Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amigos y amantes por B_Chan

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Autor: Anna Chan.

Serie: Saint Seiya.

Parejas: Shun-Hyoga.

Clasificación: Romance.

Advertencias: Lemon.

Notas: Si bien no es mi primera traducción de Anna Chan, es la que mas me gusta.

Fecha: 18/02/2008.

Beta Reader: Pleasy Stay.

Disclaimer: Todo lo referente a Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada y a la Toei.

Notas del capitulo:

 

Amigos y amantes.

 


Primera parte.


Ya se había vuelto de noche. El cielo oscuro estaba apenas iluminado por la luz titilante de las estrellas. El sonido de las cadenas era lo único que rompía el silencio de la montaña.

—Está bien sujeta, podemos subir. Ve primero.

El Santo del Cisne no dijo nada, tomó la cadena que estaba asida a una puntiaguda roca, algunos metros más arriba de sus cabezas. Apoyó los pies en las paredes rocosas y comenzó a subir. Andrómeda subió detrás, concentrado para que la cadena no se soltase mientras ascendían; ambos sentían trozos de piedra desprendiéndose bajo sus pies.

—Ten cuidado, Shun. Esta montaña es verdaderamente peligrosa.

—Sí, ya me di cuenta. Tengo miedo de que la cadena no nos soporte.

Hyoga observó el punto donde la cadena sujetaba la roca, algunas piedras caían mientras seguían subiendo. Realmente parecía que no aguantaría por mucho más tiempo.

—Quédate ahí, Shun. Todavía estas cerca del suelo, voy a subir primero, y cuando llegue allí te ayudare a subir.

Shun descendió algunos metros hasta volver a su sitio, miro hacia arriba viendo a Hyoga escalar la montaña hasta desaparecer en la oscuridad. Algunos minutos pasaron hasta que Shun sintió la cadena más ligera y la voz de Hyoga viniendo de algún lugar desde arriba.

—¡De aquí no se ve casi nada!. ¡Hay un precipicio del otro lado, pero está muy oscuro!.

—¿Hyoga, la cadena esta firme? ¡Voy a subir!.

—¡Parece que sí! Sube.

Entonces Shun comenzó a escalar usando sus piernas para impulsarse, apenas apoyándose en la cadena; estaba casi alcanzando a Hyoga, podía ver al rubio mirándolo desde arriba.

—¿Hyoga, puedes subirme? Estas rocas no paran de… ¡AH!.

Shun no sintió nada asegurándolo, estaba cayendo, pero de repente su caída paro bruscamente. Observo hacia arriba y vio a Hyoga sostener la cadena en una de sus manos.

—¿Estas bien, Shun?.

—¡Sí! Todavía estoy entero… Por poco.


Andrómeda miro hacia abajo, tan solo conseguía ver la oscuridad debajo de sus pies. Volvió su atención a Hyoga que tiraba de la cadena, finalmente el rubio estiro su otra mano a Shun, ayudándolo a subir. El rubio pasó el brazo, por la cintura de su amigo intentando sujetarlo.

—Apoya el pie allí, Shun, y luego impúlsate.

—Está bien.

El impulso fue mucho más fuerte de lo que Shun calculó, y acabó cayendo sobre Hyoga. Haciendo que sus cascos chocasen con fuerza. Los dos comenzaron a reírse de la situación, pero no se movieron de donde estaban; continuaron tendidos en la tierra riendo, mirándose el uno al otro.

—Perdóname, parece que hoy no es mi día…

—¡No fue nada, menos mal que no eres pesado!.

—¡Ay! ¡Y todavía estoy sobre ti! ¡Perdóname, de verdad!.

Shun se levantó rápidamente, su rostro estaba un poco enrojecido, y mantenía sus ojos bajos. Hyoga se levantó luego, intentando quitar la tierra de aquella prenda que usaba por debajo de su armadura.

—Ya te dije que no fue nada, Shun… No necesitas estar apenado.

—No estoy apenado.

—Si lo estás, estoy viendo tu rostro sonrojado, hasta en esta oscuridad.

—Es impresión tuya.

—Está bien, si tú lo dices… ¿Entonces, qué piensas del lugar?.

—No hay señales de ellos… La cadena nos trajo hasta aquí, pero simplemente dejó de
moverse, como si el enemigo hubiese desaparecido.

—Tal vez Seiya lo haya matado.

—Espero que sea eso.

—¿Por qué? ¿Piensas que Seiya…?

—No… él todavía esta vivo, puedo sentir su cosmo, pero puede estar herido. Y también esta la Señorita Sahori…

—Ellos están bien, no creo que haya nada mas que podamos hacer ahora.

—Pero, Hyoga. Ellos pueden estar necesitando nuestra ayuda.

—¿Y quieres continuar buscándolos en esta montaña oscura sin tener idea de si ellos están aquí siquiera? Bien, si quieres te acompaño, pero no creo que sea necesario arriesgarse tanto.

—Tienes razón. Entonces, ¿Qué hacemos ahora? ¿Volvemos?.

—¿Volver? Escalamos esta cosa toda la noche, no tengo mas fuerzas para volver, necesito descansar un poco.

Hyoga acaba dándole la espalda a Shun, sentándose en el suelo con el cuerpo recostado contra la alta pared de roca. Se quita el casco, dejándolo al lado de su cuerpo, cruzando las piernas y los brazos enseguida. Shun también decide sentarse, buscando asiento a su lado, e imitándolo al quitarse también su casco, sin mirarlo en ningún momento.

—No sé cómo puedes ser tan frío.

—¿Por qué piensas eso?.

—¿Por qué? ¡Bien, Sahori fue raptada por un Santo de Plata, Seiya fue detrás de ella y ahora no tenemos mas pistas de donde pueden estar! ¡Y tú  quieres estar aquí, durmiendo!.

Hyoga abrió los ojos, veía el rostro triste de su amigo a su lado. La luz de la luna caía sobre su rostro, él ya había notado lo bonito que era Shun; pero en aquel momento él estaba hermoso. Aquel rostro inocente, mirando las estrellas en el firmamento. Shun tenia la voz dulce y suave, a veces sonaba como música en sus oídos…

—¿La noche está muy hermosa, no?.

—¿Hmm?.

—¿Ya estabas durmiendo, Hyoga?.

—Ah, no. No es eso… Solo me distraje un instante.

—¿En quién estabas pensando?.

—¿En, quien? ¿Por que estaría pensando en alguien?

—Bien… Yo supuse que estarías pensando en alguien para estar tan distraído al punto de no haberme escuchado, o entonces soy muy aburrido.

—No, no. No es así. Me gusta conversar contigo, tú eres el único que me escucha.

Hyoga se apartó de la pared y entrelazó sus propios dedos.

—Solo piensas eso porque últimamente hemos pasado mucho tiempo juntos…

—Es verdad.

La vuelta de Ikki y la búsqueda de la armadura de Oro, los había unido bastante a ambos, se quedaban siempre solos en la mansión hablando de todo un poco, y sus lazos de amistad crecían cada vez mas con todas las batallas que estaban enfrentando en tan corto tiempo.

—¿Y todavía así no vas a contarme en quien estabas pensando?.

—Ya te dije que en nadie.

—¿Entonces por qué estas apenado?.

—¿Yo?.

—Jajaja, ¡Solo mírate! ¡Es la primera vez que te veo así! ¡Que lastima que este tan oscuro, tenía que ver eso mucho mejor!

—¿Acaso te estas riendo de mí?.

—Eso es lo que estoy haciendo.

—¿Quién crees que eres?.

Hyoga cayó encima de Shun apretando su vientre con una mano mientras lo sujetaba con la otra. Los dos no paraban de reír, parecían simplemente dos pequeños jugando.

—¡Hyoga detente, en la panza no, por favor!.

—¡Vas a ver lo que pasa con quienes se ríen de mí!.

—¡Basta, me estás haciendo cosquillas!.

Hyoga paró el juego y continuó tendido sobre Shun, ambos todavía reían un poco; algunas lágrimas escapaban de los ojos de Andrómeda a causa de las carcajadas que no pudo contener.

—No deberíamos estar jugando en un momento como este.

—Relájate, ya te dije que no hay nada más que podamos hacer ahora.

—¿Hyoga?.

—¿Qué?.

—Ya puedes bajarte de encima de mí.

—No quiero, quiero quedarme aquí.

—¡Ah!, ¿No vas a comenzar con otro juego de esos?.

Hyoga sonrió y pasó una mano por la cabeza de Shun, apartando su cabello de la frente. Acerco sus labios lentamente, y lo besó suave, clavando sus ojos en Shun nuevamente. El pequeño Santo parecía estar sin reacción.

—Eres muy lindo, Shun.

—¿Q…?.

—Deja que yo…

Hyoga no terminó la frase, tomó la boca de Shun y lo besó despacio para que pudiese parar el beso si así lo quería. Pero eso no pasó, por el contrario, Shun aproximó más sus labios y abrió la boca lo suficiente para que la lengua de Hyoga consiguiese tocar la suya. Pero pronto Shun giró su rostro deteniendo el beso.

—No debimos haber hecho eso.

—¿Por qué no?.

—¡Porque está mal, Hyoga! ¡Yo ni siquiera bese a una chica, aun!.

—¿De verdad? Besas muy bien para ser alguien que nunca lo había hecho antes. Si quieres practicar un poco más, yo estoy aquí.

—Deja de jugar.

La expresión de Shun había cambiado, parecía asqueado, empujó a Hyoga saliendo de debajo suyo, y se sentó nuevamente con la mirada hacia abajo.

—¿Porque estas así? ¿No te gustó?.

—No es eso…

—¿Entonces qué?.

—¡Esto no está bien! ¡No quiero tener ese tipo de relación contigo!.

—Entonces, está bien. No voy a hacer más nada.

Hyoga colocó los brazos por detrás de su cabeza y cerró los ojos.

—Si llegas a cambiar de idea…

—No lo hare, Hyoga.

—Shun, tú me gustas mucho. De verdad. Es una pena que no quieras estar conmigo… No quiero ser insistente, pero quería que pensaras en eso y no descartases del todo la idea.

Shun suspiró, no sabía más que pensar. Estuvo solo por seis años en la Isla de Andrómeda, teniendo apenas una amiga como compañía. Al volver al Japón encontró en Hyoga un nuevo amigo, él era alguien en quien Shun sabia que podía confiar. Él había estado a su lado cuando pensó que había perdido a su hermano. Hyoga era realmente muy atrayente, pero nunca había tenido segundas intenciones para con el rubio. En sus trece años de vida casi nunca tuvo tiempo para pensar en cualquier cosa relacionada al sexo; y ahora Hyoga, un hombre, venia lleno de caricias para él. Era demasiado para su mente.

Ninguno de los dos intercambio palabra hasta que amaneció.

 

 

 

Continuará.

Notas finales:

Notas Finales: Anna-Chan es una de las pocas autoras que me dieron su aprobación para traducir sus historias. Y como ella tiene muchas, y a mí personalmente me gustan, voy a ir subiendo todas ellas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).