-Así es.- aclaro Merlín con aire de suficiencia.- El capitán no es más que una víctima, con todo aquello que le sucedió
-Yo también me amargaría si un cocodrilo se almuerza mi mano...- comento el rubio mientras jugaba con el gato. El mago lo miro con molestia. Volteo hacia Sakura en busca de apoyo pero esta se encogió de hombros.
-Yo solo sé que quería matar a Peter Pan sin sentido alguno.
-Par de ingenuos, ¡Peter Pan es un mito! ¡Una inversión más de Regina para que todos culparan al pobre Hook!
-¿¡Estás diciendo que no existe Nunca Jamás!?
-¡Por supuesto que existe! Pero es casi imposible llegar, no es como caer de un agujero o algo por el estilo.- dijo lo último mirando molesto al gato en manos de Naruto.
-Pero, el Capitán Garfio siempre fue un pirata y los piratas por naturaleza son malos.- contraataco la pelirosa.
-Bueno, no es que fuera el alma más pura sobre la tierra. ¡Me río de solo pensarlo! Pero mis amigos, si queremos ganar esta batalla sin necesidad de una guerra, debemos encontrarlo.
-¿Que tan difícil puede ser encontrar a un hombre con garfio?- comento Naruto.
-No creo que haya nacido sin mano, eso sería problemático.- el comentario del Nara los dejo sorprendidos.
-¿No deberías estar besando a Ino ahora?
-Le vendrá bien una siesta, ella suele molestar bastante.-nadie contradijo su comentario.
-¿Y cómo llegamos a nunca jamás? -comento Hinata uniéndose a la conversación.
-Girando en la segunda estrella a la derecha, volando hacia el amanecer, siguiendo la senda de los mapas secretos que se desdibuja de la memoria sin tiempo.-todos miraron en dirección a la pequeña Hanabi, quien había recitado aquellas palabras de memoria.-lo leí en el libro. - dijo con simpleza.
-¡Debemos buscarlo y encontrarlo antes que los otros!
- ¿Qué pasa si lo encuentran primero?
-Veras... Garfio es un pirata, se dedica a recolectar tesoros. Si le ofrecen algo...
-pero... ¿Que podríamos ofrecerle nosotros? - comento Ten-ten, que había dejado su lectura de lado.
- ¡si tuviera mi libro podría averiguar qué es lo que quiere!
- yo sigo sin entender para que lo necesitamos...- ahora hablo Kiba haciéndose notar en el grupo.- todos miraron a Merlín ya que la misma duda los asaltaba.
-Garfio no colecciona cualquier tipo de tesoro queridos amigos, y en su poder ha de tener la lámpara mágica.- la inquietud se asomó en la cara de cada uno.- aquella que resguarda al genio.
.-.-.-.-.-.
-¿El capitán Garfio?
-Seep
-¿Pero el no es un villano?
-Seeep.-Neji solo goleo su frente por la inutilidad de aquella platica.
-¿Entonces porque nos ayudaría?.- el sombrerero solo se encogió de hombros.
-Él tiene algo que nosotros necesitamos.- lo dicho aun dejo dudas en Itachi, quien era el que mantenía la conversación con él. El pelirrojo jalo la manga de "la liebre" y este mostró un boceto de aquello a lo que se refería.- ¿has escuchado hablar del genio de la lámpara?
El dibujo que mostraba Sai era claro, la lámpara que Aladín había sacado de la cueva de las maravillas. Neji no perdió tiempo y consulto el libro. Aquello era verdad, el genio de la lámpara les consejería tres deseos. Sin embargo el castaño no era ingenuo, decidió investigar también sobre el tal capitán y lo que encontró no le gustó nada.
-Dudo mucho que nos la de así de simple.
-¿A qué te refieres hun?- pregunto el único rubio del grupo.
-Aquí dice que después de que... ¿Wendy? Lo abandono para regrese al mundo real se ha vuelto ruin y solo acepta trueques. Debemos darle algo a cambio de la lámpara o tratar de robarla.
-No no no no no, robarla sería un problema. No no no, no podemos robarla.- hablo por primera vez Sai, quien al decir esto mostró un dibujo de la desastrosa escena que vivirían si algo no salía bien.
El cuaderno claramente mostraba la borda de un barco y a quien parecía ser Neji caminando por la tabla. Cabe aclarar que abajo en el agua un cocodrilo mantenía sus fauces abiertas en espera de su alimento.
Todos tragaron grueso.
-No tiene caso hun, no tenemos nada que ofrecerle hun.- después de aquellas palabras todos se pusieron a pensar. ¿Que podría interesarle a un pirata busca tesoros? Suspiraron cansados al no encontrar respuesta y cada uno siguió divagando el cómo lograr impedir semejante batalla.
Neji miro el libro en sus manos ¿De que servía tenerlo si eso no los iba a ayudar en absolutamente nada?
-¡Estúpido libro! ¡Porque no puedo encontrar lo que necesito!
Estaba harto de buscar y no encontrar. Molesto, cerro el libro con brusquedad. Pero con la misma intensidad el libro volvió a abrirse, lo miro con los ojos como platos y miro al rededor suyo para encontrarse con que nadie lo había notado. Miro las páginas con detenimiento y leyó en voz alta lo encontrado para que todos escucharan.
-Wendy Darling fue la primera mujer en pisar Neverland o más bien conocido como el País de Nunca Jamás. Con tan solo 12 años se convirtió en lo más parecido a una madre para todos los niños que allí habitaban. Sin embargo su estadía fue corta, ya que llenándola de engaños el Capitán del Jolly Roger de aquel país la convenció de regresar con sus verdaderos padres. Tiempo después ella vuelve y es casi desconocida por todos pues en el tiempo real habían pasado casi diez años. Es secuestrada por el pirata por considerar su don para contar cuentos un tesoro. Encerrada por lo que ella creía para siempre decide conformarse y comienza a crear amistades en aquel barco de piratas. Conociendo los nombres de cada uno y llegando a ablandar el corazón de su capitán. Uno de esos días ella decidió hacer las cosas que los piratas y cae por la borda. Es casi devorada por el gran cocodrilo que habitaba en los mares pero es salvada por el Capitán que perdió su mano en el proceso. Desde entonces es conocido como el Capitán Garfio, pues con aquello sustituye su mano. Wendy ante tal tragedia decide que no es más que un estorbo y con ayuda de los piratas decide escapar de Nunca Jamás, con el paso de los años envejece y finalmente fallece. Es desde entonces que Garfio no ha vuelto a aparecer frente a los ojos de los demás, unos dicen que se perdió en alta mar al perder el rumbo, otros a base de locas ideas dicen que fue en busca de Wendy y que nunca pudo encontrarla.- el silencio se estableció en la habitación.
-Me gusta más la versión de Peter Pan.-comento el pelirrojo.
-Peter Pan no existe.- contesto la liebre.
-¿Y qué?
-Peter Pan no existe.- el peli negro mostró un dibujo que tachaba con una gran X la cara de un niño con gorra.
Mientras todos se distraían escuchando la plática el castaño, debatiendo consigo mismo, hablo con el libro.
-Muéstramelo, sé que puedes hacerlo.- para su alegría las páginas empezaron a cambiarse solas, como si fuera el viento el que las moviera y de repente se detuvieron.
Lo que el ojiperla observo lo dejo perplejo. Aquella imagen se movía. Podía ver a una muchacha muy joven y aunque estaba de espaldas sabía que era hermosa. Al parecer esperaba a alguien pues por los movimientos de su cuerpo se deducía que miraba a todos lados después de un tiento determinado. Miro el largo cabello negro como la noche que caía a su espalda y no pudo evitar pensar en cierto azabache. Su boca lo traiciono.
-Sasuke...- dijo en un susurro. Se sorprendió a si mismo pensando en el Uchiha, pero se sorprendió aún más al ver como la mujer en el libro reaccionaba a ese nombre volteando.
No podía creer lo que veía, aquella chica era idéntica a Sasuke, con la única diferencia de que a leguas se notaba que era una mujer, los rasgos finos la delataban. Al borde de la hoja comenzaron a escribirse unas letras.
-Blanca Nieves...- leyó y un poco sonrojado noto la insistente mirada de la chica. Cuando la miro a los ojos ella le sonrió.- ¿Tu eres Blanca Nieves?- la chica solo le sonrió y miro hacia abajo.
"Si" -se leyó al borde del libro.
-Pero yo creí que tú eras Sasuke.-
"Si" volvió a leerse.
-¿Sabes que está haciendo? - la chica inclino su cabeza a la derecha, junto sus palmas y las pego a su mejilla. - Ya veo.- miro hacia el frente, al parecer los chicos debatían otra idea para detener la destrucción de los cuentos.- ¿Sabes dónde está el Capitán Garfio?
"Regreso a Nunca Jamás"
-¿Entonces si fue a buscar a Wendy?- Nieves solo asintió con la cabeza.- No la encontró.
"No todos los cuentos tienen un final feliz"
-¿Tu cuento tiene final feliz?
"Eso solo tú lo sabes"
-No entiendo.- discutió el castaño e iba a continuar pero una idea cruzo su mente.- tú me mostraste la historia de Garfio, ¿No es así? Entonces debes saber cómo resolver este problema ¿Cómo podemos salvar a los cuentos?
"Solo hace falta un final feliz"
El Hyuga estaba a punto de reclamar tal respuesta cuando repentinamente las hojas comenzaron a cambiar. Lo hicieron una por una para que el castaño pudiera verlas detenidamente. En la primera hoja apareció otra imagen. Una mujer rubia recostada en una cama, un hombre, al parecer un príncipe inclinándose a besarla. Después de aquel beso la durmiente despertó y se sonrieron con complicidad.
La página cambio mostrando a un extraño ser tendido en el piso y a una muchacha castaña que tenebrosamente se parecía a Ten-ten. La criatura comenzó con una metamorfosis que lo llevo a convertirse en humano. Ambos. Se besaron llenos de felicidad.
Una zapatilla fue lo primero que vio en la siguiente imagen. A una chica le estaban probando la zapatilla. Como un zoom la imagen paso rápidamente y se vio el entorno de una iglesia y a la misma chica con un vestido de boda besando al que parecía ser el novio.
-Vale, lo he comprendido.- se dispuso a cerrar el libro pero le fue imposible. La siguiente página cambio y lo que mostró lo dejo helado. Aquella era la casa del Uchiha menor, no, de hecho esa era su habitación y en la cara podía ver claramente el cuerpo tendido del azabache. Lo único que apenas se movía era su pecho en un ligero respirar. Nunca lo había visto tan tranquilo antes y eso le preocupo. Espero para ver que sucedía pero nadie entraba y despertaba al azabache.
"Ese final feliz que esperas aún no ha pasado" leyó. La página se puso en blanco y se vieron unas palabras más. Se puso de pie y cerró el libro con fuerza llamando la atención de los otros.
-Me voy.- dicto y salió detrás de sus palabras. Los demás miraron anonadados su partida sin intenciones de seguirlo. Para sorpresa de todos y aunque a paso desganado, Juugo lo siguió.
-¿Ese que se cree...?- comento Suigetsu.
-No lo sé...- comenzó hablando el sombrerero.- pero creo que sabe lo que hace. Después de todo, es El Príncipe Encantador.-
A unos cuantos pasos de la salida de la aldea el castaño pudo sentir la presencia de las otras detrás de él. Pensó que era un idiota por haberse dejado llevar por las dudas y la indecisión. Sin embargo ahora tenía claro lo que haría, no se detendría hasta llegar a Konoha.
"El aun te esta esperando, Encantador"