El que persevera alcanza, me dijo mi amigo un día en que como otros tantos, le conté mis problemas. Y yo, persevere por los dos, pero si una flor no es regada lo suficiente, al cabo de unos días comienza a marchitarse y si eso pasa ¿Puede volver a ser como al principio?
Desde que te conocí, te ame. Podría decirse que fue amor a primera vista. Y me propuse como meta, lograr que tú también me amaras.
Cuando me permitiste que viviera contigo, lo sume como un logro en esta relación. Quería estar más cerca de ti.
Aunque en su momento trataste de alejarme contándome tu pasado, aquel que te volvió quien eras hasta ese momento, la verdad no me importo, te quería por quien eras en este instante.
Tuvimos altas y bajas en nuestra relación, más por ti que por mí, pues aquel trauma de tu infancia no te permitía expresar tus sentimientos con facilidad llegando a provocar dudas en mi inseguro corazón.
Después de unos cuantos meses de terapia, que más que por gusto tuviste que ir porque cada vez empeorabas más, lograste recuperarte… o eso creí.
De la forma más romántica, bajo un cielo muy azul, me prometiste amarme, hacerme feliz y cuidar de mí, junto con ese voto, me entregaste una sortija que afianzaba aquel lazo invisible que nos uniría.
El primer año en la nueva etapa de nuestra relación, podría describirla como la más feliz y maravillosa, pues tu actitud para conmigo era tan diferente del principio. Pero todo ese tiempo, paso a ser solo un dulce recuerdo, que poco a poco llegue a creer solo un sueño de mi parte, pues al pasar del tiempo, si bien tu actitud seguí siendo cariñosa conmigo, muchas veces la sentía forzada, la sentía tan falsa.
Pero como nada hay que pueda permanecer oculto, la prensa me dio la respuesta mientras una tarde al prender la televisión, apareció una nota, en uno de tus tantos viajes de trabajo, te habían fotografiado con una mujer saliendo del hotel. Esa noche trate de comunicarme contigo para preguntarte sobre ello, quería que me dijeras que era todo una mentira, pero nunca respondiste.
Espere tu regreso, te conté mis dudas, y obtuve una respuesta. No era lo que quería oír, no desmentiste la noticia, me dijiste que era cierto, pero que habías tomado demasiado ese día y que no sabias porque lo habías hecho. Me pediste perdón, prometiste que no volvería a ocurrir, y yo… ilusamente te creí.
Pero todo volvió a repetirse, y no solo una ni dos veces, de hecho ya hasta perdí la cuenta; y cada una de ellas te perdone.
Hoy la flor termino por deshojarse, te vi en nuestra casa, en nuestra cama con tu amante de turno. Y entonces lo decidí, decidí decirte adiós.
Para el amor que dejo de amarme.
Adiós para siempre Yuki.
Shuichi Shindou.
Una relación es como una flor en un jardín, mientras se riege y cuide, esta permanecera junto a ti para alegrar tus dias, hasta que llegue su final. Pero si la abandonas, es su tristeza la que acortara su vida.