La misión era bastante simple, hacer un recorrido por los alrededores y asegurarse que todo estaba bien, sin embargo los alrededores de Konoha eran bastante amplios y como dijo la Hokage, tomaría máximo, un mes entero.
"Si te vas... ¡Se acabo!"
No pudo evitar recordar su ultima conversación con el azabache, su ultima pelea, mas bien. No estaba seguro de que esa amenaza fuera real, no podía serlo, después de todo...
-Hyuga-sama, las posiciones están listas. Todos están en su lugar.- el ambu apareció silenciosamente detrás del castaño interrumpiendo sus pensamientos.
-Que empiezan a registrar la zona, no quiero ni un solo sitio sin revisar.- el ambu asintió y desapareció rápidamente para avisar la orden.
Al sentirse solo, el castaño suspiro. Decidió registrar en los alrededores, sin embargo no podía dejar de pensar en el morocho. No podía imaginarse sin el, a pesar de todo el...
Un movimiento extraño llamo su atención, poso su vista en un extraño agujero en el suelo, justo al pie de un frondoso árbol. Se acerco lo suficiente para escuchar un extraño sonido proveniente del hoyo.
-¿Eso es un conejo?
Para sorpresa del castaño un pequeño conejo blanco salió del agujero. Al principio pensó que debía ser su madriguera pero luego recordó que no había conejos cerca de Konoha. Se acerco con sigilo al animal, lo primero que hizo fue observar el agujero. Parecía ser muy profundo, se alejo rápidamente, lo ultimo que quería era terminar en un mundo extraño con animales que visten raro y plantas hablantes. Río en silencio de su propio chiste negando con la cabeza. Busco al conejo pensando que ya debería haber escapado, vaya sorpresa que se llevo al encontrarlo a sus pies, observándole fijamente.
- Solo falta que digas " llegaremos tarde" o algo por el estilo...- hizo el amago de tomar al conejo en manos pero este se alejo de un brinco.- no voy a ponerme a perseguir conejos...
Sin embargo el animal aun no se iba, seguía ahí a los pies del castaño como si nada hubiera sucedido. Neji suspiro y se agacho a la altura del conejo blanco que para su sorpresa no se movió.
-¿Que es lo que quieres? - pensó que era una mala jugada de su subconsciente pero escucho claramente un "sígueme".
De la nada el conejo empezó a andar, pensó seriamente en dejarlo ir pero al final lo siguió. Decidió que si algún ambu lo veía andar por ahí diría que estaba revisando... Si exactamente. De vez en cuando el pequeño conejo paraba y veía detrás de si, como asegurandose de que el castaño lo estuviera siguiendo, pronto se alejaron mas de lo que el Hyuga creyó.
-Esto es irreal, ¿Porque un conejo me traería a un sitio como este? Pff ¿Porque un conejo me llevaría a cualquier lado?- el castaño empezó a batallar consigo mismo en su mente, mientras observaba al conejo doblar a la derecha. Cuando creyó alcanzarlo este ya no estaba.-¿Que rayos...?
-Ya están todos aquí.- al escuchar la voz extraña el castaño se escondió mejor en aquel sitio y presto atención.
-Señor, ¿Para que nos ha mandado a llamar?- hablo un chico rubio al cual solo se le podía ver un ojo.
-Bien, les vengo a dar la noticia.- el hombre era alto, tenia cabellos negros y su semblante era muy serio. "como un Uchiha" pensó el Hyuga.- he planeado muy bien la destrucción de esta asquerosa aldea, escuchen con atención. Este libro es la solución.
-Con todo respeto Señor, no creo que en un libro vengan los pasos para la destrucción de una aldea...- ese era Itachi Uchiha, Neji pudo reconocerlo, se parecía demasiado a Sasuke.
-Te equivocas Itachi, eso es exactamente lo que hay aquí, tanto tu, Pain y Konan, me han ayudado a robarlo. No ha sido difícil...
-Señor, expliquese por favor.- el Hyuga reconoció a un pelirrojo hablando.
-Konoha no es otra cosa mas que la aldea que guarda la mayoría de los "Cuentos de Hadas" .- el ojiperla alzo una ceja, ese hombre estaba loco.
-Espere... ¿Que?.- un hombre azul, muy parecido a un pez tuvo la misma reacción que el.
-No me creen ahora pero es cierto, no se imaginan quienes protagonizan los cuentos mas importantes...- el hombre sonrió de manera perversa, la mayoría no estaba segura del estado mental de su líder.
-Lo que dice es cierto, hemos revisado el libro y no hay duda.- un chico alto con piersings en toda la cara hablo a favor del hombre. Todos lo miraron con asombro y algo de duda.
-Bueno, ya que henos aclarado las cosas, hay una forma efectiva para deshacernos de todos y cada uno de esos ninjas de Konoha.- empezó a hojear el libro y de repente paro en una pagina.- Sin embargo eso seria mucho trabajo, sin contar que se terminarían dando cuenta si lo hacemos uno por uno.- les sonrió a todos los presentes y los observo uno a uno.
-Pienso que son suficientes vueltas, Madara.- la única chica del grupo se refirió a el, el ojiperla casi se sale de control al escuchar ese nombre, ¿Es que acaso el era...?
El hombre le hizo caso a la pelimorada y se dispuso a explicar el plan.
-La manera mas fácil de acabar con todos esos estorbos, es comenzar por destruir el primer cuento de hadas.- para sorpresa de todos los presentes, el Uchiha toco con la punta de los dedos aquella pagina del libro, su mano fue absorbida completamente por el escrito y aun con un poco de dificultad pudo sacarla, pero algo mas salió del libro, una manzana.- Blanca Nieves, o como se llama ahora. Uchiha Sasuke.
Al ver aquello a Neji no le quedo duda alguna de que fuera cierto, tenia que alertar a todos en la aldea, tenia que alertar a Sasuke.
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-Creo que lo mejor seria separarnos.- declaro la pelirosa al pequeño grupo.
-¡Es una buena idea dattebayo! Este gato gordo y yo nos vamos por ahí...
-¡Al medio día regresamos aquí!¡Naruto!
-Si si si.- el rubio bostezo, aun era muy temprano para el, miro el gato que trataba inútilmente soltaras de su agarre.- lo siento dattebayo pero si te pierdo, Sakura-chan me mata, luego el teme me revive y vuelve a matarme, ¡No me gustaría morir dos veces dattebayo!
Naruto se dispuso a seguir con su recorrido, saludando de aquí a allá a todas las personas que conocía. Miraba, debes en cuando, al gato que parecía de lo mas aburrido. De la nada paro de caminar, esta vez fue el gato el que lo miro dudoso.
-¿Que tal si pasamos a Ichiharu? - la sonrisa boba en la cara de Naruto daba a entender que no había desayunado. Y como el gato no iba a decir nada se encamino a todo lo que da.
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-Entonces, no creo que ir de casa en casa buscando cuentos y advirtiéndoles sea la mejor manera de ayudarlos.- hablo la pelirosa.- tu has dicho que empezaran con Blanca Nieves, seria mejor regresar con Sasuke y decirle que...- hasta ese entonces Sakura se dio cuenta de que estaba siendo ignorada. Miro al mago molesta, pero el de ojos amatistas estaba ocupado mirando a Ino con ojos de perrito a medio morir.- no me digas que ella también...
-¡Aurora!- y gritando ese nombre, el castaño corrió tras la rubia, tacleandola al instante. Sakura corrió directo a ellos pero no logro evitar que al pobre mago le dieran una paliza.
-¿¡Que te pasa degenerado!?- grito la rubia dándole una ultima patada.
-Que gusto poder volver a apreciar tu belleza Aurora...
-¿Como me llamaste?
-¡Ino! No lo golpees mas por favor.- la pelirosa se interpuso entre el mago y la nueva patada que iba destinada a el.
-¿Sakura?¿Lo conoces?
-Ah...si, lamento mucho lo que hizo. Es demasiado hiperactivo...Oye tu ¿No se supone que Merlin es un viejo?
-Eso es lo que todos creen...- dijo aun con dificultad, poniéndose de pie.- pero... ¡Mírame! Joven y guapo.
- Sakura, ¿Que rayos esta pasando?
-Es una larga historia amiga, mejor vamos a comer algo, juro que te explico todo.- y con un asentimiento por parte de la ojiazul se fueron, aun dejando extrañados a los espectadores.
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-¡Mira dattebayo! ¡Este es el grandioso Ichiharu! Seguro que el teme nunca te ha traído, es un amargado al que no le gusta el ramen.
El gato solo observaba al rubio sin ganas, cuando entraron al establecimiento miro a todos expectante, su mirada se poso en una chica en especial. Comenzó a sacarse del agarre del rubio, pero este lo tenia bien sujeto. Utilizo su ultimo recurso.
-¡Ahhh! ¿¡Porque me muerdes dattebayo!? - el Usumaki comenzó a perseguir al gato como si su vida dependiera de ello, bueno, es que era así. Se detuvo enseguida cuando vio a alguien tomarlo en brazos.
-Hi-Hinata-chan.- el rubio se quedo de piedra al ver a la peliazul acariciar al felino.
-Ho-hola Na-naruto-kun...- la ojiperla llevaba un leve carmín en las mejillas.- Veo que vienes a desayunar por aquí también, ¿Qui-quieres que te a-acompa-pañe?- no hace falta aclarar que la peliazul tenia ya toda la cara roja, parecía un tomate maduro.
-¡Claro dattebayo! ¡Yo invito! ¡Vamos!
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-¿En donde estará Felipe? Debe andar cerca , estoy seguro...
-¿Estas segura de que no es un loco?
-Estoy segura, además también estoy segura de que a ti no te molesta para nada ser una princesa.
-Por supuesto que no, que bien me conoces - la chica rubia acomodo su cabello hacia atrás.
-Puede que parezcas presuntuosa, pero darías todo por tus seres queridos...- el joven mago miraba a Ino como si de una reina se tratase, vaya ironía.
Terminaron llegando a Ichuharu, que grata sorpresa se llevaron al encontrar a Naruto comiendo tranquilamente. ¿Donde estaba el gato? Desde donde estaban solo podían ver a Naruto, seguro que dejo de lado la búsqueda el muy tonto, pensó la pelirosa. Se acerco furiosa y lista para darle su merecido, pero cuando llego junto al rubio pudo ver a Hinata sentada frente a el.
-¡Hinata!
-Ho-hola Sakura ¿Como estas?
-Bien eh... ¿Que hacen aquí?- detrás de Sakura se pararon los otros dos, uno de ellos mirando con entusiasmo a la Hyuga.
-Me encontré a Hinata-chan mientras buscaba, ¡Y decidimos tomar el desayuno dattebayo!
-No puede ser...¡No puedo creerlo!- todos miraron espectadores al castaño.- ¡Mi sueño dorado se a cumplido! ¡Cenicienta al fin te encuentro!- el mago se abrazo como pudo a la pálida muchacha, que ahora parecía un foquito de navidad. Naruto trago grueso.
-Espera ¿¡Quien!?
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Corrió al punto de encuentro, debían regresar a la aldea lo mas rápido posible. Necesitaba llegar ya, antes de que fuera demasiado tarde. Su vista se desvío un segundo y diviso al conejo de minutos antes saltar por el agujero sin fondo, no había tiempo para eso, pensó aun así, la ironía en su cabeza no se hizo esperar. ¿Quien era ahora el que llegaba tarde?