La casa de Reita estaba oscura, solo era iluminada por la enorme pantalla de plasma y los destellos de las explosiones dentro de la misma. En el
—Yo sé que no es lo que esperabas de mí…pero es lo que hay—Dijo un rubio artifical de mechones rojos mirando atento al castaño que según su expresión no se podía decidir entre querer matarlo o solo molerlo a golpes.
— ¿Es en serio?... ¿tres meses en clase de alfarería y esto es lo mejor que puedes hacer?—Dijo apuntando a una masa endurecida y barnizada sobre la mesa, entre los dos.
El rubio soltó una risa burlona y levantando los hombros como diciendo ¿Y a mí qué? Sorbió del café que llevaba en la mano derecha.
Vestía una chamarra de cuero rojo con una gorra negra, pantalones de mezclilla deslavada y rota, por el uso, no porque los haya comprado así.
— ¿Sabes qué? Olvídalo, voy al baño—Dijo levantándose para caminar hasta un pasillo casi sin luz.
— ¿Po que se ha enojado ahora?—Dijo kai sentándose frente a rubio.
—No lo sé—dijo tomando la masa barnizada de la mesa—A veces pienso que todos ustedes son como niños.
El pelinegro sonrió y le dio un golpecillo en el brazo.
—Souta a nosotros no nos metas en tus embrollos con Uru—Decía mientras veía como el rubio volteaba la masa dura y le quitaba un tapón de goma que tenía en la parte del asiento. —Míralos nada más, Reita 27 años, Aoi 29 —Dijo señalando a los nombrados sentados en el sofá, sentados de todas las maneras menos como se debía, insultándose el uno al otro mientras sin parpadear sus dedos sacaban humo por la forma en que se movían sobre los mandos de la consola. A todo lo anterior al moreno le saco una sonrisa.
— ¿Dónde está Uruha? —Preguntó Ruki acercándose con un par de vasos en las manos—Como sea, aquí les dejo su refresco, no se lo vayan a tomar—dijo dejando uno de los vasos sobre la mesa, yendo, casi inmediatamente al sofá con los otros dos.
—Tienen 15 años todos—Dijo agitando la masa en el aire ante la vista curiosa del pelinegro—Uruha esperaba que yo hiciera la reproducción de alguna de las siete maravillas modernas del mundo solo por ir tres meses a una clase donde estoy más inconsciente que político en congreso—De la masa salió un colgante—Uru cree que me olvidé de su cumpleaños ¿Soy un novio tan ruin?—Le preguntó dejando el colgante en la palma de la mano de kai.
—Es una guitarra—Dijo emocionado, siempre con una sonrisa—Es hermosa, la cadena también es linda awww…—dijo admirando la pieza de oro con brillantes— ¿Dónde la compraste?¿Cuánto te costó?
—Tengo un amigo que es maestro joyero, tiene su propia marca, y me costó mi sueldo de este año y la mitad del que viene.
— ¿Por qué no se lo diste antes de que se enfadara? Sabes que con Uruha las cosas son directas, al chile y como van— Dijo moviendo la guitarrita en el aire para ver como destellaban las piedras.
—Porque es algo simbólico, soy yo, un corazón de oro con cuerpo de mierda, además quien dijo que fue fácil, me quemé cuando traté de sacarlo del horno, está pintado, ¿o qué? ¿Creen que ese es el verdadero color del barro? Es carmín 785, ocre 7 y verde caca de perro 402 y ese último fue el más difícil de conseguir.
Una risa ahogada.
El castaño regresaba y tras miradas cómplices de ambos, el batero se levantó cediendo el lugar a Uruha que aun parecía bastante enojado.
***
¿Por qué Uruha siempre bebe tanto?¿Por qué todos beben tanto?—Dijo el rubio, esta vez de sudadera purpura, arrojando a Ruki como si fuera un costal al interior de la camioneta negra de kai, quien era el único sobrio y el único que podía escuchar sus quejas.
El moreno se empezó a reir.
—Si ru-chan amanece con algo en la cara te culpare inmediatamente.
—Eso se soluciona con cremas y maquillajes kai..mmm ya que están dormidos y seguros dentro de tu camioneta, ¿No quieres pasear?
—Son las 3 de la mañana.
— ¿Y? Las calles no están cerradas—Dijo señalando la calle con su mano todavía en el interior de la sudadera.
—mmm…está bien, pero vamos pronto —Dijo poniéndole alarma a la camioneta—Ojala y no se despierten.
***
— ¿No sabía que tu casa quedaba tan cerca del gimnasio?—Dijo el rubio secándose el sudor con una toalla mientras veía a kai levantando pesas.
—Compre la casa solo por eso, no me gusta tener aparatos y mínimo veo la calle de vez en cuando y Uruha ¿no venían ustedes dos juntos?
—Venimos…pero tiene resaca, es duro, no digo que este mal, de hecho si lo está, pero yo también soy un bebedor fuerte y no tengo el valor moral para decir nada, pero no me gusta que él lo haga tan seguido, nos quita muchos momentos de compartir.
—Pero así tienes espacio para otras cosas, él no te satura, tienes tu independencia, no te exige nada. —El moreno se levantó pidiéndole una mano para levantarse.
—Me gustaría que lo hiciera.
***
—Mira que lluvia más linda—kai observaba maravillado el agua caer cubriéndose con una paraguas transparente, a su lado, un chico de paraguas verde, chamarra naranja. El día nublado, no por eso gris.
—¡¡Juguemos!!
Los paraguas cayeron al suelo y el agua los empapó hasta donde no da el sol.
Los saltos, los gritos, las risas, la caída, el abrazo, las sonrisas, las miradas.
***
—Están completamente dormidos—Dijo tomándole el pulso a Aoi, como si temiera que el alcohol lo hubiera matado.
—Ya que soy el único en pie me voy a casa, me llevo a ruki, su casa me queda de paso pero con los otros dos…
—Dejalos aquí, no es la primera vez que se quedan dormidos.
—Gracias, bueno me voy.
El moreno atravesó la puerta y le rubio pronto le detuvo.
—Se te olvido el teléfono.
—Ahh gracias…—Dijo kai tomándolo entre las manos.
***
“buenos días”
***
“que duermas bien”
***
—Esa chamarra me gusta para Reita—Dijo el rubio mientras curioseaba entre la ropa
—Eres un fan de la ropa de invierno.
—Es que siempre me da frió…mi piel es fría, por eso me gusta estar cerca de ti, tu siempre estas calientito, por el contrario Uruha solo está caliente cuando tenemos sexo, sus piernas son muy frías por las noches. —Admitió sonriendo.
—Me gusta más esta chamarra, va con su color de piel—Dijo sonrojado mostrando una verde botella.
—El color esta genial, kai, tu si sabes de ropa…olvídalo, esta me gusta para mí, llevémosle la negra.
***
“El viernes en el cine a las ocho, una película increíble, te lo aseguro”
***
—Nuevamente con resaca—Preguntó Kai mientras prendió la caminadora a un lado de la escaladora donde Souta se ejercitaba.
—Dejó el baño…espero se levante pronto, eso no lo voy a limpiar yo.
***
“Tengo ganas de comer algo salado”
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— ¿Y Uruha?—Preguntó Takano al ver a tres de los cinco gazettos salir de la compañía.
—El imbécil de Reita y tu novio no terminaron sus partes, kai los ha regañado y se quedaran hasta tarde—Dijo Ruki señalando a Kai mientras subía a su auto deportivo color plata —Me voy, koron no ha comido hoy.
—No le insistas en que los deje salir, está un poco enojado—Dijo el pelinegro quitándole la alarma a su camioneta y entrando en ella para hacerla arrancar.
El rubio se quedó recargado en uno de los autos restantes mirando como kai, con su rostro más serio que el de costumbre se acercaba con los brazos cruzados.
—Siento si te arruine tu viernes por la noche, pero me molesta que no tomen las fechas que les doy en serio.
—No te culpo, Uru es un poquitín desconsiderado. —Dijo sonriéndole—Ya que has castigado a mi cita ¿Quieres ir cenar?
—Comida tailandesa.
—La que tú quieras, pero tu tendrás que llevarme, se supone me iría en el auto de Uru.
—No hay problema—Dijo subiendo su Jeep—Sube, te llevo a tu casa.
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“Hay una exhibición mía en la galería del centro, ven a verla (y compra algo XD)”
***
—¿Por qué eres tan malo con la cerámica y eres tan buen pintor?
—No lo sé, se me da la pintura.
***
—Me gustas—Dijo después de besarlo. El rubio miró al cielo, y detuvo sus ojos en la luna—Tengo a Uruha pero me gustas ¿Qué puedo hacer Kai?
El moreno se quedó sin palabras, intentando encontrar en la luna las palabras para negarse pero lo único que encontró fue un—También me gustas, pero esta Uruha y…
***
“buenos días”
***
“que duermas bien”
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—Aki-chan, ¿no sientes que Souta está un poco distante conmigo?—Dijo el guitarrista mientras afinaba su guitarra.
—No eres tú el que esta distante con Takano, digo, siempre he pensado que las relaciones deben ser reciprocas pero tú eres muy egoísta a veces— Dijo ofreciéndole un vaso con soda.
—Eso ya lo sé, he intentado ser más dulce, pero Souta…
***
—Esto está mal. —Dijo gimiendo en medio del beso. Los otros cuatro chicos dormían completamente ebrios en los sillones. —Souta, estamos en casa de ruki detente…
—Yuta…ya no puedo…no puedo más con esto…
***
—Aki-chan…—Fue único que escuchó antes de que el castaño se arrojara a sus brazos para llorar.
—Uru ¿Qué tienes? Me estas asustando…
—Aki-chan…creo que Souta me está engañando
***
—kai ya apúrate, la película ya empezó—Gritó uru desde el marco de la puerta, kai se había metido a bañar y justo en ese momento la regadera se cerró, Uru se quedó esperando ahí, solo para molestarlo un poco más cuando el moreno saliera.
El cuarto de kai era simple, como el resto de la casa, nada ostentoso. Su vista se detuvo en una prenda del bote de la ropa sucia y se acercó para examinarla. En ese momento kai estaba saliendo de la ducha.
— ¿Qué haces?
Le preguntó a sus espaldas
— ¿Y esta camiseta?
—Es mía, es igual a una de Souta ¿cierto? Me di cuenta después de comprarla, la uso de pijama, luego salimos todos juntos y que tal si la llevamos un día igual, seria horrible, como cuando Ruki llevaba la misma camisa azul que Reita —Hizo mueca de asco—Anda, vete que me tengo que vestir.
—Bueno pero apúrate…
***
Los seis. Gazettos y Souta iban en el vagón de un tren, del modo tradicional, abrigados hasta las cejas, se dirigían a un spa en la cima de una montaña, unas vacaciones de dos semanas. Aoi llevaba audífonos puestos, Ruki, sentado a su lado recargaba su cabeza en el hombro del mayor, Souta y Uruha iban un asiento delante de Reita y Kai.
Kai llevaba varios minutos riéndose de algo que veía en su celular llamando la atención de su compañero de asiento, se levantó y dejo su celular.Reita por más curiosidad que por chisme (Claro, curiosidad) tomó el teléfono.
Contraseña…
Fácil, él se la aprendía ¿Por qué ponerle a un teléfono contraseña si se la das a todos tus amigos para cuando te lo piden prestado?
Lo que apareció en pantalla fue la galería de imágenes, eran fotos de un parque, de unas flores, de…él y de Souta, sonrisas, besos, de paseos por la playa, de paseos por las calles de noche.
Kai regresaba y volvió a bloquear el teléfono, pero aun asi kai ya lo había visto
— ¿Qué hacías con mi teléfono?—Le preguntó serio, pero no enojado.
—Mi teléfono no tiene señal, pensé que el tuyo si tenía pero tampoco. Quería mandarle un mensaje a mi mamá.
—ya veo…
—El mío si tiene— se ofreció su castaño amigo desde el asiento de adelante estirando su brazo con el aparato en la mano.
—Gracias Uru. —Dijo aceptando el teléfono y poniéndose a teclear rápidamente.
***
Ya en el hotel, todos se fueron a sus habitaciones menos Uruha y Reita, a petición del rubio se quedaron en la recepción tomando un café.
— ¿Qué es lo que querías contarme?
—Uru…es que…yo no sé como decirte…