“ Me observaba detenidamente mientras yo solo atinaba a mirar el espejo, volteé a ella y nuestros ojos se encontraron, me acercaba y alejaba y así, seguía intentando entrar en el juego que había deseado hace ya tanto tiempo. Cuando de un momento a otro me paralicé, quedé ahí, frente a frente, todo se detuvo para mí. Ella con su mano, rozó suavemente mi cara, bajó al cuello, me sostuvo tiernamente y me acercó a su boca, el roce de nuestros labios fue eterno, aun así cuando fueron segundos.” -
Andrea llegó del colegio más cansada que lo de costumbre, solía llegar al decimo cuarto piso bastante relajada, pero ese día con suerte logró pasar su puerta.
Se miró al espejo, peinó con sus dedos su cabello oscuro mientras se daba unas leves vueltas y aplastaba sus delgadas manos contra su rostro, como si estuviera aburrida.. o simplemente, cansada.
Había sido un día agotador. Se lanzó sobre la cama con esa vaga ilusión, creyendo que toda la energía se recuperaría en cinco míseros minutos de descanso. Recordó que debía actualizar una novela que llevaba escribiendo mucho tiempo; un fanfic producto del ocio que tenía de base una historia de One direction, aun que realmente, comenzaba a parecerle un poco monótona.
- Solo cinco minutos. – Se prometió.
Sus ojos pesaban, comenzó a pestañear lentamente, con el fin de no caer en sueño, miraba el alrededor, las paredes color crema, los cojines, el computador, todo parecía más suave, el silencio comenzaba a volverse cálido y la visión tenue, cuando en menos de minutos, estaba profundamente dormida.
Despertó unas horas después alrededor de las 19:30. Se sentó en la cama mirando a la nada... movió sus muñecas y divisó las leves marcas de los cortes hace unos meses antes. Pasó su dedo índice, suavemente sobre uno de ellos... los observaba con atención, con algo de incredulidad, con pena, mientras lentamente daba vuelta su brazo, estaba dormido. Estaba decidida a pararse y olvidar ese episodio, cuando notó que tenía escrito “E1D” en la mano, cosa que había anotado justamente para no olvidar lo que tenía que hacer. -Que además, llevaba postergando hace ya bastante tiempo.-
- La novela... – Pensó mientras se levantaba pesadamente.
Caminó hacia el computador lentamente mientras arrastraba sus piés. En cierto sentido intentaba evitar el verse obligada a imaginar un futuro al escrito. Parecía haberle cansado y no tenía imaginación para seguir inventando, además y para más molestia, recibía mensajes de distintas fans preguntando extrañadas el por qué no seguía el tan maravilloso relato, dado que, si malas ganas tenía de seguirlo menos tendría de explicar lo que realmente pasaba, aun que fuera tan simple como no tener inspiración. No pretendía dejar a todas con el sabor agrio de un mal relato por lo que decidió acceder y revisar los mensajes de una vez, contestarlos con alguna cosa, o mejor dicho; cualquier cosa.
Se sentó frente al computador e inició twitter para contestar todas las menciones. Entró a la novela publicada y comenzó a leer su propia obra, tardando pocos minutos antes de que decidiera ponerle fin al escrito que en el fondo, ya había terminado hace mucho en su mente.
Tras eliminar toda huella de novela existente, se sintió más aliviada.
- 5 Minutos y me voy. – Pensó decidida.
Cuando estaba cerrando todas las páginas que se habían sobrepuesto, notó que aún quedaba un ask en su página de una chica aparentemente Argentina, llamada Sofía.
- Por qué la cerraste?, yo la amaba - Decía
Después de divagar mucho en la respuesta se decidió por lo más simple.
- Hablemos por DM – Contestó.
Esperó un poco. De cierta manera, por cortesía debía quedarse ahí hasta que contestara. Tras unos minutos recibió otro ask.
- Por qué la cerraste? -
Andrea se extrañó, ya era la segunda vez que preguntaba lo mismo siendo que ya había contestado, esta vez fue más directa.
- Hablemos por whatsap, es más cómodo, +56xxxxxxx – Tecleó un poco cansada.
Aprovechó el tiempo para apagar el computador. Se levantó pesadamente con cierta torpeza, se desvistió para luego ponerse lo primero que encontrara como pijama y así descansar definitivamente del día que había pasado. Antes que pudiera recostarse recibió el mensaje al celular..
- Hola Ann.
- Hola! – Tecleo torpemente en el celular.
El computador decía “escribiendo” mas pasaron alrededor de 8 minutos a la respuesta concreta.
- Te molesta hablar? Estoy aburrida..
- no hay problema.. –Tecleó Andrea algo dudosa.
- Por qué cerraste la nove?...
Andrea pensó mucho antes de contestar esta pregunta. No sabía qué decir exactamente ni cómo decirlo, le molestaba quedar mal aun que no la conociera.
- Unas, compañeras.. todo comenzó cuando…
Miraba el celular mientras ciegamente se metía bajo las sábanas manteniéndolo siempre frente a sus ojos, mientras ecribía casi emocionadamente lo que había “sucedido”.
Esas simples y vagas palabras dieron inicio a uno de los acontecimientos más maravillosos en la vida de Andrea, tal vez fue el destino. Pre-escrito o no esos cinco minutos significaron a futuro todo para ella. Esas cortas y limpias palabras que compartieron, esas horas que pasaron hablando ese día fueron el inicio de un drama, el gatillo que produjo el surgir de una realidad perfectamente imperfecta entre dos niñas comunes, que desde ese entonces no tenían idea que les deparaba el frágil porvenir de sus cortas vidas.