores afirmaron como la cabeza.
Tori hizo un poco de memoria recordando el lugar hacia donde se había dirigido su amante… con Yanase— ¿sólo van los tres?
—Así es — contestó Mino apoyando su respuesta con un movimiento de su cabeza.
—Pero, ¿Y porque yo no sabía nada? — cuestionó haciendo un gesto de extrañeza.
—Takano-san tampoco sabía, al parecer fue error de Isaka-san o de alguien más el que todo haya sido tan improvisado — comentó Kisa.
—¿Y que se supone que deben ir a hacer? ¿Algún mangaka va a ir? ¿No necesitan que yo vaya?— cuestionó con un leve tono de ansiedad.
—Ya todo está listo no te preocupes, solo estarán unas mangakas pero ninguna que esté a cargo tuyo — comunicó Mino.
—Bueno si no es más debemos irnos, hasta luego — se despidió Kisa al ver a Onodera detener un taxi.
El editor no dijo nada solo se les quedó viendo hasta que el taxi arrancó. Con rapidez entró a la editorial, necesitaba hablar con editor en jefe. De verdad que haría hasta lo imposible porque permitir que Yuu y Chiaki estuvieran solos, los conocía a ambos.
—Buenas tardes Takano-san — saludó entrando.
El pelinegro levantó la mirada de los papeles que revisaba —Tori hola, que bueno que llegaste.
—Lo siento, pero Yoshino no estuvo de acuerdo con muchos de los cambios que le sugerí, por eso me demoré — comentó dejando todo sobre su escritorio.
—No te preocupes, aunque si te necesitaba — dijo mientras terminaba de escribir algo sobre un papel— hoy estamos solo los dos, Onodera, Kisa y Mino tuvieron que ir a cubrir un evento del que me enteré hace un par de horas.
—Lo sé, me los encontré afuera, pero Takano-san porque pensante en mandarlos a ellos, ¿no habría sido mejor que yo fuera?
—No, así está bien, tú mejor encárgate de ayudarme con esos papeles — señaló una pequeña torre de documentos.
Tomó aire resignándose, tal parece que aunque deseara, quisiera mejor dicho necesitara estar allá la situación no estaba a favor de eso.
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El mangaka terminó de firmar la edición especial de su manga e intentó entregárselo al petrificado y shokeado ojoazul — gracias — dijo con una gran sonrisa esperando que su fan tomara el manga.
Los ojos de Chiaki permanecían abiertos como platos y brillantes, su boca estaba completamente abierta y sus brazos aun seguían en la misma posición como cuando le entregó el manga para que se lo autografiara. Detrás de él Yuu lo sostenía de los brazos esperando a que el pobre terminar de colapsar y se desplomara.
—Chiaki vamos reacciona — le pidió susurrándole al oído — tómalo ya y vamos — dijo mientras miraba a su alrededor —hay muchas personas esperando, por favor.
—Eh… ah… g-gracias… s-s-se…se…sensei — logró articular recibiendo el manga —y-yo amo… amo su trabajo.
Ijuuin-sensei sonrió — gracias por esas palabras, significa mucho para mí.
—¡Siguiente! — gritó Ishi.
Yuu agarró del brazo a castaño y como pudo lo alejó del lugar.
—¡Gracias sensei! — exclamó a todo pulmón mientras era arrastrado.
—¡Cállate! — pidió el asistente avergonzado al ver como varias personas se les quedan mirando y se burlaban.
—¡Waaaa! ¡Esto es lo máximo! — aseguró gritando —Yuu de verdad que nunca pensé que esto fuera tan emocionante.
—Ah… eh… si, mejor porque no vamos a ver otras cosas — sugirió sonriéndole.
—¡No! — se detuvo y lo soltó — primero quiero ver lo que Ijuuin-sensei me escribió.
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Los tres editores arribaron al evento y como era de esperarse causaron el mismo efecto que producían cuando aparecían, tanto Mino como Kisa parecieron como siempre disfrutarlo, cosa que no ocurrió con “Ricchan”, quien a pesar de ya ser parte del equipo desde ya hace un tiempo, aun deseaba no lo relacionaran con ellos o mejor no estar allí.
—Por favor vengan conmigo —dijo uno de los organizadores.
—Gracias — agradeció Shouta mientras entraban y miraban los distintos stands.
—Oh vaya parece que a las personas les gusta disfrazarse mucho y parece que no solo son niños — comentó Ritsu mirando varios cosplays.
—Bueno si, pero igual no le veo nada de malo a eso, hay muy buenos cosplays — aseguró Mino.
—Eh si pues no sé, a mi no es que me guste mucho esto de los mangas.
—¿Y por qué sigues trabajando como editor de manga shojo entonces? — preguntó Kisa sonriéndole con algo de picardía.
—¿Eh? Pues porque…
—¿Ricchan acaso te quedas por Takano-san? — juntos editores lo voltearon a mirar riéndose.
El color acudió de inmediato a su mejillas —¿Eh? No, no, no, no para nada — negó moviendo sus manos mientras negaba con la cabeza.
Kisa se aproximó y suspiró colocando una mano sobre su hombro — oh vamos Ricchan eso ya no es secreto para nadie, entre Takano-san y tú hay algo más que una relación de jefe y subordinado.
—¡No! Eso es mentira — negó moviendo su cabeza.
Mino se río — claro, pero por supuesto, aunque no tienes porque preocuparte no es como si nosotros fuéramos a decir o hacer algo.
—Por cierto hablando de amoríos, ese que va allá en compañía de… — el editor se calló y comenzó a reírse otra vez— que bueno que Hatori no vino — dijo señalando con su dedo.
—¿Eh? — los otros editores voltearon a mirar el lugar que indicaba su compañero.
—Ese no es…
—Si Yoshikawa-sensei el mangaka del que está a cargo Hattori y su… amigo, Yanase-san — informó Shouta.
El corazón se le estrujó al ver a la feliz pareja reírse y hablar muy animados, aunque prefirió no darle importancia — ¿disculpe falta mucho? — preguntó a la organizadora.
—No. Aquí es.
—¡Kyyyyyyyyyaaaaaaaaaa! — gritaron las mangakas corriendo hasta donde ellos — ¡son ellos!
Los editores les sonrieron y las saludaron recibiendo sus muestras de cariño. Kanade trató de concentrarse en lo que debía hacer, aunque luego de que Kisa los había ubicado él ya no pudo perderlos de vista, a veces consciente o inconscientemente los volteaba a mirar, analizando sus gestos y todos los movimientos que hacían.
—¿Celoso?
—¿Cómo? —Preguntó sorprendido al verse descubierto.
—Tú mangaka me trata mejor a mí que a ti — dijo usando un tono de burla — bueno y la verdad es que no la culpo después de ver las tácticas que usas para incentivarla.
Mino sonrió — claro que no, no es como si tuviera algo de preocuparme — comentó mirando de reojo a Yuu.
De que servía tratar de no pensar en eso que cada vez era más grande y difícil de manejar, si ya era día y noche los que Yuu no se apartaba ni un solo momento de su mente, para que seguir negando algo que era tan evidente, ¿por temor a sentir lo que ya sentía? ¿o por temor a que sufriera como ya lo estaba haciendo?
Se dio media vuelta y tratando de que nadie se diera cuenta dio un suspiro largo —en ese momento lo comprendí por completo todo… — bajó la mirada ocultando su frustración — y lo peor de todo es que duele mucho — suspiró otra vez —quisiera ser yo aquella persona porque quien él sonríe, porque quien se le ve tan feliz, quisiera ser yo a quien toma de la mano de esa forma, quisiera ser la persona que es dueña de ese corazón. Si tan sólo yo… — una sonrisa apareció —si yo pudiera amarte. Como desearía acortar esta distancia de kilómetros que existe entre los dos para decirte todo lo que este pobre y triste corazón siente tan intensamente por ti — pensó dedicándole una mirada al objeto de su amor, que se paseaba por todos lados ignorante de todo.