Dos cuerpos en esa habitación, en la que sólo se escuchaban dos respiraciones jadeantes. Dónde sólo la luz de la luna los iluminaba…
Perlados en sudor, enredados en esas blancas sábanas, que le daban un toque mágico a ese preciado momento. Ese momento, donde se demostraban su amor, en un acto al que muchos les parecía impuro, pero para ellos, era la forma más hermosa de expresarse sus sentimientos. De sentirse amados el uno al otro. Sin necesidad de palabras, sólo acciones y caricias que demostraban todo.
Se besaban, se tocaban, se reconocían mediante caricias, y besos al cuerpo del contrario.
-Ah… Minho…- Susurró el chico de cabellos castaños, mientras que el chico que estaba debajo pasaba sus manos por su espalda.
-Hyung…- Dijo de forma entrecortada, acercando sus labios a los del contrario, esos labios que se encontraban rojos he hinchados, y que le daban una apariencia preciosa, que hacía volver loco al menor… haciendo que se olvidara hasta de su nombre al recibir ese tan ansiado beso.
Las cortinas se movían gracias al viento que entraba suavemente por la ventana, dándole al lugar, una parsimonia total. Ayudándoles a sentirse aún más en calma.
Changmin acariciaba dulcemente todo el cuerpo del menor, ese que se veían aún más pálido y hermoso gracias a la luz de la luna. Mordía, besaba, y acariciaba todo con total calma, no quería ir deprisa, no quería que el momento terminara, no quería que ese encuentro llegara al final. Se sentía en el cielo, y no quería que esa sensación se fuera. Porque tener a Minho en sus brazos, era lo mejor para Changmin. Porque le quería, porque le amaba.
Suavemente fue bajando desde su cuello, hasta su pecho, acariciando con sus labios esos pequeños botones en el pecho del menor, bajando una vez que los había torturado lo suficiente, dejando besos por todo su torso a medida que bajaba, deteniéndose en su vientre, para llenarlo de besos. Porque quería hacerlo sentir especial, porque Minho era lo más especial que él tenía.
El menor sólo se dedicaba a soltar pequeños jadeos y suspiros, y el nombre del mayor entre esos gemidos que intentaba acallar con sus manos, pero le era imposible hacerlo del todo. Tener a Changmin se esa manera encima de él, era lo más maravilloso del mundo, porque le quería, porque no lo dejaría y porque para él, no había nadie más especial que Changmin.
Tocó la mejilla de Changmin, y este inmediatamente detuvo lo que hacía para verlo a los ojos y sonreírle de manera especial. Minho hizo que Changmin quedara debajo de él en un rápido movimiento, sentándose en las caderas del mayor, frotándose un poco con él.
-Es mi turno, hyung.- Dijo encima de los labios de Changmin, antes de besarlo de manera apasionante. Bajando luego por todo su cuello, mordiendo, lamiendo y besando cada lugar por el que pasaba, dejando luego un camino de besos hasta el ombligo del mayor, pasando sus manos por todo el torso, arañando y apretando un poco sus caderas.
Changmin tomó las manos que se encontraban fijas en sus caderas y las jaló un poco, haciendo que el rostro del menor quedara en frente del suyo, sonriendo de nueva cuenta, para luego robarle un pequeño beso, y haciendo que quedara debajo de él nuevamente. Para comenzar a dejar caricias por su torso y espalda.
-Se acabó tu turno, ahora me toca a mí otra vez.- Bajó nuevamente, llegando al miembro del menor, besando la punta, para luego meterlo todo en su boca, y comenzar un vaivén casi enloquecedor para el menor. Ese que intentaba acallar sus gemidos con sus manos.
-C-Changmin… ah…- Tapaba su rostro sonrojado con sus manos, moría de vergüenza cada que su hyung hacía eso. Pero a quién engañaba, le encantaba.
-Déjame escucharte…- Changmin medio hablo, y luego siguió con su trabajo, para luego darle tres dedos a Minho para que los lubricara.
El menor metió los tres dedos a su boca, lamiéndolos de una forma demasiado sensual a ojos de Changmin, quién soltó un jadeo al verlo. Retiró los dedos de la boca del menor, y los llevo a la entrada, aprovechando la distracción del menor para que no fuera tan doloroso. Metió el primero, escuchando un pequeño quejido de parte de Minho, a lo que dejó un certera caricia en su miembro para que se olvidara del dolor, haciéndolo gemir suavemente. Metió el segundo, luego el tercero, y cuando vio que la expresión de Minho se relajó, y sólo soltaba gemidos de placer, los sacó. Subió a los labios de Minho, y lo besó, de manera lenta, pero profunda, sonriendo al apartase de sus labios.
-Te amo.- Susurró en su oído antes de adentrarse en su interior, soltando un ronco gemido, que inundó toda la habitación.
-Ah… hyung. T-También te amo…- Aruñó la espalda de Changmin, al sentir una estocada más profunda.
Changmin arremetía contra Minho de manera casi salvaje, pero se notaba el amor en cada una de las caricias que le profesaba al menor. Dejando besos en sus labios, mejillas, parpados y frente. Haciendo sonreír al menor de manera boba.
Minho se veían hermoso a ojos de Changmin, tenía las mejillas rojas, todo el cabello pegado a su frente, y esa expresión de placer total. Lo hacía enloquecer ese niño que estaba en sus brazos justo ahora. Lo amaba, lo amaba demasiado. De eso estaba más que seguro. Nadie lo hacía sentir como él, y no quería dejarlo, jamás se apartaría de su lado.
Se fundían en ese acto, se amaban, se querían. Eran felices…
Una estocada más profunda hizo que Changmin tocara ese punto que los llevaba al cielo a los dos. Terminando Changmin dentro de Minho, y este entre sus vientres.
Changmin cayó sobre Minho, tratando de normalizar su respiración, acomodando el cabello de Minho detrás de sus orejas, en un acto que a Minho le pareció tierno. Sonriendo nuevamente, dejando un casto beso en esos labios que tanto amaba.
Salió suavemente del interior de Minho, para luego recostarse a su lado, para abrazarlo de forma posesiva. Tomó sus mejillas entre sus manos, y lo besó.
-Eres sólo mío, espero que sepas eso.- Dijo luego de separarse de sus labios. Minho sonrió, dejando escapar una pequeña lágrima, esa que Changmin se encargó de limpiar con un beso.
-Te amo, Changmin.- Sonrió.- No despertaré de éste sueño.
-También te amo, Minho.- Lo besó.- Siempre será así, lo prometo.