-Hyung.. –Habló el más pequeño.
-¿Uh? –Contesto Jin.
-Uhm.. a ti.. mmm.. ¿te gusta alguien? –Pregunto de manera tímida, volteando rápidamente su rostro para que el mayor no notara su sonrojo.
-Uhm.. la verdad es que sí. –Respondió el mayor con simpleza mirando al maknae.
-Oh.. –Fue la única respuesta que dio Gongchan antes de excusarse con ir al baño. Le habían dolido las palabras del líder. “Babbo, ¿Creíste que se fijaría en ti?” pensó hacia sí mismo.
Al salir vio todas las luces apagadas suponiendo que ya todos habían ido a dormir, lo que agradecía y lamentaba en algunas ocasiones, cómo está por ejemplo, ¿la razón? El tener que compartir habitación con Jinyoung.
Al entrar al cuarto la luz también estaba apagada por lo que procuro no hacer algún mínimo ruido hasta llegar a su cama. Al sentarse en esta, sintió un quejido bajo él que lo asusto haciendo dar un corto brinco y ahogar un pequeño grito entre sus manos que cubrieron su boca rápidamente.
-¿Channie..? –Pregunto aquel que por accidente había aplastado, pero que reconoció perfectamente como para saber de quién se trataba.
-¿Hy-hyung que ha-haces en mi c-cama? –Pregunto nervioso el menor. Quería dormir o por lo menos intentarlo, y justo al que quería sacar de sus pensamientos se le ocurrió interrumpir sus planes.
-Quería dormir contigo.. –Respondió el mayor haciendo que instantáneamente al menor se le acelerara el corazón a un ritmo bastante rápido y que un rojo carmesí tiñera sus mejillas. Agradecía al cielo que estuvieran a oscuras.- .. ¿te quedarás ahí parado toda la noche Channie?
Lo saco de sus pensamientos rápidamente. Sin decir nada se acostó tratando de hacer distancia con el otro, ya que no podía evitar sentirse completamente nervioso al tenerlo tan cerca.
Fue entonces que sintió unos brazos rodear su cintura haciéndolos quedar prácticamente pegados.
-¿Estás enojado conmigo? –Pregunto Jin dejándolo algo desconcertado al no saber sobre lo que hablaba este.- Desde la pequeña platica que tuvimos hace un rato, te fuiste y te encerraste en el baño casi por cuarenta minutos. –Aclaro el mayor. ¿Tanto se había demorado? Pensó.
-N-no hyung, no e-estoy enojado contigo.- “Jamás podría estarlo” pensó nuevamente.- Es solo que no me sentía bien.. –“Créelo por favor” rogaba el menor en su mente.
-¿Me quieres Gongchan? –Pregunto de sorpresa el líder causando que al pequeño se le detuviera la respiración por unos segundos.
“Más que a nadie hyung” Confesó el maknae en su interior. – P-por supuesto hyung.. –Respondió sin poder evitar sentirse nervioso.
-¿Más que un amigo? –Volvió a preguntar el otro, pero esta vez con un tono bastante serio.
-¿Eh? –El pequeño había quedado en shock ante tal pregunta.- C-como un hermano.. –Dijo el medio como media respuesta y media pregunta.
-¿Solo como eso? –Pregunto esta vez con una leve risa que dejaba notar un deje de tristeza. –N-no te comprendo hyung.. –Respondió algo confundido el menor. - ¿Acaso jamás te podrías fijar como algo más en mí? –Dijo el mayor volteando el cuerpo del maknae haciéndolos quedar de frente.
El menor no pudo evitar temblar un poco y al querer responder Jin se adelantó. –Tú eres aquella persona que me gusta Gongchan, te amo, yo.. no sé qué haría si no te tuviera. –Confesó el mayor, provocando en el menor una cálida sensación en su corazón.- Aunque no sea corres.. –Intento decir el mayor, pero unos suaves y delicados labios se posaron sobre los suyos, mezclados con un sabor salado suponiendo que eran las lágrimas del pequeño.
-También te amo hyung.. siempre lo he hecho. –Respondió el maknae, entre sollozos haciendo que el otro lo volviera a rodear completamente entre sus brazos.
-No llores bebé.. estaremos juntos, te lo prometo. Desde ahora seré yo quién te saque una sonrisa. –Dijo el mayor besando con delicadeza los labios del menor.
-No es necesario, ya lo haces Jinyounnie. –Susurro el menor contra los labios ajenos. El líder esbozo una amplia sonrisa.
Y así, se durmieron tranquilos abrazados, al haber abierto su corazón expresando sus sentimientos, y felices al ser correspondidos de igual forma, y también dejando a tres curiosos sonriendo como bobos tras la puerta al saber que sus “hermanos” al fin se habían declarado algo tan obvio, tanto para ellos, como para sus queridas Banas.