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Si tu Amor por Kim Usagi

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Notas del fanfic:

Ay... es mi primer fic oficialmente publicado, espero que les guste, dejen comentarios!!!

Notas del capitulo:

Mmmmm, digamos que no supe muy bien qué hacer, pero muchas gracias por leer!!

 

Un joven Takano ingresaba a su nuevo departamento, donde estaría durante su tiempo como estudiante universitario. Sus padres se acababan de divorciar hacía dos meses, y lo que era peor que eso, se había enterado que su padre, al que amaba como tal, no era realmente su padre biológico.

Aparte de eso, hacía más de un año que no sabía nada de Él. Ritsu había desaparecido cerca de la víspera de navidad y desde entonces, y a pesar de que se había esforzado en encontrarlo, no había podido encontrar rastro alguno. Ingresó a la que sería su habitación en ese piso. Prendió las luces, y se dio cuenta de que tendría mucho que limpiar y acomodar.

Las cajas que contenían la gran cantidad de libros acumulados durante su época de vivir con ambos padres. La mayor parte eran de literatura y sólo una caja dedicada a diversos mangas. De una de las cajas arrinconadas cerca de lo que sería la sala, sacó una grabadora, la cual contenía un CD grabado con diversas canciones. Solía escucharlo muy a menudo cuando hacía sus deberes caseros, así que ese día no sería la excepción, ya que debía acomodar todas sus cosas para empezar a vivir como Dios manda.

Cuando quiso poner play, el susodicho aparatito no funcionó, ya que estaba tan rallado de tanto uso que ni la última canción de ese disco se escuchaba bien. Haciendo un gesto el joven universitario puso la radio. No era su hábito, pues le fastidiaban por demás los programas radiofónicos, donde los conductores se la pasaban hablando 20 de los 30 minutos destinados a la música. Tardó en encontrar algo que le gustara. Sobre todo porque a esa hora de la tarde la mayor parte de los programas transmitían un montón de música melosa para los enamorados, y él, por muy enamorado que estuviera, no tenía el ánimo para disfrutarlo.

Tras varios segundos, y varios gruñidos más, Masamune se dio por vencido y simplemente dejó la primera estación que pudo sintonizar. Una presentadora muy animada comentaba las nuevas del espectáculo, sin embargo, no se puso a hondar en el tema y anunció la primera canción de la tarde.

 

El tiempo pasó como una estrella fugaz y nuestro amor falleció sin razón baby

Quisiera volver a aquél tiempo otra vez y poderte detener pues ya no puedo.

 

Sin tu amor no sé que vaya a ser conmigo.

Sin tu amor no sé cuál sea mi destino.

Sin tu amor el mundo caerá sobre mí.

 

Baby

 

Takano se detuvo un segundo… esa canción no pronosticaba nada bueno… al menos no para él. Se alertó, pero se dio cuenta que aún no había logrado desempacar ni la octava parte de sus libros. Simplemente su cerebro se desconectó de la radio, tomándolo sólo como un zumbido indicador de vida, y terminó de acomodar todo en ese departamento.

Eran ya casi las 4 de la mañana cuando recordó que era ser humano y que necesitaba dormir. Se acercó a la radio, que a esa hora sólo tenía canciones grabadas, y la apagó. Se tiró en la cama y simplemente se perdió en los brazos de Morfeo por ese día.

A la mañana siguiente, se despertó casi a las 10 de la mañana. Su estómago le urgió algo de comida, pero en ese lugar aún no tenía nada en la nevera. Tomó su chaqueta, pues era una mañana algo fría, y salió de su nuevo hogar. Cuando salió del tren que lo llevaba a la zona conurbada, se dio cuenta de que el hambre era mucha, y aunque no tenía interés de interactuar con las personas, no le caería mal comer en un lugar con gente a su alrededor.

Cuando llegó al centro comercial, se sentó en una silla alta, en una barra apartada de las mesas, pero si ubicada en la zona de comida. A su lado, unas chicas de prepa lo veían emocionadas, y algo sonrojadas, aun que simplemente las ignoró. Sus pensamientos volvieron como un huracán cuando, al ver a un joven con nerviosismo enfrente de un restaurante de comida rápida, dudando de acercarse a pedir o no, pues eso le recordaba mucho a cierto joven castaño de ojos verdes, quien se ponía rojo como un tomate al experimentar ese tipo de experiencias.

Quisiera volver a amarte, volver a quererte, volver a tenerte cerca de mí.

Hey, mis ojos lloran por ti.

Quisiera volver a amarte, volver a quererte, volver a tenerte cerca de mí.

Hey, mis ojos lloran por ti.

 

Me haces tanta falta y no lo puedo negar

No sé cómo de mi vida te pudiste marchar

Arrancaste mi corazón como un trozo de papel

Jugaste con mi vida y ahora me pregunto por qué.

 

Lo extrañaba, sí, lo extrañaba más de lo que quería admitir. Ese mocoso se lo había ganado de una forma que ni él mismo podía explicar. Recordaba cada gesto avergonzado. Extrañaba esa sonrisa de felicidad que veía cada que leía un nuevo libro. Amaba cuando recordaba esos ojos verdes, que un día le dijeron ‘me gustas Senpai’…

No entendía por qué se había ido, no lo comprendía. Su mente regresó a la realidad cuando vio que una chica de aspecto delicado se acercó a él, y lo alejó de ese lugar. Cuando el joven de aspecto tímido le devolvió la mirada a la joven, se dio cuenta que era, por mucho, muy diferente a Ritsu, a SU Ritsu. Ese joven tenía la mirada sucia, como de quien se aprovecha de las personas, y sintió algo de pena por la joven, que le recordaba tanto a él mismo.

-          Ritsu… ¿dónde estás?

Terminó de comer al tiempo que le dieron las dos de la tarde. Recordó que aún tenía cosas por comprar, así que se acercó a un centro comercial para adquirir todo lo necesario.

Cuando se acercó a la zona de verduras, vio a una pareja, que se notaba que tenían poco tiempo de salir. La chica se veía muy hiperactiva escogiendo un montón de frutas, mientras que el chico era algo más pasivo. A primera vista pensó que eran muy diferentes, pero al mirarlos más de cerca, se dio cuenta de que la joven usaba ropa del mismo estilo que el chico: pantalones desgarbados, tenis, playeras negras con una gran fotografía de la vocalista de Evanescence en la parte de atrás. Quizá eran de carácter diferente, pero compartían los mismos gustos.

Fue entonces donde recordó algo de su pasado junto a ‘él’…

~~~~Flash back ~~~~

-          ¿a dónde te dirigías? –preguntó un joven castaño quien comía un gran baguette.

-          Iba a la librería, hoy sale una nueva revista que me interesa.

-          ¿qué tipo de revista?

-          Una de literatura.

-          ¿publicaciones Marukawa?

-          Sí… está saliendo una nueva novela de un nuevo escritor.

-          ¿De Usami Akihiko?

 

 

~~~~Fin del Flash back ~~~~

¿Qué le pasaba a todo el mundo? Al parecer se empeñaban en hacerles presente su dolor. Ya suficiente era que le torturara por las noches el recordarlo, recordar su aroma, recordar las veces que él se entregaba, y la ocasión en que él cruelmente le dio una patada en la cara y se desapareció.

¿Por qué tuve que enamorarme de ti?

Quererte como te quise, y luego te perdí.

Yo creo que eso no es justo ante los ojos de Dios

Te di tanto amor y tú me pagaste con dolor.

 

Han pasado cuatro años. Por fin, después de muchos tropiezos personales, Masamune ha salido de la universidad, con un título en Economía que ni él mismo recordaba cómo había iniciado. Sólo recordaba que él, junto a su amigo Yokozawa, se habían graduado con honores, y que su mejor amigo había entrado a la editorial Marukawa al área de ventas. Después de algunos meses de probar diversos trabajos, que simplemente no llenaban sus expectativas, gracias a Yokozawa encontró uno donde podía explotar sus capacidades más allá de sus propias expectativas.

Pero no se esperaba qué trabajo. Había resultado mejor de lo que él mismo esperaba como editor. Un departamento destinado a desaparecer en una editorial podría ser la peor mancha en una empresa tan grande. Sin embargo, gracias a él, y a su gran equipo de trabajo, lograron sacar esa parte de la empresa del agujero de la desolación en el que se encontraba y la convirtió en uno de los pilares para esa empresa, todo en un año.

Ahora, recordar a ‘esa persona’ ya casi no le dolía. Incluso, hoy día, no lo recordaba. Pero no podía negar que anhelaba el día de volverlo a encontrar.

 

Pero algún día te darás cuenta lo que sentía por ti.

Y pensarás en mí aunque estés lejos de mí.

Ahora sólo me quedan aquéllos recuerdos

Y en mi corazón una voz que dice te quiero.

 

Sin tu amor no sé que vaya a ser conmigo.

Sin tu amor no sé cuál sea mi destino.

Sin tu amor el mundo caerá sobre mí.

 

Curiosamente, después de algunos años de estar a cargo de tan importante puesto de editor en jefe, un nuevo joven llegó a sus manos. De alguna manera sentía cierta atracción hacia él, aunque él no supiera el por qué.

-          Buenas tardes, soy Onodera Ritsu, empleado de planta.

-          Takano-san… lo busca el nuevo… ¿Takano-san? –una voz temblorosa y algo deprimente cortó con la paciencia del editor en jefe, quien simplemente dijo.

-          ¡cállate! ¡con la primera vez que te escuché fue suficiente!

Un Takano de 27 años estaba al borde de la histeria. Era el cierre del ciclo y simplemente no tenía humor para aguantar chamaquitos estúpidos sin interés, como la cara arrogante del nuevo mocoso le hacía ver.

Quiso jugar un poco con él. Tuvo la oportunidad perfecta para molestarlo cuando la mangaka necesitó ayuda para dibujar una viñeta de beso dramático. Pero por alguna razón, cuando probó los labios de aquél muchacho que lo veía como bicho raro, sintió que regresaba parte de él… una calidez que hacía mucho no sentía, le llenó el pecho, como alguien que sufre de deshidratación y toma, después de mucho, una gran botella de agua, o como el hambriento que después de estar privado de alimentos, el probar una fruta fresca le llena el alma y el corazón.

Fue entonces que lo analizó. Sus movimientos, sus gestos, todos ellos conectándolos entre sí, y ubicándolos en tiempo y espacio.

Dime si algún día, chica, yo te fallé

Cometí mis errores pero jamás te fui infiel

Nunca me atreví en abandonarte sin pensar en las cosas bonitas

Que entre nosotros pudieron pasar

 

Era él. No había duda. A pesar de que el tiempo lo había cambiado, aunque sus ojos demostraran más madurez, aunque su actitud fuera diametralmente opuesta a lo que solía ser, era él.

Una pequeña explicación era lo que le debía. Sí, eso era. No es que lo esperara aún. No es que aún quisiera tenerlo entre sus brazos y sentir su calor. Simplemente quería saber porqué lo había dejado así, sin más, sin ninguna explicación. Debía saber porqué nunca le dijo que él estaba comprometido, si era verdad que lo estaba. Debía saber si aún lo amaba… si aún era posible amarse.

Tus besos, tus caricias, tu forma de hacer el amor.

Son cosas que quedaron para siempre en mi corazón

Y te juro que si algún día yo me vuelvo a enamorar

Procuraré que ella tenga tu misma forma de amar.

Créeme pues mi alma te habla y no te miente.

 

El reclamo posterior al que se vio sometido lo dijo todo. Todo, absolutamente toda razón por la cual se habían separado, era un malentendido. Ahora bien, ¿qué podía hacer él para que su Ritsu regresara a él? Simplemente Onodera se había negado total y rotundamente a admitir si aún lo amaba, y eso le había dado un nuevo reto. Hacer que él le volviera a decir ese ‘te amo’ que tanto anhelaba escuchar.

Porque, a pesar de todo, a pesar de que no quería admitirlo, aún lo amaba. Nadie en su vida había podido llenar el vacío de su partida. Nadie podía conquistarlo como él lo hacía, y aún después de tantos años, nadie podía excitarlo como él lo lograba. Sí, había tenido sexo con muchas mujeres y hombres, siempre intentando borrarlo de su mente y corazón, pero todos esos intentos fueron directamente al fracaso y de ahí a la frustración.

Ni siquiera su mejor amigo, con quien lo había intentado, pudo llenar ese vacío. Ni siquiera Sorata, su gato. Nada. Y ahora estaba él, frente a frente, ¿cómo no quererlo de vuelta, ahora que sabía que él tampoco había pertenecido a alguien más en todo ese tiempo?

 

Mis ojos se acostumbraron para ti solamente

Y hoy lloran porque tu presencia se disolvió

Entre el odio, el rencor y la desesperación.

Daría yo mi vida para volver junto a ti

Y vivir aquellos momentos que me hicieron tan feliz

 

Quisiera volver a amarte, volver a quererte, volver a tenerte cerca de mí.

Hey, mis ojos lloran por ti.

 

Lloran por ti.

 

Curiosamente, ahora el hecho de que lo tenía más cerca –pues resultó que eran compañeros de piso –simplemente la idea lo enloquecía más.

Aprovechaba cada momento para besarlo. Para tocarlo, para intentar acercarse a él. Pero a cada rechazo, que él sabía perfectamente que era mentira, se sentía más y más triste.

¿Y si realmente no lo quería más? Sacudía su cabeza cada vez que el diablito de la duda indagaba en su corazón. Un día de esos, se coló a su departamento en la mañana, cuando el despistado, que no había cerrado la puerta, aún dormía. Él estaba tirado en pleno pasillo, con la chaqueta todavía puesta y los zapatos a medio quitar. El cuarto estaba cálido, por lo que no se tendría que preocupar de que se enfermara.

Tomó al menor en sus brazos y lo depositó en su propia cama. Eso le hizo recordar las veces que él durmió a su lado. Aunque a un principio, por su parte fue por el simple deseo sexual, después de eso se convirtió en una necesidad.

Él no podía negarlo más, lo amaba y siempre lo había hecho. Jamás se imaginó que sus días oscuros terminaran al verlo ahí, tan tranquilo, recostado en su cama y sin preocuparse de nada más.

Quisiera encontrar caminando en la ciudad pues sentirme a tu lado, donde tú estás. Baby.

Quisiera saber, cómo es tu vida ahora sin mí.

Y saber si en verdad si el amor en ti existe.

 

Quisiera volver a amarte, volver a quererte, volver a tenerte cerca de mí.

Hey, mis ojos lloran por ti.

Siento en el alma un vacío tan grande pues tú no te das cuenta de todos los planes que arruinaste.

 

Recordó las veces que lo buscó, recordó las veces que se perdió en los suburbios de la gente adinerada buscando su casa. Recorrió más de mil veces la biblioteca pública en busca de él, pero jamás lo encontró ¿y su huida había sido sólo por un malentendido? Pues ahora debían de recuperar el tiempo perdido.

Pasó el tiempo y el chico nuevo ya se había adaptado al trabajo. En varias ocasiones casi había tenido la oportunidad de escuchar del castaño que aún lo amaba, pero su nueva terquedad le hacía negarse a admitirlo.

Aunque por su parte también debía admitir que amaba ese nuevo carácter desafiante del más joven, pues seguramente en otras cosas también sería igual de fiero.

Pero el gusanito de la duda seguía ahí. No le reclamaba nada, y como diría la canción, seguramente él había encontrado una nueva luz, pero sin imaginar que esa nueva luz emanaba de la misma fuente que la primera.

Veo las olas del mar, cómo vienen y van

Y por cada ola que pasa rodo una lágrima más

Miro hacia el cielo, a ver si encuentro la luz

Que ilumine el camino hasta donde estés tú.

Y poder besarte como si fuera la primera vez.

 

Naufragar en tu corazón como un triste pez

Que te ama, te quiere, por ti se enloquece.

Pero qué lástima que las cosas no salen como uno quiere a veces

 

Cuando logró, por fin, disfrutar nuevamente de ese cuerpo que lo volvía loco, una alegría infinita lo invadió, junto al sentimiento de complementariedad que jamás había sentido con otra persona.

Lo amaba. Y sabía que él también lo amaba, entonces, ¿qué más podía pedir?

Si, quizá al otro día de lo borracho que estaba no recordaría nada. Sí, tal vez sólo él recordaría qué había pasado. Sí, simplemente no le iba a importar nada más, si ese era el primer paso a su nueva felicidad. Junto a él.

Pero se quedan los momentos en mi mente para siempre

Captura mis sentimientos pues ya no puedo verte

Mi corazón te extraña pero no lo puedo controlar

Pues fue contigo fue con quien aprendí yo a amar.

 

Esa canción simplemente no podría contra él. Porque a diferencia de todas las canciones de amor que pudiesen existir, él estaba 100% seguro de que, efectivamente, el amor lo alcanzaría también a él, y de la misma persona que se había ganado su corazón.

Quisiera volver a amarte, volver a quererte, volver a tenerte cerca de mí.

Hey, mis ojos lloran por ti.

Quisiera volver a amarte, volver a quererte, volver a tenerte cerca de mí.

Hey, mis ojos lloran por ti.

 

Una pequeña visita al hospital le dio una de las mayores experiencias de su vida. Sí. Ahora sí podía sentirse realmente completo.

 

Sin tu amor no sé que vaya a ser conmigo.

Sin tu amor no sé cuál sea mi destino.

Sin tu amor el mundo caerá sobre mí.

 

-          Estúpidas canciones de amor para dolidos. Simplemente, cuando estás destinado a esa persona, llegarás en cualquier momento a ella.

-          ¿dijiste algo Masamune?

 

Ritsu, con un pequeño bulto movible en su regazo lo miraba en el sofá. Desde que estaban juntos no había mayor felicidad en otra cosa, eso sin contar a la hermosa bebé a la que habían engendrado entre los dos. Ese tesoro que la vida les había regalado, con la piel como la nieve, ojos verdes y cabello negro como la noche, que no cabía duda que era suyo. Takano apagó la radio y se acercó a su amor, se sentó a su lado y depositó un beso profundo y cálido en sus labios.

Cargo a su pequeña hija, tan perfecta como la vida misma, en un brazo y con el otro rodeó a su primer y único amor, cuyo rostro sonrojado, como en sus épocas de juventud, lo miraban con unos ojos que destilaban el amor que siempre se habían proferido.

¿Ahora qué estúpido cantante se le iba a ocurrir la grandiosa idea de querer cantar su vida con los amores de su vida?

Notas finales:

Ammm... la canción se llama "mis ojos lloran por ti" de Big Boy y Vico C...

 

quizá luego me anime a hacer algo un poco más original.

 

Always keep in the fight!!


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