-El trípode, ¡dame el trípode!- Taemin sostuvo la cámara con cuidado agitando la mano libre con premura obligándome a correr varios metros. Su cabeza bajo el sol radiante era un incendio de oro, y en su mirada fugaz de cejas fruncidas hallé mi propia risa a pesar de su evidente enfado -¿Acaso no sabes lo que es un trípode?- con ambas manos sostuvo la cámara un instante después procurando no perder el ángulo evidentemente perfecto que había logrado y se esmeraba en mantener.
-¿Por qué tardabas tanto?, estaba entumeciéndome- Taemin buscando por comida en la mochila se sentó pesadamente frente a mí un rato después.
-Tardé pero te dí lo que querías ¿Por qué no puedes tratarme decentemente si me comporto perfectamente?-
–no quieras hacerme sentir mal ¡Cállate idiota!- encogió las piernas y estrelló la mano en mi brazo dando un gran bocado -¿por qué tardaste tanto?-
-Es que no te oí enseguida, estaba distraído-
-sí, esa es tu marca registrada-
-No fue particularmente por mi personalidad sino que estaba mirando algo interesante-
-Ahá…¿y qué era?, porque podríamos haberlo fotografiado- Suspiró mirando a su alrededor antes de echarse frustrado hacía atrás. Seguramente a estas alturas estaba convencido ya de que al escogerme no había conseguido un buen compañero de trabajo, la clase era el Lunes y a Sábado no teníamos ninguna fotografía ni medianamente decente para compartir.
-¿Por qué quieres esforzarte tanto? solo la gente mayor y aburrida logra matar algunas horas con este asunto y no creo que se lo tomen tan enserio siquiera- Ante la mirada que Tae me dio en respuesta me sentí patético también, incluso la gente de mediana edad tenía cosas más interesantes que hacer que nosotros que estábamos matando el tiempo con un curso innecesario en pleno verano.
Dejé mi sándwich a medio masticar viendo a Taemin quejarse deformando el rostro convirtiéndolo en una máscara sin expresión alguna, como sabía que no era de gran ayuda tal vez lo más sensato era autoevacuarme del asunto.
-¿Quieres cambiar de compañero para la próxima?-
-No me obligues Jin Ki- su sonrisa creció instigadora y continuamos comiendo uno frente al otro sin decir más. No sé porque la vista no dejaba de llamarme la atención, interesado en aquel incendio en su cabeza en lo que llevábamos del día perdí seguramente media hora viendo cada hebra reluciente robarse la luz del sol, y mientras Tae se llenaba las mejillas de agua luciendo como un pez globo tomé la bastarda cámara de mi celular para inmortalizar tal nido
-¿Qué hay?- mirando hacia el cielo con curiosidad anuló mis intentos de guardar la imagen.
-¡Quédate quieto!-
-¿Es un bicho?...¿es un bicho cierto?- y en su repentina inmovilidad y tono nervioso reí para desesperarlo y desesperarme a mi mismo por no poder mantener el pulso.
-¡No hay bicho así que quédate así como estás!- con una expresión desconfiada que viraba al horror abrió los ojos grandes con cada sonido delatador de mi teléfono al hacerle una instantánea. Revolvió su cabello constatando que no había nada extraño en el antes de arrebatarme el aparato una vez que terminé con mi sesión particular.
–¡No tengo nada!-
-¡Te lo dije!-
-¿Y entonces por qué la foto?-
–Es que se veía…¿lindo?- después de oírme el gesto desconfiado que acompañaba con los labios se hizo presente mientras chistaba analizando imagen tras imagen.
-¿Qué tiene de lindo eh?, es un revoltijo y mi madre aún me tiene castigado por teñirlo- Acercándome para mirar lo que él fui repitiendo los ítems que habíamos estado considerando desde temprano para hallar algo que fotografiar, realmente consideraba que acababa de conseguir algo de lo requerido; debíamos conseguir fotografías con buena iluminación, tener presente el efecto de la luz o la sombra para lograr una imagen nítida y viva con reminiscencias de la estación –Por eso esto no sirve- lo anunció haciéndome callar antes de buscar por más comida.
-No es necesario que sirva, y no la presentaré el Lunes si te preocupa, de hecho no sé si iré todavía-
–¿Qué?, ¿No irás?- con cierto horror acomodó la comida en la boca para hablar lo más claramente posible.
–Iré….- pero no porque estuviese interesado en el asunto, sino para no dejarlo solo rodeado de gente muy mayor para él mientras alguien le decía que cosas debían fotografiarse y cuales no.
Ya de regreso mientras la brisa se hacía fuerte por momentos y se colaba por la ropa en cada pedaleo Taemin giró su rostro buscándome y elevando el tono, aún quedaban algunas fotos por ser tomadas, el rollo no podría ser revelado a menos que desperdiciásemos algunos tiros.
-¡Bajemos, tal vez hallemos algo interesante!-
Piedras, puras piedras, ni los niños se aventuraban a aquel curso de agua por eso aunque hiciese calor casi nadie se acercaba lo cual era perfecto si buscábamos cierta comunión con la naturaleza. Decididos a seguir adelante sostuve el brazo de Taemin mientras el agua nos hacía jadear de sorpresa y frío al colarse entre la ropa.
–Vaya, es más profundo de lo que parecía- con las piernas heladas y la ropa mojada hasta la cintura nos mantuvimos quietos sobre la enorme roca que se abría como una isla y se mantenía cálida a pesar de que la luz solar había bajado lo suficiente como para dibujar sombras en varios lugares. De ahora en más solo debíamos aguzar la vista y buscar algo interesante, cada un lo hizo por su lado pero fue inevitable prestarnos atención cuando nos hallamos riendo como estúpidos al notar que movíamos los dedos aprisionados en las zapatillas empapadas creando sonidos apretados y graciosos. Tal vez éramos dos idiotas pero estábamos musicalizando la situación sin cesar la búsqueda de la imagen perfecta enumerando y descartando las posibilidades pues ya habíamos arruinado muchas imágenes de seguro: demasiada sombra o profundidad, la naturaleza era un tema muy trillado….
-¡El frío!- Taemin anunció la idea pidiendo que mantuviese la posición y cediéndole la cámara me mantuve estático antes de oír el disparo. Sus dedos me tocaron y mi piel volvió a reaccionar violentamente erizándose también de sorpresa.
-No creo que el sufrimiento de mi piel pueda salir claramente en una imagen pero será bueno si lo logras, aunque creo que no saldrá bien podría ser una buena imagen-
–¿Tienes frío?- preguntó castañeando los dientes de repente antes de sentarse nuevamente.
–¿Y tú?- lo ridículo de mi pregunta nos hizo reír otra vez mientras mirábamos nuestras piernas extendidas y blancas secas ya entre la ropa mojada.
–Sacaste una foto de mi cabeza hoy, quería una foto de ese lunar-
-¡Yo no malgasté una foto!, conscientemente la tomé con mi celular- Dicho eso un poco ofendido puso la cámara nuevamente en mi mano,
-Solo queda una, úsala como quieras-
A consciencia busqué alrededor algo en lo cual disparar, el Sol apenas nos llegaba ya que estábamos metidos en medio de una grieta en la tierra, Taemin oteaba tal como yo, el cuello largo, los brazos sosteniendo las piernas encogidas, aquella pelusa en su nuca y el nido en su cabeza....el nido de ideas en mi cabeza gritaban por una imagen de este momento en el que el frío se nos pegaba a la piel acompañado por una anaranjada semioscuridad que lo hacía relucir como si fuese de oro, con ese resplandor humano que se llevaba mis miradas sin importar la situación.
-¿Puedes quitarte la remera?- mi mente no permitió que mi boca lo callase y nos sorprendió a ambos, a mi con rubor y a él con un ligero tartamudeo. Tragué fuerte al ayudarlo viéndolo ruborizarse violentamente un instante después para abollar la ropa en su pecho mientras sugería volviese a su posición original. Acercándome al límite de la roca me alejé para visualizar las curvas de su espalda y su cuello, la ligera sombra del vello en su nuca que filtraba rastros de luz del atardecer –No respires- como no respiraba yo temiendo que de aquellos omoplatos perfectamente delineados y hundidos en su carne surgiesen alas que lo elevasen alejándolo.
-Tengo frío- lo recordó un momento después a que hubiese conseguido una toma similar para que la constatase con mi teléfono y jugué con el acercándolo y alejándolo de su piel desnuda -¿Puedo ver?- no sonó a pregunta, y menos con su mano buscando y arrebatándomelo de entre los dedos.
-De todos modos no vas a poder ver lo que yo vi, todo depende del observador- Haciendo caso omiso a mi advertencia pasó las imágenes con leves variaciones
-Es raro, nunca había visto mi propia espalda…¿Qué es eso?- rió analizando la profunda línea de su columna perdiéndose entre la ropa -Pediré un celular con una cámara tan buena-
-No es el pixelaje de mi teléfono, es el modelo- Rió cubriéndose la boca con el dorso de la mano sin cesar el pasaje de imágenes
-Tienes muchas fotos-
-Luego las pasaré a la computadora y seguiré tomando otras cuando algo me interese…aunque digan que las cámaras tradicionales son lo mejor prefiero las digitales, acumular mil imágenes sin gastar un solo centavo en revelado es genial- el menor suspiró
-Quiero que las revelen rápido- tomó la cámara girándola -Quiero ver todo otra vez….eso es lo increíble de las cámaras tradicionales, te olvidas por unos días el contenido atrapado y lo redescubres hecho papel…quiero ver si salieron bien- si le hacían justicia a lo que los ojos habían descubierto y los recuerdos podían falsear.
-Nada es tan bueno como lo que uno ve, mucho menos como lo que la memoria retiene, si una cámara pudiese captarlo todo ¿Qué sentido tendría estar disfrutándolo aquí y ahora?- Oyéndome volvió a encogerse después de resguardar las pertenencias en la mochila y echar una mirada a las bicicletas del otro lado del curso de agua.
-Deberíamos regresar ¿no?- su reticencia era evidente aunque fuese quien lo sugería, sabiendo que cuanto más tardásemos sería peor tomé su mano para dar el salto que nos dejaría en el agua otra vez y más fría que antes seguramente.
-¡Vamos!- me sostuvo con fuerza con la boca muy abierta y jadeando se dejó caer lentamente en el agua hasta que le llegó a la cintura. Sus manos empapadas y heladas sostuvieron mi brazo en cada paso.
-¿Esto está más alto?- sabíamos que era imposible aunque también yo lo sospechara.
-¿Nos estaremos encogiendo?- su risa fue jadeante casi quéjica. Así era el agua de deshielo, siempre te dejaba la piel roja y una insólita urgencia por dejarla, por llegar al otro lado y espantar el frío que aumentaba con la sombra.
-¡Por Dios que frío!- Taemin saltó en su sitio quitándose la mochila y la remera mojada hasta la mitad escurriéndola cuanto se podía, lo imité saltando para elevar la temperatura, en su barriga lisa se leía lo agitado de su respiración, mis manos hurgaron en la mochila.
-No es para tanto- aclaró mientras le ofrecía el ligero abrigo del rompevientos.
-No me engañas-
-¿Y tú?...Quítatela también- lo hice girándome al alejarme, escurriendo la mitad de la ropa procurando espantarlo todo, el frío, las ganas, los pensamientos –Hyung…no me engañas- la invitación, la cercanía, su piel helada como la mía tocándome, su brazo cubierto rozándome, alentándome, mi pecho chocando con el suyo, su pezón erecto muy cerca del mío, la risa nerviosa, la respiración agitada -Solo un minuto, bastará con que tomemos calor- Aclaró
-Un minuto- lo susurré para recordármelo a mi mismo.
Ibamos a tomar mucho frío de regreso haciendo varios kilómetros en bicicleta con la ropa y los pies empapados.
-Fue mala idea bajar y mojarnos-
-Debíamos intentarlo- otra vez la risa, la sentí golpeando en mi abdomen cuando nos apretamos sin querer
-¿Estás mejor?- lo pregunté con el abrigo apenas cubriéndome, el resto lo hacía su piel oculta y tibia segundo a segundo.
-Si- sonrió –Puedes pegarte un poco más, tu espalda está helada- y una de sus manos trató de templarla frotándola -No es abrigo suficiente para dos…la próxima traigamos una manta-
-¡La próxima no nos metamos en el agua!- era una lección a aprender.
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-Es un idiota, no lo soporto-
-Ya déjalo- Taemin siguió sonriendo y pateando el aire oyéndome.
-¿Para que seguimos con algo como esto?- Rió como reía desde temprano ante mi despliegue de malhumor
-¿Acaso tienes algo mejor que hacer?- en este pueblo había poco en lo que perder el tiempo, lo único cierto era tener que ir a la Iglesia el Domingo y aburrirse el resto de los días procurando matar las horas entremedio -Nisiquiera gastamos tanto dinero como para considerarlo una perdida importante, el revelado no es tan caro- Lo recalcó seleccionando una soda, mientras esperábamos que bajase me contuve de patear la máquina para que se acelerase el proceso –El problema es que no tenemos visión artística-
-¿Cómo te atreves a decir eso?- En la primer superficie disponible desparramé cada imagen hasta hallar las que a mis ojos eran arte y por las cuales discutí enardecidamente procurando sustentarlas frente a el resto de nuestros compañeros.
-Solo sombras…trillado…casi velado…borroso…solo yo- enumeró posando el dedo por aquí y por allá sorbiendo tranquilamente-
-¿Eres hijo de ese tipo o que mierda?, ¿Por qué lo menosprecias todo?-
-Me gustan, pero no son buenas- haciendo ruido con el líquido sonrió para contentarme.
-Dejaré esa porquería, no me gusta la idea de que alguien mire lo que yo y diga que no es tan bueno como yo lo creo- tragándome mi soda lo noté silencioso
-Tienes razón, no vale la pena- Lo miré algo sorprendido pues llevaba mucho tiempo tratando de convencerme de que mi berrinche no era para tanto pero de repente estaba de mi lado -¿Sabes qué?...si lo dejas lo dejaré también- seguí sorbiendo haciéndome a la idea de no tener nada que hacer y tampoco un motivo para volver a vernos fuera de la parroquia los fines de semana hasta que fuese tiempo de regresar a clases y cruzarnos por algún corredor -¿Crees que hallemos alguna otra cosa que hacer juntos para suplirlo?- mirando hacía otro lado lo sugirió alegrándome -Podríamos ir al río, ver alguna película, seguro hay muchas cosas que podríamos hacer…¿no?-
-¡Seguro! Debe haber una docena de cosas para hacer- ambos mantuvimos el silencio por un rato -¿Te gustan los juegos de video? Tengo uno en casa, usualmente juego solo pero no tiene gracia- Taemin asintió con enfásis,
-¡Eso sería genial!, mi mamá no quiere comprarme uno para no tenerme viviendo como un parásito en el calor del Verano y el frío del Invierno…¿Podemos ir a tu casa entonces?- me gustaba la idea y guardé todo sin cuidado para hacerlo cuanto antes.
Tal vez estaba teniendo una regresión porque en los últimos tramos de la adolescencia la persona con la que quería pasar el tiempo era un total adolescente que aún le hacía caso a su mamá y sacaba a flote al adolescente corrompedor habitando en mí