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Notas del capitulo:

hola holaq mis querid@s lectores estoy aqui reportandome de nuevo con un nuevo capitulo de este fic. espero que les agrade yta que lo hice con mucho amor para ustedes, aaaa.... perdon por la demora pero esque mi cerebo paso por una crisis llamada exames de primer parcial y me bloquee por un tiempo XD pero ya estoy de vuelta jeje bueno sin mas habladurias mias espero que lo  disfruten .

oooo una cosa mas en este cap. ya pasaron 4 años y  ps el fic aunque haya relacion de amo y mayordomo en tre ciel y sebas no es como en el anime. espero no decepcionarl@s . bueno ahora si que lo disfruten =)

Ya era de noche y en la mansión Phantomhive un pequeñito de tres años se encontraba sentado en su grande cama, esperando a que su amigo y mayordomo Sebastian le pusiera su bata para dormir. Esperaba paciente mientras movía sus piernas como si estuviera chapoteando agua en una alberca. Y cuando lo vio acercarse dejo de moverlas para que este pudiera hacer mejor su labor.

 -Oye, Sebastian

 -Si, joven amo- respondió mientras le abrochaba los botones de la bata de Ciel -Ciel, Sebastian ya te he dicho que me llames por mi nombre- dijo con un puchero y en forma de regaño, con enfado mal fingido.

 -Ciel- el mencionado sonrió al escuchar decirlo, y Sebastian le puso atención a lo que su pequeño amo le quería decir.

 -Sabes ¿que día es mañana?- le dijo mirando lo a los ojos, ya que Sebastian había terminado su labor de vestirlo

 -Por supuesto que se que día es mañana Ciel – le dijo esbozando una sonrisa, claro que sabia que día era.- mañana es un día muy especial - le dijo viéndolo al los ojos también, y pudo observar que en las mejillitas de su niño se acentuaba un tono rosado. Esta imagen le dio mucha ternura. Sonrió y dijo - es tu cumpleaños.

 Ciel que todavía mantenía su mirada a esos ojos rojos que tanto le gustaban.

 -Si mañana recibirá muchos regalos- dijo con algo de tristeza en su voz, recordando que el aun no tenia que regalarle a su joven amo.

 Ciel noto eso en la voz de Sebastian

 -Pero sabes, solo estoy ansioso por recibir el regalo de una sola persona

 -Si – dijo Sebas con algo de tristeza.

 -Y ¿no quieres saber quien es esa persona?- Ciel noto que la tristeza en los ojos de Sebastian se hacia mas grande, y se empezó a preocupar.

 -Si tu quieres decirme quien es, entonces te escuchare- delineo una triste sonrisa al verse descubierto por su niño.

 - – fue lo que dijo

 -¡He!...- lo había escuchado bien o solo era una broma le estaba diciendo su lindo joven amo que ¡esa persona era el!

 - – volvió a decir- que tú eres la persona de la cual yo espero ansiosamente mi regalo- dijo y su sonrojo aumentó.

 Sebastian se quedo muy sorprendido, su semblante paso de triste a uno muy feliz. – desde hace tiempo se dio cuenta que cualquier acción o palabra que le dijera su joven amo hacia que sus sentimientos crecieran. Lo hacia viajar a un mundo de sensaciones desconocidas aun para él.

 Sebastian no sabía como reaccionar, tenia que decir algo, para romper el silencio que se había creado en el ambiente, e improviso con lo primero que se le vino a la cabeza

 -Y, ¿Qué te gustaría que te regalase?

 -…-lo medito un rato, que es lo que le gustaría que Sebastian le regalase, nunca se había preguntado algo así, que le gustaría recibir de Sebastian. A el le gustaba pasar tiempo con Sebastian por que se divertía mucho jugando con el, además el siempre lo cuidaba y procuraba que siempre que nada le faltase, entonces ¿que le podría pedir a Sebastian? Y entonces se le vino una idea  a la cabeza ya sabia que deseaba de Sebastian.

 -Sebastian, ya se que es lo que quiero que me regales-le dijo con mucha emoción- quiero que me des como regalo un día entero contigo.

 Sebastian al escuchar esto no hizo mas que sonrojarse y atinar a decir- si eso lo que tu deseas esta  bien por  mi, digo de verdad quiere pasar un día entero conmigo… no es que no quiera pasar un día entero contigo- decía casi tartamudeando- solo que estoy todo el día aquí en la mansión contigo.

 -Eso ya lo se que siempre estas aquí, pero no siempre estas conmigo también haces otras tareas así que yo no quiero que tu estés conmigo como mayordomo, quiero que estés conmigo como tú, - le dijo señalándolo con el dedo índice, el pequeño Ciel no sabia si se dio a entender bien lo que el quería que hiciera pero lo dijo con voz firme y decidida.

 -¡Como!, ¿yo?- y se apunto así mismo, algo expectante

 -Si, como tú y solo tú, no como mi mayordomo- sonrió ante las reacciones de Sebastian

 -Si eso es lo que deseas así lo are, para mi será todo un placer pasar el día entero contigo Ciel-y le dedico una tierna sonrisa.

Y así se quedaron observándose, como si no quisieran dejar de verse a los ojos, Sebastian observaba el sonrojo de las mejillas de Ciel, pensando en lo lindo y tierno que se veía su joven amo, Ciel por su parte no podía dejar de ver los hermosos ojos carmines de Sebastian que siempre le había llamado la atención, como si lo hipnotizaran con solo una mirada. Se había creado un ambiente de paz, algo ligero, donde solo ellos dos existían. Pero ese ambiente se rompió debido a la intromisión inoportuna de la madre de Ciel. Lo que provoco que se sobresaltaran y desviaran sus miradas, Rachel, que los había estado espiando desde hace tiempo solo soltó una leve carcajada al observar los rostros sonrojados de ambos tratando de esconderlos.

 -¡Oh!, espero no haber interrumpido algo – dijo con fingida inocencia, y delineando un sonrisa picara en su rostro.

 -N…No se preocupe señora no pasaba nada- dijo con mucho nerviosismo

 -Mami- dijo muy alegre Ciel- Sebastian me va a dar el regalo mas lindo de todos. Rachel se acerco a la cama y se sentó junto a su adorado hijo.

 -A, si, eso es cierto Sebastian- y lo regreso a ver

 -B-Bueno tampoco no es como si mi regalo fuera el mejor, yo solo pasare el día entero con el joven amo… - Rachel lo interrumpió

 -Bueno en ese caso, tendré  que competir contra ti para ver quien de los dos le da el mejor regalo a Ciel – la señora se levanto de golpe de la cama dando un brinco hacia a delante y poso una mano en su cintura y la otra la alzo con el puño cerrado, como declarando que iniciaba una guerra. Después se volvió a sentarse en la cama junto a Ciel como si nada hubiera pasado. Ambos chicos se le quedaron viendo expectantes al comporta miento de su madre y su ama.

 -Mami, pero el regalo de Sebastian, yo se lo pedí, el me pregunto, que era lo que quería que me regalase y yo le respondí eso- lo dijo algo rápido por la pena que sentía, al confesar tal petición.

 -Hummm..., - puso un dedo en su babilla como meditando - bueno si fue petición tuya, entonces no tiene caso de que yo compita aquí, - dijo con un toque dramático, – pero ahora te declaro mi rival Sebastian Michaelis – le dijo en de manera muy sombría  dejando a un Sebastian con cara de temor, y soltó una carcajada malvada. A lo que Ciel solo la vio con una sonrisa dudoso. – Bueno cariño me solo viene a darte el besito de buenas noches, y decirte que papá llegara un poco tarde pero estará todo el día de mañana para festejar tu cumpleaños, buenas noches- dijo muy contenta, le dio un besito en la mejilla y se paro de la cama – Buenas noches Sebastian – le dijo con una sonrisa y le despidió con un besito en la frente, y salio de la habitación, dejando a un Ciel y un Sebastian muy perplejos por el comportamiento de Rachel.

 Después de un rato de silencio.

 -Bueno creo que ya es hora de dormir, mañana se tiene que levantar temprano- acostando a su amo en la cama para arroparlo.

 -Esta bien, sabes ya ansío a que llegue el día de mañana y así poder pasarlo todo el día contigo.

 -Si yo también ya quiero que sea mañana – lo termino de arroparlo, se le quedo viendo fijamente a los ojos en un momento de silencio, pudo verse reflejado en aquellos hermosos ojos azules que tanto le gustan y por un momento le dieron ganas de darle un beso de buenas noches. Pero la voz tartamudeante de Ciel lo distrajo

 -S-Sebastian, yo…

 -Si joven amo, digo,  Ciel

 -No, nada… solo buenas noches y… hasta mañana- tan concentrado estaba en los ojos de Sebastian que no se dio cuenta de que le dijo joven amo, ya que el siempre le decía que lo llamara por su nombre y lo reprendía por eso, pero los ojos carmines de él le hacían olvidarse de todo.

 -Buenas noches…- dejo solo la luz de lámpara de la cómoda, apago las luces del cuarto y se fue, cerrando la puerta con cuidado.

 

  Un nuevo día se presentaba y ya era hora de levantarse. Y cierto jovencito de hermosos ojos rojos, corría de un lado para otro apurado por que ya casi era hora de despertar a su joven amo.

 -Ah!, que debo ponerme, mi uniforme de mayordomo, o ropa casual, no espera pero tengo que ir a despertarlo, no, no, no… dijo que quería que solo fuera yo, no su mayordomo, ah que es lo que debo hacer – el pequeño Sebastian estaba frustrado al no saber que ropa ponerse, mientras su padre lo miraba divertido.

 -Deberías tranquilizarte un poco hijo, solo estas eligiendo un cambio de ropa – le dijo su padre para tranquilizarlo un poco, pero solo lo empeoro más.

 -No padre, no solo es un cambio de ropa, el joven amo me dijo que para el día hoy quería pasar el día entero conmigo, como yo, no como su mayordomo, así que debo poner todo de mi parte para que las ordenes de mi amo se cumplan al pie de la letra – dijo Sebastian con voz firme y muy decidido, mirando a su padre a los ojos denotando la seguridad de sus palabras.   Ante esto su padre solo sonrió muy orgulloso del empeño que su hijo ponía para ser un buen mayordomo.- pero no es posible que no sepa elegir que ropa ponerme – dijo y el semblante decidido de Sebastian cambio a uno de desesperación, entonces su padre sonrió, a pesar de ser un niño muy decidido, y de tener en claro que era lo que quería hacer, era eso, solo un niño, y tenia derecho de actuar como tal.

 

*****

 

  En otra parte de la mansión un lindo niño de cuatro años apenas cumplidos, estaba sentado al borde de su cama, ya cambiado y listo para pasar el día con Sebastian.

 -Mami, ya estoy listo – y de un salto se bajo de la cama

 -Crees  que esta bien que no le hayamos dicho a Sebas que yo te iba a despertar.- dijo Rachel algo preocupada, pues sabia que el pequeño Sebas tenia dificultades.

 -Esta bien, aun que todavía no este listo, aun si todavía no despierta, será mas divertido – y salio corriendo de su cuarto en dirección al cuarto de Sebastia.

 -Cariño no corras en las escaleras, ¡te puedes caer! – salio también ella del cuarto corriendo detrás de su hijo.

 

*****

 

  En su cuarto Sebastian todavía se encontraba sufriendo, por no saber que ponerse.

 -Oee!, ¿que me pongo?; ¿que me pongo?- fue interrumpido por la grave voz de su joven amo abriendo la puerta de su cuarto de golpe, asustando a el padre de Sebastian y a Sebastian que en ese momento dejo de hacer lo que estaba haciendo para poner atención a su joven amo que había entrado sin previo aviso a su habitación.

 -Joven amo ¿Qué hace aquí?, ¿por que no esta en su cuarto?

 -Bueno, como te has tardado mucho, decidí que yo mismo me arreglaría – Ciel decidió hacer le esa pequeña broma.

 Sebastian le observo de pies a cabeza, >>Mi joven amo a pesar de que no le ayude a vestirse se ve muy bien<<

 -Joven amo se ve usted muy bien – dijo y Ciel se sonrojo un poco

 -Hummm...…, gracias Sebastian, - le observo por un momento y vio que todavía traía puesta su pijama, Sebastian se dio cuenta de que le observaba – me gusta como se te ve tu pijama, si me gusta también las ovejitas que tiene – dijo señalando una de ellas.

 Sebastian se quedo viendo donde señalaba el dedo de Ciel y no reacciono sino hasta después de un rato. – Aaaaahhh!-dio un grito- lo siento joven amo, por mostrarme en estas condiciones ante usted y la señora Rachel – dijo cubriéndose con sus manos el pecho y su parte baja como si estuviese desnudo. A lo que Rachel, Ciel y hasta su propio padre se soltaron a reír a carcajadas.

 Sebastian estaba muy avergonzado.

 -Por favor no se rían mas, de mi- pararon de hacerlo

 -Sebastian ¿estas enojado conmigo?- pregunto Ciel disimulando tristeza

 -N-No joven amo- Ciel movió la cabeza negativamente – perdón, Ciel, no, no estoy enojado contigo.

 -Pero con nosotros si – dijo Rachel con un puchero y señalándose a ella y al mayordomo

 -No, tampoco estoy enojado con ustedes – se apuro a decir- pero ya no se rían, por favor

 -Bueno, dime Sebastian piensas quedarte así toda la mañana

 -¡No pero es que no se que ponerme! Si mi uniforme de mayordomo o ropa casual- dijo con un poco de desespero en su voz

 -Sebastian, te dije que quería verte como tu, no como mi mayordomo, así que ponte ropa casual, además yo nunca te visto con otras ropas que no sea tu uniforme así que no hay duda ponte ropa casual.

 -Esta bien, entonces me iré a cambiar al baño, salgo en un momento.

 -Bueno señora, les dejo boy a ver al amo Vicente

 -Esta bien, nosotros lo esperamos – dijo sonriendo

 Después de un rato el pequeño Sebastian salio vestido con un pantalón entallado de mezclilla color negro y una playera de manga larga con rayas horizontales color verde y mocasines negros. Dejando a todos muy sorprendidos, pues se veía muy bien  así.

 -¡Oh!, Sebas te ves lindísimo – le adulo Rachel- verdad que si Ciel

 -Si mami se muy bien- dijo sorprendido pues nunca lo había visto así- fiu, fiu- disimulo un silbido.

 -Ciel cariño

 -Si mami

 -¿Qué fue eso?

 -Le chifle a Sebastian por que se ve muy guapo- dijo esbozando una sonrisa

 Sebastian se sonrojo e intervino- pero así no se silba

 -Ya lo se, pero yo no puedo silbar, Sebas, por eso imito su sonido

 -Bueno ya que estas listo vamos a la sala, para que Ciel nos diga que es lo que quiere hacer el día de hoy.

 Se fueron a la sala donde ahí ya los esperaba Vicente sentado en el sillón individual. Ciel al verlo corrió a abrasarlo. Mientras los demás se sentaba en los otros sillones de la sala, Rachel aun lado de su esposo en el sillón para dos personas, Sebastian al otro lado de Vicente quedando enfrente de Rachel, y Ciel en las piernas de su padre.

 -Y bien mi niño ya decidiste que es lo que vas a hacer hoy, quieres salir a algún lado, algo especial para comer, dile a papá que es lo que quieres hacer- dijo Vicente muy emocionado por saber que era lo que quería hacer su pequeñito.

 -Yo papi quiero estar todo el día con Sebastian- dijo Ciel con una linda sonrisa. A Vicente casi se le borra la sonrisa y pierde la compostura al escuchar eso. Rachel solo tenia una sonrisa en su rostro ella ya se había resignado a ese deseo de su hijo. Y Sebastian se sonrojo.

 -Pero también lo quieres pasar con tu mami y conmigo verdad cariño-dijo Vicente tratando de controlarse y no desmoronarse ahí mismo.

 -No, yo solo quiero pasar todo el día con Sebastian, solo con él – y siguió sonriendo. Esto solo sirvió para que la cordura de Vicente se terminara de quebrar y se echo a llorar ahí mismo, haciendo berrinches. Ciel que estaba sentado en sus piernas, se bajo y se fue a sentar a un lado de Sebastian, y este le sonrió. Rachel tenía una gran sonrisa dibujada en su rostro y Vicente seguía haciendo su berrinche.

 -Ciel papá también quiere estar contigo-con cara de borrego a medio morir

 -Pero yo solo quiero estar con Sebastian – y lo abrazo, sorprendiendo a Sebastian, entonces Vicente se dio cuenta, y cambio su semblante a un aura casi asesina, y se dirigió a Sebastian.

 -Tú, - dijo con una voz muy seca y denotando seriedad – Sebastian – el susodicho trago grueso –porque mi lindo hijo te prefiere a ti en vez de a mi – y se hincó de rodillas quedando frente de donde estaba sentado Sebastian – dime cual es tu secreto- Sebastian se quedo en shock al ver a Vicente Phantomhive en ese estado.

 -Amo por favor levantase no es necesario que este hincado- Ciel se abrazo mas a Sebastian poniéndolo mas nervioso – Amo por favor… esto… yo

 -Mira, no vez que Ciel te prefiere a ti, por favor- Sebastian estaba confuso no sabia que hacer

 -Ríndete cariño, no es necesario que Sebas te diga nada, por que para lo que pasa entre ellos dos no hay explicación alguna- hablo por primera vez Rachel después de solo observar y sonreír. Entonces Sebas puso su vista en ella, Vicente recupero su postura seria y se le quedo viendo dudoso a su esposa y Ciel seguía abrazando a Sebastian.

 -Y ¿Qué es lo que pasa entre los dos querida?

 -Pues lo mas obvio, que los dos se aman- ante la respuesta de Rachel; Vicente casi se desmaya, Sebastian se ruboriza a mas no poder y Ciel sigue abrazando de Sebastian.

 

 Después de un rato, con Vicente ya recuperado, una Rachel aun sonriente, un Sebastian ruborizado, y un Ciel aun abrazado de Sebastian. Vicente cedió ante la deseo de su hijo.

 -Bueno pero por lo menos déjame estar contigo cuando partas tu pastel, si – dijo con ilusión

 -Si papi en eso si me van acompañar.

 -Si yo quiero ver cuando mi lindo bebé parta su pastel- dijo sonriente Rachel

 -Además no nos lo podemos comer todo solo Sebas y yo – sonrío

 -Buuuaaa!, así que solo es por eso- empezó de nuevo a lloriquear- yo que pensaba que de verdad querías que te acompañásemos- muy deprimido ya. Rachel se levanto de su lugar a darle apoyo a su esposo.

 Ciel se levanto del sillón, dejando de abrazar a Sebastian y se dirigió a posicionarse enfrente de sus padres - papi - y con eso hizo que Vicente dejara de lloriquear y le prestara atención, Rachel le observo también.- no te pongas triste, yo los amo y no se preocupen que si quiero que me acompañen en la partida de mi pastel.- y con esto Vicente y Rachel no dudaron en lanzarse a abrazarlo, dándole muchos mimos y diciendo cosas como – sabíamos que nos seguías queriendo y gracias por permitirnos estar presente.

 Sebastian observaba muy divertido la escena. Pero su sonrisa se esfumo cuando escucho el tono y el aura asesina que juro que emanaba de los cuerpos de los padres de Ciel.

 -Sebastian – entonces sintió un escalofrío recorrer su espalda, pues le dio algo de temor. Y que Ciel se levantara de donde estaba sentado para sentarse junto a Sebastian y volverlo abrazar, no ayudo mucho. – oficialmente quedas declarado como nuestro rival – dijeron ambos al uníoslo, Sebas se angustio mas y Ciel se abrazo mas a Sebastian.

 

 Ya se encontraban en el comedor, ya se habían tomado muchas fotos; partiendo el pastel, y también en el momento en que Ciel recibía sus regalos. Todos estaban muy contentos.  Pero Sebastian, solo esperaba a que llegara el momento indicado para darle su otro regalo a Ciel.

Notas finales:

como pudieron observar aqui ciel acaba de cumplir 4 añitos y sebas todavia tiene 6 añitos  .

las cosas iran avanzando conforme pasen los años puede que sean de 2 atres dependiendo de como se me ocurra que continue  jeje

espero que haya sido de su agrado y si les gusto espro verlo en sus comentarios .

me despido aqui tsubane-chan cambio y fuera

bye bye miau

=D


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