Me despierto en la madrugada, levanto mi rostro para encontrarme con una cabellera castaña, al parecer hoy fue Meito, no solo lo se por el color de cabello si no por el olor a Sake me agacho y tomo mis ropas que se encuentran esparcidas por la habitación, entro al baño para lavarme los restos de semen que tengo, al terminar me coloco la ropa.
Tomo papel y una pluma para dejar un nota, supongo y es lo mínimo que puedo hacer, la dejo sobre en buro y salgo con total cuidado de la habitación, veo a uno de los recepcionista mirarme con una sonrisa cómplice antes de despedirme con un “Lo esperamos pronto” y es que soy muy conocido por los empleados.
Las calles se encuentran casi vacias aparentemente, pasan coches tras coches. Camino por las calles rumbo a mi hogar, seguramente recibire un regaño de mi hermana por la hora, ya que mas da.
¿Que haces fuera tan tarde hermoso?-un joven castaño me toma del mentón,
No es de tu incumbencia-aparto su sucia mano de mi rostro
Espera-me toma del brazo, bufo al sentirlo odio a esta clase de tipo que no saben rendirse
Maldita sea no tengo tiempo-me aparto de el- lo que quieres ya lo tuve, gracias-camino hasta alejarme considerablemente – además tu no eres mi tipo.
Lo que acaba de pasar es lo que siempre ha temido mi hermana y amigos sabiendo de mis salidas nocturnas: que me violen, asalten, etc, pero eso que mas da, quien teme de esas cosas en por que te su vida y yo no lo hago, me da igual si en este mismo momento me la quitaran.
El trayecto a casa me ha sido de lo mas aburrido, busco en mi pantalón el reproductor de música que siempre llevo conmigo, no tardo en encontrarlo, lo enciendo, de inmediato escucho sonar “Spice”, una sonrisa aparece en mi rostro. Tanto me perdí en la letra de la canción que no note cuando he llegado a casa, busco mi llaves, enseguida ingreso y como dije Rin esta ante mi dándome una regaño.
No he escuchado ni una sola palabra de lo que dice, ¿Por qué? Fácil llevo mi cabello suelto por lo consiguiente ella no nota que aun traigo audífonos, al ver que deja de mover sus labios le sonrió y le prometo “de nuevo” que no va a pasar.
Amo a mi hermana pero me harta que se meta en mi vida. Sin que se de cuenta me quito los audífonos para escucharle hablar de que hizo en el dia, después de un rato se retira a dormir y yo voy a la cocina en busca de algo para comer.
-Que linda es mi hermana- al ingresar a la cocina me encuentro una nota.
“Se que llegaras tarde, aquí te dejo algo por si quieres comer”
Guardo la nota en mi bolsillo, voy a la varme las manos, escucho unas voces provenientes del jardín, camino hasta este.
Una lágrima rodo por mi mejilla ante la imagen que se ofrece a mis ojos: Kaito y Rinto a punto de tener sexo, que ironía yo que me acuesto con cualquiera quiere recriminarles.
-Lo siento yo no puedo-escucho la voz de Kaito ¿dijo que no lo harán?.... me escondo tras un arco para ver a Rinto ponerse sus broches.
-No te preocupes, no es como si fuera gran cosa-se abotona la camisa para proseguir a acomodarse la corbata- además yo no soy Len y tu no eres Mikuo-
¿DIJO LEN?......... ¿SE REFIERE A MI?
Al terminar de vestirse se despide de Kaito, al igual que lo hizo Rinto decidió volver a la casa, tan apurado estoy que no me fijo de un objeto que me hace resbalar, el impacto llamo la atención de Kaito que enseguida fue a ayudarme.
-Len ¿estas bien?-me sienta en sus piernas mientras me revisa como buscando heridas.
-No paso nada-sobo mi cabeza.
Bajo mi rostro y te veo buscando alguna herida, moretón o cualquier cosa que profana mi piel con sumo cuidado, pareciera que soy un muñequito de cristal y a la mas minima fuerza me rompo, asi me tratas, no me tocas técnicamente me acaricias. No logro aguantar tenerte tan cerca de mi, llevo mis manos hasta tu rostro, no te inmutas ante mi acción solo me das una sonrisa, que se torna en una de sorpresa al sentir mis labios sobre los tuyos.
-Len ¡¡NO!!- Me apartas de ti conforme te limpias el beso que te di.
-¿Por qué conmigo no?-gateo hasta quedar sobre ti.- ¿y con Rinto si?
-¿Lo viste?-afirmo con mi cabeza- no paso nada
-Entonces dime ¿tan poco me crees?
-Porque…….. No quiero ser……. No quiero ser uno mas de tu lista- al terminar de hablar bajas tu rostro para que no te vea llorar, sin embargo logro escuchar tus sollozos
-Tu no eres uno mas- levanto tu rostro- eres el único y al que siempre quise.
Subes tu rostro como pidiendo que lo repita y lo hago, una sonrisa se apodera nuevamente de tu rostro. Tomas mi rostro entre tus manos, me besa con total devoción, este beso es distinto a cualquier otro en este si me entrego completamente, siento amor y no deseo.
Vuelves a sentarme en tus piernas, pero esta vez quedamos frente a frente, paso mi brazos alrededor de tu cuello, acercas tu boca a la mía, me das un casto beso a medida de que nos movemos se intensifica, megas mi cuerpo mas al tuyo, continuamos el beso, siento como delineas mis labio con tu lengua entiendo lo que quieres y abro mi boca permitiéndole la entrada a tu lengua que ahora juega con la mía, recorres toda mi cavidad bucal, no dejas lugar sin tocar, la falta de aire se hace presente, nos separamos, dejando un hilo de saliva, a penas logro llenar de aire mis pulmones cuando vuelves a unirnos en otro beso, me sorprendí cuando metes tu mano por debajo de mi camisa, subes hasta mi pezones, que ella se encuentran erecto, los delineas, pellizcas y cuanto quieras.
Un escalofrió recorre mi cuerpo al sentirlo despojado de toda clase de prenda, me recuesta sobre el pasto, otro beso llega el mas corto que me has dado, y asi bajas como si mi cuerpo fuera un camino, haces una parada en mis pezones, lames uno mientras que el otro lo “masturbas” con tu mano, y viceversa, continuas descendiendo llegas a mi sexo.
-Kai..to..aahhhh.- engulles todo mi miembro en tu boca, abro mis ojos y lo que veo me sonroja en extremo me he estas practicando sexo oral, lo haces de manera lenta, evitando lastimarme, pero solo me torturas llevo mi manso a tus azules cabellos para marcar el ritmo, acelero la velocidad sintiendo un placer mas grande, tanto que estoy a punto de venirme, intento apartarte pero me lo impides, riego todo mi semen en tu boca y lo lames completamente.
-Len-te acercas a mi oído- Te amo- susurras de una manera a mi parecer sumamente sexy- déjame tomarte- solo te respondo un quedado sí.
Volvemos a nuestra posición inicial, metes tres de tus largos dedos en miboca, una acción demasiado linda para mí cuando sabes que no soy virgen, no me niego y los lubrico lo mas que puedo, me besas a medida que diriges un dedo a mi entrada .
-Aahhh- No soy virgen pero duele, lo notas, me besas para que olvide el dolor y lo logras, mi entrada se encuentra totalmente dilata, remplazas tus dedos por tu pene, el cual metes lentamente. Cuando ya está totalmente dentro suelto un sonoro gemido.
-Ahhhh- ese gemido fue de dolor.
-¿Estás bien?- me preguntas notablemente preocupado.
Si es solo que…. aaa nada olvídalo- repruebas mi acción hasta que hablo- es que esta muy grande-oculto mi rostro entre tú y cuello y hombro muerto de vergüenza. Al diablo la vergüenza muevo mis caderas señalando que puedes comenzar con las acometidas.
-Kaa..itoooo..-me encontraba sonrojado y exitado pidiendo-, Ahhhh maa..ss fu..eeerteee..-nunca alguien me habia hecho lo que tu
-Len eres..muy estrecho –saliste por un momento, etendiste mi cuerpo, levantaste mis piernas, las recostaste sobre tus hombros
-Aaaaahhhhhhhh- con esta poscision subiste la fuerza de las estocadas. Todas me daban en el punto exacto .
La culminación estaba cerca, de un momento a otro terminaría.
-Aahhhhhhhhhhhhh- con un largo y sonoro gemido deje salir mi semen. Mis paredes prisionaron tu miembro, el punto que marco tu fin, derramaste tu semen en mi, algo que me gusto, me marcaste como tuyo.
El cansancio nos abatía, ambos nos dejamos caer, todo se encontraba en sepulcral silencio hasta que lo rompiste:
-Te amo
-Y yo a ti- bese tus labios- te juro que seré solo tuyo.
Me llevaste, hasta tu recamara, no me importaba si alguien nos vei llegar desnudos, bahh que piensen lo que quieran.
A penas tocamos la cama, te dejas caer en un profundo sueño no sin antes tomarme entre tus brazos en un cálido abrazo, yo me quedo a contemplarte.
Por fin eres mío, lo que tanto anhele, lo tengo, probé olvidarte con muchos, rompí corazones, me entregue sin amar, creyendo que nunca me amarías, spice no era más que la canción que decía mi vida, nunca pensé que esto terminaría, pero hoy, levanto mi rostro veo lo que siempre quise: tu cabellera azul junto a mí , una última sonrisa escapa de mi rostro antes de acompañarte y dormir.