Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Miedo de las tormentas por Tem-chan

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste. es mi primer fic usando personages de una serie de anime así que espero haberlo hecho bien, xd

Miedo a las tormentas

 

El entrenamiento había acabado muy tarde en el día de hoy, el cielo era oscuro, había muchas nubes, esto me preocupó. El cielo estaba plegado de Cumulunimbus muy oscuras, y eso la mayor parte de las veces significaba lluvia y posiblemente rayos y truenos. Este pensamiento me aterraba. Mientras caminaba hacia mi casa a gran velocidad empecé a sentir gotas de lluvia caer en mi cabeza. Miré hacia arriba y vi un rayo partir el cielo por la mitad, me asusté. Segundos después escuché el terrible sonido de los truenos por la cual cosa me agaché y me puse las manos a mis oídos para intentar apagar el sonido a la vez que gritaba del miedo. Una vez se apagó el molesto sonido me levanté del suelo y miré a mi alrededor, esperaba que nadie me hubiera visto. No vi a nadie, claro que con las lágrimas que caían por mis ojos tampoco podía ver demasiado. Cogí mi maleta que estaba tirada al suelo, ya que la solté al taparme los oídos y salí corriendo, literalmente hasta mi casa. Por suerte quedaba cerca de ahí. A los pocos minutos llegué y con muchos nervios conseguí abrir la puerta a pesar de los temblores de mi mano. Entré dentro de la casa i cerré la puerta justo al mismo momento en que un resplandor iluminaran la casa, y segundos después un trueno se escuchara por ella. Otra vez me encogí en el suelo con las manos en mis oídos mientras gritaba y más lágrimas caían por mis mejillas.

—Fubuki, ¿estas bien? —oí gritar des de detrás de la puerta donde estaba apoyado mientras picaban en ella.

—¿Goenji-kun? –dije extrañado de oír su voz— “Será que tengo ilusiones por el miedo…” —pensé.

—Sí, soy yo Goenji. ¿Me dejarías entrar? —me preguntó esa cálida voz que tanto me gustaba.

Lentamente me levanté del suelo sin decir nada. No estaba seguro de si abrir o no. Podía ser que todo fuera una ilusión creada por mi mente a causa del miedo y la solitud de mi hogar. Me sentía un poco tonto mientras abría la puerta ya que no esperaba ver a nadie detrás de ella.

—“¿Y si no hay nadie? Puede que mi cabeza me juegue una mala pasada… y me hace creer que Goenji está aquí cuando no está. Pero… ¿y si él en realidad estuviera aquí? Y si no fuera una imaginación de lo que me gustaría… Shiro, no te hagas muchas ilusiones que luego es peor…” —me decía a mi mismo.

—Fubuki ¿estas bien? —me repitió la voz cálida.

—Si —respondí al mismo tiempo que abría la puerta— Goenji-kun…

En verdad estaba ahí, no me lo podía creer. Al final no era una ilusión mía, me acerqué a él y lo miré, estaba todo mojado. Me di cuenta de que aun estábamos en la puerta y me aparté un poco para que pasara, cosa que él hizo de inmediato. Mientras lo miraba embobado otro resplandor invadió la sala oscura en la que estábamos, ya que aun no había encendido ninguna luz. El ruido del trueno, que acompañaba al rayo hizo que me abrazara a Goenji escondiendo mi rostro bañado en lágrimas en su cuello y gritando del miedo.

—Fubuki ¿Qué te pasa? ¿Te dan miedo las tormentas? —me preguntó abrazándome y acariciando mi cabello. Esto me tranquilizó bastante—. Tranquilo, no es nada. Yo estoy aquí contigo, vamos…

—Gracias —le respondí en un pequeño susurro. Cuando por fin dejé de llorar me separé de él— lo siento —dije refiriéndome al abrazo.

Tenía mis mejillas rojas, por el lloro y la vergüenza. Él me miro y me sonrío tiernamente, lo que me hizo sonrojarme más si se podía.

—No te preocupes. A todos nos asusta alguna cosa. —Me respondió aun sonriendo.

—Sí, supongo —dije bajando la cabeza avergonzado. Pero la volví a levantar con un sonrojo en las mejillas—. Por cierto… ¿Qué haces aquí?

—Es que te vi en la calle, cuando te agachaste y noté que estabas llorando… y bueno… me preocupé por ti… y vine a ver si estabas bien.

—Gra… gracias —tartamudeé aun más avergonzado que antes, y si que era posible.

—No hay de qué, es normal estar preocupado por la persona a la que amas —me dijo tranquilamente mientras se me acercaba.

Ese momento sonó otro trueno y mi cuerpo reaccionó solo abrazándose de nuevo a Goenji. Una vez me tranquilicé un poco procesé la información que había recibido momentos antes.

-“Por la persona a la que amas… amas… amas…” —resonaba en mi mente— “¿Goenji-kun me ama? No puede ser… pero es real.” —alcé mi cara de su cuello y lo miré a la cara— ¿Has dicho que me amas?” —pregunté esperanzado.

—Si, Fubuki. Yo te amo.

Me sonrojé aun más de lo que estaba, y eso que era ya muy difícil, creo que en este poco tiempo he pasado por todas las tonalidades de rojo para llegar a la más intensa.

—Yo… yo también te amo.

Al escuchar estas palabras salir de mi boca, él me sonrió y se acercó para besarme. Mientras nos besábamos se escuchó otro trueno pero no me importó, estaba demasiado extasiado con ese beso. Su lengua se metió en mi boca sin aviso, pero tampoco me importó me gustaba demasiado la sensación que sentía como para negarme a ella.

Lentamente noté como Goenji me tumbaba en el sofá que había en la sala, él se tumbó encima de mí mientras comenzaba a quitarme la camiseta lentamente. Me asusté un poco.

—“Yo no estoy preparado para esto” —me dije, pero cuando me volvió a besar mi mente se nubló—. “Puede que si es con Goenji si, pero soy muy joven aun… ”

—Tranquilízate, no te voy a obligar a nada que tú no quieras. Sino quieres dímelo y paro.

—Yo si quiero, pero no sé si estoy preparado.

—Entonces, ¿Quieres que paré? —me preguntó separándose un poco de mi.

Al notarlo lo abracé fuerte, lo más fuerte que podía.

—No te separes, por favor —supliqué asustado—. Por favor —repetí. Bajé la cabeza— Puedes continuar.

—¿Estás seguro? No quiero que te veas obligado.

—Sí, estoy seguro, por favor. Continua.

—Como quieras… pero si en algún momento quieres que pare me lo dices —responde inseguro mientras vuelve a su tarea de quitarme la camiseta.

Me volvió a besar esta vez con más pasión. Besó mis labios, bajó por mi cuello, besó mi pecho y jugueteó un poco con mis pezones. Yo no paraba de gemir y de pronunciar su nombre con excitación, no podía parar era mucho el placer que me otorgaba. Luego bajó hasta mi ombligo donde jugó un poco con su lengua haciéndome cosquillas. Me reí un poco. Lo que hizo que Goenji sonriera.

Bajó sus manos hasta mi cadera y se deshizo de mis pantalones y de mis bóxers. Mientras tanto Goenji había vuelto a su tarea de besar mi cuerpo y disfrutándolo con cada caricia que daba mientras me quitaba la ropa y escuchando como yo gemía sin parar.

Una vez quitada mi ropa bajó más hasta llegar a mi miembro que ya estaba erecto des de hacía un rato. Lo lamió y seguidamente se lo metió en su boca entero.

-—Ahhh… —solté más fuerte que antes sin poder contenerme— Goenji-kun… ahh… ahhh…

Goenji sonrió satisfecho por mis gemidos y volvió a lamerla. Al final no pude más y con un gran gemido me corrí en su boca. Me avergoncé de lo que había hecho y ni siquiera le había avisado.

—Perdón Goenji-kun —dije tímidamente.

—Tranquilo, sabe bien —me respondió sonriente mientras se acercaba a mi cara para besarme suavemente.

Mi cuerpo se relajó después de está escenita tan excitante. Mis ojos estaban por cerrarse cuando de repente Goenji se tumbó encima de mí acariciando mi cuerpo de nuevo y acercando su mano a mi trasero. Se lamió tres de sus dedos y los acercó a mi entrada mientras me besaba de nuevo con pasión. Entró un dedo dentro de mi agujero.

—Ahhh —grité, esta vez con dolor— Duele Goenji-kun… ah… duele…

—Tranquilo, pronto se te pasará, ya veras. Confía en mí.

Asentí, si que confiaba en él, pero eso dolía. Al cabo de poco dejó de doler y empezó a gustarme, Goenji lo notó y metió otro dedo. Hacia movimientos circulares y de tijera, era molestó pero esta vez no me dolió tanto como con el primer dedo. Poco después vino un tercer dedo y acabó de dilatarme.

—¿Estas listo? —me preguntó esperando para continuar.

Volví a asentir con la cabeza y se quitó su ropa rápidamente. Se puso entre mis piernas y empezó a penetrarme. Arqueé mi espalda, dolía. Dolía mucho.

—“No me extraña con lo grande que era su miembro era obvio que dolería mucho” —pensé antes de que el dolor invadiera mi cuerpo— Ahhhhh —solté con toda la fuerza que pude utilizando todo el aire que quedaba en mis pulmones. Lo que hizo que jadeara para recuperarlo— Go… Goenji-k…kun… duele mucho.

Las lágrimas salían de mis ojos desesperadamente, sentía un dolor insoportable. No lo podía aguantar. Apreté con fuerza mis manos con tanta fuerza que me hice daño en las palmas de mis manos. Por lo que volví a gritar aunque está vez un poco más flojo. Goenji me miró con preocupación.

—¿Estas bien? —me preguntó asustado por mis lágrimas.

—S… sí —respondí, aunque la respuesta correcta era un no rotundo.

Él no dijo nada, solamente me besó y esperó. Al cabo de un largo rato me acostumbré a la invasión y se lo hice saber para que empezara. Y él, lo hizo rápidamente. Empezó a dar pequeñas embestidas lentamente, empecé a jadear y él fue más rápido en sus movimientos y también más fuerte en la penetración de manera que llegaba más al fondo dentro de mí ser. En un momento tocó un punto que me dio placer, un gran placer así que sin más me puse a gemir cada vez que daba en ese lugar. Me sentía bien, mi miembro ahora volvía a estar erecto y Goenji se dio cuenta de manera que lo cogió con la mano y empezó a masturbarme. Al cabo de poco me corrí por segunda vez mientras él se corría en mi interior, segundos después.

Goenji salió de mi interior y sé quedó encima de mi un poco hasta que se recobró de su rápida respiración, luego se acercó a mi cara me dio otro beso y se separó de mi, para poder vestirse.

—Pu… puedes ducharte si quieres —le dije mientras le miraba recoger su ropa.

—¿Te vienes conmigo? —me preguntó. Lo miré y asentí—. Aunque primero llamaré a mi padre para decirle que me quedo a dormir aquí.

De repente volví a escuchar otro trueno y me ovillé en el sofá muerto de miedo.  Goenji se acercó a mi y me abrazó. Asentí un poco con la cabeza al notar que él estaba allí.

—“Me está abrazando de nuevo” —pensé feliz mientras me tranquilizaba rápidamente. En sus brazos me sentía feliz y seguro—. Claro que puedes quedarte. Te quiero.

—Yo también te quiero. Y no sabes cuanto.

 

FIN

Notas finales:

¿Les ha gustado? Espero que si, jaja.

Espero sus reviews, con criticas positivas o negativas.

Os quiero


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).