10 años atrás.
-¡Mamá! Thor me está fastidiando.
-¡Claro que no! Yo no estoy haciendo nada.
-Hijos míos- dijo Fridda- dejen de pelearse.
-¡Pero mamá!- replicó Loki con tan solo ocho años de edad.
-No seas tonto, hermano- Thor tenía en ese entonces diez años- Yo no te estaba haciendo nada.
El menor de los hermanos se fue con un puchero hacia la biblioteca del palacio.
-Hijo, es mejor que vayas a hablar con tu hermano. Sabes que entre tú y él, no puedo interferir.
-Okey- dijo el niño de cabellos dorados en voz muy baja.
Thor era listo aunque a veces era un poco salvaje, pero esa vez su inteligencia lo dominó y dedujo donde estaría su joven hermano.
Loki subió al segundo piso de la biblioteca, se sentó en el piso y tomó un libro de hechicería.
-‘Gjörk…¿mirjnär?’
A pesar de la poca edad que este niño tenía, su inteligencia superaba a cualquier persona en el reino. Era tan inteligente como el Padre Supremo. Solo él en todo Asgard, tenía esa habilidad de manejar los más difíciles conjuros que podrían existir, claro, con práctica.
Loki tenía curiosidad sobre todo lo que existía en universo, de ahí su pasión por la magia.
Ese libro que había tomado eran los hechizos usados para la psicología asgardiana. Ese hechizo ‘Gjörkmirjnär’ era para demostrar la verdadera alma de quien lo dijera.
Loki se miró en un espejo que había al lado de una estantería, y lo que vio no fue para nada de su agrado…
Era él pero toda su piel era azul, sus ojos dejaron de ser esmeraldas para convertirse en un color tan rojo como la sangre.
Loki se asustó y lanzó el libro de hechicería por las escaleras, se sentó contra la pared y trató de tranquilizar su creciente llanto. Para la desgracia de él, se había convertido en su peor pesadilla.
Thor abrió lentamente la puerta, no pronunció ni una sola palabra. Se dio cuenta que un libro estaba por la mitad de las escaleras, subió lentamente para no hacer ruido.
-¿Loki?
-¡Vete!
-¿Qué pasa, Loki?
-¡Solo aléjate!
Thor estaba absorto, se acercó a donde estaba su hermano y le acarició la cabeza para asegurarle que todo estaría bien.
-¿Qué pasa hermano?- susurró.
Loki levantó la cabeza, tenía los ojos llenos de lágrimas y enseguida Thor entendió porqué su hermano estaba tan alterado.
Thor lo abrazó sin motivo alguno.
-¡¿Qué haces?! ¡Suéltame!
-No, Loki. No te soltaré.
El tacto de su hermano mayor estaba deshaciendo el hechizo…
Thor besó a su hermano en la punta de la nariz, y lentamente Loki volvía a ser el de siempre.
-Mírate en el espejo- le ordenó.
Loki estaba dudoso, pero aún así se levantó y se sorprendió al verse de nuevo con la piel de su color original.
Lo abrazó en señal de agradecimiento y Thor se sintió querido por su hermano, por primera vez.
-No le digas esto a nadie- le susurró- si no cuando despiertes tendrás serpientes en toda tu cama.
-Como diga, su majestad.
-Todavía no puedo creer que te acuerdes de ese día- le dijo Loki, ya con 18 años de edad.
-Cada día que paso contigo- le dijo Thor mientras acariciaba su mejilla- lo atesoro como el mejor día de mi vida.
Loki se sonrojó solo un poco.
-¿Apesar de ser un mounstro... me amas?
Thor posó un casto beso en sus labios.
-Para siempre- le susurró.