Amy
Me desperté con un dolor horrible de cabeza y estaba desorientada. Esta habitación no era la mía. No había nadie. Eran las nueve de la mañana. Pensé que sería un sueño así que decidí dormir un rato.
Diez de la mañana. Otra vez en esta habitación desconocida. No recordaba haber dormido en casa de alguna amiga el día anterior . Estaba asustada, no sé que hacía aquí y a cada pensamiento me ponía más nerviosa. Me tranquilicé, una persona asustada no piensa con claridad ni es objetiva. Decidí explorar este lugar que no me resultaba para nada familiar.
La habitación en la que me encontraba era grande, más que la mía, y la cama también. Las paredes estaban pintadas color melocotón claro, como mi habitación. ¡Que coincidencia! Estaba segura de que aquí dormía una chica. Bueno, solo había que ver la ropa tirada por el suelo. Que desordenada...Yo también lo soy, no tengo derecho a pensarlo.
Había una mesa amplia con un ordenador bastante... Nunca había visto este modelo, pero parecía muy caro, y algo futurista. Mi mamá nunca me dejó tener un ordenador en mi habitación.
El armario también era grande y con mucha ropa dentro. La chica tenía los mismo gustos que yo. ¿Quién rayos vive en esta casa?
En una de las estanterías vi un marco con una foto de dos chicas. Desde donde estaba no podía verlas bien, debido a mi miopía, por lo que me acerqué.
Esta chica de la izquierda era bastante linda. Que ojos más bonitos. La chica de la derecha... Un momento... Si era igualita a mí. Tal vez su nariz me gustaba más que la mía. Tendrían los mismos años que yo.
Parecían felices. Tuve la sensación de que esta chica era muy especial para mi... ¿hermana, prima desconocida?
–Son las diez y cuarto de la mañana, día 21 de junio de 2037. Le recuerdo señorita Shion que dentro de siete horas tiene que recoger el regalo.–esa voz robótica venía de un despertador... Espera, ¿2037? ¿Dónde diablos estoy? ¿Quién es Shion? ¿Qué clase de nombre es ese? ¿Porque no estoy en el año 2012?
Un sonido proveniente de mi bolsillo interrumpió mis dudas y mi miedo por el desconcierto. Saqué lo que parecía un móvil y una grabación empezó a hablar.
–Tranquila, no tengas miedo, no va a pasarte nada. Supongo que tendrás muchas dudas, pero no todas podré respondértelas. Tu nombre es Amy, tienes diecisiete años. Ahora te diré lo más importante. Shion es tu hija.–¡¿Qué?!–Sé que lo que estas viviendo ahora no es nada común–¿no me digas?–pero si estas aquí es por una buena razón.–la voz se paro durante un segundo– Tu misión es ayudar a tu hija a encontrar a la persona adecuada con la que compartirá el resto de sus días. Tienes un plazo de tres meses, lo que durará todo el verano. Ve a tu habitación, metete en el armario y encuentra la caja fuerte, ya sabes la clave. Encontrarás una llave de un apartamento pequeño y la dirección de este. Vivirás allí hasta que consigas tu misión. No te preocupes por los gastos, todo está pagado.Recuerda que Shion no puede saber que eres su mamá. Buena suerte, confió en ti.–La voz paró de hablar. Me resultaba maternal y no pude evitar llorar. Pensé en mi madre y cuanto la extrañaba en esos momentos.
Tenía miedo. Deseaba que esto solo fuera un sueño, y al despertarme poder reír aliviada. Pero a cada segundo que pasaba era más consciente de que mi deseo no era posible. Me sequé las lágrimas y fui decidida a buscar "mi habitación".
Por alguna extraña razón no tarde mucho en encontrarla.
Lo primero en lo que me fijé fue en la cama. Reí. Siempre deseé tener una cama así de grande. Las paredes también eran color melocotón claro. Era una habitación muy grande. Me gustaba.
No había tiempo que perder, me metí en el armario y ví la caja fuerte. ¿Cuál clave podría ser? ¿Mi cumpleaños? No, demasiado egocéntrico. ¿El de Shion? Pero yo siempre quise tener tres hijos, no me gustaban los favoritismos. Igual ella era mi única hija. ¿El de él? ¿Estoy casada? ¿Con quién? Metí la fecha de su cumpleaños y la caja se abrió. Mi alegría se esfumo tan deprisa como apareció. Eso no significa que me haya casado con él.
Dentro encontré la llave y dinero envuelto en una nota que ponía "Para el taxi. Esta ciudad es de las más seguras, así que no te preocupes. Jamás te pondría en peligro"
Me sentí protegida y un sentimiento de calidez albergo en mi pecho.Sonreí. Sentía que podía confiar en ese persona al cien por cien.
Aunque deseaba ver mi casa del futuro, no podía. Tenía que darme prisa antes de que mi hija llegase del instituo, o cualquiera de mi familia. Se sentía extraño, pero muy agradable. Tenía una hija preciosa, que yo supiese, una casa enorme y tal vez me había casado con el amor de mi vida.