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Cenizas por GothiCari

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Notas del fanfic:

Esto lo escribi exactamente hace 1 mes porque queria participar en el concurso de la web, pero esto no tiene nada que ver con "Navidad" apezar de que tiene su ambiente "festivo", y al final no participe por falta de inspiracion y esto fue lo que salio.

 

Notas del capitulo:

Nota: Historia Editada el dia 14/08/2013

La nieve no dejaba de caer en esos momentos, la noche era bastante fría, incluso estando cerca de la chimenea podía sentir el aire frío que correteaba en la casa de sus padres.

Era 24 de Diciembre y pronto sería Navidad. Su madre lo había convencido (no supo cómo), pero allí estaba el sentado mientras comía galletas que su madre le había dado.

La casa estaba completamente adornada, el árbol tenía las diminutas luces de colores, junto con lazos y en la punta la estrella de navidad.

-¿Bill podrías ayudarme?- preguntó la lejana voz de su madre en la cocina, el mencionado se levantó, desde el día anterior había llegado a la casa que tenía su madre con Gordon, ya eran tres navidades que no la pasaba con sus padres y en esos momentos no quería sentirte solo en una fecha tan importante.

Camino hacia la cocina y adentrándose en ella vio cómo su madre.

––Ayúdame con las galletas hijo–– la mujer sonrió mientras metía las galletas en forma de muñeco de nieves en el horno.––Haré de chocolate y vainilla.

––¿Para qué haces tantas? Georg y Gustav no vendrán este año, ¿recuerdas que están con sus respectivas familias?–– el rubio agarró la cuchara de madera que contenía caramelo, su madre era mala cocinando pero por una extraña razón, cualquier dulce que hacía le quedaba terriblemente bien, era adicto a ellos.

––Lo sé cariño, solo que Gordon me dijo que Tom vendría.

Bill frunció el ceño disimuladamente.

––¿El vendrá?–– preguntó como si nada llevándose el caramelo derretido a la boca.

––Sí, me dijo que vendría antes de las 9–– Simone se seco con el delantal y vio el reloj. ––Y ya son las 8, seguro no tardarán en venir.

Mientras tanto Bill se sintió incomodo por la noticia, ¿su hermano pasaría las navidades con ellos?, algo le había dicho que tenía que haber rechazado la propuesta de pasar las navidades con sus padres.

––¿Se quedará a dormir también?

Simone lo vio alzando una ceja.

––¿Aún no se hablan?–– vio como el rubio suspiraba de forma pesada. ––Bill–– su madre dejó a un lado la masa de las galletas y se sentó en el taburete de la mesa viendo a su hijo. ––Cariño, es una fecha importante, es navidad, creo que ya deberían hace mucho de haber arreglado sus diferencias.

Bill ni siquiera miraba a su madre, sin embargo la escuchaba, ¿Perdonarlo? Jamás, ni aunque su vida estaría en sus manos y el estuviese a punto de morir lo perdonaría, el no era una persona rencorosa pero lo de su hermano no tenía perdón alguno, lo había traicionado.

––¿Andreas tampoco vendrá?–– preguntó Simone tratando de cambiar el tema, la noche sería de lo más extraña con sus dos hijos, esperaba al menos que ninguno de los dos peleara y se fuera en una noche tan importante.

––No… está de viaje–– Bill agradeció enormemente el cambio de tema. ––…sus padres no están del todo bien después de la muerte de Liza

––Pobre chica.

Bill asintió mientras nuevamente su madre se iba a preparar las galletas y el la ayudaba. Se sintió mal cuando supo que no pasaría las navidades con su novio… Andreas, su hermana el año pasado a la misma fecha había muerto en un accidente y los padres del rubio habían quedado afectados completamente.

Llevaban casi dos años de relación, su amigo y novio era bastante atento, no podía quejarse de nada, esos años, después de haber disuelto a Tokio hotel habían sido difíciles, el dejó de cantar y ahora dedicaba a diseñar ropa con Dean y Den.

En sus 28 años de edad  había dado un cambio, ahora no tenía el cabello negro como lo habían conocido antes, ahora era un rubio con el cabello largo. Físicamente Bill estaba cambiado, ahora no era el chico andrógino que todo el mundo hablaba, el cantante de Tokio Hotel que cada cierto tiempo se veía con un nuevo look que volvía locas a todas las chicas… Incluso chicos. Aunque no perdió sus costumbres de pintarse los ojos, la típica sombra negra y delineador en sus ojos.

A pesar de haber cambiado físicamente, seguía siendo el mismo, o al menos eso era lo que siempre Andreas le decía.

––¡Oh el timbre!–– Bill vio a su madre correr hacia la puerta, ese día sería el mas tortuoso de todos, quizás debería de considerar irse a un bar, estaba lejos de su casa, vivía en los Ángeles pero sus padres seguían estando en Alemania.

Bill se llevó otra galleta a la boca y escuchó un grito que hizo sobresaltarlo.

––¡Por dios que grande estas!–– escuchó risas, y dos voces, una de ellas la de Tom, ¿Cómo no reconocerlo? Y la otra era de…

––¡Tío Bill!

Bill se volteo y sintió que sus piernas eran atrapadas por un pequeño niño.

––Que hermoso regalo, quería verte–– el rubio bajo su mirada sonriendo a medias, el niño era moreno, cabello rubio oscuro, podía calcular que tenía menos de 7 años.

––Timmy, deja que Bill respire…–– dijo una voz femenina, Bill se sintió irritado pero volteó los ojos cuando vio a una hermosa mujer castaña sonriéndole.

––Hola Katherine…–– trato de sonreír pero no pudo hacerlo y sintió nuevamente esa sensación de mariposas en el estomago cuando vio a su hermano Tom entrar a la cocina, su expresión era seria incluso fría, lo ignoro, ¿Aún le afectaba tanto verlo?

––Le había pedido a Santa que vinieras en Navidad, casi ni nos vemos, tampoco me has llamado–– el niño hizo un puchero haciéndole manos a Bill para que lo cargara, lo cual hizo el mayor.

––Lo siento Timmy, he tenido muchas cosas que hacer–– Bill sonrió viendo al pequeño rubio.

––Llegaste en buen momento cariño, las galletas estaban listas–– Simone rápidamente rompió el hielo, Bill siempre amó a su madre y más la amaba cuando trataba de cambiar la escena.

No le dirigió la mirada a la pareja, soltó a su sobrino mientras Gordon había aparecido detrás de Tom haciéndole señas, se sentía tan incómodo, en esos momentos lo que quería hacer era estar en la sala de su hogar en los Ángeles comiendo helado mientras veía esos especiales de Navidad.

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––Sabemos lo incómodo que puede ser, pero tu madre y yo queremos que eso acabe, las diferencias… podrían hablar, al menos hacer las paces, volver como antes…––Gordon le daba una bolsa de regalos para que se las diera a Timmy. ––El niño no tiene la culpa.

––No le he echado la culpa a nadie––Bill suspiró mientras veía a Gordon cansado. ––Sólo que… me siento incómodo, creo que aun tendría tiempo para volver y coger un vuelo a los Ángeles…

––Tu madre se sentiría muy mal–– Gordon lo miró con preocupación. ––Vamos, solo quédate unos días…y después vuelves. ––Bill asintió sin decir nada, sería la noche más larga de toda su vida.

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––¡Bill cariño! Estábamos hablando de ti…–– Simone sonreía al ver a Gordon y a su hijo entrar a la sala.

––¿En serio?–– Bill alzó una ceja. ––Espero que no sea nada malo.

––¡Claro que no!–– Katherine le sonrió a Bill. –Hablábamos de los nuevos diseños que salieron en tu línea, estuve tentada a comprar el vestido blanco, esta precioso…–– Bill frunció un poco el ceño. ––Pero Tom no quiso.

––¿Sabes cuánto costaba ese diseño?–– Tom habló serio mientras veía a su mujer. ––Dios con eso podía comprarte otro con el dinero que gastarías en ese.

––¡Tu no aprecias lo que es un buen vestido!–– la castaña hizo un puchero haciendo reír a Simone, Gordon y hasta el mismo Tom. ––Hemos pensado hacer una celebración, para así festejar los 5 años que tenemos de casados, ¿no es genial?

Bill se quedó en shock, paralizado, mientras veía a sus padres felicitar a Tom y a su esposa, ¿Había algo peor que eso? ¿Ahora cuál sería la cerecita que adornada ese día?, si Andreas estuviera allí tuviera alguien con quien hablar.

Suspiró sonriendo un poco, pero fue a la cocina, se sentía tan enfermo, no quería comer más galletas, si no las vomitaría.

En lo que quedó el transcurso de la noche no habló con Tom, aunque Bill no pudo evitar mirarlo a veces, ver como había cambiado, y no era mucho, seguía siendo el mismo, incluso sus trenzas, su cabello negro, su ropa grande que incluso entrarían tres personas mas.

Incluso tenía ese atractivo que volvía locas a las chicas, y que volvió loco a el, cuando antes tenían algo…

El whisky que había encontrado en la nevera fue lo único que le dio ganas de tomar en esos momentos.

Si su hermano hubiese sido sincero desde el principio no se había vuelto tan “amargado” incluso no se hubiera ilusionado mucho, sabía que su “relación” (si es que podía llamarse así) no era nada “normal”, pero lo había echo feliz, desde los 18 habían empezado a ser novios, pero todo cambio cuando cumplieron los 24 y su hermano tiro a la borda esos años de relación y así forman una familia “normal”, quería tener hijos, el no podía dárselos, así que tuvieron que dejar todo, nunca más fue lo mismo.

La Banda se disolvió aunque seguían los contactos de siempre con Gustav y Georg que sabía el tipo de relación que ambos gemelos tenían.

Dejó a un laso el vaso cuando, sintió el vibrar de su teléfono, lo sacó y atendió.

––¿Si diga?

––¿Cómo la estás pasando?––sonrió sin poder evitarlo.

––¿Quién es? Lo siento señorita creo que se equivocó de número––jugó con su piercing de la lengua mientras escuchaba la risa del otro lado.

––¿En serio?, ¿Está indispuesto hoy señor Kaulitz?––Andreas, en serio quería a su amigo/novio, era una pena que lo que sentía no era tan fuerte, el mismo Andreas lo sabia y no le importaba.

––Claro que no–– suspiró. ––Estoy bien.

––¿Bien? Wow ese bien suena como si estuvieras en una ópera a punto de dormirte––Bill rió.

––Bueno, no niego que me siento bien por estar en casa de mis padres, el único problema es que no estamos nosotros.

––¿Tom?–– Andreas gruño y Bill tomo más de su vaso. ––Lo siento, si no fuera por mis padres estuviera acompañándote.

––No te preocupes, Si sobrevivo a esta “reunión familiar” viajaré pronto para buscarte.

––Espero no terminar yo siendo el que te busque––Bill amplió más su sonrisa. ––Podemos después celebrar como quieras.

––¿Incluso en la cama?–– Bill escuchó la risa del otro rubio en la línea.

––Como quieras nene, sabes que siempre la pasamos bien.

No supo cuando tiempo estuvo hablando con Andreas, pero si fue mucho, y cuando cerro la comunicación se volteo de mejor humor, aunque su estomago de revolvió al ver a su hermano reposando en la puerta de la cocina.

––¿Andreas? ––el pelinegro frunció el ceño y Bill no respondió. ––Quien lo diría que terminarías con él.

––Sólo porque lo nuestro no terminó bien no significa que no tenga derecho a ser feliz.

––Sólo podrías ser feliz conmigo–– la sonrisa arrogante de su hermano lo irritó y chasqueo la lengua.

––Es una pena que te hayas dado cuenta de eso tarde, las cosas han cambiado––habló Bill como si nada y camino para salir, necesitaba un cigarrillo.

––Papá, mamá y Katherine no están, salieron a comprar comida, Timmy está durmiendo–– habló suavemente Tom mirando a su hermano. ––Quizás hayas cambiado físicamente pero sigues siendo el mismo.

Bill pensaba que no se iban a hablar en todo lo que fuera esa estadía, y deseo que fuera así, ni dirigirse el “Buenos días” o el “Feliz navidad”.

––Dudo mucho que lo sea––Bill trató de salir pero Tom no lo dejo y nuevamente esa sensación de mariposas en el estomago.

––Pensaba que jamás te vería de rubio, pero que equivocado estaba––Tom lo miro fijamente. ––Sigues siendo el mismo, un poco amargado gracias al tiempo pero el mismo.

Bill levantó una ceja llevándose la mano a las caderas.

––Creo que esta conversación no llega a nada, limitémonos a solo desearnos Feliz Navidad para satisfacer a mamá que no está bien por el hecho de que no hablemos.

––Yo desearía que no solo hablemos––Tom tomó a Bill de la cintura. ––He sido feliz con mi esposa, pero no es lo mismo que tenerte a ti, ya tengo lo que quería, ahora quiero volver a lo de antes.

––¿A lo de antes?–– Bill repitió molesto. ––Tampoco me respetaste al romper la promesa de que siempre estaríamos juntos, cinco años después de casarte es que ¿Me pide que volvamos?, debes de estar loco––Tom tomó fuertemente la mano de Bill. ––Suéltame que me lastimas, demonios, simplemente porque no desapareces de la faz de la tierra y me das algo de paz.

––¿Desaparecer?–– repitió Tom. ––Eso nunca lo haré y tu tampoco quieres que desaparezca, estar con Andy no es suficiente, nunca lo será, si me hubieras esperado un poco sabrías que esto buscaba y después volvería a ti.

––Oh, ¿Y ahora qué quieres que te diga? “Tom te amo, volvamos y vivamos juntos para siempre”, por favor, tu esposa está aquí junto a tu hijo, quizás a mi no me respetaste pero a ellos si debes hacerlo, es tu obligación.

––Mis obligaciones siempre las he cumplido, solo me queda el hacerte feliz.

––Tengo tantas ganas de darte un buen puñetazo que…

Tom le sonrió y señalo hacia arriba, Bill lo miro sin entender y alzo la cabeza viendo unas pequeñas ramas.

Un estúpido muérdago…

Rápidamente fue tomado de la cabeza, y sin evitarlo los labios de Tom impactaron con los de él de forma hambrienta dejándolo sin aire, golpeó el pecho de su hermano mayor pero fue en vano, lo atrapó en algo que no sabia como controlarlo, incluso sus sentimientos salieron a flote, sí, su hermano era egoísta y poca gente lo sabía, gimió cuando abrió su boca y la lengua de su hermano se juntó con la suya. Había sido mucho tiempo sin estar así que respondió, no pudo evitarlo, se había vuelto más solitario incluso teniendo a Andy, pero aun así Tom sacaba esa chispa, y la transformaba en fuego, fuego que había sido esa relación atrás, que después de apagarse sólo quedaban cenizas.

Notas finales:

 


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