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Cuidándote por Tem-chan

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Mis padres nos habían llevado en coche hasta Bolvir nuestro lugar de excavación, estoy estudiando arqueología igual que Sarai, la chica que me gusta. Las dos nos habíamos apuntado a esta excavación voluntaria, igual que el año anterior para tener mayor currículum en nuestro futuro. Ya hacía una semana que estábamos conviviendo juntas y la verdad es que lo hemos pasado bien aunque también nos hemos peleado y reconciliado. A veces puede ser bastante borde, pero yo lo soy más así que no puedo quejarme.

Es fin de semana, más exactamente sábado y es fiesta mayor en Puigcerdà así que para allí vamos con todos los de la excavación, aunque primero iremos a casa de unos a beber, aunque yo no beberé nada y tampoco jugaré a nada, ya jugué ayer y no fue nada bien así que paso.

Una vez llegados a casa de Silvia y de tres chicos nos fuimos al garaje a jugar al juego de las monedas. Un raro juego que es para beber. Tiras dos monedas, si sale cara bebes y si sale cruz bebe quien tu eliges y si es cara y cruz una de cada. El juego es fácil. Yo no pagué por lo que no tenía baso ni derecho a bebida pero fui bebiendo del baso de un compañero y de Sarai, así que algo bebí, pero muy poco. Ni siquiera llego a un baso de calipada (bebida hecha a base de calipos de lima, hielo, vodka y fanta de limón). Después de que entre todos se acabaran las 4 garrafas de 5 litros de calipada nos fuimos con taxi hasta Puigcerdà que está a cinco minutos de Bolvir o un poquito más lejos pero no mucho.

Sarai había bebido bastante y no estaba muy fina, vaya que estaba ya bastante borracha, por lo que no me aparté de su lado, casi, en ningún momento, pero es que era difícil porque no paraba quieta. Una vez en la fiesta estuvo todo el rato pidiendo cigarros a la gente por lo que no podía dejarla sola teniendo en cuenta su estado. Estaba muy preocupada por si le pasaba algo.

A una de las personas a quién le pidió un cigarro dijo que no tenía pero que le daría de su cubata si le daba el sombrero que esta llevaba en la cabeza pero que no era suyo. Creo que era de Judit o de Carlos, pero no lo tengo claro, lo que si sé es que los daban con los cubatas pero que a Sarai no le dieron cuando se compró el suyo. Entre la calipada, el cubata y el tabaco, estaba bastante mal y no sabía que hacía.

El chico del cubata le ofreció, como iba diciendo, y Sarai bebió pero no quería que darle el sombrero por lo que el tío empezó a meterse con ella para intentar quitárselo, él tampoco estaba muy bien que digamos. Esto me mosqueó por lo que me llevé a Sarai lejos de ese idiota pero nos fue siguiendo durante un rato y luego se fue, o eso creía, porque al cabo de poco rato volvió.

Después de aguantarlo largo rato y de que se metiera conmigo por defender a Sarai se fue pero volvió. Cansada ya de él lo amenacé pero hizo caso omiso a lo que le dije y en otro momento le di un puñetazo en toda la barriga, al no tener mucha fuerza el tío paso bastante, pero se quedó parado de la impresión en un primer momento. Luego se enfado y me amenazó con pegarme pero la presencia de los chicos de la excavación hizo que se alejara de nosotros. Con este incidente y continuar haciendo de madre o más bien de novia celosa de Sarai, a lo que aprovechaba para agarrarla de la cintura y abrazarla cuando se daba la ocasión llegó la hora de la retirada.

Nos fuimos a dormir cada uno a su casa u hotel dependiendo de donde te tocase. Yo y Sarai dormíamos en una casa de tres pisos con tres habitaciones. Yo dormía en la grande y ella en una habitación sola. ¿Por qué no dormíamos juntas en la doble? Porque al tenerla durmiendo tan cerca de mí me pongo nerviosa y al día siguiente no puedo currar bien.

Hacía las 12:30 del mediodía me desperté, con sueño pero bien. No estaba muy cansada y obviamente no tenía resaca ni me dolía nada, pero no sé podía decir lo mismo de Sarai ya que esta si que estaba mal y mucho. Cuando me desperté me la encontré tirada en la cama en una posición un poco rara pero angelical. Aproveché que ella aun estaba dormida para dormir un poco yo también y así lo hice.

A la 13:30 me desperté y ella estaba en una pose distinta pero rara igual. Parecía estar bastante agitada. Abrió sus ojos y me miró, tenía unos ojos de dolor que me hicieron sentir una punzada de pena en  el corazón.

—¿Te encuentras bien? —le pregunté flojito agachándome al lado de su cama.

—Me duele la barriga y la cabeza. He ido a vomitar diversas veces.

—Yo no sé que se puede hacer en una circunstancia como esta… nunca he tenida resaca porque nunca me he emborrachado —dije mientras le acariciaba el pelo— es hora de comer… supongo que no vendrás ¿no?

—Como quieres que venga si tengo el estómago hecho una mierda —me gritó.

—Ya me lo imaginaba… yo tengo hambre… volveré enseguida.

Y así lo hice fui a comer y estuve todo el rato pensando en ella. Luego me dirigí rápido a casa y me la encontré bajando rápido las escaleras para vomitar de nuevo. Le dejé intimidad mientras subía a mi habitación para dejar el bolso. Luego bajé y me encontré a Sarai sentada con la espalda apoyada en la pared de la cocina delante de las escaleras que subían al tercer piso, el de las habitaciones.

—Sarai… —susurré preocupada—si te quedas aquí cogerás frio —dije mientras la ayudaba a levantarse y a subir hasta la cama donde la tumbé y me quedé con ella acariciándole el pelo por unos momentos has que decidí llamar a mi madre para que me dijera como ayudar a Sarai.

Me levanté del suelo y me fui a mi habitación a coger el móvil llamé a mi madre y le pregunté que podía hacer. Me dijo que para vomitar le diera café con sal, pero le dije que vomitar ya vomitaba bastante así que me dijo que si tenía el estomago revuelto que le diera una manzanilla con azúcar y más tarde un yogur, también con bastante azúcar. Colgué.

Volví de nuevo con Sarai y le dije lo que me dijo mi madre, como dijo que la manzanilla le gustaba fui corriendo al bar donde comíamos a comprar una manzanilla y un yogur. Luego volví a casa lo más rápido posible y volví a encontrarme a Sarai en el lavabo vomitando.

Subí a mi habitación y dejé la manzanilla en mi mesita de noche y la fui a buscar, me la encontré llorando en la cocina. La cogí del brazo y lentamente la llevé a mi habitación y la senté en mi cama.

—Tómate esto te sentará bien —le dije para animarla. A mi la olor de la manzanilla me estaba dando ganas de vomitar pero me aguanté.

—No puedo —me dijo aun con voz de estar a punto de romper a llorar de nuevo.

—Bueno, te la doy yo, entonces ¿Qué te parece? —asintió con cara de estar a punto de morir.

Cogí el baso con mi mano izquierda y la cuchara con la derecha, de manera que fui cogiendo la manzanilla con la cuchara y le fui dando la manzanilla como si fuera una sopa soplando para que no quemara. Cuando llevábamos un poco más de medio baso dijo que ya no quería más por lo que dejé la manzanilla en la mesita de nuevo y la tumbé en mi cama.

—Ahora duerme un rato para que te haga efecto la manzanilla —le dije suavemente y le di un beso en la frente, ella se ruborizó un poco lo que me hizo sonreír y luego me fui para dejarla descansar.

Al cabo de un rato se despertó y bajó a la cocina donde yo estaba haciendo tiempo con mi portátil.

—Gracias por la manzanilla —me dijo abrazándome por la espalda, cosa que me sorprendió— y también por la paciencia que has tenido conmigo.

—De nada, cari —le respondí, ella sonrió.

Siempre le he llamado cari, pero para ella no tiene mucho significado al contrario que para mí, ya que en el fondo es una manera de decirle lo que siento aunque ella no lo sepa.

—¿Te has tomado lo que quedaba de manzanilla?

—No, aun no.

—Pues tómatela que te irá bien. ¿O quieres que te la dé yo como antes?

—No hace falta —dijo sonrojada de nuevo.

Subió de nuevo a la habitación a tomarse lo que quedaba de manzanilla y volvió a bajar. Se la veía mucho mejor ya no parecía a punto de morir.

—Ua, está manzanilla es mi ídolo. Ya me siento mucho mejor. Antes estaba que me creía morir y ahora me siento como si hubiera resucitado.

—Me alegro, cari.

—Aunque tengo una pregunta que hacerte.

—Dime.

—¿Por qué hiciste todo esto por mi? Otra persona me hubiera dejado que me recuperara sola ya que era mi culpa por emborracharme.

—Po… esto… bueno… porque te quiero —solté al fin.

—Yo también te quiero —me respondió ella.

Al oír esto me acerqué a ella y la besé. Así empezó nuestra relación y así acabé siendo la enfermera de la chica que me gusta.

FIN

Notas finales:

Espero que les haya gustado mi primer one-shot yuri.

Espero Reviews con ansias.

Hasta otra


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