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Bajo la sombra de un ángel por Andy OFarril

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Notas del capitulo:

De los tragos amargos siempre se obtiene algo bueno. Espero y les guste este segundo episodio.

Unos días habían transcurrido ya, ahora Marcos Lombardo intentaba no llegar tan tarde, después de su tan accidentado inicio de clases pretendía llegar de una manera más simple y por supuesto segura.

Esa mañana, específicamente, se percató de algo que en el año anterior no había notado, miraba fijamente hacia la silla que estaba en el extremo derecho del aula, en ella se encontraba el popular y galán Ricardo De Llano, todos en la escuela lo conocían simplemente con Richie, su sonrisa, cabello, tenían hipnotizado al joven, el curso pasado no se percató de lo atractivo que era De Llano, sin embargo él ya tenía una hermosa novia llamada Perla, la pareja era muy popular, él debido a que es un gran deportista, el basquetbol era lo suyo, ella por su notable belleza, cabello castaño muy claro, tan largo que casi le llegaba a la cintura, piel morena clara y ojos muy expresivos color café. Richie no se quedaba atrás, su sonrisa ampliamente seductora, cuerpo bien formado debido a las largas jornadas de entrenamiento, piel requemada por el sol pero no perdía su tonalidad bronceada, sus ojos con mirada penetrante que hacían a cualquiera perderse en ellos, muy simpático, era imposible que no le agradara a las personas. Ensimismado en sus lejanos deseos ignoró la presencia de su verdugo, aquel que desde el momento en el cual Marcos se declaró abiertamente homosexual comenzó a tratarlo peor de lo que ya de por si lo trataba.

Regresó a la realidad al sentir un brusco golpe en la nuca.

-¡Despierta princesa!, jajajaja-

Santiago Olguín, el típico mastodonte capitán del equipo de futbol, agradable a la vista, piernas bien torneadas, bazos musculosos, cabello corto con una tonalidad rubia, ojos color azul, un verdadero casanova, sin embargo por dentro era todo lo contrario.

-¿Qué? ¿Interrumpí los sueños de una tonta adolescente enamorada? Jajajaja-

En ese momento entró al aula la inseparable amiga de Marcos y de un grito intentó poner las cosas en orden.

-¡Por qué no vas a fregar a la más vieja de tu casa! ¡Cretino!-

-Mira nada más, el marica tiene seguridad personal-

-Pues déjame decirte que aunque seas hetero, no he visto una sola chica que se atreve acercarse a ti, eres tan ordinario- este comentario molestó a Santiago, pues era verdad, a pesar de ser un hombre atractivo físicamente, ninguna estudiante se acercaba a él por lo desagradable de su personalidad.

-Ya Gisella, no tiene caso que discutas con él- habló Marcos

-Mejor hazle caso a la nena de tu amiga, no sea que vayas a terminar mal- musitó burlonamente el futbolero.

-Sí, sí, si… lo que digas Santiago pero ya vete y déjanos tranquilos- Marcos deseaba que el tipo los dejara en paz. Pero al terminar de hablar, Santiago tomó al joven por el cuello de la camisa levantándolo violentamente de su lugar.

-¿Qué dijiste idiota?- preguntó amenazante

En ese instante una voz se escuchó

-¡No seas abusivo y suéltalo imbécil- esa orden la había dado increíblemente Richie.

Enojado, el muchacho que tenía tomado a Marcos, dirigió la mirada al que le había gritado.

-¡Vaya! El mariconcito este tiene defensores por doquier-

-El que haya gente que no te soporte no significa que sea igual para los demás- ambos se miraban fijamente, se sentía la enorme tensión entre ambos, un solo motivo hubiera sido suficiente para que se agarraran a golpes. Haciendo un ademán, Santiago ordenó a sus amigos salir el aula.

Cayendo pesadamente en su silla Marcos respiró aliviado, Gisella le preguntaba cómo se encontraba, el respondía que bien, Richie se les acercó para saber el estado del chico.

-¿Te encuentras bien, no te lastimó?-

-No, estoy bien, muchas gracias por tu ayuda Richie, si no fuera por ti creo que a esta hora estaría recogiendo mis dientes- bromeó

-No es nada, ya estuvo bien que ese tonto te moleste sólo por ser gay- ambos se sonrieron, Marcos deseaba que esos momentos fueran eternos. Gisella notó la tan ferviente sonrisa que su amigo le regalaba al otro, la conocía muy bien. Durante ese lapso, de visita llegó Rafael, quien iba en otro salón, y vio con cierto desagrado la escena, algo había en Marcos que no le gustó para nada.

Notas finales:

Y poco a poco se pondrá más interesante, lo prometo, si voy lento tengame paciencia por favor, quiero entregarles un producto de calidad. Hasta la proxima


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