Tú siempre serás la persona que iluminas mis días de soledad, eres el ser por el cual soy capaz de hacer enfrentar mis más grandes temores, cada día que pasa le agradezco al cielo por hacer que vea nuevamente tu rostro, algún día nuestra felicidad se acabará, nuestros caminos dejarán de estar unidos, pero mientras eso pase disfrutaré cada día como si fuera el último, te disfrutaré a ti y a tu hermosa sonrisa.
El sol se ocultaba, un hermoso anochecer se asomaba por aquella ventana de aquel cuarto, la hermosa luna empezaba a asomarse, aquella hora era muy tranquila para varias casas, pero en una morada en especial dos personas se unían en uno solo.
—Sasuke yo…—Naruto se encontraba recostado en la cama, sus manos cubrían su rostro ya que aquel rubio estaba muy sonrojado.
—No digas nada Naruto, sólo déjate llevar—Sasuke se acercó a la boca del rubio y le dio un dulce beso, en el cual transmitía todo el amor que sentía por su rubio.
Naruto correspondió aquel beso con mucha ternura, al mismo tiempo que se besaban Sasuke empezaba a desabotonar la camisa del rubio, el moreno parecía un experto, cada botón lo desabrochaba con sumo cuidado, tratando de ser paciente.
El rubio intentó hacer lo mismo al moreno pero solo consiguió que el azabache lo viera con curiosidad—Naruto, parece que es tu primera vez, no te pongas tan nervioso, me contagias—Sasuke rió al ver que las manos temblorosas del rubio hacían un intento inútil por desabrocharle su camisa.
—Pero quiero hacer que tú también…—Naruto fue callado con un beso de Sasuke.
—Deja que yo me encargue—Sasuke mencionó aquello en el oído del rubio; sin perder más tiempo rápidamente desabrochó su camisa, dejando ver aquel cuerpo bien trabajado, Sasuke ignoraba que el rubio lo miraba asombrado.
—¡Eso fue rápido, no sabía que eras experto!—menciono el rubio con un tono de molestia.
—Dobe, no te iba a esperar por siempre, además no creo que sea tu primera vez—Sasuke miró fijamente al rubio.
—…—
El silencio del rubio le delataba, era cierto que no era su primera vez, pero acosarte con tu primer amigo, no siempre es algo que planeas de un momento a otro.
Sasuke vio que el rubio aún tenía puesta su camisa puesto que el mayor sólo le había desabrochado 3 botones de aquella prenda, apresuradamente terminó de desabotonar la camisa del rubio. Ambos tenían el dorso desnudo, Sasuke se deleitó con aquel cuerpo debajo de él, Naruto no era fuerte ni tampoco era débil y eso se notaba en su abdomen que apenas estaba trabajado.
El moreno besó aquel dorso y el rubio se estremecía, cada caricia era una onda de placer para ambos, Sasuke prosiguió a quitarle los pantalones al rubio, pero esta vez no le costó tanto trabajo hacerlo porque aquellos pantalones tenían el cierre abierto.
—¡No me mires Sasuke! —el rubio al percatarse de que Sasuke se dio cuenta de su cierre cubrió su rostro con una almohada.
—¡No es para tanto dobe! —al tener fuera los pantalones del rubio, Sasuke empezó a acariciar la tela que cubría la intimidad del rubio, al hacer eso hizo que Naruto soltara su primer gemido.
—Esto solo es el comienzo—Sasuke sacó sus pantalones con todo y bóxer, haciendo que el rubio lo mirara algo temeroso.
El trigueño se inclinó hacia el blondo y le dio un beso, en el cual aprovecho para seguir dándole placer a su pequeño y quitarle aquella tela que estorbaba, Naruto se estremecía con cada roce que Sasuke le daba porque el de ojos azules estaba en las mismas condiciones que el mayor y aquellos roces iban directo a su hombría.
—¡Sasuke ahí mismo!—decía entre gemidos el rubio ya que Sasuke le tocó un punto en el cual el rubio se estremecía.
—¡Como desees dobe! —aquellos roces se volvieron más rápidos y Naruto soltó la semilla en la mano de Sasuke.
—¡Perdóname Sasuke!, yo no quise…
—¡Calla Naruto! —Silenció Sasuke— si es tuyo no me importa. —Naruto, ¿trajiste alguna protección?.
—No—articuló el menor.
—Entonces es mejor parar—Sasuke iba a parar cuando el rubio le detuvo.
—Hazlo Sasuke, no importa.
—¿Estás seguro dobe?.
—Si, ¿Qué más podría pasar? —Naruto se oía seguro al decir aquello pero en el fondo tenía cierto temor, era la primera vez que no usaba protección.
—Como gustes dobe.
—Sasuke, ahora yo quiero darte placer—las mejillas del menor estaba sumamente sonrojadas.
Naruto se acercó a la entrepierna del moreno, buscó aquel trozo de carne y se lo metió a la boca, era costumbre estimular a sus parejas de aquella forma, empezó a lamer aquel miembro, su lengua apretaba aquella virilidad.
—Eres bueno en esto Naruto—Sasuke abrió mas sus piernas para que el rubio siguiera con su labor.
El rubio metía y sacaba el miembro, el azabache estaba inmerso en una ola de placer.
—Dobe, me voy a venir, quita tu boca de ahí.
Naruto obedeció al mayor y sacó de su boca aquello, la semilla del moreno salió, el rubio se limitó a sonreír mientras se acercaba al moreno para besarlo.
—Ahora déjame terminar lo que empecé—el azabache tomó su propio semen y empezó a untarlo en sus dedos.
Sasuke, ¿porqué haces aquello? —era la primera vez que al rubio lo preparaban así, la mayoría de las veces usaba lubricante, además el condón venía lubricado.
—¡Ya lo veras dobe! —al decir aquello el moreno alzó las piernas del menor e introdujo tres dedos en la entrada del rubio.
—¡Duele teme! —soltó el rubio con molestia.
Sasuke seguía preparando aquella entrada, sus dedos se movían en círculos expandiendo aquella entrada estrecha.
Al tener aquella entrada preparada, el moreno colocó las piernas del rubio sobre sus hombros, besó la frente del rubio y de una sola estocada entró en Naruto, el rubio gimió muy alto al sentir aquella intromisión.
—D…uele, Sa…asuke—el menor tenía clavada sus uñas en la espalda del moreno.
—Perdóname Naruto—Sasuke besó los labios de Naruto y con ello se empezó a mover dentro del menor, haciendo que el de orbes azules ahogara sus gemidos en la boca de Sasuke. Las embestidas cada vez se hicieron más intensas y eso hacía que el rubio gimiera sin control.
—Muévete un poco más rápido Sasuke—el rubio se había acostumbrado a aquellas embestidas por ello había enrollado sus piernas alrededor de la cadera de Sasuke para que este penetrara al menor con más fuerza.
—¡Naruto, ya me voy a venir!—Sasuke soltó su semilla en la entrada del rubio y este al sentir aquello hizo que su espalda se arqueara y que el rubio soltara su semilla en el dorso del moreno.
El moreno salió del rubio y ambos se recostaron respirando hondo, ambos sabían lo que les deparaba al día siguiente, el cansancio era notorio y ambos estaban cerrando sus ojos.
—Te quiero Naruto—mencionó Sasuke al ver que Naruto cerraba sus ojos por el sueño.
—Lo sé Sasuke—sonrió el rubio mirando las oscuras orbes de Sasuke.
La aurora se hizo presente y un moreno se hallaba solo y desnudo, Sasuke se fue despertando ya que la claridad entraba por su ventana y eso le molestaba a sus ojos. El azabache giró su vista y se percató que el espacio que era ocupado por el rubio ahora estaba vacío, el moreno sabía a lo que se enfrentaba puesto que el rubio se lo había dicho días atrás…
—¡Naruto me gustas mucho! —el moreno se oía agitado puesto que corrió al ver al rubio, desde hace un tiempo tenía aquellos sentimientos por el rubio y sin que el tiempo siguiera transcurriendo Sasuke decidió hablar con Naruto para transmitirle su sentir.
—Tú igual me gustas Sasuke, pero…
—Naruto, quizás no estás listo para enfrentarte a un amor, ya que tienes miedo porque siempre terminas lastimado, pero yo te quiero mucho, desde que éramos pequeños me gustaste, sé que tienes miedo pero yo te prometo que conmigo no será así, yo te quiero para bien. —Sasuke miraba fijamente a Naruto y este desviaba su vista para otro lado.
Era cierto que Sasuke era muy guapo, el moreno era muy popular en la escuela, era cierto que Sasuke salía con algunas personas pero el moreno sólo tenía ojos para el blondo, Naruto aún no estaba listo para enamorarse, sus relaciones anteriores resultaron un completo fracaso, sus ex amores terminaban enamorándose de otro y cada vez que eso sucedía el corazón del rubio se quebraba, por ello Naruto se cerró al amor, aquella declaración hecha por Sasuke hizo pensar al rubio, el menor quería a Sasuke pero aquel amor temía que fuera efímero, aquella inseguridad hacía que el blondo no fuera verdaderamente feliz.
—¡No me respondas ahora Naruto! —mencionó Sasuke al ver al blondo pensativo. —dobe no quiero presionarte, sé que mañana te vas a Nueva York puesto que en fuiste transferido en tu trabajo, yo no espero que me correspondas, si rechazas mis sentimientos lo entenderé y haré mi vida, nunca te reprocharé nada—Sasuke se acercó al rubio y le besó la frente, haciendo que el rubio sonriera.
—¡Sasuke espera! —al oír que Naruto le llamaba Sasuke le volteó a ver. —Yo no estoy listo para enamorarme—dicho eso el rubio bajó la mirada.
—Descuida dobe, no te presionaré.
Ambos se dirigieron hacia la casa del moreno, aparentemente todo iba bien pero por un acercamiento accidental del rubio los instintos carnales de ambos despertaron y eso hizo que ambos se entregaran en cuerpo.
—Espero que esto no haya sido un error—mencionó Sasuke al salir de aquellos pensamientos—pero lo hecho, hecho está, Naruto se fue de mi lado y yo seguiré con mi vida, será difícil olvidarlo porque al ver aquel cielo azul me recordarán a tus hermosas orbes.
El anochecer llegaba y el rubio se encontraba en el avión, el cual ya había despegado desde hace un tiempo, Naruto pensaba lo que pasó la noche anterior y una sonrisa surcó su rostro.
—Sasuke, perdón por no corresponderte pero tengo miedo, algún día nuestros caminos se encontrarán de nuevo y estaré ansioso porque eso ocurra. —Naruto miró la ventana y vio la oscuridad del cielo, el menor sonrió con nostalgia. —Este crepúsculo me recuerda a tus ojos, cada anochecer pensaré en ti, Sasuke gracias…
Desde que el rubio estaba Nueva York, entró a su nuevo empleo, la gente de aquella oficina era muy amable, se había encontrado con su viejo amigo de la infancia, Gaara, su departamento era el ideal, todo era perfecto. Pero a los pocos días Naruto empezó a sentirse cansado, mareado, con antojos extraños, preocupado fue al doctor para que este le revisara, el médico le hizo unos análisis y al examinarlos resultó que el menor era un doncel y por lo tanto estaba embarazado.
Naruto estaba sorprendido, nunca se hubiera imaginado que el fuera un doncel, pero estaba sumamente feliz, dentro de su ser empezaba a crecer una criatura que dependería de él, ¿el padre de su hijo estaría igual de feliz?, eso era algo que sabría después de que Sasuke se enterara.
La oscura noche en Nueva York era hermosa, los brillantes edificios hacían su aparición, el tráfico empezaba a desaparecer, el viento frio comenzaba a soplar. Un rubio se asomaba por el barandal de su apartamento y veía con nostalgia aquel cielo negro.
—Otra vez pensé en ti teme, aunque han pasado los meses me dejaste algo con que recordarte siempre—el menor tocó su pequeño vientre de cinco meses. —Dentro de poco nuestro hijo naciera.
—¿En qué piensas Naruto? —la voz de Gaara, su mejor amigo que desde hace tiempo vive en Nueva York, lo sacó de sus pensamientos. —¿Otra vez piensas en Sasuke?.
—No puedo evitarlo—admitió el menor.
—Naruto, no puedes ser tan egoísta, tu mismo le dijiste a Sasuke que rehiciera su vida con alguien, además él no sabe que estas esperando un hijo de él. —el pelirrojo estaba enamorado del rubio, este lo sabía pero le dijo que no podía corresponderle puesto que aun no tenía bien definidos sus sentimientos.
—Algún día se lo diré, cuando este pequeño ser nazca y decida volver a Japón, será dentro de dos meses—los donceles sólo llegaban hasta el séptimo mes de embarazo.
—Naruto, tienes suerte de que aun conservaras tu empleo tras haber dicho acerca de tu estado.
—Mi trabajo es mi vida, le agradezco a Mitu-chan, además doro lo que hago, los diseños de interiores es mi pasión. —sonrió el rubio con ilusión.
—Naruto—llamó Gaara, haciendo que el rubio le volteara a ver—Si Sasuke no se hace responsable de tu hijo te prometo que yo cuidaré de él.
El blondo sonrió, se acercó al taheño y le dijo: Gaara, estoy muy agradecido por todo lo que has hecho pero el padre de mi hijo es Sasuke y el teme como mi hijo tienen derecho a saber la verdad.
—¿Crees que él se hará cargo de su hijo?.
—Si él no asume la responsabilidad, yo trabajo y mi hijo tendrá un sustento, regresaré a Nueva York y asunto terminado.
—Espero que no resultes lastimado Naruto—Gaara suspiró y se dirigió al baño.
—No puedo evitarlo Gaara—susurró el rubio, siempre me pregunto: ¿Qué estará haciendo, qué hará de su vida, con quien estará, pensará en mí?...
—¡Felicidades Sasuke, dentro de siete meses te casas! —Suigetsu empezaba a beber el lico que le habían servido en un vaso mientras felicitaba a su amigo.
—Gracias—aquella palabra fue un poco deprimente.
—Sasuke sé que aun quieres esperarlo, pero seamos honestos, si no te ha llamado en seis meses, ¿crees que lo hará ahora? —el peli plata tenía razón, su moreno amigo aun no había olvidado al rubio.
—En eso tienes razón, pero no me caso por que quiera, me caso porque mi padre me esta obligando.
—Pero no pusiste resistencia, es decir que estás haciendo un intento por olvidar al rubio, ¿me equivoco? —Suigetsu quería lo mejor para Sasuke, era su mejor amigo después de todo.
—Mejor no hablemos de eso—Sasuke tomó un vaso de licor y se lo bebió de un trago.
—Tómatelo con calma Sasuke, el licor no se irá a ningún lado—Suigetsu imitó a su amigo y tomó el licor, con calma…
—Un tiempo más e iré a Japón, conocerás a tu padre, Kazaki—Naruto suspiró con alegría, su pequeño hijo conocería a su padre y él lo conocería a él.
—Dobe, te extraño—la copa de licor se iba gastando poco a poco.
Un destino siempre es impredecible, la felicidad no siempre dura para siempre, si uno no toma las buenas oportunidades que se les dan en su momento, luego te arrepentirás de no haberlo hecho, las cosas buenas que pasan en la vida son contadas.