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QUEDATE CONMIGO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el segundo capítulo, aqui se explica de mejor manera como va todo, espero que les guste

Capítulo 2.- Miren lo que trajo el río

 

Hades estaba sentado en su biblioteca, leía un libro despreocupadamente, los asuntos del Inframundo no eran urgentes ni mucho menos, ahora que la paz en la tierra se había afianzado por las últimas reuniones, o por lo menos con los otros dioses, entonces todo estaba en calma bajo sus dominios, pero ese día era especial, ese día llegaría alguien a su puerta que lo cambiaría todo…

 

Hades levantó su mirada del libro cuando escuchó una conmoción en el pasillo, el mayor cerró el libro, se puso de pie pero antes de que llegara a la puerta esta se abrió dando paso a sus tres jueces que tenían un prisionero, era un hombre de apariencia joven y fuerte pero tenía una bolsa de tela en la cabeza que le cubría el rostro y forcejeaba con Radamantys para que lo suelte, algo decía pero aparentemente estaba amordazado porque no se le entendía nada, el rubio Juez le pateó en la canilla haciendo que el prisionero caiga al suelo, Minos lo medio incorporó hasta que el reo quedó de rodillas ante el Dios del Inframundo

- Me quieren explicar qué es esto? – preguntó el Dios de los muertos muy sorprendido, de cuándo acá sus jueces tomaban prisioneros?, y mas que nada, por qué lo traían a su presencia?

- Lo encontramos merodeando por la Segunda prisión, cuando nos dimos cuenta de que había un intruso y él se dio cuenta que lo habíamos visto intentó huir, pero… nadie se nos escapa mi señor – explicó Minos

- Muy bien… pero… cómo rayos llegó aquí?, él está vivo…

- Por eso lo trajimos – completó Radamantys

 

Hades le sacó la bolsa de tela de la cabeza al prisionero y se llevó una sorpresa que aún no decidía si era buena o mala, el caballero de Atena, Seiya de Pegaso, aquel al que había visto de lejos en el Olympo hace poco tiempo y que había osado atacarlo hace casi tres años estaba de rodillas ante él y lo miraba desafiantemente, Hades le quitó la mordaza pero al ver que Seiya intentó moverse el Dios se puso de cunclillas frente a él y en un rápido movimiento sacó una daga de su cinto y la puso amenazadoramente en el cuello del joven que al sentir la fría hoja sobre su piel se dejó de mover

- Buen chico… ahora dime y no te atrevas a mentirme, qué haces aquí?, qué quiere tu Diosa?, ella te envió verdad? – Hades estaba molesto, qué tenía esa niñita que mandar a uno de sus caballeros de confianza a husmear en sus dominios?

- No… Saori no tiene nada que ver con esto, ella no sabe que yo estoy aquí – Seiya hablaba muy rápido, la expresión en el rostro del Dios era por demás intimidante

- No mientas, dónde está?

- Qué cosa?

- La cruz… dónde está?

Seiya no dijo nada peros sus ojos inconscientemente bajaron un poco y el mayor se fijó en el pecho del joven que subía y bajaba debido a su agitada respiración, Hades sin mover la mano que sostenía la daga con su otra mano hizo a un lado el cuello de la camiseta que estaba usando el joven hasta descubrir una fina cadena de oro, el pelinegro sonrió y jaló suavemente la cadena hasta que el dije de una cruz con piedras rojas muy hermosas se hizo visible, el castaño estaba visiblemente asustado por todo esto

- Sabes como funciona esto verdad?, un tirón de mi parte y no saldrás vivo de aquí – dijo Hades con una calma que helaba la sangre mientras jugueteaba con la cruz

- Por favor… yo no quiero problemas, solo estoy buscando a alguien, esto no tiene que ver con Saori ni nada, ni con el Inframundo o usted, menos con los tratados de paz… no tiene nada que ver con nadie, por favor… por favor… no puedo morir sin encontrarla – explicó el Pegaso con desesperación

- A quién estas buscando? – Hades entre cerró los ojos, la angustia del muchacho parecía sincera

- A mi hermana – respondió el Pegaso mirando a los ojos del Dios de los muertos

- A tu hermana?, y el dije?, no te lo dio Athena?

- No… lo pedí prestado, tenía que venir a buscar a mi hermana, yo no soy ninguna amenaza para nada ni nadie, no soy espía, nadie me envió, solo me atreví a venir porque quiero encontrar a mi hermana

- Tu hermana está desaparecida?, no la habían encontrado ya?

- No… cuando desperté en el hospital aquella vez mi hermana había desaparecido nuevamente, la he buscado por todas partes, este era el último lugar en el que podía buscar, traté en el Olympo pero no pude buscarla, me pusieron guardias y todo eso – Hades recosrdó lo que le había contado Zeus, Seiya había intentado por todos los medio entrar al jardín de las Hespérides, vaya… no quería ver las manzanas, quería buscar a su hermana…

- Pareces sincero eso te lo voy a conceder… quédate quieto y respira, no te va a doler, abre los ojos, mírame… eso es – Hades clavó su mirada en los ojos de Seiya y vio un resumen de lo que le había dicho sacado directamente de los recuerdos del caballero de bronce que tenía la mirada desenfocada y estaba relajado sujeto a los brazos de los tres jueces que ahora lo sostenían para que no se caiga ya que había dejado de resistirse, Hades tuvo un pase libre al alma y al corazón del caballero de Atena y le gustó mucho lo que vio, el mayor cerró sus ojos, y se puso de pie, Seiya pestañeó un par de veces y lucía confundido, como desubicado pero se volvió a tensar cuando se dio cuenta en donde estaba, el joven se intentó poner de pie pero Radamantys no lo dejó y los tres jueces lo volvieron a sujetar con fuerza

- Tranquilo Pegaso, no te vamos a hacer daño, mis jueces te liberarán y tu no intentarás nada estúpido de acuerdo?, no me acabas de decir que no puedes morir sin encontrar a tu hermana?

- Ella está aquí? – Seiya preguntó y sus ojos le brillaron, eso conmovió al mayor

- Eso lo vamos a averiguar, suéltenlo por favor – los tres jueces aflojaron su agarre en Seiya que se puso de pie y se frotó las muñecas

- Me va a ayudar? – el castaño aún dudaba, todo le parecía muy fácil, por qué Hades estaría dispuesto a ayudarlo?

- Bueno… ya estás aquí no?, Radamantys llama a Lune, Seiya siéntate mientras esperamos, tienes hambre?

- Hambre? – esto si sorprendió a Seiya

- Lune se demorará en llegar aquí mas o menos unos 10 minutos, quieres comer algo mientras esperamos?

- En serio?

- Bueno yo estaba por comer algo – dijo el mayor sumamente divertido al ver la desconfianza del joven

- Muchas gracias

- Minos por favor encárgate de eso, Aiacos llama a Hécate por si acaso, eso será todo

- Si mi señor

 

Los tres jueces salieron de la habitación dejando al joven caballero a solas con el Dios que se volvió a sentar en donde estaba y señaló el sillón frente al suyo al cual el castaño se dirigió y se sentó, esto no estaba saliendo como esperaba, de cuando acá Hades era civilizado y racional??, luego de unos minutos de tenso silencio una muchacha llegó con una bandeja la que tenía fruta variada, una tetera, dos tazas de porcelana muy hermosas, pan en rodajas, cubitos de queso y panecillos con fruta seca y pasas, la joven asentó la bandeja en la mesita y sirvió la caliente infusión y con una venia se retiró, Hades no dijo nada, tomó su taza y dio un sorbo

- No te gusta el té o crees que te voy a envenenar?

- No es eso… es…

- Tranquilo, acepta mi hospitalidad que rara vez la ofrezco, Lune aún va a tardar, come un panecillo, son de canela con no se qué y son deliciosos

- Gracias…

La inusual pareja comió en silencio por algunos minutos, todo estaba delicioso y en verdad Seiya tenía hambre pero estaba tratando de no lanzarse con todo, Hades lo sabía y sonreía, él podía leer muy bien al castaño, el joven tenía un alma y un corazón puros y en verdad solo buscaba a su hermana, no representaba una amenaza para ellos, había dicho la verdad

- Y dime… en que se halla mi sobrina estos días?, cómo está su preciada tierra?, está contenta con los resultados de las reuniones en el Olympo?

- Si, está contenta con eso además Saori está empeñada en ayudar a los mas necesitados, con Julián Solo han emprendido muchas obras de caridad y ayuda

- Con ustedes a la cabeza me imagino verdad?

- Pues si… nosotros estamos para servir a nuestra Diosa y a la humanidad

- Que noble de tu parte – Hades sonrió cuando dijo esto

- Se está burlando de mi?

- No necesariamente, solo… digamos que no me agrada tu Diosa, es todo – Seiya se lo tomó esto a manera personal y se le subió la sangre a la cabeza pero lo que mas le molestaba era la actitud quemeimportista del Dios que lo miraba con una sonrisa por demás divertida

- Y la humanidad?, la tierra?

- Si quieres saber la verdad me da igual, no son mis dominios, no es mi asunto – respondió el Dios encogiéndose de hombros

- Entonces por qué quiso destruirla? – Seiya siempre quiso saberlo y nunca había tenido la oportunidad de preguntárselo, Hades lo miró como evaluando su respuesta, suspiró, se recostó en el sillón para finalmente decir:

- Yo creo que te hace falta ver las diferentes prisiones para que te hagas una idea de mis razones, solamente explicártelo no me parece una buena idea, deberías verlo y con tus propios ojos para que me creas, tu… tienes una idea romántica del mundo y de las personas, eso es muy ingenuo de tu parte, la realidad es abismalmente diferente, la humanidad… se ha ido degenerando, la maldad ha llegado a su límite tope, la pobreza, el dolor se han incrementado hasta el infinito, yo quería acabar con todo y volver a empezar, algo a manera de una segunda oportunidad

- Matando a todos?

- Si… un nuevo comienzo, pero si ustedes quieren seguir sufriendo y continuar en ese círculo vicioso que no tiene fin es muy su problema, yo ya dije que no me voy a meter mas, ni en bien ni en mal

- Pues muchas gracias – Seiya dijo esto con un tinte irónico que a Hades le pareció tierno

- No me mires así, tu eres humano y por eso no entiendes, los secretos del universo no te han sido revelados por eso crees todo lo que sea que crees de mi y de los demás Dioses pero te aseguro muchacho, estás muy equivocado, especialmente en lo que respecta tu Diosa, ella es la peor de todos

- Cómo puede insultar a Atena? – poco le faltó a Seiya para ponerse de pie y lanzarle un panecillo a Hades que le seguía sonriendo despreocupadamente

- Tu no la conoces como yo, pero eso no está en tema de discusión, eres muy impulsivo…  mírate, estás todo tenso… listo para una pelea, morir en defensa de tu Diosa… ahhh la juventud

- Lo siento, usted me está ayudando y yo… - ahí Seiya se tranquilizó y se dio cuenta de lo infantil de su actitud, a buenas cuentas Hades solo quería conversar con él y si no estaban de acuerdo pues… cada quien tiene derecho a tener diferentes puntos de vista no?

- No te preocupes, me parece divertido que en verdad creas que  puedes conmigo

- Bueno… - Seiya recordó que en la última batalla logró herirlo

- Diferentes circunstancias… lo que me recuerda, y tu armadura? – Hades cambió de tema, si pensaba mucho en eso hubiera matado al Pegaso ahí mismo, su orgullo seguía mancillado, a la final un humano logró herirlo

- Ohhh… lo que pasa es que yo técnicamente no debería estar aquí, si sacaba mi armadura del Santuario se darían cuenta que me fui a donde no debo y yo tenía que venir – Seiya se sonrojó un poco cuando dijo esto, esa fue otra de las cosas que le había llamado la atención a Hades, cómo es que el Pegaso bajó totalmente indefenso al Inframundo?, pero allí estaba su respuesta…, el mayor solo sonrió a esto, las ideas de los jóvenes le entretenían, eso es actuar sin medir consecuencias, en ese momento Hades sintió que el guardián de las prisiones y el que lleva los registros entraba a Guidecca

- Bueno muchacho la espera terminó, Lune ya está entrando al castillo - Seiya se puso nervioso y emocionado, si todo saldría bien podría encontrar a su hermana, el hombre de cabellos grises entró al salón e hizo una reverencia al Dios que le hizo una seña con la mano en respuesta

- Lune… necesito saber si la hermana del caballero Seiya de Pegaso ha ingresado al Inframundo

- Mi hermana se llama Seika y…

- Sabemos quien es tu hermana Seiya de Pegaso, pero no… lamento informar que ella no ha ingresado a estos dominios

- Y los Campos Elíseos? – continuó Hades

- No

- Ninguna de la prisiones?

- No

- El limbo?, los ríos?

- No mi señor

- Revisa de todas maneras y me notificas de inmediato está bien?

- Claro mi señor

- Puedes retírate

- Gracias Señor

 

Seiya se veía muy triste, su última esperanza se había acabado de esfumar, si Seika ya lo recordaba y sabía en dónde él estaba porqué se había ido nuevamente?, qué pasó?, Seiya que estaba de pie caminó ausentemente hacia la salida pero Hades lo llamó

- Espera un poco mas, mandé llamar a Hécate ella tiene otros medios para encontrar a las personas – Hades puso su mano en el hombro del joven que se volvió a sentar en el sillón en el que estaba pero se veía derrotado

- En serio?

- Si… en serio, pero mientras esperamos ven conmigo

- A dónde vamos?

- Quiero mostrarte algo

 

Hades se dirigió a la salida y Seiya lo siguió, se encaminaron por el castillo hasta que salieron de él, todo era lúgubre y sombrío, hacía mucho frío, caminaron en silencio por un largo rato por el pedregoso y árido terreno hasta que llegaron a lo que parecía una fortaleza, un portal inmenso se erguía ante ellos y con un movimiento de la mano de Hades se abrió, el Dios caminó y el caballero de Atena lo siguió, el ambiente se sentía cada vez mas pesado a cada paso que daban y continuaron por una cuesta de difícil acceso y se detuvieron al borde de un risco, el ambiente se iba calentando Seiya creía que estaban caminando hacia la fumarola de un volcán pero al llegar al borde y mirar para abajo al joven castaño se le fue el alma al piso y su corazón se comprimió en su pecho, Seiya en compañía del Dios de los muertos estaban parados a varios metros de altura pero podían ver un inmenso lago de sangre hirviente, en el horizonte se perdía la visión del lago, era la cosa mas inmensa y espantosa que el caballero de Pegaso había visto en su vida, instintivamente dio un paso hacia atrás pero Hades lo sostuvo del brazo e hizo que se adelantara nuevamente para que no se perdiera detalle de lo que estaba frente a sus ojos

- A esto es a lo que me refería, sabes en donde estamos? – dijo Hades con tono inexpresivo

- No…

- Esta es la prisión que alberga a los que han cometido los crímenes de sangre, crímenes violentos que han acabado con otras vidas humanas, asesinos, violadores y demás crímenes atroces, si vez la extensión del lago?

- Si…

- Bueno, el lago se seguirá extendiendo infinitamente de acuerdo a los criminales que aquí llegan, esta es la prisión que mas habitantes tiene, la raza humana es por naturaleza violenta, pero esto es ridículo no te parece?, te das cuenta ahora?, el mundo no necesita de mi intervención para regarlo de sangre, ustedes lo hacen por si solos y con mucho éxito

- No lo puedo creer

- Sabías que los Campos Elíseos tienen la tercera parte de las almas que están aquí, solo en esta prisión?

- En serio? – Seiya volteó para buscar los ojos de Hades que tenía la mirada dura al contemplar el lago de sangre, Seiya se quería morir ahí mismo, se sentía muy mal

- Si… hay muy pocas almas puras y nobles y cada vez ese número se mas reduciendo mas y mas, tu tienes una de esas almas, es un desperdicio que sirvas a Atena

- Eso que se oye… son lamentos verdad? – Seiya estaba en shock, no podía creer lo que veían sus ojos, la visión del lago de sangre fue mucho mas de lo que esperaba, se podía sentir la desesperación en el aire, el dolor, el resentimiento, el sufrimiento, el joven caballero de Atena se llevó una mano a la cabeza, sudaba frío y se sentía mareado

- Si – contestó Hades sin demostrar ninguna emoción en su tono de voz

- Que… tristeza… no puedo… no puedo… respirar…

A Seiya se le nubló la vista y sentía que no le llegaba suficiente aire a los pulmones, la impresión de lo que vio fue muy fuerte, el castaño solo vio borroso todo a su alrededor y ya no supo nada mas al dejarse caer, Hades lo atrapó antes de que su cabeza se chocara con el suelo, el Dios al ver al joven tan pálido y que sudaba frío solo sonrió con tristeza, lo sujetó de mejor manera y ambos desaparecieron, en un abrir y cerrar de ojos llegaron a Guidecca, ahí el Dios mandó a llamar a sus sirvientes y les encargó bañar al caballero Pegaso que estaba cubierto de sudor y tierra, que cuando estuviera listo lo vistieran y lo llevaran a una de las habitaciones de la segunda planta

 

Seiya abrió pesadamente los ojos pero no los pudo mantener abiertos y tras ver una luz cegadora blanca y sentir que flotaba en agua caliente volvió a caer en la inconsciencia, mas o menos dos horas después regresó a la consciencia pero estaba totalmente desubicado, se sentía pesado y aletargado, se movió lentamente y se llevó el susto de la vida al ver al mismísimo Dios de los muertos sentado en un sillón cerca de su cabecera, el pelinegro estaba leyendo tranquilamente un libro pero lo puso en la mesita de noche al ver que Seiya había despertado

- Qué pasó? – preguntó el castaño y se llevó una mano al cuello, le picaba la garganta, era una sensación muy molesta

- Te desmayaste, fue mucho para ti el ver el lago de sangre, yo mismo te traje aquí, no pensé que iba a afectarte de la manera que lo hizo, lo siento

- Y mi ropa? – preguntó el chico al darse cuenta que estaba desnudo, solo tenía puesta una especie de bata que le quedaba algo grande y estaba acostado dentro de las mantas en una cama inmensa con dosel

- Tu ropa estaba llena de tierra y humo así que la mandé a lavar, pero no te preocupes por eso, no te enviaremos desnudo de vuelta al Santuario, cómo te sientes?

- Un poco mareado, me duele la cabeza

- Lo siento pero… tenías que verlo, esa es una de las razones por las que yo quería acabar con todo, al ver la extensión de ese lago dime si no tengo al menos algo de razón al decir que la humanidad está podrida

- Pero usted dijo que había también gente buena – Seiya dijo con mucha pena y vergüenza, sentía tristeza por la humanidad entera y tenía muchos sentimientos encontrados, había verdad en lo que había dicho Hades aunque a él le siguiera pareciendo que la destrucción total de la humanidad un poco exagerado de su parte

- Y la hay… tu eres un ejemplo de eso, tu y el resto de los caballeros de Atena, pero son un puñado de almas nada mas, de cualquier manera descuida, yo ya no intentaré nada en contra de la tierra, he dado mi palabra y honraré el tratado de paz, si es por mi… puedes dormir tranquilo, yo ya no represento una amenaza para ustedes

- Gracias…

- No me lo agradezcas mucho, fue un acuerdo con mi hermano Zeus, pero ahora tu debes descansar un poco, estás muy débil, quieres algo de tomar?

- Si… si no es mucha molestia, tengo la boca seca, me duele un poco la garganta – Hades se levantó de su sillón y puso su mano en la frente de Seiya que se encogió un poco pero se dejó hacer, Hades sonrió ante la reacción del muchacho en especial cuando Seiya cerró los ojos y suspiró, el castaño sintió un alivio instantáneo en su cabeza y en su garganta

- Mejor?

- Muchas gracias

- Te pediré algo de comer también hasta que sea hora de la cena, Hécate llegará mañana en la mañana, es conveniente que te quedes aquí esta noche, según mis fuentes Athena aún no se da cuenta que no estás en el Santuario, qué le dijiste a tu maestro eh? – preguntó divertido el Dios de los muertos, él había mandado a Radamantys a que se de una vuelta por el Santuario y no había notado nada extraño, nadie preguntaba por Seiya ni nada

- Que me iba a acampar con Shun – dijo Seiya sonriendo tímidamente

- Y dónde está el caballero de Andrómeda?

- Acampando con Hyoga

- Y dónde cree el Caballero Dorado de Acuario que está su discípulo?

- Acampando conmigo

- Igual que el Caballero Dorado de Virgo verdad?

- Ajá…

- Ahhh la simpleza de la juventud, entonces no hay problema si te quedas aquí, descansa tranquilo, mas tarde haré que suban algo de comer a menos que te sientas mejor y quieras bajar a cenar conmigo

- Muchas gracias, yo… no quiero causar molestias

- No es molestia, yo siempre ceno solo, de vez en cuando me gusta la compañía, mandaré a la doncella para que te lleve al comedor, quédate en la cama, a veces olvido lo frágiles que son los humanos pero tu eres joven y fuerte, estarás como nuevo en un par de horas si me haces caso y no vas a deambular por ahí

- Gracias señor

- A las ocho te espero entonces

 

Hades salió de la habitación y Seiya se dejó caer en las almohadas, suspiró y cerró los ojos, las imágenes de ese lago hirviente de sangre, los lamentos y gritos de las almas se le cruzaban por la cabeza y lo atormentaban, de solo pensarlo Seiya se estremecía por lo que el castaño se levantó de la cama y caminó por la habitación, ahí se dio cuenta que estaba descalzo y que su bata no era muy larga que digamos porque le llegaba solo a la rodilla, tenía un poco de frío, miró por la habitación y vio otra bata mucho mas larga, se aceró a tocarla y era de una tela acolchada muy suave, se la puso y se sintió mejor, la habitación en la que se encontraba era bastante grande, ricamente decorada, la cama de la que se había levantado era inmensa y ahora que lo veía tenía un edredón blanco bordado muy hermoso, en esas observaciones estaba Seiya cuando la puerta de su habitación se abrió y una muchacha entró, en sus manos tenía una charola que tenía varias botellas de diferentes cosas, habían tres tipos de gaseosas, agua mineral con gas y sin gas, te, jugo de diferentes sabores y una taza junto a una tetera que debía contener algo de beber caliente y una hielera llena además de una porción bastante generosa de fruta picada, rodajas de pan, queso y lo que parecía ser dátiles y otros frutos secos

- Wow… todo eso es para mi

- El señor Hades no especificó que era lo que usted deseaba y nos dijo que le traigamos opciones para que escoja, le dejo la charola entera por si tiene sed mas tarde o si le da hambre, si desea alguna otra cosa solo pídamelo y se lo traeré

- Muchas gracias, esto es mas que suficiente

- Estoy para servirle señor, yo vendré por usted para llevarlo al salón comedor, el Señor Hades dijo que podía usar cualquiera de estas túnicas que están aquí, pero si no le parecen cómodas en esta parte de aquí hay pantalones, camisas, suéteres y esas cosas – la muchacha estaba parada frente al armario y le abría las puertas para que vea las cosas que allí habían

- Tu que lo conoces, qué debo usar?

- El Señor Hades viste túnicas, sus jueces el otro tipo de ropa pero no cenan con él, usted está en una de las habitaciones del ala este, la habitación de Señor Hades es la que está frente a la suya, yo le recomendaría una túnica, esta azul de aquí es muy bonita

- Cómo te llamas?

- Galatea

- Bueno Galatea muchas gracias – dijo el castaño con una sonrisa que la joven correspondió

- El Señor Hades me dijo que le dijera que regrese a la cama y descanse

- Y él como sabe que me levanté?

- Es un Dios, él lo sabe todo

- Buen punto

 

Seiya tomó una botella de agua mineral sin gas, tomó un vaso y con el posillo de fruta y un tenedor volvió a la cama, si el Dios en verdad lo veía y sabía todo lo que hacía, tomando en cuenta que lo iba a seguir ayudando a buscar a su hermana le haría caso sin protestar, además aurita si tenía frío, el visitante se volvió a acostar en la mullida cama y pasó como niño bueno descansando y ojeando el libro que Hades había dejado en su mesa de noche hasta que cayó la noche y cuando estaba por levantarse la doncella de hace un rato volvió

- Vine a ayudarlo a vestirse – dijo la muchacha con una sonrisa, en sus manos tenía algunas cosas para aseo personal, un cepillo de cabello, de dientes, un desodorante y varias cosas mas

- No necesito ayuda para eso – respondió Seiya todo avergonzado

- Pero igual el señor Hades me envió, ya decidió lo que se va a poner?

- Lo que sea que tu creas, tu lo conoces mas que yo

- Está bien… entonces esta, en verdad es muy bonita – Galatea le acercó una túnica azul que tenía un cordón del mismo color para ceñírsela en la cintura, tenía unos broches plateados que la sujetaba en los hombros, era algo larga pero Seiya tenía la impresión de que le iba a dar frío, de cualquier manera se duchó y se vistió, cuando ya estuvo listo siguió a la joven por los lúgubres pasillos de Giudecca hasta que llegaron a un salón no muy grande en el primer piso, había una mesa circular algo grande y dos puestos preparados, Hades aún no llegaba pero no tardó en hacerlo, Seiya estaba distraído mirando una pintura que no se dio cuenta que ya no estaba solo hasta que escuchó hablar al Dios de los muertos a su espalda muy cerca de él

- Te gusta?

- Dioses!!!... lo siento, me asustó – el Pegaso tenía una mano en el pecho y se había puesto pálido

- No era mi intención, te gusta la pintura? – preguntó el Dios señalando la pintura que estaba mirando Seiya hasta hace unos momentos

- Si… es muy hermosa, quién la hizo?

- Perséfone… tienes miles de años pero aquí las cosas se conservan intactas como te podrás imaginar

- Ohhh…

- Te estás preguntando por ella verdad?

- No quiero ser indiscreto

- No te preocupes, ella está en el Olympo con su madre, yo solo la vi una vez en todo el tiempo que estuvimos allá, seguramente tu no la viste, a lo que volví a la vida se decidió que ella sería libre, a ella nunca le gustó este lugar ya te podrás imaginar por qué

- Pero entonces usted…

- Si… pero no podía tenerla cautiva aquí, ella no era feliz por ende yo tampoco, la eternidad es mucho tiempo como para vivir amargado no lo crees?

- Pues si…

- Vamos a comer antes que se enfríe y luego quiero llevarte a un lugar en compensación de la visita al lago en la mañana

- A dónde me va a llevar?

- Toda moneda tiene dos caras, la última vez que estuviste aquí no viste los campos elíseos como se debe, no te gustaría verlos?

- Claro

- Genial… te tengo una sorpresa allá, pero primero es la cena

- Ok.,

 

Luego de la cena Hades tomó la mano del castaño y Seiya pudo sentir un cosquilleo en todo su cuerpo, luego una presión por todas partes, le faltó el aire y una luz muy brillante lo cegó, fue cuestión de segundos y todo acabó, Seiya se vio de pie en un campo interminable cubierto de pasto, árboles frutales, flores, habían muchas edificaciones griegas antiguas y había mucha gente por todas partes que caminaba, jugaba, danzaba y se divertía, todos se veían felices, se encontraban ahora en los Campos Elíseos, el lugar mas hermoso de todos, a donde las buenas almas iban a descansar por toda la eternidad, el paraíso, el premio para los justos…

 

Hades empezó a caminar, el mayor cerró los ojos disfrutando de la noche, como no había soltado la mano de Seiya, el castaño caminaba a su lado mirando todo y respirando el aire que tenía una aroma muy especial, frutal y silvestre, era todo muy agradable la verdad, el joven se iba contagiando de la alegría de todo el mundo y sonreía sin razón aparente, Hades lo miraba y se maravillaba, no se necesitaba mucho para que la alegría del lugar se le contagiara a su acompañante, nada que hacer, el caballero Pegaso era magnífico, era una lástima que sirviera a Atena

 

Pronto llegaron hasta una inmensa cascada en la que jugaban varios niños, Hades sonrió cuando llegaron a una piedra grande en donde se sentaron

- Este lugar es hermoso – dijo el castaño jugando con sus sandalias, se las había sacado para sentir el suave pasto bajo sus pies

- Esa no es la sorpresa, esta es… - Hades señaló hacia su derecha, Seiya se volteó y soltó las sandalias que estaban en sus manos de la impresión, lentamente se acercaba una mujer de apariencia joven, Seiya nunca la había visto pero estaba seguro de quien era ella

- No puede ser… mamá – el castaño ahora si estaba en shock

- Seiya… mi Seiya – dijo la mujer acercándose a ellos, Hades se hizo a un lado dando espacio a la madre y al hijo que se reunían después de muchos años, Seiya no esperó nada y abrazó con fuerza a su madre, ambos lloraban emocionados de encontrarse, la mamá de Seiya era muy parecida a su hija Seika, su encuentro fue muy emotivo, su abrazo duró varios minutos, cuando se calmaron un poco se sentaron en el suave pasto hablaron por muchas horas hasta casi el amanecer, el corazón del castaño latía con fuerza, habían muchas cosas que se le hacían familiares, recuerdos muy dentro de si mismo que hasta tener a su madre así de cerca no los relacionaba, sus aroma, esa sensación tan especial que tenía cuando ella lo abrazaba, el toque gentil de sus manos cuando le acariciaba el cabello y su voz, su timbre de voz y su risa, Seiya estaba muy feliz y muy triste a la vez, el ver a su madre le avivó el deseo de encontrar a su hermana por eso cuando el día acabó de despuntar se despidió de su madre y le prometió encontrar a su hermana así sea lo último que haga

Notas finales:

Espero que les haya gustado, este es solo el inicio, esta historia tiene de todo un poco

Muchas gracias por leer y comentar, nos vemos el miércoles en la continuación, saludos, bye


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