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El descendiente de Alicia en el país de las maravillas por Unno Takashiro

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Notas del capitulo:

Bueno, hola aquí otra vez, esta vez les traigo un pequeño one-shot de la historia de alicia en el país de las maravilas. He de hacer notar que sus personajes no me pertenecen sino a su autor, yo solo los trastorno un poco xD

Espero que les agrade~

 

 

-No estoy loco, no lo estoy… ¿verdad?

Murmuraba para sí mismo cierto hombre, aún dudando de sus propias palabras, estaba bastante cuerdo para lo que ese imaginario lugar le deparaba, todavía no admitía los que sus orbes cristalinas como el mar le habían mostrado; tenía que hallar un modo de salir ¿no había un cuento similar a lo que le pasaba? ¡Demonios! ¿Por qué su mente se empeñaba en olvidar todo cuando lo necesitaba?  Con un pesado suspiro sus manos se adentraron en los bolsillos de sus ropajes para sacar un papelito doblado minuciosamente y de un modo perfecto e impecable.

Era una especie de diagrama mal pintado, lo que debían ser líneas rectas eran puras curvas sin sentido, la paralelas chocaban unas contra otras, las oblicuas no tenían forma y todo el dibujo se volvía un garabato indescifrable.

-¿Disculpe, le apetece una taza de café?

Murmuró un buen mozo chico, con un sombrero de caballeros de antaños, sus cabellos de un llamativo color naranja le llegaban hasta la cintura atados en una perfecta cola de caballo, dejando que varios mechones más cortos del mismo cubriesen su rostro, ocultando sus orbes tras del largo flequillo.

-¿Otra vez tu?

Murmuró el chico algo enfadado y ceñudo, mirando amenazantemente a aquel sujeto de notable altura; el contrario solo se mostraba servicial y con una sonrisa de amabilidad infligida pegada a sus labios

-Mnmmm, así que esa es la otra perdida, o mejor dicho el “otro” perdido, no sé cómo es que llegan a nuestra localidad tan fácilmente ¿acaso hay un portal en su mundo?

Exclamó con un tono de voz más agudo un chico con cabellos castaños oscuros, casi igual que el olor opaco del café. Con una mirada penetrante recorría al señalado de arriba hacia abajo con esa mirada acusadora a la vez que despertaba de un codazo a otra persona que dormía plácidamente sobre el mantel de color pastel.

-Hoy desayunamos cereal con leche

Murmuró entre bostezos un pequeño que estiraba sus bracitos al aire y pestañeaba varias veces para poder abrir finalmente sus oscuras orbes y posarlas sobre el recién llegado. 3 segundos de completa observación fue lo que duró aquellos azabaches ojos sobre el rubio ojiazul antes de dejarse llevar nuevamente por Morfeo.

-Pero qué descortesía, ni siquiera dijo “hola”

Indignado ante tal actitud, el hombre cruzó sus brazos y frunció su ceño antes de que un fuerte tinte color carmín tiñeran sus mejillas de golpe ante el abrupto sonido de su estómago rugiendo por comida, bajando su cabeza, llevó sus dedos a jugar entre ellos en un signo de notorio nerviosismo.

-¿Quieres un aperitivo?

Volvió a dejarse escuchar la voz profunda de aquel hombre que poseía una vestimenta elegante y el chico no dudo en aceptar la oferta; pronto se vio arrastrado por el más alto hasta un asiento especial, con un gesto de caballerosidad sentó en el asiento al pequeño joven antes de reunirse de nuevo con sus otros compañeros a disfrutar del té.

-¿Por qué se sientan todos arrinconados en una sola silla si hay tanto espacio en el lugar?

-Porque conformamos una hermandad, y los hermanos son unidos- respondió el chico que hacía bailar el sombrero sobre su dedo

-No todos son así de unidos

-¿Y? –argumentó el joven de castaños cabellos haciendo una mueca desagradable y retadora en su rostro

-Solo preguntaba, por cierto ¿Dónde están los aperitivos?, solo veo té en la mesa

Volvió a inquirir el joven hambriento pero su pregunta no fue respondida, los tres jóvenes ignoraban la existencia de su visitante en el lugar. Con un fuerte y sonoro estruendo el joven estrelló sus manos contra la mesa para hacerse notar mientras miraba irónico a tres chicos en la silla.

-Pero que maleducado sois, tengo hambre y ustedes me ignoran, servidme comida

Exclamó el chico mirando fúrico y lleno de ira a los que le escuchaban sin pronunciar palabra, por dios ellos le habían invitado y no le estaban atendiendo que falta de cortesía por su parte

-Si los platos y cubiertos no se aproximan a ti ¿cómo esperas se que te sirva la comida?

Pronunció en un tono calmado aquel chico de cabellos castaños, haciendo un gesto de obviedad con sus manos. El rubio al oír semejante respuesta se fijó en la lencería  que huía del extremo en donde él se hallaba, los platos, cubiertos, tazas y demás escapaban a toda velocidad del extremo de una mesa para lanzarse suicidas por el otro, al ver esto ya su sorpresa no era notoria, cosas extrañas ocurrían en aquel lugar y algo como platos moviéndose era algo de esperarse aunque lo de ser suicidas si era nuevo.

-Si se rompen todos no tendrás donde comer

-Y sin nada donde comer, no hay comida

Exclamaron los dos jóvenes sonrientes al muchacho que fijaba sus orbes en la lencería ¿no comida? Tan solo faltaba escuchar eso para él mismo pararse en la punta de la mesa y corres atropellador hasta el otro extremo que a su vez parecía no culminarse hacía cada vez más y más largo y no finalizaba y uno a uno los platos se lanzaban contra el temple suelo esperando su agonizante muerte.

A solo un plato de caer al suelo, el joven se barrió en el mantel atrapando entre sus manos al sacrificio del grupo quien se sacudía del temor de ser el “elegido” entre el grupo; por otro lado un victorioso joven se volvía a su lugar para disponerse a comer su merienda. No hacían falta tenedores o cuchillos con el plato era suficiente para que la comida se sirviese, a la espera impaciente de un buen trozo de panes; se dejó escuchar el fuerte tic tac de un reloj alarmando a todos. Rápidamente dos de los jóvenes se levantaron del asiento para empezar a corretear por el lugar, el que se hacía llamar el Sombrerero Loco y La liebre de marzo mientras aún plácidamente dormía el Lirón.

Con pasos apresurados los chicos colocaron sobre la larga mesa un montón de dulces y platos recién sacados de un estante para decorar el lugar con una grandiosa pinta de festejo a la par que de un pellizco levantaban al dormilón y se ponían a bailar y a canturrear entre ellos

-Feliz Feliz no cumpleaños, ¿a mí? y a tu, feliz feliz no cumpleaños!

Grandes coros orquestales empezó a dirigir la liebre con una cucharita en la mano haciendo mover al ritmo de su mano a la orquesta de lencería nueva sobre la mesa. En el mismo extremo se hallaba incrédulo el joven hambriento mirando la ocasión; no se izo esperar que el sujeto de larga y anaranjada cabellera agarrara las manos del joven y le levantara de su asiento para coordinar una espléndida coreografía

-Imagínate que en tu vida solo tienes un solo y único cumpleaños, pero aquí aún te quedan 364 o 365 no cumpleaños dependiendo de si es año bisiesto o no

Espetó el joven de larga cabellera con una amplia sonrisa en su rostro a la par que contaba con sus dedos los días del año para luego sacar un pastel escondido en su sombrero

-Lo siento, no celebro el no cumpleaños ya que es mi cumpleaños

Comentó el joven rubio y la fiesta se detuvo, todos se quedaron mirando al chico con cierto desánimo y pesares en sus ojos

-Entonces no comes pastel

Exclamó el castaño para arrebatarle el pedazo de pastel de las manos al chico.

-Sin no cumpleaños no hay pastel

Sentenció y la fiesta acabó.

-Siento haber nacido en un día como este

Refunfuñó el joven cruzándose de brazos enfadado. Sin hacerse esperar un bostezo se soltó por el aire y unos orbes de color azabache empezaban a vislumbrar el mundo otra vez.

-¿Quién es él?

Señaló el lirón durmiente quien apuntaba con su dedo al rubio ojiazul

-Es Alicia MMCMXC

Respondió el pelilargo a la par que disfrutaba de una buena taza de té dentado de piernas cruzadas en una de las tantas sillas del lugar

-Oh!- fue lo único que se escuchó del lirón antes de caer dormido otra vez

-¿Alicia? Oye soy un hombre, no me coloquéis nombres afeminados

-No es nuestra culpa el llamarte así, lo decidió tu    tataratataratataratataratataratataratataratataratatara tataratataratataratataratataratataratataratataratatara tataratataratataratatara tataratataratataratataratatara tataratatara tataratataratataratataratatarata taratataratataratatara descendiente

Culminó jadeante la liebre quien se esforzaba por tomar buenas bocanadas de aire puro y fresco, con una palma en su pecho sintiendo su falta de oxígeno

-Exacto, ella se llamaba Alicia y como la reina de corazones la maldijo pues su última palabra antes de ser decapitada en este extraño mundo fueron “Mis descendientes vendrán en el nombre de Alicia y acabaran con tu reino”, claro antes de ti todas habían sido mujeres

Explicó el pelilargo al confundido joven quien entrecerraba los ojos a tal desdichada información, el rubio ladeando un poco la cabeza tratando de comprender su situación ¿varado en un mundo desconocido por una maldición?, que ilógico era eso ¿por qué nunca había escuchado tal atrocidad de su familia?

-Tengo una duda –espetó puntualizando la importancia de la pregunta con su dedo- ¿por qué si todas eran mujeres yo un hombre vine a varar a este lugar?

-Porque seguro que sí eres una mujer –interrumpió la liebre impulsivamente- mírate, vistes un bonito vestido, travesti, te confundieron por chica

-Soy un hombre!!!!, mi ropa se ensució y esto fue lo que ese mendigo conejo me lanzó, soy un hombre

Se apuro en aclarar el rubios con un tono de voz alterada y casi gritando

-Compruébalo- mencionó retador el pelilargo

-Mira!

Y no se hizo esperar, alzándose la falda del abombachado vestido el rubio señalo la zona entre sus piernas haciendo un gran énfasis

-¿Lo veis?, si que soy hombre y ¿saben algo? Quiero salir de este lugar, explíquenme como mis descendientes lograron escapar

-No lo hicieron, todas murieron decapitadas, la llave al escape de este mundo lo lleva de collar la reina de corazones colgada en su cuello, si quereis salir debeis decapitarla a ella o morir en el intento como todas las demás Alicias

Escupió el pelilargo antes de colocarse firmemente su sombre en su lugar a la par que veía como el rubio tragaba saliva en seco ¿Morir? Esa no era una opción, tenía que salir de ese lugar así que ahora su rumbo había tomado un giro: Decapitar a la reina

-¿Irás a intentar matarla?

-No iré, la mataré y volveré a mi mundo

-Vale, solo te digo que muchas lo han intentado y ninguna lo ha logrado yo que tú me quedo en este lugar a disfrutar del buen tiempo que hace

-¿Eres estúpido sombrerero? Este lugar es para locos, ven a mirarme obtener mi libertad, solo espera y verás que esta Alicia desacera la maldición.

Notas finales:

¿Que tal quedó? ¿No les gustó? ¿Me quieren amedrentar? dejenlo en sus Rw y dependiendo de las respuestas posiblemente lo haga un fic con la historia completa o no así que veremos~


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