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DULCE LOCURA por ChizuruTakachan

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Notas del fanfic:

 

Este one-shot lo publiqué el 8 de Abril del 1012. Tenía una semana de que habían asaltado la pastelería en la que estaba trabajando. Por azares del destino, me habían postergado el ir a cubrir turno ahí. Dos semanas seguidas a la mera hora, me decían: "Te quedas en Sto Domingo". Al día siguiente del asalto me mandaron para allá. Fue justo a una cuadra de mi casa. Lo bueno de esto es que no paso a mayores. 

 

Ante la noticia de que el blog donde lo publique será cerrado, vengo con la cola entre las patas a colgarselos a ustedes. 

 

Espero les guste.

Notas del capitulo:

 

La canción es DULCE LOCURA de LA OREJA DE VAN GOGH  http://www.youtube.com/watch?v=by2E2m4thNM&ob=av2e 

 

 

—No sentiré dolor… ¿Cierto? —Sus miradas se cruzaron. Una de ellas miraba al otro compasivo, incluso podría decirse que con lástima. La otra, que hasta hace un segundo refulgía adrenalina se llenó de confusión y por último furia— ¡AUXILIO!... ¡NOS ESTÁN ASALTANDO!...

 

Un disparo rompió el silencio de la noche, acompañado de un grito lastimero.

 

—¡NOOOOOO!... ¡KAI!...

 

Vendo el inventario de recuerdos de la historia

más bonita que en la vida escuché…

 

—Cualquier duda que tengas, Naoki te guiará. —El dueño del establecimiento se veía muy gruñón pero era sumamente amable al darme una pequeña introducción del empleo— Nao, estás a cargo de su capacitación, él es Uke Yutaka. Te encargo que lo pongas muy al tanto del cierre. Tú ya sabes cómo es el manejo de ésta tienda a la perfección.

—Sí. No se preocupe, le explicaré todo lo que sé.

 

Mi primera impresión de Nao fue muy curiosa. Ya que a mi parecer era un tipo bastante extraño, con una cara bastante linda pero según el ángulo en el que se le viera. Conforme lo que se expresara podía parecer un niño pequeño, una chica bastante linda o incluso un tipo intimidante o mamón.

 

Así fue como nos conocimos… El día en que entré a trabajar en esa pastelería.

 

 

Vendo el guión de la película más triste y la

más bella que en la vida pude ver…

 

—¿Estás cansado Kai? —Nao se asomó un poco a mi campo visual. Yo estaba muy entretenido decorando un pastel que pronto recogerían— ¿Quieres que lo termine de decorar por ti?

—No, quiero hacerlo aunque me tarde. ¿De qué otro modo aprenderé si me rescatas cada que no me sale el decorado? —Le sonreí haciendo que se desconectara de lo que hacíamos— Nao…

—Ci… Cierto… —Movió sus hombros y su cabeza en un gesto de relajarse— No te entretengo entonces. —Tomó con su índice un poco de crema, haciendo como que lo chuparía pero lo terminó embarrando en mi nariz— ¡Te dejo señor artista!

 

 

 

Vendo los acordes, la brillante melodía y la letra

que en la vida compondré…

 

—“Kanashi maseru kuse ni, matta hitotsu koto wa ona kusu. Sono namida no wa kesa wa mou, naze boku wa koe sun’darou…”

—¿Qué cantas Kai? —Nao se animó a preguntarme después de llevar toda la jornada escuchándome cantar.

—Mi canción favorita. —Le sonreí terminando de limpiar mi área de trabajo— ¿Terminaste?

—Ya sólo me cambio. ¿Iremos a comer?

—¡Por supuesto!... ¡Me muero de hambre!

 

 

Vendo hasta el cartel donde se anuncia el estreno

del momento que en la vida viviré.

 

Entiendo que te fueras y ahora pago mi condena,

pero no me pidas que quiera vivir...

 

—¡KAI! —Cuando respondí su llamada se escuchaba mal. Pero verlo en mi puerta así, me rompía el alma— Pasa… —Me hice a un lado dejándole entrar mientras sólo obtenía de él un asentimiento— Prepararé un poco de té.

—Perdona por molestarte tan tarde Nao… —Se disculpó apenas dejé las tazas con té en la mesita de centro.

—No te disculpes Kai. Mejor cuéntame que sucedió… ¡Si estabas tan feliz esta tarde!

—Pues… —Se apretaba las manos muy nervioso— Yo… fui al cine con mi… novio… —La última palabra fue casi un susurro. Era evidente que se avergonzaba al decirme su condición sexual— Pero a media función recibió un mensaje y me dejó ahí, según él, tenía un problema del trabajo que no podía ignorar… —Sus ojitos estaban inundados y me miraban como si yo pudiera remediar lo sucedido— Pues me quedé a ver la peli y al irme a casa, pasé por un restaurancito que desde hacía mucho se me antojaba probar. Al entrar vi… vi a Taka besando… besando a un chico que se notaba era más pequeño de edad. —Kai se encogió en su lugar— Yo…

—¡Cómo lo siento Kai! —lo abracé de inmediato— ¿Te explicó algo? ¿Te dijo si a lo mejor era un error? —acaricié su cabello, sintiendo como su cuerpo soltaba más espasmos por el llanto.

—Sólo me miró y fingió no conocerme. Supongo que… se ha hartado de mí…

 

 

Sin tu luna, Sin tu sol, Sin tu dulce locura

Me vuelvo pequeña y menuda

La noche te sueña y se burla

Te intento abrazar y te escudas.

 

 

Kai, ha dejado de cantar. Incluso habló con el dueño para que le diera permiso de sólo trabajar en los decorados y no atender clientes. Apenas y me mira, su sonrisa que tan tonto me traía ya no está.

 

—Que descanses Nao… —Kai se despidió como todos los días dándose media vuelta, pero le detuve antes de que se fuera.

—¡KAI, ME GUSTAS!...

 

Vendo una cámara gastada que captaba la mirada

que en la vida grabaré…

 

 

Esa tarde Kai me regaló una mirada de agradecimiento y un atisbo de sonrisa. A partir de ahí todo fue incómodo debido a que Kai me rehuía.

Yo le saludaba o trataba de hacer como que nada pasó, pero él simplemente estaba incómodo.

 

—Nao… Gracias… —Lo dijo muy bajito y sin darme la cara, aprovechando que ya me iba.

—¿Por qué las gracias? Me giré un poco para mirarle y vi que tenía la cabeza agachada.

—Por intentar subirme el ánimo…

—¿Crees que te dije que me gustabas, por levantarte el ánimo? —noté que se achicaba evadiendo mi mirada— Kai… ¡Me gustas y daría lo que fuera porque dejes de lamentarte por un imbécil que no vale nada! —Levanté su quijada con mi mano— Si tú no sientes nada por mí… Eso no es problema. Podemos seguir siendo amigos, ¿cierto?

—Es que… Nao… Tú también me gustas…

 

 

Vendo dos entradas caducadas que eran de segunda

fila que en la vida romperé.

Vendo dos butacas reservadas hace siglos y ahora

caigo que en la vida me senté.

Vendo hasta el cartel donde se anuncia el estreno

del momento que en la vida viviré.

 

 

Salidas, sonrisas… Besos, caricias… Miradas, secretos nuestros que nadie más podía entender.

Y nuestra primera vez juntos después de que cocinaste mi comida favorita, sólo por mí. Para mí…

 

—¡Aaaahh!... ¡Naoki! —sus brazos firmes se aferraban a mi cuerpo mientras mi cadera se fundía en su cálido ser— Te amo… muuu… mucho…

 

Lo teníamos todo, ¿no amor? Teníamos todo cuanto pudimos. Nos amábamos cada día más, y tu hermosa sonrisa era mi luz por las mañanas. Dormía queriendo verla frente a mí por el resto de mis días.

 

 

Entiendo que te fueras y ahora pago mi condena,

pero no me pidas que quiera vivir...

 

—Tocan el timbre Kai-chuu… —Me cubrí con las mantas, haciéndome bolita debajo de ellas— Abre…

—Hazlo tú amor… —Me dio una patada sacándome de la cama— Y te daré “postrecito” —con una hermosa sonrisa, hizo énfasis en la última palabra.

 

No pude negarme. Caminé desganado a la puerta y abrí, sin poner atención de que lo hacía en bóxers y despeinado. No sé quien estaba más sorprendido. Si yo, al ver a un tipo bajito y de pelo rubio, que me miraba de arriba abajo y con cara de no creérselo. O él, por las expresiones ya dichas.

 

—Ammm… ¿Diga? —Me rasqué la cabeza con una mano y con la otra, sujetaba la perilla de la puerta.

—¿Está Kai?... —Ahora no sólo me miraba sino… ¿Me barría? 

—Sí… Espere por favor.

 

Mientras caminaba por el pasillo volteé un par de veces ansioso, cualquiera pensaría que esperaba el enanito me correteara, pero su mirada me puso muy incómodo. Inferior era la palabra exacta.

 

—¿Quién era Nao-shii? —Kai estaba completamente envuelto en las mantas. Sólo se asomaba su rostro.

—¡Pues no sé! —Miré a mis espaldas de nuevo y me encogí de hombros— Te busca un chaparrito… -—Me metí en la cama y al mirarlo, su rostro serio se me hizo extraño— ¿Qué sucede Kai?

—¿Le dijiste que estaba?

—Sí… Te espera en la entrada.

 

 

Sin tu luna, Sin tu sol, Sin tu dulce locura

Me vuelvo pequeña y menuda

La noche te sueña y se burla

Te intento abrazar...

 

Me puse el pantalón del pijama y salí al recibidor. Ahí estaba Ruki, recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y su mirada molesta.

 

—Takanori… ¿A qué debo el honor de tu visita?

—¿Se puede saber quién era el stripper que me abrió la puerta? —Examinó mi cuerpo con su mirada, enfureciendo al notar las marcas que Nao había dejado en mi piel— Supongo que es tu… “novio”.

—Supones bien. —No pude evitar sonreír al verlo celoso— ¿Qué haces aquí?

—Vine a arreglar las cosas… Pero veo que el amor que tanto decías tenerme no era más que mentira— Ruki se hizo el ofendido y hasta podría jurar que lloraría— Pero ya que me has cambiado… Mejor me voy.

—Taka… —Le detuve antes de irse— Ha pasado medio año de que me dejaste en esa sala de cine… Medio año en que no hiciste nada por hacerme creer que verte besando a ese muchachito, no era más que un error. ¿Ahora resulta que querías arreglar las cosas? Hazme un favor y no vuelvas nunca.

—¡Pero yo te amo Kai! —Se abrazó a mí, prácticamente suplicando— Cada uno de mis besos y mis caricias fueron sinceros. Te extraño tanto Kai. ¡Fui un tonto por hacerte daño!

—No Taka… Eres un tonto por creer que después de tanto tiempo me voy a tragar tus palabras.

 

 

Sin tu luna, Sin tu sol, Sin tu dulce locura

Llorando como un día de lluvia

 

 

¡Estábamos agotados! Había sido un día con mucha venta y estábamos muy felices de que nuestra tienda pareciera haber roto esa mala racha. ¿Cuánto valían nuestras vidas? Ni siquiera llegaba a los 8000 pesos entre los dos. La verdad es que al vivir, uno nunca se plantea el valor monetario de seguir viviendo, al menos hasta que ese cliente llegó.

 

—¡Buenas noches! ¿Qué va a llevar? —Kai le sonrió esplendorosamente, a pesar de ya estar muy cansado por las tantas horas de estar de pie y el trajín de vender pasteles.

—¿Qué precio tienen las tartas? —El hombre le señaló en la vitrina donde se encontraban.

—Nueve pesos… —Kai le sonrió más, animándolo a comprar, tal como lo hacía con todos y cada uno de los clientes.

—Dame una por favor… —Kai se la envolvió para llevar, extendiéndosela sobre el mostrador— Cóbrate… —El hombre le dio una moneda y esperó su cambio.

 

Yo estaba a dos pasos de donde Kai le había atendido. Aprovechando que sólo estaba ese cliente, puse manos a la obra en limpiar los domos de los pasteles que recién nos habían traído. ¡Fue sólo un segundo que dejé de seguir los movimientos de Kai!... Un segundo en el que al voltear, el rostro pálido de Kai y su cuerpo tenso se encontraba aprisionado por los brazos de ese tipo.

 

—¿Qué…?

—Saca todo el dinero y calladito porque le doy un plomazo a tu compañerito…

 

Kai soltó la moneda que le iba a dar de cambio. El sonido de la moneda rodando por el piso se escuchó como si el mundo hubiera guardado silencio, atento a su recorrer hasta quedar inerte al igual que Kai.

 

Me moví como autómata. Todo mi cuerpo pesaba y con manos temblorosas le extendí la caja con el dinero. De la nada apareció un segundo sujeto que me atrincheró contra el frigorífico obligándome a ponerme de rodillas con el arma en la sien. Mi mirada buscó ansioso a Kai, le recorría cerciorándome de que estuviera intacto. Pero entonces le oí y mi alma salió de mi cuerpo sin poder hacer nada para evitarlo.

 

 

Mi alma despega y te busca

en un viaje que no vuelve nunca

 

—No sentiré dolor… ¿Cierto? —Sus miradas se cruzaron. Una de ellas la de Kai, miraba al otro compasivo, incluso podría decirse que con lástima. La otra la del asatante, que hasta hace un segundo refulgía adrenalina se llenó de confusión y por último furia— ¡AUXILIO!... ¡NOS ESTÁN ASALTANDO!...

 

Un disparo rompió el silencio de la noche, acompañado de mi grito lastimero.

 

—¡NOOOOOO!... ¡KAI!...

 

 

 

Sonreiré, cada noche al buscar, a tu luna en mi tejado

El recuerdo de un abrazo, que me hace tiritar...

 

Si esto es una pesadilla… ¡Por favor déjenme despertar!

 

 

Vi la expresión rara en el rostro de Kai. Miedo, dolor, alivio, tristeza. Sus hermosos ojos húmedos se toparon con los míos que apenas y me dejaban verle por el llanto. Su cuerpo cayó en cámara lenta mientras que un golpe en mi cabeza me volteaba en sentido contrario a la imagen de Kai.

 

Gritos… Muchos gritos y pasos que se alejaban presurosos. Mi cuerpo ahora inerte y mi cabeza aturdida luchaban entre perderse a causa del golpe y el recuerdo de Kai.

 

Con muchas dificultades me levanté. Estoy seguro que no pasaron ni un par de minutos pero se hizo el tiempo eterno. Tomé a Kai por los hombros.

 

 

Sin tu luna, Sin tu sol, Sin tu dulce locura

Me vuelvo pequeña y menuda

La noche te sueña y se burla

Te intento abrazar...

 

Al verme comenzó a reír, llorar y toser, haciendo su respiración más difícil.

 

—Shhh… Amor, todo va a estar bien. —Besé su pelo y al acariciarlo noté la sangre en mis manos y su cuerpo— ¡UNA AMBULANCIA!... ¡LLAMEN UNA PUTA AMBULANCIA!...

—Nao-shii… Te a-mo…

—¡No Kai!... ¡No comiences con tus ideas locas! ¡Y no te despidas!

—Sólo quiero que… mis últimas… palabras… sean para… ti…

—¡NO!... ¡CON UNA MIERDA NO!... Kai te amo… ¡No puedes darte por vencido! Eres muy fuerte amor… La ambulancia ya viene en camino y vas a estar bien.

—Te amo… Naoki…

 

Su mano ensangrentada se entrelazó con la mía. Se estiró dolorosamente tratando de alcanzar mis labios. Yo le besé con ansias hasta que lo sentí inconsciente.

 

—¡KAI!... ¡KAAAAIIIIII!...

 

 

Sin tu luna, Sin tu sol, Sin tu dulce locura

Llorando como un día de lluvia

Mi alma despega y te busca

En un viaje que nunca volverá.

 

Ese día nunca lo olvidaré… Pero tampoco sus hermosas sonrisas. Esas que desde el primer momento llamaron mi atención al grado de ser mi única razón de vivir. Su cuerpo delgado y algo torpe al andar, su voz cantando al desempeñar su trabajo con pasión, sus hermosos ojos que miraban como si fuese un pequeño niño inocente asombrado por lo que acontecía día con día.

 

¿Por qué gritó?... Ni siquiera yo lo sé. Pero si tan sólo hubiese estado yo en su lugar, estoy seguro de que seguiría con vida porque Kai habría valorado más mi vida que la de él. Esa es la realidad. Podemos dar todo por el ser amado, pero somos tan inconscientes de menospreciar la vida propia y no darnos cuenta de que al no estar, dejamos a esa persona importante sola. Completamente sin vida aunque tenga que seguir respirando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INICIO: 02-ABRIL-2012

 

FINALIZADO: 08-ABRIL-2012

 

Notas finales:

 

Cuando supe que los asaltantes habían encañoado a mis compañeras, ¡me dió tanto coraje! A ellas del susto no paso a más. Una decidió dejar de trabajar y la otra sigue en la chamba. 

Este fic es lo más REAL a lo que estoy viviendo ahora. Puse algunos detalles de mi desempeño en la pastelería y ahora que lo pienso me habría gustado escribirlo "menos en caliente" para poder abarcar más de él. 

 

 


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