Las gotas de sudor estaban bajando por su frente por el continuo movimiento de su cuerpo al ritmo de la melodía mientras sus caderas se balanceaban de derecha a izquierda, sorprendiendo al publico cuando sus pies se acomodaban para embestir el aire de adelante hacia atrás. La camisa oscura del cantante estaba abierta hasta su ombligo dando un amplio vistazo de su abdomen el mismo que estaba perlándose de sudor al igual que el resto de su cuerpo. Sus piernas se entallaban en un pantalón de cuero ajustado, terminando en botas del mismo material dándole una agilidad poco imaginable.
Sus ojos azules miraban a la poca audiencia y coqueteaban directamente con la cámara mientras su boca entonaba y modulaba las silabas de una canción por más conocida, enloqueciendo a mujeres y hombres por igual, impidiéndoles que desviaran sus ojos del escenario. No importaba si llevaba varios minutos u horas allí, la pasión y la entrega con la que Sakuma Ryuichi envolvía a su publico parecía subir como espuma y apenas la ultima estrofa fue coreada los gritos de sus fans le impidieron al conductor de Music Tokyo dar por finalizado el repertorio de canciones.
Tohma y Noriko que estaba a su lado sonrieron, acostumbrados ya a que sus presentaciones en vivo se alargaran por varios minutos mas de lo acordado obligándolos a deleitar a sus fans con mas canciones. Ryuichi era el que parecía más complacido con eso y el que siempre accedía primero de los tres a los pedidos, preguntando en voz alta que canción seguiría. Pero incluso para él era bastante obvio que una hora de música en vivo sobrepasaba el límite de lo que estaba estipulado y era de alguna forma grosero si habían algunas bandas mas invitadas.
En cuanto el nerviosismo de conductor y del mismo director comenzó aumentar, Ryuchi se acercó a él, dejando una mano en su hombro mientras se dirigía a su público.
-Agradezco muchísimo su apoyo pero hay un montón de buenas bandas allá atrás quieren compartir sus canciones con ustedes- El cantante hizo un ademan con su mano, calmando al publico que no parecía del todo contento-Lo se, por eso tocaremos la ultima canción y entonces, ¿Todos felices no?-El publico rugió de gusto y parecieron mucho mas de los que realmente eran. El castaño sonrió y le devolvió el micrófono al conductor antes de tomar nuevamente el suyo, quedándose entre sus compañeros de banda, haciéndoles una seña para indicar la siguiente melodía, la que comenzó con el sintetizador a su derecha.
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Media hora después Ryuichi se secaba el rostro y cuello con una toalla. Tohma le sonreía desde la mesa del camerino mientras Noriko hablaba por teléfono con su marido, riéndose de vez en cuando. Eran la misma banda de años anteriores y pese a que cada uno tenía sus propios proyectos, Nittle Grasper significaba mucho más que un grupo de música. Era como una familia, un balsámico momento de paz interior.
-Hemos pensado en ir a tomar una copa luego de que terminaras –El rubio saco su móvil y verifico la hora, levantándose en cuanto Noriko termino su llamada. Ambos parecían deseosos de conversar un momento pero el cantante denegó, dejando la toalla sobre la silla que estaba preparada para el, mirándolos con una sonrisa tranquila pero decidida.
-Hay algo que Ryu-chan y Kumagoro deben hacer hoy por la noche- La sonrisa siempre cálida e infantil tomo un tinte maduro y adulto que ninguno de los otros dos integrantes pasó por alto. – Así que por esta noche Noriko-chan y Tohma deben ir sin mi, pero mañana podemos quedar para comer, a que si Kuma-chan?- El cantante movió el conejo aunque sin la misma dedicación de siempre como si realmente estuviera algo apurado.
Tohma analizo unos pocos segundos el comportamiento de su compañero, sonriendo cuando este se inclino para darle un beso en la mejilla seguidamente de Noriko luego de ponerse la chaqueta de cuero, saliendo del camerino con rumbo desconocido. No hacia falta ser un experto en Ryuichi Sakuma para saber que estaba en “algo” y así lo hizo ver Noriko en cuanto apoyo una mano en la mesa, mirándolo a los ojos.
-Hace un tiempo que no veía a Ryu-chan así- La ultima vez el causante había sido Shuichi aunque quizás de una forma diferente o eso pensaba ella. Noriko jamás se entero de los sentimientos que albergo el vocalista castaño por el pelirosa. Así mismo ignoro lo rápido que Sakuma comprendió que ese chico estaba mucho mas que enamorado del novelista y que sus sentimientos después de todo era recíprocos. Separarlos era simplemente imposible por muchos problemas que tuvieran.
Tohma asintió aunque su sonrisa era un poco más cautelosa. Si bien su amigo era un adulto y confiaba en su criterio pese a ese lado infantil que mostraba, tenia cierta idea de que podía estar pasando y no era lo mas ético del mundo pues esa cita apenas le llegaba a la mitad de su edad. Pero él también había comprendido que las personas debían aprender de sus errores y que llevarlos de la mano ciegamente solo traía resultados negativos.
Por ello simplemente sonrió, levantándose, colocándose su sombrero mientras tomaba la mano de Noriko para sacarla del cuarto
-Esperemos que siga así un tiempo así mas, ne?- Noriko entrecerró los ojos y sonrió, dejándose llevar.
-Tu sabes algo- El rubio soltó una risa suave. El problema entre los integrantes de Nittle Grasper es que se conocían demasiado bien. Era muy difícil que hubiese mentiras o secretos entre ellos. Aun así, si el castaño no decía nada, él se mantendría como una tumba.
-Es un secreto.
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Ryuichi soltó una risa en cuanto su espalda dio de lleno contra la pared de su departamento, pasándole las piernas por la cintura del moreno que aprisionaba su cadera contra la muralla. Era tan divertido ver ese cuerpo joven y masculino prenderse en deseo que no escatimaba en artimañas para provocarlo.
-Estas ansioso… –su voz salió entrecortada en cuanto esa boca se ocupo de su cuello, dejándole marcas, mordiéndolo para pasar su lengua por las zonas enrojecidas. Las manos del menor estaban internándose en sus pantalones de cuero, apretando su piel caliente. Ryuichi sonrió aun más, tirándole el cabello negro, obligándolo a que levantara el rostro para tomar sus labios, metiendo su lengua profundamente en la otra boca. Tatsuha respondió ansioso como la primera vez, alzándole un poco mas, provocándole una corriente de excitación en cuanto sus dedos se pasearon por la separación de ambas nalgas. El jodido crio sabía exactamente lo que tenia que hacer para provocarlo pese a que el dominante en esa cuasi relación era el castaño. Por eso cuando dejo su boca mordió su labio inferior, separándosele para quedarse de pie, huyendo de esas manos.
-Solo quería invitarte para tomar algo, no pensé que Tatsuha estuviera tan ansioso por tocarme- El vocalista uso un tono de voz mucho mas bajo y sumiso, volteándose para poder prender las luces y adentrarse en el departamento. Pero el monje lo siguió dejándole dar solo un par de pasos, levantándole la camisa oscura, metiendo sus manos para llevarse el calor de su abdomen.
Ryuichi ladeo el rostro en cuanto esa boca se apodero nuevamente de su cuello, riéndose porque el moreno estaba duro y podía sentirlo contra su trasero. Era tan lascivo que no había forma de ocultarle cuanto le deseaba.
-Vamos al cuarto- Escucho que decía y Ryuichi se rio aun mas fuerte. Se ladeo para recibir el beso demandante y posesivo de Tatsuha, subiéndose sobre sus caderas nuevamente. El moreno no necesitaba ni de la luz, ni de mirar por donde iba ni siquiera de mantener los ojos abiertos. Llego con extrema exactitud hasta la cama donde no demoro en depositar el cuerpo más liviano, encimándosele, apoyando sus manos a ambos costados del cabello castaño.
El cantante enfrento esos ojos oscuros pese a la poca luz, excitándose con la adoración que había en ellos. Separo sus piernas y dejo que el menor se acomodara entre ellas.
-Ryuichi… -El castaño sintió un escalofrió recorrer nuevamente su columna, el susurro era tan necesitado, tan intenso, estaba pidiéndole el permiso para seguir aunque sus pantalones estaban abandonándolo ya y el no pudo menos que dejarse, al menos por esta vez.
Ayudo a desabrocharle el pantalón al moreno y lamio sin vergüenza esas mejillas que se sonrojaron en cuento comento lo duro que estaba. Se sintió devorado por las manos que le quitaron la camisa de la misma forma en que esa boca estaba tomando sus pezones, tirando de ellos. En venganza apretó con fuerza la base de esa erección, ganándose una mordida de recriminación.
Era el juego que el mismo le había propuesto al moreno una tarde. Tatsuha lo había mirado sin creérselo, quitándose el delantal con el que estaba cocinándole galletas, abalanzándose encima de su cuerpo. El pobre se había llevado una sorpresa al darse cuenta que Sakuma Ryuichi no tenia ninguna intención se ser pasivo la primera vez y lo había sometido bajo su cuerpo, demostrándole que no solo se dejaba llevar por la música… Y aunque le encantaba verlo bajo el, intentando retomar el control, Ryuichi secretamente tenia que admitir que aferrarse de su cuello y de su espalda ancha mientras Tatsuha se movía libremente en su interior era una de las cosas mas maravillosas que había tenido el placer de sentir.
Precisamente en ese momento el moreno estaba sobre el, cubriendo su cuerpo por completo, empujándolo con cada embestida. El castaño tiro nuevamente de su cabello y le obligo a besarlo, soltando en su boca cada gemido necesitado. Con malicia apretó su interior a su antojo, sonriendo lujurioso en cuento el moreno apoyo su frente contra la suya, soltando un gemido ahogado.
-Te… encanta eso- Murmuro dejándose abrazar, moviéndose contra las otras caderas. Tatsuha simplemente asintió, perdiéndose en ese cuerpo que había adorado por años, complaciéndolo dentro de su placer. No iban a durar mucho y ambos lo sabían. Los movimientos lascivos en el ascensor solo habían adelantado un poco las cosas.
Apenas tuvo que apretar un poco mas su interior para que Tatsuha no pudiera contenerse más, sonriendo complacido en cuanto su espalda se arqueo recibiendo el orgasmo del moreno junto con el suyo propio. Sus brazos se apretaron mucho más fuertes a ese cuello y soltó un gemido en cuanto fue abrazado de la misma forma, intentando recuperar el aliento sin conseguirlo del todo…
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Ryuichi desde hace unos años se había acostumbrado a despertar temprano, casi al alba a pesar de trasnochar. Vivir en Estados Unidos le había, de cierta forma, hecho madurar y ponerse en alerta. Una vez en Japón aquello había ido menguando aunque habían días en que volvía a despertar a las seis sin tener nada que hacer hasta las nueve.
Ese día por el contrario solo el olor a café y a huevos revueltos pareció sacarlo de su ensoñación. Cuando los ojos azules se abrieron se encontró únicamente con la semi penumbra de su habitación apenas un poco mas desordenada de como la recordaba. Miro con somnolencia el despertador siendo apenas las siete de la mañana cuando la primera reunión y ensayo seria a las once en NG.
Quiso enterrar su cabeza entre las almohadas y dormir cuando la puerta de su cuarto se abrió. Solo podía ser una persona de todas formas, así que sonrió volteándose para encontrarse al moreno de pie frente a él con una bandeja donde suponía venia el desayuno.
Tatsuha parecía un chico cualquiera con una personalidad avasalladora, además de irreverente e irónico. Pero a esa hora de la mañana, frente a él, se le notaba que era un niño que estaba nervioso al encontrarse un hombre que tenia muchísimas mas experiencia, fuera sexual o no. Ryuichi se aprovechó de eso, tomando el conejo que había abandonado en la cama, moviéndolo lentamente.
-Mira Kumagoro, Tatsu-chan nos ha traído el desayuno- El moreno sonrió un poco mas confiado, acercándosele. Al parecer al menor le era más fácil tratar con Ryu-chan y el oso de peluche.
-Tengo escuela esta mañana y de faltar otro día mas me llegara una bronca con Mika-Cierto, era un chico de 16 años aunque parecía un hombre de 23. Sakuma asintió, mirando la bandeja que el monje acomodaba en sus piernas. Luego lo miro a él, esperando la despedida. –Nos veremos entonces- Murmuro inclinándose hasta su boca. Ryuichi sintió un dejo de algo en su pecho y recibió el beso. No que otros amantes no se hubieran tomado el detalle de hacer algo como eso, pero la mayoría buscaba una oportunidad de quedar de nuevo con el, meterse en su vida, algo más allá. Tatsuha entendía el juego.
-Nos vemos este fin de semana- Los ojos negros brillaron con felicidad y asintió retirándose. Apenas alcanzo a afirmarse de la cama cuando el cantante tiro de el, besándolo con mas hambre de su cuerpo que del desayuno, soltándolo con una risita. Tatsuha que no era de sonrojarse pareció sentir sus mejillas encenderse un poco, aunque no dejo de sonreírle en ningún momento. Se le separo con pocas ganas, mirándolo satisfecho antes de acercarse a la puerta
-Nos vemos.-Se despidió. Sakuma pudo escuchar como tomaba las llaves de su moto y el casco antes de que cerrara la puerta. Cuando se supo completamente solo soltó un suspiro, mirando la bandeja de la cual tomo la taza de café con leche, llevándosela a la boca. Estaba justo como a el le gustaba y dejo que una sonrisa mas sincera apareciera en su boca.
Cuando se fijo en que además del café había huevos revueltos, en el punto exacto en el que a él le gustaban, se pregunto como el moreno lo había notado. Encogiéndose de hombros no reparo mas en ellos y comió una tostada, relajándose contra las almohadas. Mientras ese juego no le causara problemas, todo estaría bien.
TBC